Históricamente Brasil, la principal economía del Mercosur y de América del Sur, ha sido nuestro principal socio comercial. En estas últimas semanas y debido a las restricciones impuestas por Brasil a las exportaciones uruguayas de leche en polvo, la relación de socio comercial de Brasil con Uruguay ha acaparado la atención y planteado ciertas dudas sobre el funcionamiento del acuerdo regional y su beneficio para un país pequeño como el Uruguay. La economía de Brasil es nuestro principal mercado no sólo en cuanto a destino de las exportaciones dado que recibe aproximadamente el 17% de las exportaciones uruguayas, sino también nuestro principal proveedor, al suministrarnos el 19% de las compras que Uruguay realiza en el exterior. Al influjo de diversos factores externos e internos, la evolución del intercambio comercial entre ambas economías ha crecido fuertemente en el último quinquenio, 2004-2008, pasando de 1.160 millones de dólares en el año 2004 a 2.606 millones de dólares en el año 2008, es decir un 25% de incremento. En esta evolución ha jugado un papel importante el fuerte desarrollo económico de Brasil en estos últimos años, al influjo de una política económica que ordenó la economía y sentó las bases para aprovechar al máximo el entorno internacional favorable. La relación comercial con Brasil Si nos detenemos en la evolución separada de exportaciones e importaciones, comprobamos que mientras que las ventas uruguayas a Brasil pasaron de 485 millones de dólares en 2004 a 999 millones de dólares en el 2008, un 106%, las importaciones provenientes de dicho país, que en el año 2004 habían llegado a la cifra de 675 millones de dólares, se ubicaron en el año 2008 en 1.607 millones de dólares, es decir, un crecimiento de 138%. Dichas evoluciones indican un saldo negativo para Uruguay que en el último año ha superado los 600 millones de dólares. A nivel de productos, Uruguay le exporta a Brasil en general bienes de origen agropecuario, con excepción de plásticos y sus manufacturas, jabón y productos de limpieza y manufacturas de fundición, hierro y acero. Por el contrario, Uruguay le compra a Brasil maquinaria, automóviles, sus partes y accesorios, combustibles y minerales y café, te y yerba mate. Se puede afirmar que se trata de dos economías relativamente complementarias, aunque existen algunos sectores donde se verifica comercio interindustrial. Según la información proporcionada por Uruguay XXI, en el primer semestre del presente año, y debido a los menores niveles de actividad de nuestra economía, la evolución del comercio con Brasil ha sido algo diferente. Por de pronto, se produjo una disminución importante de las importaciones, mientras que se mantuvo la tendencia al alza de las exportaciones, lo que determinó un saldo comercial favorable a Uruguay. Habrá que ver la evolución del segundo semestre para saber si el año 2009 termina con un cambio en la tendencia en cuanto al saldo comercial se refiere. En estos primeros seis meses de 2009, las exportaciones hacia Brasil alcanzaron los U$S 523 millones, lo cual representó un crecimiento del 12% en comparación con igual período del año anterior. El principal rubro de exportación fue “Cereales”, con una participación de un quinto del total exportado a Brasil y un crecimiento significativo de 45% en comparación a igual lapso de 2008. Otro rubro importante es el de “Productos de la molinería, malta, almidón”, que representó un 16,3% del total con un crecimiento del orden del 17,6%. Por otra parte, las importaciones desde Brasil disminuyeron un 26,5 %, en el período enero a junio de 2009, donde el rubro Vehículo Automotores, sus partes y accesorio, representó casi el 18%, seguido de Máquinas y Artefactos Mecánicos con un 11%. Hay que tener presente que las inversiones de empresas brasileras ha sido importante en los últimos años, lo que también se constituye en un dinamizador del comercio entre ambas economías. Toda esta información nos indica la significación de la economía de Brasil en cuanto al dinamismo del comercio para Uruguay, situación que seguirá verificándose en el corto y mediano plazo.