“Laudatio” de Ricardo Etxepare Tambor de Oro (20 de enero de 2002) Donostiako Alkate jauna, Kultura sailburu andrea, Ricardo Etxepare, hona hurbildu zareten guztiok, egun on eta ongi etorri. Ia-ia atzo eskatu zidaten Ricardo Etxepareren laudorioa gaur hemen egitea. Egia esan, eskaera hau ez zitzaidan asko gustatu. Niri inprobisazioak denbora askorekin preparatzea gustatzen zaidalako. Hala ere, ez nuen une batez ere zalantzarik izan eta baiezkoa pozik eman dut. Ohore handia baita niretzat, edozein donostiarrentzat izango litzatekeen bezelaxe. Eta beste aldetik eta zinez diotsuet, baldin bada norbait sari hau eskuratzea mereziko lukeenik, hau da zalantzarik gabe, lagun eta adiskide dudan Ricardo Etxepare. Irakaslea, ikertzailea eta zuzendaria ahantzi gabe, gizonaz mintzatu nahi nuke. Bere unibertsitate mailan beti ibili arren, Ricardok ederki asko daki lagunekin solasean aritzen, ederki asko daki bazkari naiz afari on batez, edo ardo onaz gozatzen. Ederki asko daki bidaiez gozatzen. Han eta hemen ikusiko duzue Erreala animatzen, Retegiren azken partidak ikusten, sagardoa dastatzen, bere familiarekin ibiltzen. Hitz batean, betebetean bizitzen dakien gizona da. Herria, Hizkuntza era Unibertsitatea ongi uztarturik eramaten ditu barruan Ricardo etxepare jaunak. Jaun iraunkorra, jaun emankorra, larrialdietan arroka, eta beti bake gizona. Txingudiko errepublikako semea eta Txingudiko errepublikako semea denez, euskal orekaren, euskal ekilibrioaren zentzu berezia duen gizona. Alde batean Iparraldea, bestean Gipuzkoa, eta aurrean Nafarroako Erresuma Zaharra. Al pedirme que interviniese me vinieron rápidamente a la memoria aquellas caóticas discusiones en las comidas mensuales, a las que durante muchos años tuve el placer de acompañar a Quincho Elósegi, Ramón Labaien y Ricardo Etxepare. Hoy Quincho hubiese estado feliz y orgulloso, como lo estamos Ramón y yo, de la distinción a este digno, meritorio y honorable ciudadano que es Ricardo Etxepare. Etxepare es una persona compleja con parte real y parte imaginaria. Muchos de ustedes ha oído cosas sobre el Etxepare imaginario, yo les voy a hablar del Etxepare real. Una mente creativa, versátil y eficaz, una persona buena y honrada, llena de talento, capaz de organizar equipos, dirigir proyectos y llevarlos a la práctica con un liderazgo moral, delegando e inspirando confianza a su gente para trabajar independientemente. Desde hace años contemplo con admiración la figura y la obra de Ricardo Etxepare. Un hombre que desde su militancia política ha sabido desarrollar una ingente labor, en campos muy variados, al servicio de todos. Ya han pasado muchos años desde que, sin dejar de dedicarse con entusiasmo a la Universidad, su compromiso con el País, con su opción y con la democracia le llevó a dar la cara y a ocupar numerosas y comprometidas tareas en el ayuntamiento de Irún, en la Diputación y en la Kutxa. En todas ellas y con 1 una intachable integridad personal dejó huella de su estilo limpio, racional, conciliador y efectivo, racionalizando la gestión y poniendo las instituciones al servicio del ciudadano. En general, y por supuesto sin que faltasen saludables críticas, puntuales las más, su gestión se ha sellado por el éxito. El mismo éxito que le ha acompañado en muchas otras actividades. Éxito fundado en su forma de hacer las cosas con seriedad, dedicación, responsabilidad y compromiso. Con grandes dotes de organización y una gran capacidad de formar y dirigir equipos. Un liderazgo basado en el ejemplo personal. Nunca exigió a alguien algo que él no estuviese dispuesto a hacer. Un liderazgo moral con gran exigencia y preocupación por la eficacia, pero nunca, nunca a cualquier precio y todo ello desde un talante eminentemente conciliador, basado en el esfuerzo por entender al otro. Firmemente convencido de la trascendencia de la educación para el futuro del País ha alzado su voz para impulsar la expansión de los estudios universitarios de todo tipo en Gipuzkoa. La Universidad del País Vasco (EHU) y en concreto su campus guipuzcoano le debe mucho a Etxepare. No sólo su querida Escuela. Eso merece una mención singular. Todo el desarrollo del Campus. Su callada y constante labor de asesoramiento a la Diputación y a las diferentes autoridades académicas se ha traducido en innumerables desarrollos y oportunidades que nos han beneficiado a todos. Pero no sólo la educación universitaria, toda la educación le debe mucho a Ricardo. Su impulso fue decisivo en el Plan Estratégico Gipuzkoa 2000 y en el Foro Gipuzkoa XXI de los que surgieron iniciativas pilotos para impulsar la calidad de la educación, actitud que ahora empieza a abrirse camino, pero que era muy ignorada cuando