Preocupación actual por los problemas demográficos El crecimiento de la población a ritmo desconocido hasta el presente; la idea de que este incremento es imparable, el temor a la progresiva destrucción del planeta, los recientes problemas de algunas centrales nucleares; el miedo a la insuficiencia de recursos; el hambre; el temor a perder o a no alcanzar un cierto nivel de vida, son problemas que preocupan cada vez más al hombre de hoy y le hacen preguntarse por su futuro sobre la tierra. Su precedente más antiguo es Malthus, quien en 1798 responde con una perspectiva pesimista al supuesto idílico futuro de la población mundial. Para Malthus, si la población no se ve frenada por ningún obstáculo, crece según progresión geométrica y se duplica cada veinticinco años (1, 2, 4, 8). De sus ideas surgen movimientos nacionalistas (el número hace la potencia de un país), el socialismo, para quien el problema no es demográfico, sino de injusta distribución de la riqueza, las iglesias, católica y protestante, que no admiten control de la población Actualmente se extiende la idea es un barco en el espacio con recursos limitados a bordo, por lo que su población no puede crecer indefinidamente sin que tenga efectos catastróficos. Las posturas optimistas creen en la capacidad del hombre para adaptarse a la nueva situación, inventando nuevas tecnologías, sustituyendo y reciclando recursos. Ciertamente, la pobreza se debe más a la mala distribución de los recursos que a limitaciones físicas o demográficas. Respecto a las iglesias, ha habido algún cambio, pues desde 1930 la anglicana es favorable al control de la natalidad, mientras la católica mantiene su postura tradicional, como prueban recientes encíclicas. Al margen de las diversas posturas, es en los países más pobres y donde el futuro aparece más pesimista, donde es preciso buscar un nuevo orden económico mundial, enmarcando los problemas demográficos en una perspectiva mundial. Perspectivas demográficas diversas La explosión demográfica no se ha producido en las mismas fechas en todas las partes del mundo, ni ha afectado a todas por igual. Así, la población americana se multiplica durante el siglo XIX más de un 400 por cien, mientras que la de Europa lo hace un 120 por cien, la de Asia un 44 por cien y la de África algo más de un 30 por cien. Los países desarrollados tienen unas poblaciones con un crecimiento relativamente débil y en disminución. Por el contrario, en los países subdesarrollados la situación es distinta: el crecimiento demográfico es muy fuerte, e incluso en aumento. Pero también en este bloque existen grandes desigualdades ya que en muchos de estos países la natalidad aún se mantiene alta y las tasas de crecimiento superan con mucho el 2 % e incluso, como en Etiopía, superan esta cifra. Ante estas tendencias, que aparecen a partir de 1975, cabe preguntarse si las perspectivas demográficas de las diferentes partes del mundo no están cambiando. A la vista de la situación actual, Naciones Unidas declaró a la revista Población Mundial que si se mantiene el actual ritmo de los presentes programas de población, el mundo tendrá 10.500 millones de habitantes en el año 2110, de los cuales 9.100 vivirán en países en vías de desarrollo. Según esta tendencia, se prevé que Europa estabilice su población hacia el año 2030 y que zonas como la URSS, América Latina y Asia meridional alcancen el crecimiento cero hacia el año 2100, siendo África el único continente que no presenta signos de llegar a esta situación para el año 2110. El impacto del hombre en el medio 1 El crecimiento demográfico es considerado por algunos autores el principal responsable de los daños que está sufriendo el medio natural, sobre todo en los últimos treinta años, daños que parece que amenazan, si no se toman las medidas adecuadas, a la supervivencia de la humanidad. Pero, sin negar que el deterioro del medio natural depende del tamaño y la distribución de la población y que el aumento del mismo está en parte determinado por el crecimiento demográfico y de los niveles de urbanización, es cierto que los mayores problemas al respecto se plantean en los países más desarrollados, por lo que la degradación hay que vincularla sobre todo al tipo de sociedad que se ha desarrollado en estos países en los últimos años. Cuando aparece sobre la tierra el Homo Sapiens, su supervivencia depende de su adaptación al medio natural. Pero, a partir del momento en que inventa