TERAPIA CONDUCTUAL DIALECTICA

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TALLER Nº 5:
TERAPIA CONDUCTUAL DIALECTICA
Ps. Cecilia Brahm, Dr. Francisco Bustamante, Dra. Jimena Quijada
Cambio
Aceptación
Comunicación
Irreverente
Comunicación
Recíproca
Solución
de Problemas
Validación
Nucleo
Consulta
al paciente
Grupo de
Consultoría
Intervención
Ambiental
El Trastorno de Personalidad Limítrofe es un desorden severo que ocasiona sintomatología
múltiple y gran sufrimiento tanto a los pacientes como a sus familias, y se asocia a una
elevada comorbilidad psiquiátrica (incluido abuso y dependencia de sustancias) y alta
frecuencia de conductas suicidas y parasuicidas. De acuerdo a las clasificaciones nosológicas
vigentes, las personas con este trastorno se caracterizan por presentar gran inestabilidad
emocional, que las lleva a experimentar frecuentes episodios de ansiedad, depresión e
irritabilidad, asociado a sentimientos crónicos de vacío. Presentan impulsividad en diversos
aspectos de sus vidas, como compras compulsivas, descontrol en la alimentación, abuso de
sustancias, conductas agresivas hacia sí mismas o hacia otros, automutilación e intentos
suicidas recurrentes. Las relaciones interpersonales de estos pacientes son muy intensas e
inestables, transformándose en una fuente de sufrimiento para ellos y quienes los rodean.
El tratamiento de las personas con trastorno de personalidad limítrofe es reconocido desde
hace tiempo como complejo y muchas veces de escaso rendimiento. Los psicofármacos
logran una mejoría parcial en algunos síntomas, como la inestabilidad emocional y la
impulsividad, por lo que la asociación de una psicoterapia es necesaria en la gran mayoría de
los casos.
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La Terapia Conductual Dialéctica creada por Marsha Linehan hace ya 15 años, es un
tratamiento picoterapéutico basado en la evidencia empírica, desarrollado originalmente para
pacientes suicidas y parasuicidas crónicos con Trastorno de Personalidad Limítrofe. La TCD
equilibra estrategias de cambio y aceptación, incorporando técnicas conductuales orientadas
a la extinción de conductas disfuncionales y el refuerzo de aquellas más adaptativas,
asociadas a técnicas dialécticas y a la práctica fenomenológica de Mindfulness, que
favorecen la aceptación y validación por parte del paciente y el terapeuta. Esta modalidad
psicoterapéutica logra disminuciones significativas en las conductas autodestructivas y en la
necesidad de hospitalizaciones psiquiátricas.
Fue desarrollada originalmente para pacientes suicidas y parasuicidas crónicos con Trastorno
de Personalidad Limítrofe (TPL), pero dados sus buenos resultados en pacientes de difícil
manejo, ha sido adaptada para tratar otros desórdenes complejos, como adicciones, trastornos
alimentarios, conductas de automutilación y conductas impulsivas en adolescentes. El
desarrollo paulatino de las diversas estrategias terapéuticas que utiliza la TCD está avalado
ampliamente a nivel internacional por la investigación clínica desarrollada por Linehan y sus
colaboradores.
La modalidad terapéutica incorpora terapia individual, terapia grupal, farmacoterapia,
reunión de consultoría, e intervenciones telefónicas.
En los grupos se enseñan habilidades de Mindfulness (conciencia plena), efectividad
interpersonal, como modular emociones, y como tolerar la ansiedad sin agravar las crisis
emocionales.
Equipo de tratamiento DBT
PACIENTES
Terapeuta
individual
Entrenadores
en habilidades
Farmacoterapia
Reunión de
supervisión
Gerencia
del caso
La TCD incorpora técnicas cognitivo conductuales, con especial énfasis en el análisis
detallado y paso a paso de eventos gatillantes y conductas desadaptativas (análisis en
cadena), y el desarrollo de estrategias de intervención como solución de problemas,
exposición, reestructuración cognitiva, entrenamiento en habilidades y manejo de
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contingencias. Sumado a lo anterior, la TCD trabaja con objetivos claros y jerarquizados que
van siendo atendidos en forma secuencial y según el estado actual del paciente:
1) Conductas suicidas y parasuicidas.
2) Conductas que interfieren con la terapia.
3) Conductas que interfieren con la calidad de vida.
4) Incremento de las habilidades conductuales.
5) Disminución de conductas relacionadas con el estrés postraumático.
6) Incremento del respeto por sí mismo.
Otro aspecto importante de esta terapia es la incorporación de estrategias dialécticas de
intervención, y de prácticas fenomenológicas, derivadas del budismo Zen. La racionalidad de
incluir estrategias dialécticas tiene que ver con que las personas con TPL poseen un estilo
cognitivo rígido y polarizado, en “blanco y negro”, que les impide acercarse en forma
flexible y adaptativa a la realidad. Por otro lado, la incorporación de conceptos del budismo
Zen aporta el concepto de la aceptación radical, la búsqueda del “camino del medio” que
contrarresta la tendencia a los extremos de estos pacientes, la valoración de la experiencia, la
intuición como formas válidas de conocimiento, y la práctica de ejercicios específicos y de
una aproximación no enjuiciadora a la realidad (Mindfulness), que apuntan a desarrollar en
estos pacientes, habitualmente “tomados por la emoción”, un espacio mental de integración
de las emociones, la razón y la intuición expresado en el concepto de “mente sabia”.
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