Buenas Buenas Noches, guardiolos y amigos Lo primero que debo debo afirmar, desde esta tribuna, y en esta noche tan especial, es que me siento orgulloso y feliz de estar aquí, para hacer algo que siempre me gustó: dar buenas noticias, como ésta de que las fiestas van a empezar. Dicen que uno no es donde nace, si no de donde se hace, y yo debo haberme hecho muy guardiolo, uardiolo, si los representantes del pueblo me eligen pregonero mayor de las fiestas y me llaman en una carta hijo de esta Villa Noble y Leal. Leal. Esto, para los que queremos sentirnos de aquí y lo llevamos a gala, da un gusto que no os podéis imaginar. De manera que vaya por delante mi más profundo y sincero agradecimiento a quienes habéis decidido, por unanimidad, que hoy me suba a aquí a hablar. Para pregonaros las fiestas del año 2000, último o primer pregón del siglo, según lo queráis mirar, se me agolpaban los sentimientos, las emociones y los pensamientos, sobre lo que debía siempre, pre, al final, decir, llegado este momento. Y como ocurre casi siem lo mejor es lo más sencillo y fácil de realizar. De manera que esto es lo que salió de pluma. Y con este tonillo tonillo pregonero que ya las palabras me junta, junta, ahí va va: ¡Pueblo de La Guardia!, nacido al regazo del Arroyo de Pera, bajo el sable de un moro moro dominador, y engordado a los pechos de la cristiandad, que hoy luces tendido sobre la loma de un cerro y cada tarde perfilas tu delicada figura sobre el rojo cielo. Caprichosa linde entre la Mesa de Ocaña y la llanura manchega, Que te muestras lánguido, rodeado por faldas de pinos verdes, verdes, Pero seco en el suelo que surcan tus gentes. Tierra de paso para los que viajan, De norte a sur, de este a oeste, Donde faenan y moran gentes Que saben del sudor del campo o del trabajo en la cercana cercana capital. Herederos de las andanzas de un Ingenioso Hidalgo Hidalgo de fama mundial. Gentes de bien, que llegado el ocaso del estío, Emborrachamos de cal nuestras casas, Y nos preparamos con nuestras mejores galas para celebrar que las fiestas, nuestras fiestas, fiestas, van a empezar. Bajo la veneración a un niño llamado Cristóbal, Un sentimiento especial, que cada mes de septiembre, cuando el olor a mies deja sitio en el aire al de vendimia, nos estalla en los corazones inundando todo este lugar. Villa Noble y Leal, Leal, Con honda raíz en la tierra, y también con página en Internet, que sabe y debe construir su mañana con un ojo puesto en su campo y el otro en el futuro que sese va a imponer. Gentes que viven esta centuria que agoniza, En la que todo empieza y todo acaba, acaba, como si de un sinfín de trigo se tratara, y que se preparan para iniciar otros cien años de camino, hacia un futuro de prosperidad y bienestar. Querido pueblo: Me dirijo a ti, llegado este momento, Para dar rienda suelta a mis pensamientos, Y transmitirte transmitirte mis preocupaciones, mis ideas, mis sueños, A cerca de lo que para ti quiero y deseo. Guardiolos, que vivimos y trabajamos dentro y fuera de un pueblo, pueblo, Regado con agua de un tímido Cedrón, Mecido por la brisa de Perejón Y arropado por el cerro de la Atalaya Atalaya o las cañadas de Escorchón… Emprendemos el sendero del nuevo siglo Con la experiencia de cientos de años de historia, Pero también con la candidez del que se enfrenta a un futuro incierto que deseamos prometedor. Futuro que ganaremos día a día, y en el que encontraremos duras pruebas: paro, drogas, intolerancia, apatía… Negros enemigos que acechan, Y algunos ya muestran su dureza. ¡Jóvenes!, que tenéis en vuestras manos el futuro de este pueblo, que deseáis ser algo y esta competitiva sociedad no os conforta, sabed que el alcohol, las drogas o el dinero fácil, no construyen a la persona y son la mierda que siempre flota, por mucho que las riquezas de quienes lo ofrecen os prometan una vida de color de rosa. ¡Padres de esos hijos! Que no veis elel camino claro, claro, No bajéis la guardia. Recordad los tiempos pasados, No os contagiéis de esa falsa moral en la que no tener nada parece un pecado, y no miréis para otro lado. Sed más padres que nunca, con el ejemplo, el apoyo, el calor, el consejo y la ayud ayuda,a, antes de que la antesala de esa muerte os sacuda. Vosotros sois el ejemplo, Vosotros