LA PASTORAL EDUCATIVA - Diocesis de Concordia

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LA PASTORAL EDUCATIVA
Conferencia del Padre Alberto Parra. (al profesorado del Colegio Santa Teres de
Valsé, 30 de abril de 1996)
La propuesta que quiero hacerles se origina en una encuesta que hizo CONACED,
a finales del año pasado, para indagar el estado de la Pastoral Educativa. Me pasaron la
encuesta tabulada para que reaccionara frente a ella.
Mi primera reacción fue de una gran sorpresa sobre lo que las personas están
entendiendo por Pastoral. A la encuesta respondieron 33 colegios de índole
confesional, de índole religiosa. Estos 33 colegios cubren 33.000 estudiantes entre
primaria y secundaria y a un número de 1677 profesores.
La primera pregunta era si se encuentra organizado el Equipo de Pastoral del
Colegio y 31 colegios respondían que si. ¿Cuáles eran sus objetivos? La mayoría
respondía que era dinamizar la vida pastoral del Colegio y organizar las diferentes
actividades pastorales. Se preguntaba ¿Quiénes conforman el equipo de pastoral? Y
respondían que los maestros de catequesis, el capellán y los monitores. ¿Cuáles las
actividades que realizan? Encuentros ocasionales, análisis de la realidad, trabajo con los
padres de familia, preparación para los sacramentos de iniciación. ¿De qué instrumentos
se valen? De carteleras, reuniones semanales o quincenales u ocasionales, de grupos
apostólicos, de convivencias, de retiros, de comités, de catequistas, de comunicación
cristiana de bienes
.
¿Su colegio prepara para la primera comunión? 27 colegios respondieron que sí,
que era un acto central de la Pastoral del Colegio. ¿Prepara par la confirmación? 27
colegios lo hacen y es un momento fuerte de la Pastoral. ¿Qué textos utilizaban? ¿Qué
vinculación tiene el colegio con la parroquia? Y el 50% respondía que sí. Preguntaba si
están organizados los grupos apostólicos en el colegio y los 33 colegios respondieron que
sí. Está organizada la Infancia Misionera y grupos como Semilla, Remar, Amigos en
marcha, Acólitos, grupos vocacionales, marianos, catequístico, la comunidad de vida
cristiana...¿Qué celebraciones se organizan en su Pastoral? Celebraciones eucarísticas,
penitenciales, celebraciones de la Palabra, celebraciones marianas...Se preguntaba si
tiene capellán y respondían sí 29 Colegios. El trabajo que realiza el capellán consiste en
celebraciones eucarísticas, algunas veces penitenciales, charlas, grupos, asesoría y
orientación espiritual individual fuera de lo que se realiza con los padres de familia.
Esto fue más o menos lo que respondieron los colegios a la encuesta sobre la
Pastoral Educativa. La primera parte de la exposición que quiero hacer, será
precisamente contrarrestar este tipo de pastoral con un deber de ser que nosotros
juzgamos absolutamente urgente, en este país desencadenado y con una fuerte
descomposición social. La segunda parte será un intercambio, diálogos, preguntas.
Lo primero que uno advierte es que esto que se llama Pastoral Educativa se
puede realizar sin que necesariamente hayan colegios. Me parece que todo esto es lo
que realiza una parroquia: primeras comuniones, confirmaciones, charlas vocacionales,
grupos marianos, carteleras de Nuestra Señora. Todas estas actividades exigen las
instituciones de carácter educativo católico un esfuerzo tan gigantesco y costos
soberanos que si uno se atiene a la comparación entre costo y beneficio, me parece que
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sería demasiado costo para obtener un beneficio como el de unas buenas carteleras,
charlas, grupos , primeras comuniones..., que es lo que propiamente corresponde a una
parroquia. Yo lo que lo que compruebo desgraciadamente es que a veces el colegio trata
de parecerse lo más posible a una parroquia y eso es detestable , es una camino que no
corresponde a una auténtica Pastoral Educativa en un país tan caotizado como el nuestro.
