Parcial individual número uno

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Parcial individual número uno
Denis María Zárate Díaz
Pontificia Universidad Javeriana
Facultad de Comunicación y Lenguaje
Departamento de Ciencia de la Información – Bibliotecología
Modelación de Unidades Análogas
Febrero 2016
Parcial individual número uno
1. Redacte la misión y visión para su vida profesional. La visión debe ser redactada a
mínimo 25 años después de su graduación.
Mi misión profesional es transmitir y vivir a diario mi profesión con el amor y
dedicación que merece, reflejándolo con el compromiso en mi trabajo y la manera
como interactúo con los usuarios y con mis compañeros de profesión, manteniéndome
actualizada, abierta a los cambios y sin olvidar mi pasión por la lectura, la información y
las unidades de información.
Explicación: Hace poco leí una entrada en un blog -la entrada se titula: Perder el
gusto por la profesión- en la que Sandra Escobadia narra su experiencia, ella es
ingeniera de sistemas pero eso nunca la llenó, nunca la hizo feliz, y con el tiempo se le
hizo intolerable; después de meditar qué la hacía feliz, descubrió que lo suyo era la
escritura, ahora se dedica en su tiempo libre a escribir una novela (Sarro, 2012). Traigo
esta lectura a este escrito porque creo firmemente que a estas alturas de mi vida
(quinto semestre y casi veinte años de experiencias), perder el gusto o amor por la
profesión que escogí con tanta esperanza, sería algo catastrófico, no sólo por la
decepción, sino por el tiempo, esfuerzo y dinero que tanto mis padres como yo hemos
gastado en ello. Últimamente he descubierto que hay aspectos de mi carrera que no
estoy disfrutando y otros tantos que no encuentro y esperaba encontrar, este semestre
ha sido para mí retador, en la medida en que tuve que replantearme mis expectativas a
unas mucho más posibles y terrenales; y es que la verdad esperaba mucho más de la
carrera que escogí. Amo lo que implica ser bibliotecario (o bibliotecólogo) pero he
descubierto que lo que quiero ser es mucho más que lo que esta carrera en esta
universidad quiere que sea, así que por eso mi misión profesional implica un proceso
diario, un proceso de disfrute, compromiso y aprendizaje continuo por satisfacerme a
mi misma y a los usuarios a los que atenderé, sin dejar de lado lo que me condujo a
donde estoy; mi pasión por la lectura, los libros, la información y las unidades de
información.
Mi visión profesional para el 2044 es ser la mejor profesional que puedo llegar a ser,
por medio de un desarrollo académico y personal, que me permita ejercer mi profesión
en una buena posición, donde lo que amo hacer no se medie por la necesidad y donde
pueda causar un impacto de calidad sobre la vida de los usuarios.
Explicación: Nunca he trabajado, pero tengo claro que no quiero tener que
ejercer mi profesión por necesidad, porque para mí eso significaría asociar lo que
disfruto hacer con el dinero; evidentemente cuando escogí estudiar Bibliotecología
esperaba (y espero) vivir de ello, pero no quiero que un salario se vuelva la parte más
feliz del mes. De acuerdo con García (2013), que adaptó la pirámide de Maslow, un
trabajo ideal debe: suplir las necesidades fisiológicas y de seguridad (debe
proporcionar el dinero suficiente para llevar una buena vida), permitir la filiación (el
establecimiento de relaciones con los otros), suponer el reconocimiento social (ayuda a
desarrollar la autoconfianza) y además permite la autorrealización (permite ser quién
uno es), el acceso al dinero sólo repercute fuertemente en la primera condición. Es
primordial la autorrealización para ser un buen profesional, pero ello implica estar
cómodo con las condiciones y clima laboral.