sabéis, mejor que nadie nadie, die, que no se trabaja el futuro en un día, que la constancia, el trabajo en equipo y el buen buen rollo es la mejor de las medicinas. Gente de mi pueblo, pueblo, que cada jornada acudís a vuestros trabajos en el campo, la obra, la oficina o la universidad, seguid arrimando el hombro, con esfuerzo e imaginación, superando dificultades y construyendo el mañana, dando ejemplo de progreso y exigiendo a nuestros gobernantes gobernantes diálogo, sensibilidad y ganas. Ganas que pedimos a los líderes sociales, pero también a los espirituales, Porque pastorear nuestras almas no es tarea de ocho a tres, cuidar de la moral de un pueblo requiere esfuerzo, voluntad y brillantez. ¡Guardiolos ¡Guardiolos del nuevo siglo! Que lucháis por poner el pueblo en mejor sitio, no dejéis hueco a la desidia, que no decaigan ni las fuerzas, ni las buenas ideas, para seguir mostrando lo mejor de esta comunidad: su tolerancia, su imaginación, su civismo, su constancia constancia y su solidaridad. Valores todos ellos a los que sacamos brillo, como si no fueran a examinar, precisamente en septiembre, cuando se acerca nuestra fiesta local, sabiendo que forman parte de nuestro tesoro principal. principal. ¡Vecinos y amigos!, ¡El momento se acerca ya!, y por orden del señor alcalde, del señor juez de paz, y de todos cuantos representan nuestra sociedad, como pregonero mayor os hago saber, que nuestras fiestas están a punto de comenzar. pasar, sar, No decepcionemos a todos cuantos por aquí quieran pa Arrancad de vuestras entrañas la mala leche, Que no haya broncas ni dentro ni fuera del hogar, Dejemos hueco a la amistad y a la urbanidad, Y que se extienda sobre nuestras cabezas un manto Tejido con alegría, devoción, juerga, respeto y bienestar. ¡Dejad a un lado las preocupaciones!, Y con el prójimo no seáis criticones, Porque es de lo más vulgar. Haced lo posible, para que este pueblo se convierta en una gran parroquia abierta a la convivencia, el amor, la fe y la fiesta. Que nadie se quede en su su casa, y que todos se animen a participar. Que salgan de sus rincones negros, blancos, payos y ‘calés’, mojigatos, juerguistas, chuletas, casquivanas o afeminadas, Gentes de todo color y pelaje, Para al mundo poder mostrar, Una vez más, Que aquí, en La Guardia, Nos lo sabemos montar. Que comience de nuevo a rodar Ese gran tiovivo tiovivo, vivo, Que formamos entre feriantes, la jarana, Nuestra reina y damas Y los vecinos del lugar. Que da vueltas y más vueltas Sobre el eje principal con el que todos, estos días, vamos vamos a girar… Esa pequeña figura Que de una cueva a hombros traemos Y cu cuya presencia aquí se nos hace particular. Sabéis quién es, Ni siquiera lo necesitaría nombrar… Porque hay pocas cosas en nuestras vidas A las que los guardiolos respetamos igual. Tened siempre presente su imagen, Una figura débil, Fortalecida por el amor, Cuya veneración Nos invita a unir fuerzas y montar Una gran fiesta Para todo el que a La Guardia se quiera acercar. ¡Niño Cristóbal! ¡Cuantas cosas rotas eres capaz de arreglar!. Ten presentes a cuantos te imploran, Incluso a los que no te rezan, Pero sobre todo apura… apura… No dejes que afloje la fefe de este pueblo en tu tu figura, Símbolo de unidad e identidad. ¡Santo Niño!, En esta noche de septiembre, víspera de los festejos que aguardan ya, ya, en medio del del clamor popular, te imploro para que sea un éxito el gran lío que, en tu honor, y un año más, estamos a punto de inaugurar. Apelo a ti, y a toda la bóveda celestial, Para que nuestros rostros supuren Confianza en el futuro y felicidad; Para que de nuevo haga efecto esa pócima mágica que mezcla el barullo, la música y el humo de los pinchos morunos, y que hace que nuestra sangre hierva, cuando a punto de salir por la puerta oigamos la música con la reina y las damas pasar. ¡Vecinos y amigos! amigos! ¡A disfrutar! ¡A derrochar afecto y amistad, desde que sale el sol por Carahorma hasta que la luna posa su luz sobre la Vega, o más allá! ¡Son nuestros días y nuestras noches! ¡Y nadie nos los debe arruinar! ¡Vamos a comenzar!, Que suenen ya los clarines de la alegría, alegría, Y ese grito sin el que nada de lo dicho valdría: ¡Viva el Santo Santo Niño! ¡Viva La Guardia! ¡Felices Fiestas a todos!