procedimientos para dominar y modificar dicho medio, inicia su deterioro. Pero será sobre todo desde la Segunda Guerra Mundial cuando el medio va a ser alterado en toda su profundidad, pues al fuerte cambio técnico se añade la intensa urbanización, el creciente nivel de consumo y los propios procesos demográficos contemporáneos. Sin embargo, distingamos el impacto del hombre sobre el medio según el grado de desarrollo. En los países desarrollados el creciente consumo energético, la necesidad de eliminar residuos no degradables, los problemas derivados de la concentración en ciudades, del deseo de disponer de espacios naturales, de ocio, etc., están plantando lo que algunos llaman contaminación de la opulencia, que tiende a afectar a los países más pobres a medida que se desarrollan y contra la que en algunas zonas se ha empezado a luchar. Los problemas más graves son la contaminación atmosférica, que tiende a extenderse más allá de las propias ciudades y que en gran medida es producto de la alta utilización de energías contaminantes; la polución de las aguas continentales al verterse en ellas productos no degradables; la polución de las aguas oceánicas, a las que vierten la continentales, con consecuencias sobre la biología de las especies marinas; la polución radiactiva; la adulteración de los alimentos; el deterioro del medio animal y vegetal. El binomio población− recursos La adecuada valoración de esta relación exige tener en cuenta la desigualdad distribución de la especie humana y la variedad de formas de ocupación de la tierra, pues el exceso de población y su creciente concentración espacial plantean problemas en relación con el reparto de los recursos y con la intensidad en la explotación de los mismos. El problema se agrava además sin cesar , pues la innovación tecnológica tiende a dar nuevos instrumentos para explotar la naturaleza y allegar nuevos recursos. Hoy, la producción mundial de alimentos aumenta algo más deprisa que la población, pero no lo suficiente para un progreso sustancial y además desequilibradamente entre los países ricos y pobres. Hoy la distribución de los recursos en relación con la población es muy desigual , luego los países que no cuentan ni con recursos ni con tecnología, podrían llegar a conformar un Cuarto Mundo con muy escasas esperanzas de progreso. Valoración personal Creemos que el trabajo nos fue muy útil para aprender algo más sobre la falta de recursos de la población mundial y la importancia que la naturaleza y sus fuentes tienen en la adaptación al medio de la especie humana. Si se continúa como hasta ahora no hay muy buenas perspectivas para el futuro de la humanidad que, explotando la naturaleza como lo está haciendo, destruye su propia fuente de vida, por lo que tendrá que recurrir a nuevas fuentes de energía que puedan sustituir de alguna forma a las que nos aporta el medio ambiente. − Solución La solución no está en un control de la natalidad ya que, en la mayor parte de los países desarrollados, ésta va 2 en descenso. La causa de la supuesta falta de recursos, es el desigual reparto de la riqueza en el mundo y en la falta de medios para la subsistencia, no en la subsistencia propia. Los recursos en nuestro planeta son suficientes para abastecer a toda la humanidad, pero no de forma desequilibrada como está ocurriendo. Una posible solución sería proporcionar a los habitantes de los países más desfavorecidos, medios para el control de la natalidad y oportunidades de desarrollar una vida digna, gracias al desarrollo y sobre todo a la educación, medio para transformar la sociedad y darle la oportunidad de exigir los derechos que les corresponden. Pero esta solución está en manos de los países del llamado Primer Mundo, que se sostienen en los anteriores, por lo que no les interesaría. Una solución más simple es respetar y cuidar el medio, entendiéndolo como nuestro principal recurso, ya que destruyéndolo, nos destruimos también nosotros. Índice • Bibliografía • ♦ Contenido: ♦ − El problema del hambre ♦ − Debilidad y contradicciones del consumo energético ♦ − Coherencia y arcaísmo de los espacios agrarios tradicionales ♦ − Las reformas agrarias ♦ − Explotación intensiva de los ecosistemas naturales ♦ − Preocupación actual por los problemas demográficos ♦ − Perspectivas demográficas diversas ♦ − El impacto del hombre en el medio ♦ − El binomio población− recursos ♦ ◊ Valoración personal La falta de recursos y el crecimiento demográfico 3