La siguiente observación es que se podría pensar que al lado del colegio se está
liderando esto que algunos llaman lo religioso. Lo religioso tiene unos grandes valores,
pero en este contexto entenderemos lo religioso como la explosión del sentimiento
religioso, como el entusiasmo de lo carismático, como una forma de exacerbación del
entusiasmo religioso que hoy está a pedir de boca en muchos grupos y movimientos.
Ustedes saben que hoy en América Latina todo está sacudido, y también
podríamos decir que le mundo está sacudido por una explosión y exacerbación de todo lo
que es sentimiento religioso. Por eso vemos aflorara grupos y movimientos de todo
pelambre , de toda denominación. Si alguien sintoniza algunas de las emisoras de Bogotá
encuentra que continuamente se está ventilando la cuestión religiosa: “Usted crea en su
corazón, alce sus manos, diga que está salvado, piense que Jesús es su salvador, ábrale
el corazón a Dios entrégueselo, usted está salvado”. Es una forma de vender la salvación
bastante cómo da.
Igualmente pasa con la misa por TV. Uno no tiene necesidad si no de ponerse
cómodamente en la cama y mirara la misa que está ocurriendo en la TV, oír a un padre
que predica, ponerse fervoroso y arrodillarse en el momento de la elevación y no hace
falta que usted salga de sus cobijas.
Lo mismo pasa con la radio, no hace falta que usted haga comunidad, historia, o
se comprometa con los demás; lo importante es que usted abra el corazón a Dios y crea
que ya está salvado y diga Aleluya. Es una exacerbación real del sentimiento religioso
que yo creo que poco tiene que ver con la tradición de la Santa Iglesia Católica,
tremendamente responsable con la historia y con lo religioso.
Fácilmente lo religioso se convierte en lo que un amigo nuestro llamaba “El opio
del pueblo” como una especie de dormidera, de marihuana que hace que las personas
entusiasmadas por eso de lo religioso no caigan en cuenta de las realidades brutales y de
las responsabilidades ineludibles que cada persona tiene que genera con su propio país
con su propia historia, con sus propias comunidades, con su profesión, con su propio
oficio, con su propia casa, con su propio matrimonio. Son personas que enajenadas con lo
religioso andan en una notable alienación.
Son estas dos cosas que podemos de presente. Por una parte sucede una
cuestión religiosa que hemos leído en la encuesta y se alimenta de organizaciones,
celebraciones, grupos apostólicos, catequistas, celebración de la primera comunión, y la
confirmación, es decir, se alimenta de todo aquello que es propio de una parroquia y es
posible que se alimente también de esa exacerbación de lo religioso. Parece que esto es
lo que está sucediendo en la Pastoral que llamamos educativa y eso no es por ningún
lado Pastoral Educativa.
Sucede también, y lo pongo de manifiesto, que los Colegios católicos están
normalmente inspirados por familias religiosas: Salesiana, Franciscana, Benedictina, etc;
y esos colegios normalmente están dedicados a toda la corte celestial: el Colegio de la
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Enseñanza del Sgdo. Corazón de Jesús de San Luis Gonzaga, del Hermano Miguel, etc.
es decir, nos faltan santos para patrocinar los colegios. Entonces nos parece que el
problema que puede pasar es que lo propiamente católico y pastoral resulte simplemente
una denominación externa. Si el Colegio está en manos de religiosos seguramente allí se
dará una enorme formación religiosa y moral, más si está dirigido por las Hnas
Salesianas, semejantes pedagogas, semejante tradición. ¿Es esto suficiente para
garantizar la educación religiosa?
Cuando en el momento de la nueva Constitución del año 91, fíjense la batalla
tremenda que logramos dar los Colegios católicos, para que por ningún motivo la nueva
constitución pusiera en entre dicho la libertad nuestra de enseñar religión en los Colegios.
Dimos una batalla formidable, se hicieron encuestas y nos pusimos muy bravos cuando
hubo un asomo de que la Constitución iba a ser sencillamente laica y quería sacar de lado
la enseñanza religiosa de los currículos académicos.
