UNIVERSIDAD DE LA REPUBLICA FACULTAD DE PSICOLOGIA TALLER DE 2º CICLO MATERIALES PARA TRABAJAR EN TALLER EL SILENCIO Y LA MIRADA (Acerca de los inicios del trabajo grupal)*1 Podemos caracterizar las primeras reuniones del grupo como momento de impacto y elaboración del encuadre de trabajo. Llamamos encuadre al conjunto de “constantes dentro de cuyo marco se da el proceso ” (Bleger,J.”Psicoanálisis del Encuadre Psicoanalítico” “Simbiosis y Ambigüedad” Ed. Pidos), constantes que son propuestas por la Institución. Sabemos que en los grupos se producen distintos tipos de silencios, que son registrados como diferentes, tanto por los integrantes como por el coordinador. Silencios que responden a momentos de espera o de reflexión; silencios vinculados a la comprensión del insight, silencios que expresan el placer de compartir la tensión de disentir. Pero, en última instancia, podemos resumir los distintos tipos de silencios en dos: silencios que expresan ansiedad persecutoria y silencios que expresan ansiedad depresiva. Es cierto, que por momentos, se torna una situación incómoda y a veces altamente angustiante para quienes lo comparten, entonces tratan de no mirarse o miran al piso. Sabemos que una de las contradicciones que marcan intensamente la vida de los grupos es la contradicción individuo - grupo, que despierta el temor de perder la propia identidad en la trama grupal. Este temor lleva en muchos momentos a que los integrantes se estructuren defensivamente frente al otro, que es vivido como amenaza. La intensidad de esta defensa nos lleva a pensar en un deseo igualmente intenso de fusión. El grupo aparece como salida posible y entonces existe una fuerte motivación a fundirse en una estructura, pero en una estructura que no diferencia; hay una tendencia a la fusíón como búsqueda de la completud de un cuerpo, de un psiquismo que se siente amenazado por una vivencia de incompletud, de fragmentación. Sin duda que esta situación remite a la fusión que un día fue y se perdió (deseo arcaico pre-natal). Rene Kaes en "El apoyo grupal del psiquismo individual: algunas consecuencias teóricas en relación a los conceptos de individuo y grupo" (Revista Temas de Psicología Social Año IV abril 1981) señala que "...psicológicamente, el individuo está sometido a la división. Separado primero de su origen, apoyado después por él sobre el objeto de su deseo, se figura fragmentado en la representación de sucuerpo y de su funcionamiento psíquico" ...y en otro párrafo, "entonces el individuo (...) busca en el grupo la imagen de su unidad perdida y el apoyo necesario para superar el desamparo. Busca en el afuera lo que le hace falta en el adentro: la indivisión, la continuidad, la seguridad de la unidad, la coherencia, la permanencia". 1 Compilación realizada por el Psic. Alberto Servillo de un trabajo de la Psic. Gladys Adamson y la Psic. Delly Beller Escuela de Psicología Social Dr. Enrique Pichon-Rivière de Buenos Aires Ediciones Cinco Bs. As., 1978. La fusuión es deseada y a la vez temida ya que si bien por un lado evoca un estado de bienestar y completud, al mismo tiempo implica la indiscriminación. Es "una producción fantasmática muy ambivalente que reposa en una problemática conflictiva del inconsciente. (Lapierre-Aucouturier "El cuerpo y el inconsciente en educación y terapia" Ed. CientíficoMédica. Barcelona. España). El ser humano no sale jamás completamente de esta ambivalencia conflictiva que mantiene la oscilación y la fluctuación de sus deseos. El silencio, bajo el dominio de esta fantasmática de fusión, es lo más regresivo y sincrético que el grupo comparte. Durante el silencio son cuerpos nada más. El silencio los homogeniza, es allí donde se pierde cada uno. Están con - fundidos, fundidos - con, sujetos a lo no discriminación yo-otro. Lo persecutorio es el "cuerpo grupal" que emerge. Durante el silencio no hay nada más que cuerpos que se miran, no hay nada que instituya un orden, no hay palabra, no hay lenguaje. Carecen de la función organizadora del lenguaje verbal y se desencadena una vivencia de pánico ante lo desconocido - conocido. Los integrantes del grupo se pueden mirar cuando la mirada es acompañada del lenguaje. Entonces mirada y palabra los ubica en un nivel prospectivo de discriminación y simbolización. La mirada pasa así, a ser la posibilidad de reconocimiento propio y del otro tal como lo plantea Sartre. A través de la palabra del tránsito hacia y el encuentro con la tarea (tanto explícita como implícita) se logrará finalmente un pasaje de la fusión a la discriminación; una integración obtenida a partir del reconocimiento de las diferencias como algo enriquecedor y posibilitador del crecimiento.