Actitud ante una gastroenteritis en el niño La gastroenteritis es una inflamación del intestino, generalmente de origen infeccioso que se manifiesta por diarrea, vómitos y ocasionalmente fiebre y dolor abdominal. Puede ser causada por virus o bacterias. Su complicación mas importante es la deshidratación, la cual es especialmente frecuente en niños. El mejor tratamiento es el reposo intestinal y el adecuado aporte de líquidos. ¿Que es la gastroenteritis? Es una inflamación del intestino originada por una infección por un microorganismo o sus toxinas. La inflamación de la mucosa del estómago se denomina gastritis, mientras que la del intestino se denomina enteritis. Cuando se afectan ambos órganos, lo que con frecuencia ocurre en el niño, se produce una gastroenteritis, que es la inflamación de todo el tracto digestivo. Se caracteriza por disminución en la consistencia de las heces con aumento del número de las deposiciones, acompañado o no de vómitos, fiebre y dolor abdominal. Es uno de los problemas más habituales en la práctica clínica diaria. ¿Cuáles son las causas de la gastroenteritis en niños y bebés? La causa más frecuente de gastroenteritis infantil es la infección por virus. Entre los virus destacan los rotavirus, astrovirus, adenovirus intestinales y calicivirus. La infección vírica, se transmite con facilidad de una persona a otra por contacto individual, y a diferencia de lo que suele ocurrir en las gastroenteritis bacterianas, sin mediación de alimentos ni bebidas. Los rotavirus constituyen la causa más importante de gastroenteritis aguda en niños menores de 2 años en todo el mundo, y actualmente se dispone de vacunación eficaz frente a este virus que se administra a los lactantes antes de los 6 meses de edad.. También la infección por bacterias o por sus toxinas (enterotoxinas) puede originar gastroenteritis. Dentro de las bacterias, las más habituales son salmonella, campylobacter y shigella mientras que de las gastroenteritis originadas por enterotoxinas, destacan el E.coli y el estifilococo. En ambos casos, el mecanismo de transmisión más importante son los alimentos contaminados. Otra causa posible es la alteración de la flora bacteriana natural del tracto digestivo, lo que sucede frecuentemente durante la administración de antibióticos por otros motivos, ya que éstos actúan sobre la población bacteriana intestinal, alterando su equilibrio natural. La administración de determinados antibióticos puede originar diarrea como efecto secundario, lo que puede paliarse en gran medida mediante la administración conjunta de probióticos que ayuden al mantenimiento de la flora saprofita intestinal. Igualmente, cabe señalar que en niños de menor edad, las infecciones extraintestinales como otitis, infecciones urinarias u otras pueden originar diarrea aguda. ¿Cuando debo sospechar que mi hijo pueda tener una gastroenteritis? Cuando tenga disminución de la consistencia de las heces con aumento del número de las deposiciones. La existencia de restos alimentarios no digeridos, moco o estrías sanguinolentas en las deposiciones son igualmente sugerentes de gastroenteritis. Frecuentemente existen además vómitos, en especial al comienzo del proceso, y habitualmente también dolor abdominal de tipo cólico intermitente y fiebre. ¿Qué complicaciones puede tener la gastroenteritis en mi hijo? La complicación mas grave es la deshidratación, la cual es especialmente frecuente en lactantes y niños de menor edad. En el caso de gastroenteritis aguda, los padres deben vigilar que el niño esté hidratado, ya que el mayor peligro es la deshidratación por pérdida de líquidos a través de las heces y del vómito. Los síntomas y signos de la deshidratación son: postración, sequedad de piel y mucosas en especial de la mucosa bucal, menor salivación, sed muy intensa, ausencia de lágrimas, ojos hundidos, fontanela deprimida en lactantes de menor edad y disminución de la emisión de orina. Ante cualquiera de alguno de estos signos, debe acudir al pediatra. ¿Cuál es el tratamiento de la gastroenteritis? No existe ningún medicamento específico. El tratamiento va dirigido a