La constitución de Gaviria logró que la religión se propusiera en los Colegios
públicos como obligatoria para ofrecer en el plan de estudios, me parece que era evidente
que así fuera porque nadie puede ser constreñido a creer en el fondo de su conciencia o a
ser catequizado por la fuerza si no participa del planteamiento de la fe y del seguimiento
de Cristo Señor. Nadie puede ser catequizado en la religión budista si la persona no lo
quiere, entonces eso nos pasó también en el momento de la Constitución. Lo que quedé
claro es que los Colegios confesionales, protestantes o de otras religiones quedaban en
absoluta libertad para proponer el credo religioso al cual pertenecen y eso hizo que
nosotros dijéramos OK y quedáramos tranquilos.
Lo religiosos sigue presente en los Colegios y esa presencia suele ser de esta
forma: organizamos las clases de religión y clases obligatorias puesto que se trata de una
comunidad católica y los niños tienen obligación de formarse en el catecismo de la
doctrina cristiana, mucho más cuando en este preciso momento Roma nos pone en
nuestras manos otro catecismo de la Doctrina Católica terriblemente complicado, peor al
fin y al cabo un compendio de las cosas que nosotros necesitamos saber para salvarnos.
Junto a la física, a la matemática, a la biología, junto a las otra áreas, nosotros no
podemos dejar esta área del conocimiento que se llama lo religioso y más o menos lo
integramos en el currículo al mismo nivel de las otras áreas, tanto así que en las sábanas
de las notas aparece la religión, se califica, e incluso es una asignatura que puede atajar
si no se sabe, si no se conocen los contenidos religiosos.
Esto hace que la persona que recibe este tipo de religión cuando sale del colegio
ha aprendido perfectamente, que por un lado corre la biología, la matemática, la física, la
educación física, y que por otra parte corre la religión, la catequesis; ella ha aprendido
perfectamente que una cosa es la fe y otra cosa es la ciencia y nunca tratara de enchufar
o de articular estas dos cosas: la fe es fe y la ciencia es ciencia; que la cuestión de la
biología y la cuestión de Dios son asuntos diferentes; que la cuestión de la matemática,
de la política y de las ciencias sociales es s una cosa y que otra muy distinta es que usted
sea paciente, que haya hecho la primera comunión, haya pertenecido al grupo vocacional
y haya sacado cinco en religión o no.
Esta situación me parece sumamente grave, sumamente anómala. Yo creo que
ninguna de estas cosas que hemos dicho hasta este momento puedan ser catalogadas
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como una Pastoral Educativa. Disculpen si estamos haciendo un montaje caricaturesco o
tal vez una apreciación descomedida de lo que está realmente sucediendo en los
colegios, lo proponemos simplemente para alimentar la reflexión y la discusión.
Esta primera parte en la que se trataba de identificar ciertas cosas con las cuales
no podemos estar de acuerdo conectémosla con lo que nos parece que puede ser la
Pastoral Educativa.
Primero que todo tenemos que caer en la cuanta que aquello que especifica
el plantel educativo, cualquiera que sea, desde el kinder hasta la universidad es el
asunto de la ciencia, del saber y de la formación y transmisión del saber. El plantel
educativo no es una parroquia, no es un grupo, no es una escuela catequética, no es una
máquina para dar sacramentos, ni para decir misas; lo que especifica el colegio, la
universidad es el saber, estas son las casas del saber, casas donde se forja la cultura. Y
en primer término, la cultura de la ciencia , del arte, de la técnica, de la informática, de la
filosofía; la cultura, eso es lo que especifica y a lo que vienen propiamente nuestros
muchachos y muchachas. No vienen propiamente a oír misa, para eso pueden dirigirse a
otra dirección, lo que especifica es una comunidad de hombres y mujeres que se dedican
a la formación en los ámbitos del saber, en los ámbitos de la ciencia, en los ámbitos de la
cultura, en los ámbitos de la técnica. Entonces vine nuestra primera observación, si la
pastoral que llamamos educativa no es una pastoral que está en los currículos
académicos, en las asignaturas, si no está ahí, sencillamente lo pastoral no está y
no podemos decir: es que la pastoral la tenemos en la capilla, en el capellán , en los
grupos, en las catequesis como responde la encuesta de la Conaced donde, con todo
perdón de los 33 colegios que respondieron, hay un planteo totalmente equivocado de
Pastoral Educativa.