Por todo lo anterior, y aunque aun no he decidido en que campo de la Ciencia de la
Información quiero trabajar, mi visión plantea que sin importar el campo, tengo que ser
la mejor profesional que yo pueda ser y esto implica un desarrollo académico
(maestrías, diplomados, etc.) pero también personal, hay que ser buena persona para
ser buen profesional (Ramírez Ordoñez, 2016).
2. ¿Cómo evaluaría su participación en la construcción colectiva del documento?
Indique sus principales fortalezas y debilidades y las del grupo.
Usualmente cuando debo trabajar en grupo mi participación se vuelve dominante,
es algo de lo que soy consciente y en lo que he trabajado, y con esto me refiero a que
me gusta el intercambio de ideas y pareceres sobre la temática, no sólo determinar que
hacer y que no haya discusión. Cuando digo que he trabajado en ello, hago referencia
a que he tenido que aprender a moderar mi comportamiento dominante sobre mis
compañeros de grupo y la tarea que tenemos entre manos; he aprendido a dejarlo ir,
sin embargo aún me cuesta mucho trabajar en un grupo en el que yo no ayude
activamente. De acuerdo con Salina Ayala (s.f.) la dominancia es un factor de
personalidad que esta fuertemente ligado al control, poder y la asertividad, y así como
todas las cosas, este tipo de factor tiene aspectos positivos y negativos, así:
De los positivos encontramos independencia, motivación para ser exitosos en
lograr lo que quieren. Sin embargo también pueden ser de temperamento fuerte
y agresivos. A la gente de estas características le gusta tener autoridad y poder
sobre los demás, son competitivos, ambiciosos y le gustan los desafíos. No
confían fácilmente en los demás y trataran de tener éxito por sus propios
medios, sin ayuda. En caso de necesitarla, darán ordenes en vez de pedir
colaboración (p. 6).
Yo evalúo mi participación bajo dos perspectivas, (1) en resultados puntuales del
trabajo y en (2) mi desarrollo personal e interacción con mis compañeras. Frente al
primer punto, creo que el resultado del trabajo fue muy positivo, logramos y logre
cumplir con las exigencias que nos habíamos propuesto, tuve un ritmo constante de
trabajo y como resultado se obtuvo un buen trabajo. Con respecto al segundo punto,
considero que este es aun mejor que el primero, aunque sí ejercí dominancia,
considero que fue algo mucho más sano y colaborativo, me permití aceptar la
delegación de las tareas y entender que lo que mis compañeras puedan aportarme a
mí y a nuestro trabajo, es tan o más valioso como lo que yo misma pueda hacer, a
diferencia de lo que dice Salinas Ayala, yo no di órdenes, más bien pedí a mis
compañeras su colaboración y cooperación.
Intenté en todo caso, dejar de ser pedante y aquí cito a Montaigne (2008)
cuando escribió: “para recibir tantos cerebros ajenos, tan grandes y fuertes, es
necesario que el suyo se estreche, se encoja y disminuya, para darle sitio a los otros”
(p. 5), lo que considero muy oportuno, ya que creo que sería pedante si aún sabiendo
que soy dominante no decidiera hacer algo frente a ello, si dejara que ello entorpeciera
mis relaciones interpersonales evitando que fuesen saludables; por esto fue básico
para mi escuchar a las demás, a lo que ellas querían y pensaban sobre el trabajo, a lo
que deseaban que pasara con nuestro trabajo y a lo que implícitamente querían que yo
dejara de hacer.
En cuanto a mis debilidades, creo que entre ellas esta la misma dominancia que
he mencionado a lo largo de ésta respuesta, mi dificultad para delegar tareas (lo que
ellas solicitaron y a lo que todas accedimos), mis ansías de perfección y a veces la falta
de comunicación. Por otro lado, entre mis fortalezas, cuento con lo organizada y
diligente que soy, además creo que se me da bien redactar, escribir y darle orden a las
cosas.
