Condena de las Naciones Unidas 12 de Diciembre de 1946

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Documento 21
Condena de las Naciones Unidas
(12 de diciembre de 1946)
Se trata de un texto histórico. Es la condena del franquismo por parte de las Naciones Unidas el 12 de
diciembre de 1949.
El momento histórico en el que se inscribe el texto es una vez que la segunda guerra mundial ha terminado.
Tres semanas antes del inicio, Franco reorganiza su gobierno. En el seno del nuevo Gobierno se marcaban dos
tendencias que habían de hacerse antagonistas al producirse el conflicto sobre la participación o no en ella: las
encarnadas por Serrano Suñer −ministro de la Gobernación− y por el coronel Beigbeder ministro de Asuntos
Exteriores hasta que fuera sustituido por Suñer en esa cartera. La inclinación del primero hacia las potencias
del Eje, Italia especialmente, estaba paliada por el temor a las pretensiones alemanas; el segundo apuntaba,
dentro de las difíciles circunstancias del momento, hacia un equilibrio benévolo a la Gran Bretaña.
Pero en todo caso, y tras una fase inicial de vacilaciones, el Caudillo acabó decidiéndose por la paz, quedando
al margen de las hostilidades. La actitud española ante el conflicto osciló entre una neutralidad estricta hasta
una declaración de −no beligerancia−. Con Suñer ya en Asuntos Exteriores siguióse una política de amistad
sin compromiso con el Eje, pese a las presiones ejercidas por Hitler directamente sobre Franco en Hendaya 22
de octubre de 1940−, y sobre Serrano Suñer en Berchtesgaden el 19 de noviembre del mismo año. Mussolini
también lo intento en febrero de 1041 en Bordighera. Durante la fase final de la guerra, España mantuvo la
tesis de que ésta tenía dos vertientes diferenciadas: de una parte, la lucha contra Rusia −en la cual era darle el
apoyo a Alemania, tal como ella lo había brindado a través de la División Azul, que en el frente oriental fue
mandada por el general Muñoz Grandes−; de otra la lucha entre las democracias occidentales y el fascismo,
en la cual la no beligerancia española fue poco a poco abriéndose a una aproximación a las primeras. Las
violencias cometidas por Japón en Filipinas decidieron al Gobierno español incluso a romper relaciones
diplomáticas con los nipones.
Sin embargo, el hecho de que la paz se iniciase bajo el signo de una amistad estrecha entre Rusia y los
occidentales había de repercutir gravemente en la situación española. El año 1945 se señala por el aislamiento
diplomático de España, ratificado luego en la ONU. Y, en efecto, entre 1945 y 1947 el régimen de Franco
concentra en sí la hostilidad de casi todos los países del mundo. El momento es, indudablemente, de una
gravedad extrema. No se trata sólo del aislamiento diplomático, sino de la infiltración de guerrilleros
comunistas o sindicalistas, abiertamente favorecida desde Francia.
La situación estratégica de España y la creciente tensión entre Oriente y Occidente suavizarían, no mucho
después, el aislamiento español. En junio de 1947 la ONU descarta definitivamente de su agenda el caso
español. EL acuerdo hispanoamericano del 5 de julio de 1950 abrió una fase de cordialidad creciente. La
Cámara de Representantes vota en agosto un primer crédito a favor de España. En octubre, la República
Dominicana presenta en la ONU un proyecto de anulación de las decisiones de 1946. A comienzos de
noviembre, España es admitida en la Organización de Alimentación y Agricultura de la ONU. De manera
solemne, la ONU acepta el día 5 el restablecimiento de relaciones diplomáticas, volviendo sobre su acuerdo
de cuatro años atrás. Se inicia aceleradamente el retorno de los embajadores a Madrid.
El texto se compone de dos partes. En una primera parte se establece a través de dos puntos A y B como
verdades absolutas que el régimen de Franco es un régimen fascista ayudado por Hitler y Mussolini, y que
Franco como contrapartida colaboró con los alemanes e italianos en la segunda guerra mundial. En la segunda
parte del texto y como conclusión de ello por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas se
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recomienda prohibir la participación de Franco en organizaciones internacionales amparadas por las Naciones
Unidas, estableciendo por parte del Consejo de Seguridad medidas de fuerza para acabar con él si no se
establece en un periodo razonable un régimen de libertades. También se aconseja retirar a los estados
miembros los embajadores de Madrid.
Ese momento histórico que veíamos anteriormente queda de una forma bien patente recogida en el texto
objeto de comentario. Queda claro que existieron contactos y algo más entre Franco y los regímenes fascistas
de la Europa de la primera mitad del siglo XX. Quizá el hablar de ayuda muy considerable a las potencias
enemigas sea excesivo. La idea principal sobre la que gira todo el texto es la condena del régimen franquista a
nivel internacional.
La condena como hemos podido ver fue efectiva en un primer momento: aislamiento político, económico y
diplomático. La fuerza a la que se alude para remediar tal situación nunca se produjo. La resolución en el
último apartado apuesta por una España de libertad de expresión, de religión y de reunión y aspira a celebrar
cuanto antes elecciones en las que el pueblo español pueda expresar su voluntad, libre de coacción y de
intimidaciones.Esa España era la España de los vencidos. Habrán de pasar casi treinta años para que todo ello
empiece ser una realidad.
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