Si las cosas son así, nosotros no podemos seguir pensando que de la Pastoral
Educativa responderá nuestra Hermana Stella con el grupo de catequistas. “Yo soy
profesor de química y matemáticas a mi no me metan en este paseo”; “yo lo que explico
son ciencias sociales y no tengo nada que ver con la formación religiosa y pastoral de las
alumnas”; “yo lo que doy es filosofía y alta filosofía, a mi no me vengan con el cuento de la
catequesis, es costura que le toca a otras personas”. Eso de las costuras,-permítanme
que lo diga de una manera más cercana a mí- es un asunto que nosotros los Jesuitas nos
hemos planteado con la Universidad Javeriana y nos duele hasta el fondo porque lo que
nosotros estamos viendo es precisamente eso. Por años enteros la Pastoral Universitaria
ha consistido en que en la Universidad haya lugares de culto –en este momento tenemos
15 capillas- donde se diga una misa cada hora y se enciende un aviso luminoso, como un
aeropuerto, para anunciar los horarios de las misas; entonces, es posible, que algunos
alumnos de la facultad de medicina digan que van a oír una misa y dos o tres amigos
vayan a misa; otras veces se realizan retiros de San Ignacio y se llevan a los muchachos
de dos a cuatro días a una casa de retiros, con buenos tiempos de silencio; en otras
ocasiones se le ofrece la posibilidad de que hablen con un asesor el cual resulta siendo
un consejero sentimental, y fíjense que nosotros ponemos toda la fuerza en eso. Les
estoy contando simplemente lo que está ocurriendo en mi universidad en la cual trabajo y
por la cual me desgasto.
¿Será posible que eso sea una Universidad Católica, y que simplemente lo
religioso sea eso que los muchachos llaman costura, junto al currículo de arquitectura, de
medicina o de ingeniería?. En la universidad hay unos “cursitos” que se llaman
“Propedéutica de la fe”, y a los muchachos se les dice que esta hora no van al laboratorio
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sino a una clase de religión y le hablan a Jesucristo. Los muchachos dicen: pero, ¿por
qué nos interrumpen un currículo de ciencia para darnos una cosa que no es científica y
que no tiene nada que ver con la carrera que estamos haciendo?. Para el muchacho eso
es costura. Tiempo de cosas insignificantes al margen de la vida...Pero por favor,
nosotros no podemos continuar en esta cosa.
Para alargar el diagnóstico: ¿De qué nos ha servido toda esta larga tradición de
enseñanza de lo religioso en el colegio y en el plantel en un país que tiene semejantes
índices de descomposición? ¿De qué le sirvieron a los profesionales del derecho tantas
misas que oyeron con al Padre Gilardo, si después los profesionales del derecho son los
que están empantanados con el empantamiento en que estamos hoy? ¿De qué nos ha
servido de que la Universidad Javeriana hayan salido ocho o quince presidentes? ¿De
qué ha servido lo “religioso” que se dio allí a los profesionales del país? ¿De qué le ha
servido a Medellín, una ciudad tan bella, patriarcal y de esa profundidad moral que tuvo
en el pasado, esa enseñanza de lo religioso si a la vuelta de la esquina, eso
absolutamente desaparece y se dan los índices de criminalidad tan desconcertantes que
presenta su población?. Lo mismo Calli, Bogotá…
Yo juzgo que es absolutamente importante que la Iglesia Católica, empezando por
los Señores Obispos y por todos aquellos que hemos apoyado la cuestión religiosa en
nuestro país, hagamos algún día un alto en el camino y nos pongamos a pensar qué fue
lo que sucedió con un país católico, apostólico y romano, con un alto porcentaje de
población bautizada, que presenta estas anomalías, tan supremamente serias en el
concierto universal. Esta situación es una vergüenza pues estos índices no los presenta
un país budista ni un país musulmán; no lo presentan los países protestantes, los
presenta este país católico y esto es muy grave. Los que hemos gastado la vida en la
formación de nuevas generaciones tenemos que sentarnos a pensar qué paso y que nos
puede seguir pasando si realmente no cambiamos de óptica, de actitud.