Con respecto a mi grupo de trabajo, una de nuestras debilidades es que nos
dispersamos rápidamente, es decir, estamos concentradas diez minutos y distraídas
quince, lo que a veces hace que el poco tiempo que tenemos para reunirnos, no resulte
tan productivo; por otro lado a veces no sabemos comunicarnos, lo que ha creado por
momentos un ambiente de trabajo incómodo. Entre nuestras fortalezas, están la
redacción y coherencia, varias de nosotras tenemos facilidad para ello, lo que
disminuye el tiempo dedicado a la corrección de dichas fallas, también cuento como
fortaleza el hecho de que hay deseos, motivación y ganas por trabajar, mis
compañeras están siempre pendientes de que hay que hacer y se responsabilizan por
las tareas que escogieron desarrollar, lo que me parece muy positivo, porque así la
cantidad de trabajo se reduce y todas nos volvemos parte activa del proceso, que debe,
por cierto, ser conjunto.
3. Realice un relato informacional que incluya la cita de 3 frases textuales de 1984 que
le hayan impactado. Realice un texto donde expliqué por qué le impactaron y qué
relación tienen con su vida profesional. Este texto específico debe cumplir los
requerimientos del encuentro Relatos informacionales
Desde 1984: Una reflexión sobre el valor social de la información
Denis María Zárate Díaz
denis.zarate@javeriana.edu.co
Pontificia Universidad Javeriana
Facultad de Comunicación y Lenguaje
Carrera de Ciencia de la Información – Bibliotecología
Estudiante de quinto semestre
Al leer 1984, una de las obras de George Orwell, entiendo porque la información
tiene valor social, y no es que a través de estos cinco semestres no me lo hubiesen
explicado o enseñado de diversas maneras, sino que me parece que por medio de la
literatura las cosas se hacen mucho más claras; se hace evidente el por qué, el cómo y
el qué esperar. La información es más que un conjunto organizado de datos
procesados, la información cambia pensamientos; crea realidades; elimina vidas;
añade y quita valor; y es incluso un medio de control, sobre éste último punto se dice
en el libro: “Si el partido podía alargar la mano hacia el pasado y decir que este o aquel
acontecimiento nunca había ocurrido, esto resultaba mucho más horrible que la tortura
y la muerte” (Orwell, 2010, p. 41). A menudo se dice que el pasado no puede ser
cambiado, pero yo diría que hay formas, y una de ellas es la “rectificación” del pasado
que hace el Gran Hermano, el proceso consiste en manipular, alterar, falsificar e
incluso desaparecer la información por medio de la impresión de nuevos ejemplares y
la incineración de los que tienen la verdad, ¿Cómo podríamos acaso recordar quienes
somos colectivamente si la información es constantemente cambiada por los que tienen
el poder? La transparencia e integridad de la información son cualidades muy valiosas
pues ellas nos permiten determinar gran parte de su veracidad y por lo tanto nos
ayudan a crecer como sociedad. Nosotros, los bibliotecólogos, debemos tener siempre
en cuenta que ayudamos a la construcción de la sociedad y la memoria y que como
protectores de la información, no podemos permitir que ésta sea fácilmente usada para
ejercer control sobre los demás.
