SÍNDROME DE TRABAJOADICCIÓN Una de las respuestas dadas al trabajo por exigencias del sistema y por determinados condicionantes personales, es la de la responsabilidad que exige la realización del propio puesto de trabajo. Puede decirse que esta es la respuesta esperada para que la respuesta que se da en la Organización sea eficaz. El trabajo cualificado o de gestión en sí genera una gran exigencia hacia los implicados. En circunstancias de Cambio hay que desaprender ciertos comportamientos que supondrían una resistencia al Cambio o, al menos, un retraso en el mismo y aprender otros comportamientos en línea con lo que exige el nuevo planteamiento. Ciertos empleados de la Organización se sienten especialmente responsables del éxito de la propia empresaa e incorporan una mayor intensidad en el desempeño de sus responsabilidades. Todo Cambio exige una mayor dedicación de tiempo, un gran sentido de la responsabilidad en el cumplimiento de las nuevas directrices, una gran identificación con la Organización y con el trabajo personal, que se vive como algo propio. Es habitual que un plan estratégico ambicioso exija compromiso con el propio trabajo y con la Organización en que se trabaja, reconocimiento de que surgen unas necesidades nuevas de manera puntual a las que hay que responder, sentimiento de satisfacción por que se cuenta con uno y porque el nuevo resultado responde a las expectativas generadas. En ciertos casos, como apunta Porter (1996), la excesiva dedicación deriva en una irresistible necesidad de dedicar el tiempo y las energías al trabajo como algo prioritario y excluyente de otras dedicaciones que se sienten como inútiles, la falta de seguridad y control en otros ámbitos (afectivo, familiar, intimidad personal) se compensa con la sobreactividad laboral y que disculpa de pensar y controlar. Tanto la organización en que trabaja uno, como la sociedad en que vive valora sobremanera la alta dedicación al trabajo, ya que supone estatus y respuesta a unas expectativas de éxito. No es pues difícil que en busca de autoestima y de reconocimiento social las personas estén dispuestas a dar de sí mismas más de lo que se consideraría normal. Si bien el exceso de implicación en el trabajo responde más a necesidades personales que a necesidades objetivas. La excesiva dedicación apoyada en el sentido del deber, el reconocimiento social como alguien hiperactivo e incluso "estresado", llegar hasta la extenuación, son características asociadas al hombre importante. La adicción al trabajo Esta sintomatología ha sido considerada y tratada como trastorno desde hace pocos años, precisamente por una apariencia bien considerada socialmente. Las principales características de la trabajoadicción son: Excesiva implicación en la actividad laboral. Pulsión hacia el trabajo por interés personal. Escasa capacidad para disfrutar de la actividad realizada. Búsqueda de poder. (Killinger, 1993). Como en otras adicciones, el trabajoadicto suele negar la existencia del problema, padece distorsiones cognitivas de la realidad, experimenta necesidad de controlar y muestra el síndrome de abstinencia en periodo vacacional, mostrándose irritable, ansioso, inestable, etc. Por esto, suele resentirse la vida familiar, las relaciones sociales, la preocupación por uno mismo como persona, incluida la salud física. El adicto al trabajo siente necesidad de ocupar el tiempo libre con el tiempo de trabajo y se lleva trabajo a casa los fines de semana Robinson (1996) destaca estas señales de alarma como pilotos indicadores de que se cae en la adicción: Ocupación continua, tratando dos o tres asuntos al mismo tiempo. Prisa, su problema es que no tienen suficiente tiempo para hacer todo lo que creen que deben hacer y la forma de lograrlo es dándose prisa. Perfeccionismo, con un alto nivel de exigencia y no tolerando el fracaso propio ni el ajeno. Esto les lleva a no tener confianza para delegar, porque nadie lo hace tan bien como ellos y, si delegan, deben controlar y esto les resta tiempo. Distancia en las relaciones interpersonales. El trabajo puede resultar el mejor instrumento para poner "distancia afectiva" entre él y los demás. Incapacidad para divertirse, lo que le parece una pérdida de tiempo. Las lecturas tendrán un carácter estrictamente profesional. Sólo se le ve entusiasmado cuando habla de su trabajo. Irritabilidad de carácter. No resisten esperar, no saben escuchar. Lapsus de memoria. El centrar su atención en varias tareas le impide recordar temas y fechas importantes en otros ámbitos de la vida. Encomiendan a la secretaria felicitar a seres queridos. Descuido de la salud. Comidas irregulares, insuficientes horas de sueño y en algunos casos se añade el consumo de tabaco, de alcohol y de otras drogas. La adicción al juego, al sexo, a las compras, a la comida son adicciones no químicas también. Sin embargo se diferencian de la trabajoadicción en que proporcionan un placer directo que no procura el trabajo. El tipo de gratificación del trabajo es de aprobación social, de satisfacción personal y, en todo caso, tiene carácter económico. Rohrlich (1992) establece los siguientes perfiles del trabajoadicto: Trabajador ambicioso, habituado a la lucha despiadada por lograr sus objetivos, a pesar de todo y de todos. Trabajador competitivo, demostrando a los demás que consigue más, que es más. Trabajador culpabilizado, asume el trabajo como un imperativo ético (el deber por el deber). Trabajador inseguro, busca ansiosamente la aprobación de los demás. Trabajador aislado y solitario, encuentra un sustituto afectivo en el trabajo. Una equilibrada distribución del tiempo entre el trabajo, descanso, ocio, relaciones familiares, afectivas y sociales, constituye una estrategia central para el bienestar personal (Alonso-Fernández, 1996). Y esta es la clave para superar una adicción, que como cualquier otra requiere ayuda de especialistas en su tratamiento.