Estamos trabajando en este sentido y aquí tengo una publicación que fue fruto de
un intercambio que se tuvo con mucha gente: profesores, analistas, sobre la
evangelización del mundo de la ciencia y de la cultura en América Latina. Nos parece que
este asunto es crucial.
Para llevar adelante esta reflexión hemos tenido en cuenta los planteamientos de
Jurgen Habermas. Todas ciencias tienen una razón funcional. Una vez que nosotros
hayamos establecido las distintas razones funcionales de las ciencias tenemos que
procurar entre ellas una acción comunicativa. Con estos estadios y dos elementos se
esta proponiendo el asunto del saber y de las ciencias en este momento del comienzo de
la posmodernidad.
Cuando uno entiende la razón funcional dice lo siguiente: la razón funciona a base
de intereses, eso de que la ciencia es neutra, de que ciencia es desinteresada, de que
ciencia no es ni blanca, ni amarilla, ni azul, eso es una gran majadería. La ciencia nunca
es neutra, la ciencia tiene a la base un interés específico y precisamente son los diversos
intereses de la vida los que generan las diversas razones de la ciencia. Como les dije me
estoy apoyando en Habermas y me estoy apoyando en los dos elementos capitales que
nos está mostrando hoy, la epistemología de las ciencias. Por una parte, los intereses
ligados al conocimiento y entonces hacemos énfasis en el primer Habermas, cuya
primera parte de sus escritos fue dedicada a la elaboración de una teoría del
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conocimiento en vistas a una teoría de la sociedad, para la cual defendió la lección de los
Intereses del Conocimiento. Interés y conocimiento están profundamente ligados.
El primer interés es el interés técnico o de adaptación. Entiendo por interés
técnico o adaptativo aquel interés que existe en el conocimiento humano por someter, a
través del trabajo, las fuerzas de la naturaleza en vez de que el hombre se sienta
sometido a ellas.
Una cosa que hay que adaptar, obviamente, es el planeta que se nos dio en bruto
y el hombre. A lo largo de centurias y milenios, ha hecho un notable esfuerzo para adaptar
este planeta. Comenzó en las cavernas con el asunto de adaptar la piedra, los metales, y
adaptar el átomo y la cibernética, de adaptar una calda de agua para producir tantas
cosas, de adaptar la tierra para que no sea improductiva, adaptar la luz eléctrica, el
computador. Esta es una tarea en la cual estamos desde la mañana primordial de la
creación.
Este es el primer interés en el cual están empeñados infinidad de hombres y
mujeres de nuestro planeta y lo que importa es adaptar unos puentes para pasar un río...
Ese interés técnico o de adaptación es el que propiamente está a la base de lo que
se llama las ciencias de la naturaleza. Esas ciencias de la Naturaleza responden al
interés de adaptación. Son la física, la matemática, la química, la biología, la zootecnia, la
agronomía, la astronomía...Persiguen el adiestrar a las personas para que continúen en
este empeño formidable que todos tenemos de hacer una adaptación. Para nosotros se
trata de adaptar a Colombia, este territorio tan bello pero que está atrasado en sus
espacios de adaptación. Nosotros a veces culpamos a los que no tienen la culpa de
nuestro propio atraso y subdesallorro y es simplemente porque no tenemos la mística
suficiente de trabajo para ponernos a adaptar nuestra casa, nuestro medio ambiente,
nuestra ecología conviviendo respetuosamente con ella.
Adaptar. Y entonces el muchacho, la muchacha que estudia química, matemática,
física, no sabe propiamente qué es lo que tiene que hacer y lo que está haciendo.