Ricardo hizo su apuesta total por ella. Los cursos de verano de San Sebastián son obra de Ricardo Etxepare y de un equipo espléndido que ha sabido aglutinar y que le adora. La realidad cuantitativa de los cursos ha sido suficientemente descrita estos días, por ello indicaré otras cosas no tan conocidas. Es una contribución a la ambición donostiarra de ciudad de cultura. El modelo que Ricardo Etxepare eligió e impulsó no fue el del sarao, cursos para la farándula, ni ofrecer escaparates a políticos subvencionadores. No. Fue un modelo sólido, flexible sin la rigidez de lo reglado pero sobrio y riguroso. Cursos para divulgar y vulgarizar la cultura y no para hacer de la cultura algo vulgar. Cursos que han proyectado una gran imagen de San Sebastián tanto hacia dentro del País Vasco, como hacia fuera, hacia España y hacia Europa. Tengo la impresión de que a veces no somos lo suficientemente conscientes de que organizar dieciocho ediciones de los cursos y conseguir que cada una supere a la anterior, requiere no solo trabajo y talento, sino una gran imaginación creativa. No puedo dejar de mencionar pues sería no hacer justicia a lo que es una de sus contribuciones más importantes su labor en y al frente de las escuelas de Ingenieros Técnicos de San Sebastián, siempre con Gipuzkoa y sus necesidades como norte. Lustros de dirección de Ricardo Etxepare con especial atención a los alumnos, a la formación del profesorado, a los programas de formación permanente, han llevado a esta escuela a un alto nivel de calidad y prestigio, ampliamente reconocido en el campus en la Universidad y toda Gipuzkoa. Q de Plata del Gobierno Vasco. En Ingeniería Técnica se comenzara el próximo año con siete titulaciones. 2 Pero hablar solo de dirección no le haría justicia a Ricardo Etxepare, hay que señalar su profundo conocimiento de la tecnología, y su relación con todas las áreas tecnológicas con participación en congreso y en mesas y foros de desarrollo. En mi opinión solamente por su labor en la escuela de ingenieros ya merecería el Tambor de Oro, añádanse sus contribuciones a la diputación, a la kutxa, al gobierno y dirección de la Universidad, su constante promoción de la calidad del sistema educativo, su eficaz y generoso asesoramiento sin partidismos, y quedara claro porque su elección ha sido recibida, con un clamor de aprobación. Ricardo, cara al público, aparece la mayoría de las veces como un gestor, un hombre de acción, con una gran inteligencia práctica para completar proyectos y con un gran encanto y capacidad para explicarlos. Me parece necesario señalar que detrás de esto hay también mucha inteligencia teórica, mucha conceptualizazión, algo que ya en sí otorga el máximo nivel y el máximo grado académico en muchas Universidades del mundo. Sabe buscar soluciones sin olvidar la complejidad de los problemas. ¿Cómo se ha podido desarrollar tan ingente tarea? Muy sencillo: Por un lado con las recetas que han hecho grandes a las viejas Universidades y ricos a sus entornos. Son viejas recetas, sencillas y simples. La labor callada y generosa. La dedicación abnegada. La exigente conducta personal. El sumo respeto para con los demás... La valoración absoluta de la libertad de conciencia frente a cualquier tentación de adoctrinamiento. Los esfuerzos por el avance y modernización del País. La apertura al futuro... la confianza en la juventud... la ilusión por las cosas pequeñas y elementales. En una palabra: CALIDAD HUMANA. Termino con un resumen, profundamente sentido que créame no surge del hermoso ambiente lleno de calor y magia de ese momento. Ricardo Etxepare es un ejemplo excepcional del tipo de persona que siempre me ha resultado especialmente atractivo. Abierto al mundo sin olvidar sus raices. Una persona tolerante que tiene a aglutinar y no a dividir, a construir puentes, no a romperlos. A crear afecto y no rencor. Un especialista que tiene una visión amplia, conocimientos profundos y cálido entusiasmo tanto por su propio campo como fuera de él, y más en concreto una persona cuya mente ha sido educada en la espléndida y hermosa disciplina que es la tecnología, pero cuyo corazón disfruta asimismo con los triunfos del arte, con la historia y las humanidades, la belleza y la armonía de la naturaleza, así como con las bellezas de la naturaleza. Este tipo de personas es lo mejor que puede producir nuestra moderna civilización. Estamos orgullosos de ser sus amigos. Zorionak Ricardo, bihotz-bihotzetik eta Danbor horretaz urte askoan goza dezazula Carmen emaztearen eta semeen ondoan, zure eskuekin egindako seaskan dagoen ilobaren ondoan. Eta gero seaska hori beteko dutenekin ere eta hemen gauden guztiok ikusteko izan gaitezela. 3