Las diversas realidades son lingüísticamente construidas, porque las palabras no
son pura sintaxis; son conceptos, todo lo que pensamos son puros conceptos y una
manera de expandir este horizonte es por medio de la escritura, de la documentación
de nuestras realidades. Winston, el protagonista de 1984, decide que aunque ello le
cueste la vida, escribirá un diario y dice “¿cómo iba a usted a apelar a la posteridad
cuando ni una sola huella suya, ni siquiera una palabra garrapateada en un papel iba a
sobrevivir físicamente? (Orwell, 2010, p. 35), como bibliotecólogos se nos anima a
proteger, a conservar y a ofrecer acceso a la información, pero no se nos anima a
escribir, a documentar nuestra realidad profesional, sus facilidades, y porqué no, sus
dificultades. Para poder llevar a cabo nuestra misión, debemos querer conocer el valor
de la información contenida en esos miles de libros, artículos, páginas web y demás
soportes; pero muchas veces es difícil porque nosotros mismos no publicamos, ni
escribimos lo suficiente como para saber lo que significa darle forma a los
pensamientos, ofrecerle sentido a la realidad y compartir lo que pensamos o sentimos
sobre uno u otro aspecto. Se nos ha enseñado que no debemos establecer juicios
sobre la información, esto para mantener un acceso universal a cualquier tipo de
información, sin embargo se requiere ser critico sobre lo mismo para poder escribir
sobre la realidad; hay que aceptar que la época en la que nos movemos representa
todo un reto en tareas y habilidades para el bibliotecólogo, y que sin cuestionarse no se
puede afrontar apropiadamente dicho reto. Requerimos escribir, contribuir a la
construcción social y volvernos parte mucho más activa de la sociedad, que nuestras
ideas y habilidades también se vuelvan parte del valor social de la información.
Pero para poder escribir, hay que leer ¿Pueden creer que existan bibliotecólogos
que no leen? Es absurdo, teniendo en cuenta que muchos de nosotros en nuestro
entorno laboral estaremos rodeado de miles de libros y que por definición nos
dedicamos a ayudar a los demás a querer leer, o al menos a encontrar qué leer, ¿cómo
evita uno así la lectura? Leer es tan importante para el pensamiento que en 1984 se
quiere eliminar la mayor cantidad de palabras para que las personas piensen cada vez
menos, quieren eliminar la variedad, la representación de los diversos conceptos, la
capacidad de pensar libremente, así:
Hacia el 2050, quizá antes, habrá desaparecido todo conocimiento efectivo del
viejo idioma. Toda literatura del pasado habrá sido destruida. Chaucer,
Shakespeare, Milton, Byron…sólo existirán en versiones neolingüísticas, no sólo
transformados en algo muy diferente, sino convertidos en lo contrario de lo que
eran (Orwell, 2010, p. 59).
¿Cómo escribe uno si no ha leído lo suficiente como para formar sus propias
opiniones y defenderlas? La realidad es que como bibliotecólogos no vamos para
ningún lado si no leemos, leer hace crecer el conocimiento, nos brinda
herramientas, nos da en qué pensar, nos enseña y muchas veces nos permite ver la
belleza de la información, el lenguaje y el pensamiento. Para producir información
que merezca la pena ser llamada de valor social hay que trabajar por mantenerla
incorrupta, hay que esforzarnos por escribir y aún más por leer. Como
bibliotecólogos debemos trabajar por autorrealizarnos y brindar la mejor información
posible a nuestros usuarios, pero también tenemos como reto documentar cada vez
más sobre nuestro quehacer, no sólo para darlo a conocer, sino para ayudar a que
la sociedad crezca, evolucione y encuentre nuevas formas de producir
conocimiento.
Referencias
Orwell, G. (2010). 1984. Bogotá: Libros Hidalgo.
Referencias del parcial
García, D. (28 de agosto de 2013). Por qué no deberías escoger un trabajo sólo por
dinero [Mensaje en un blog]. Recuperado de http://bit.ly/1LdkRdK
Montaigne, M. (2008). Michel Montaigne, dos ensayos sobre la educación. Medellín:
Universidad Eafit. Recuperado de http://bit.ly/1jk0T28
Orwell, G. (2010). 1984. Bogotá: Libros Hidalgo.
Ramírez Ordóñez, D. (2016). Clase 6: comentarios sobre la relatoría. Recuperado de
http://bit.ly/1RosQnO
Salinas Ayala, H. (s.f.). Perfiles de personalidad: Reseñas generales del DISC.
Recuperado de http://bit.ly/20UAAQW
Sarro, N. (29 de septiembre de 2012). Perder el gusto por la profesión [Mensaje en un
blog]. Recuperado de http://bit.ly/1TzJanL
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