En el plano de la Pastoral Educativa, los muchachos y las muchachas que estudian
química y biología jamás han recibido de sus profesores la orientación clara de decirles:
esta adaptación es el trabajo que usted hace, es su compromiso histórico en nombre
de Dios, en nombre de la religión, en nombre de la moral, en nombre de la fe. Este es
propiamente el asunto religioso. No busque a Dios por fuera del interés de adaptación del
planeta. Dios o está en las criaturas y está en esta fuerza dinámica de adaptación y de
transformación o no está en ninguna parte. ¿Por qué saca usted a Dios del interés
adaptativo? ¿Por qué lo saca de la física, de la química, de la matemática, por qué lo saca
de la ingeniería y de la zootecnia? Usted lo encuentra allí y contempla este mundo como
el escenario que Dios le pone en las manos para que usted trabajando se santifique,
trabajando se responsabilice, comparta desde su propia profesión. El asunto no es si fue
o no a misa, si se confesó o no, el asunto es la responsabilidad histórica que tiene del
proceso adaptativo. El que quiera decir cuál es el plano de Dios, abra el texto de la
escritura y encuentre allí qué es propiamente la revelación de Jesucristo, el plan,
propósito o proyecto de Dios. Que todo tenga a Cristo por cabeza, las cosas visibles e
invisibles y que realmente toda la creación sea transformada (cf. Ef 1, 3-14). Y ella no se
transforma sola sino por la misión de cada una de las personas que han entrado en este
proyecto que es el proyecto de Dios, que es proyecto adaptativo.
Lo religioso no se puede entender como huída del mundo, no se hace obra de
adaptación porque el mundo es feo, es malo y ciertas personas se pelean con el mundo y
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lo único que hacen es vivir a espaldas del mundo. Eso es espiritualidad de fuga del
mundo. Y si hay alguien que se ha comprometido con el mundo es mi Dios. Entonces
viene esta otra forma de espiritualidad: Dios está en la plantas vegetando, en los animales
jadeando, y en el hombre dando a entender y el que no se encuentre con Dios en la
criaturas no encuentra a mi Dios en ninguna parte. El problema es que quién hasta qué
punto el biólogo, el físico, el matemático realmente son los conductores de una juventud
que encuentra Dios en la biología, en la física y en la matemática. El asunto no es que
vaya a buscar Dios en la asesoría espiritual sino que el muchacho y la muchacha
encuentren a Dios donde Dios está, en el corazón del mundo, en el corazón de la materia.
El trascendente es el gran inmanente. Es toda la mística cristiana. Las personas que
están aquí cultivadas espiritualmente dan testimonio de eso. Un hombre como Francisco
de Asís llama a las criaturas la hermana agua y el hermano sol y la hermana luna porque
realmente cuando se vive en un plan adaptativo de la naturaleza, yo me siento parte de la
naturaleza que adapto, las criaturas son mis hermanos y mis hermanas y estoy con
consonancia con el universo, con este planeta, con este suelo, con este aire, con la casa
que hay que hacer para los pobres, para los que no tienen y también para los ricos. Un
proyecto que al mismo tiempo es el proyecto de la ciencia y al mismo tiempo es el de
Dios. No son dos cosas. Lo religioso sucede en los currículos, sucede en las
asignaturas, en la biología y en la matemática o lo religioso no sucede en ninguna
parte. Eso que estamos llamando religioso es una caricatura de lo religioso.
El problema es que nosotros podemos convertir al mundo en estas dos cosas:
fano que es el templo y lo demás es profano.
Fano en griego es el templo y profano es lo que no es templo. Entonces hemos
encerrado a Dios en el Fano y lo demás es profano.
