LA ILUSTRACIÓN (XVIII) La Ilustración fue un amplio movimiento de ideas que impregnaron la vida y las actividades culturales a lo largo del siglo XVIII. Es un siglo imbuido de la actitud y el intento de clarificación racional de todos los aspectos de la vida humana. Las explicaciones sobre el conocimiento y la ciencia, así como el hombre, la sociedad y la religión responderán al principio de la suficiencia y confianza en la razón natural. La Ilustración se inicia y hecha sus raíces fundamentalmente en Inglaterra (con un carácter empirista, cultiva las ciencias de la naturaleza y cuestiones sobre la sociedad y la religión), en Francia (con manifestaciones como La Enciclopedia de las ciencias y de las artes) y en Alemania (con el intento de que la razón rija el conocimiento, la moral y la política). En el presente tema estudiaremos dos ámbitos y manifestaciones: hombre y Dios, y hombre y sociedad. El conocimiento y la ciencia se estudiaron el los temas empirismo (Hume) y criticismo (Kant). La razón ilustrada (caracterización). - Servirse de la razón, de su independencia, analizarla y reconocer sus límites. - Razón autónoma y crítica contra los prejuicios y la autoridad externa. - Razón crítica de la historia, de la legalidad, de la religión. - Razón analítica – empirista frente a un racionalismo deductivo. - Razón secularizada frente a una concepción religioso –teológica (frente el teocentrismo propugnará un naturalismo y progreso continuo de la razón y de la humanidad. - Los grandes temas de la Ilustración serán: La naturaleza, y el conocimiento, la religión, la organización racional de la sociedad, y todo ello, hacia un proyecto del hombre (en el que confluyen la Naturaleza, Dios y la Sociedad). 1. Hombre y Dios (religión natural) El pensamiento ilustrado pretendió fundamentar la religión en la razón, así Locke expresó: “La razón tiene que ser nuestro juez en última instancia y nuestro guía en todo” (Ensayo sobre el entendimiento humano). La religión pertenece íntimamente al ser del hombre y para acabar con la superstición es preciso que la verdadera religión sea racional. De esta forma, la razón natural se constituye en juez sobre el valor de la revelación. La religión natural estará en contra de los milagros y profecías, ritos y dogmas. La religión reducida a mera razón natural se identifica con moral, así Voltaire afirmará: “entiendo por religión natural los principios de la moralidad comunes a la especie humana”. Hume desde la negación de una naturaleza humana racional (realidad supra – empírica) reducirá la religión a una historia natural de la religión, interpretada como sedimento de sentimientos y temores. Desde la autosuficiencia de la naturaleza, la exaltación de la razón, el pensamiento ilustrado desemboca en el escepticismo (Hume), en el fideismo (Kant) y en movimientos vitalistas al interpretar al hombre como un organismo de deseos e impulsos (Freud, Nietzsche). 2. Hombre y sociedad 1 Nota. En la antigüedad clásica el hombre es considerado animal sociable “político” (Aristóteles), tiende a vivir en sociedad y en ella se perfecciona. También en Tomás de Aquino encontramos esa naturaleza sociable y la autoridad y el poder han de perseguir el bien de todos. Desde el Renacimiento y la Edad Moderna la sociedad y el poder responderán a planteamientos de configuración desde el poder de la Razón, desplazándose la fuerza transformadora hacia lo que podemos denominar “razón política”. Tal pretensión culminará en algunos totalitarismos y monstruos de la Razón. En la actualidad la concepción de la sociedad y del poder político se tambalean al no encontrar el equilibrio necesario entre “naturaleza y convención”, “ser humano y sociedad”. 1 Locke, al igual que Hobbes, con anterioridad, y Rousseau posteriormente, plasmaron líneas generales de filosofía política que en su época y posteriormente se han ido modulando. Veamos algunas de sus aportaciones en este ámbito. En ellos encontramos el punto de partida de clarificar “el estado de naturaleza del ser humano” para desde ahí fundamentar racionalmente la sociedad política. Veamos tres concepciones que son expresión de tres concepciones y perspectivas del ser humano (Hobbes 1588-1679 , Locke –1632-1704, Rousseau –1712-1778). HOBBES: El hombre es malo por naturaleza: necesidad de un poder absoluto El hombre, al igual que los demás animales, nos dirán desde esta concepción, se mueve por egoísmo y temor, tendencia que le lleva a la lucha contra los demás. Para superar ese enfrentamiento es necesario un pacto: entregar los derechos individuales, ponerlos en manos de un poder absoluto fuerte y capaz de dirigir las voluntades hacia la paz. "Y como la condición del hombre es una condición de guerra de unos contra otros, en cuyo caso cada uno es gobernado por su propia razón y no hay nada de lo que pueda utilizar que no sea una ventaja para él en defensa de su vida contra sus enemigos, de ello se sigue que, en tal condición todo hombre tiene derecho a todo: incluso al cuerpo del otro. Y, por tanto, mientras dure este derecho natural de todo hombre sobre todas las cosas no puede haber seguridad para ningún hombre" (Leviatán). LOCKE (liberalismo) Los hombres en estado natural son libres e iguales. El estado de naturaleza no es de guerra y libertinaje (Hobbes), sino de libertad regida por la razón, que enseña a todos que no deben dañar la vida, la salud, los bienes, ni la libertad. Hay derechos naturales y deberes correlativos (ley moral natural descubierta por la razón). El derecho de propiedad privada comprende no sólo los frutos de la tierra, sino la tierra misma y su título primero es el trabajo, que es el medio de hacer propio lo que es común. Pero es necesario un límite que vendrá a ser el uso y consumo propio. En el estado natural (sin organización política) es difícil una defensa racional de los derechos individuales por lo que, es necesaria una organización política y una ley que remedie las desventajas del estado natural. La sociedad es algo natural, y la sociedad política se justifica por el consenso, para salvaguardar el disfrute de los derechos naturales. Por el pacto los individuos renuncian a parte de su libertad para poder tenerla con mayor seguridad. El máximo poder es el legislativo, elegido por la comunidad para que legisle para el bien de todos. El poder soberano reside en el pueblo que puede retirar la confianza depositada en el poder legislativo, si pierde la confianza. Con ello, encontramos en Locke el influjo de la concepción griega y medieval del origen natural de la sociedad, junto al deseo racionalista de poner límite a la supuesta libertad ilimitada en el estado de naturaleza.. La soberanía popular, la supremacía del poder legislativo serán aportaciones que pasarán a la concepción del estado democrático. ROUSSEAU: El hombre es bueno por naturaleza: recobrar la igualdad y la felicidad por el contrato social Persiguiendo superar el estado de desigualdad en el que se encuentra el hombre en la sociedad, propone que cada individuo renuncie a los privilegios tradicionales e injustos, construyendo una autoridad moral: 'la voluntad general', que impere sobre los individuos y haga posible un nuevo estado de naturaleza, de igualdad, bondad y felicidad. "Al darse cada uno a todos los demás, no se da a ninguno en particular y, como no existe ningún miembro de la comunidad sobre el que no se gane el mismo derecho que el que a él se le permite sobre uno mismo, así cada uno recobra lo que entrega en la misma medida y recibe al mismo tiempo, una fuerza mayor para afirmarse a sí mismo y mantenerse en lo que es, en lo que tiene" (El contrato social).