prevenir y tratar la deshidratación. El mejor tratamiento de la gastroenteritis es el reposo digestivo. Para ello, es aconsejable evitar ingesta de alimentos durante las primeras 16-24 horas, dependiendo de la edad del niño ofreciendo durante ese tiempo soluciones de rehidratación oral. El empleo de estas soluciones por vía oral resulta eficaz en muchas ocasiones; sin embargo, a veces, la deshidratación es tan intensa que el niño requiere ser hidratado por vía intravenosa, para lo cual debe ser hospitalizado. Pasadas las primeras horas, y a medida que mejora el cuadro clínico y la tolerancia del niño, se deberá administrar una dieta astringente. Los fármacos para cortar la diarrea son en general de escasa utilidad, y en algunos tipos de gastroenteritis están contraindicados. Utilícelos solamente cuando hayan sido prescritos por su pediatra. ¿Debo administrar líquidos en caso de gastroenteritis? Sí, puesto que las diarreas y los vómitos provocan una pérdida de agua y de sales minerales (sodio, potasio...). Si el niño tiene náuseas o vómitos, debe ofrecérsele agua o líquidos hidratantes en pequeñas cantidades (30-50 cc) pero con frecuencia. Puede ofrecérsele al niño agua o mejor soluciones hidroelectrolíticas rehidratantes que se pueden obtener en la farmacia sin receta médica en formato de tetra-brick o sobres para suspensión oral. Estas soluciones contienen glucosa como aporte energético y sales minerales necesarias para reponer las pérdidas (cloro, sodio, potasio y bicarbonato). Conviene ofrecer estos líquidos rehidratantes a la demanda. No obstante, cuando las pérdidas son muy abundantes o la tolerancia oral no es buena, deberemos visitar al pediatra o llevarle a urgencias por si necesitase una rehidratación por vía intravenosa. El consumo de refrescos que contienen cola es muy polémico, y es mejor abstenerse de ofrecerlos. El caldo de legumbres ligeramente salado es adecuado para rehidratarse, debiendo fíltrarse para evitar que las fibras le irriten el intestino del niño. ¿Qué alimentos se deben evitar durante la gastroenteritis? Hay que abstenerse de consumir legumbres, frutas y zumo de frutas. Los productos lácteos se deben evitar, salvo el yogur, que restablece la flora intestinal. Las salsas están totalmente prohibidas. ¿Cuál es la alimentación mas adecuada para mi hijo con gastroenteritis? Respecto a la alimentación, habrá que modificarla según las necesidades del niño. Es decir, si toma pecho, se le ofrecerá a demanda (tal y como se ha señalado anteriormente con las soluciones hidratantes), ya que la propia leche materna es la mejor de las soluciones hidratantes. Si toma biberón, podremos administrarle la leche de fórmula algo más diluida (menos concentrada). En lactantes de menor edad procuraremos dar una leche baja en lactosa o exenta de la misma, ya que tienen un mayor riesgo de presentar intolerancia transitoria a la lactosa durante los episodios de gastroenteritis, especialmente cuando se trata de gastroenteritis invasivas. Recordemos que estas leches suelen ser más digestivas que las de uso común. Si toma alimentos sólidos, procuraremos una alimentación basada en una dieta astringente a base de pollo cocido, arroz, pescado sin grasa al vapor , yogures y/o queso fresco, manzana rallada, sin piel o en compota, potitos de plátano y manzana, jamón de York…). ¿A partir de qué momento puedo volver a administrarle una dieta normal? Tras el reposo intestinal, la hidratación adecuada y la dieta astringente, se podrá introducir de forma progresiva la dieta normal que venía realizando el niño una vez que se haya conseguido una adecuada tolerancia oral y hayan normalizado el número, la consistencia y el aspecto de las deposiciones. Atención: el mayor riesgo de la gastroenteritis es la deshidratación. Si la gastroenteritis se prolonga más allá de dos o tres días, es preferible acudir a una consulta médica. En el caso de los bebés, una gastroenteritis puede provocar una deshidratación importante y rápida en mucho menos tiempo. Extreme la vigilancia tanto más cuanto menor sea el niño y no dude en llevar al bebé a una consulta pediátrica o a urgencias.