Ahí no está Dios en el profano. Y es totalmente al contrario. Si en alguna parte
está Dios no es tanto en el templo sino fuera de él. Yo tengo por Maestro a un Señor que
no es que se haya peleado con el templo, pero tiene muchos problemas con el templo. Y
lo asesinan porque tenía un criterio severo frente al templo. Porque “Me dan náuseas sus
celebraciones, no resisto sus inciensos, esos cantos que salen de ustedes no los oigo, me
disgustan esa cantidad de celebraciones y de ayunos, me dan asco, vómito. Yo no quiero
eso, eso no es lo sustancial. Si su justicia no es mayor que la de los fariseos, ustedes no
entran en el reino”. (Cf. Am 5,21-24; Mt 5,20). Y los fariseos ¿dónde ponían el asunto? En
los cánticos, en las largas celebraciones, en dejarse largas las batas ... Nuestro Señor
rechaza esto. Lo religioso fácilmente se convierte en un subterfugio supremamente
peligroso. Cuando hay estas actitudes religiosas pero no existe un compromiso histórico
eso no es religión, no es la religión de Jesús, no es la religión verdadera.
Lo de la Pastoral Educativa es cuestión de clarificar cómo las Ciencias de la
Naturaleza son un compromiso que el Señor nos pone: “esa es la religión que yo quiero”,
palabra del Señor. Si a esto se añade una conciencia delicada que también ora, que
también encuentra al Señor en los sacramentos, que también tiene momentos
especiales de meditación, maravilloso. El problema es que nosotros nos quedamos
con lo segundo sin poner lo primero. Por ninguna parte asoma el asunto de la casa de la
ciencia, por ninguna parte asoma la relación fe – ciencia, fe – cultura.
El segundo interés en el planteo moderno de la ciencia es el interés de la
comunicación o interés práctico. Entiéndese por interés de la comunicación o práctico
el interés que existe en el conocimiento del hombre por orientar las relaciones de los
hombres entre sí, mediante ejercicios de interacción, a fin de que el hombre pueda
superar las represiones que los hombres pueden inferirse mutuamente por la vía moral. El
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interés comunicativo da origen a las Ciencias Humanas o Ciencias del Espíritu o
Ciencias Hermenéuticas. En este problema de la comunicación están empeñados los
hombres y las mujeres que han transitado por este planeta desde hace centurias y
milenios. Nosotros no estamos simplemente con la naturaleza sino que estamos en el
grupo y entonces desde las cavernas se pone el hombre a hacer unos bocetos, unos
bosquejos, unas formas comunicativas; hace las primeras pinturas rupestres y
seguramente los primeros sonidos musicales porque quiere ver cómo se comunica a
través de la música y hace una primera muestra de grafemas para ver cómo escribe
alguna cosa que comunique con los demás y la misma voz que cambió de sonido gutural
a sonido articulado y el asunto era para comunicarnos y entonces aparece el fonema y
con la escritura va surgiendo la literatura que busca cómo comunicarnos, cómo expresar
todo este mundo interior para ponerlo al servicio del otro y de la otra y el del otro y la otra
al servicio mío y establecer este asunto grandioso de la comunicación humana.
En este interés de comunicación aparece el mundo de la simbólica. El símbolo es
la forma de uno comunicarse comenzando por el propio cuerpo que es un símbolo. Yo no
podría manifestarme hoy con ustedes si no tuviera esta corporeidad que tengo y esta
corporeidad mía lo que está es simbolizando, yo no he hecho otra cosa en esta
conversación que una continua producción de símbolos: los garabatos que estoy
poniendo aquí para comunicarme, los símbolos de mi cuerpo que ustedes ven; a través
de mi cuerpo ustedes pueden entender un poco de mi interioridad, no tenemos otra forma
de comunicación.
Los símbolos de la literatura, de la filosofía, del arte, de la escultura, de la poesía;
de los símbolos religiosos, un rito, un sacramento, un ágape familiar, un aceite con el que
se urge un frente, una forma eucarística que se reparte para comer y tener vida, son
distintos ritos que nos llevan a la comunicación porque el plan de Dios, revelado en
Jesucristo, es un asunto de comunicación. Dios es comunicación, el se comunicó con
nosotros, se autodonó y lo que él quiere es que esas mismas formas comunicativas suyas
se generen entre nosotros y que las personas no permanezcan en un anonimato no
permanezcan incomunicadas.
Que venga el gran cultivo de la literatura, de la filosofía, de la lingüística, de
la novelística, de la narración de Macondo, del símbolo, de la música, del folclore
que cultiva mi pueblo. Lo peor que le puede pasar a una persona es que le corten la
comunicación, los incomunicados son los que están en la cárcel. El peor castigo es la
incomunicación. Eso dicen que es el infierno. No son llamas, tenedores y diablos, si no el
asunto tremendamente psicológico de la incomunicación. La pérdida de la comunicación
con Dios y con los hermanos. Eso es el infierno como lo más grave que le puede pasar al
ser humano.
Cuando los estudiantes vienen al plantel educativo buscando la orientación del
símbolo comunicativo, buscando las formas de expresión y comunicación y nosotros los
introducimos en la literatura y la filosofía, en la música y el folclor, en el arte y diversas
formas de expresión plástica y teatral, tan propias de la tradición Selesiana, estamos
colaborando en la formación de hombres y mujeres capaces de enriquecer la cultura.
Porque si la naturaleza y la adaptación la llamamos civilización, ciertamente a la
comunicación la tenemos que llamar cultura, ese conjunto de símbolos, de maneras de
comunicación que nos son propias y cuando al niño y a la niña se las introduce en ese
mundo maravilloso de la cultura, los estamos introduciendo en todo el diálogo de
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Dios con los hombres y de los hombres entre sí. Es todo el asunto de la creación de
los valores a través de la cultura, de la comunicación. La cultura es también valores.
“Todo lo que es recto, lo que bello, lo que es justo, lo que es armonioso, lo que es digno,
lo que es placentero, lo que es tierno, lo que es tolerante, eso es cultura (Cf 4,8). Si ahí no
está Dios y eso no es Dios entonces: ¿qué es lo que llamo Dios?. Cuando yo digo Dios
estoy diciendo justicia, belleza, rectitud, ternura, fraternidad, paz, tolerancia o sino ¿qué
es lo que estoy diciendo?.
Y cuando yo maestro o maestra introduzco a mis alumnos en este mundo
maravilloso de la cultura, ¿no estamos precisamente haciendo lo mejor de la religión, de
la comunicación?. Entonces yo no me contengo con que hago la Pastoral Educativa
dando retiros o haciendo la Confirmación por importante que sea, sino que toda mi
responsabilidad con los jóvenes está en esto. Si este país está como está es porque ni
hemos encontrado a Dios donde siempre hemos debido haberlo buscado.
Un capítulo de eso que estamos diciéndose el asunto de la ética.
La ética es una forma de comunicación cultural de los valores. Nosotros ¿dónde pusimos
lo moral?. En los diez mandamientos y resulta que el asunto de los diez mandamientos es
un asunto religioso, pero nunca enseñamos a las personas una ética ciudadana, una ética
de responsabilidad en que usted no pude botar basura a las calles, en que no puede
cortar arbitrariamente los árboles, en que no puede contaminar el aire y las fuentes de
agua, es decir, toda la responsabilidad cívica y ciudadana. A nosotros se nos convirtió la
ética en discurso religioso, en un discurso seudorreligioso, mas bien. Hoy estamos
enfrentados a eso, a crear una ética ciudadana y una sociedad cívica civil. Cuando lo
religioso se saca de lo cultural y lo cultural queda sin lo religioso, lo religioso se
convierte en nada.
Yo quisiera preguntar si las personas que en esta casa del saber enseñan filosofía,
arte, literatura, expresión, teatros, coros, danza, se asoman realmente al corazón de la
cultura desde el corazón de nuestro pueblo, si realmente hacen amar nuestra cultura,
hacen amar el conjunto de nuestros valores simbólicos porque hoy parece que los
latinoamericanos somos vergonzantes con nuestras propias culturas, sentimos como
vergüenza de la cultura, lo que nos gusta es la cultura nórdica, a todos nos gusta ser
gringos y gringas, vestirnos como gringos, comprar gringo, ballar gringo, comer gringo,
construir gringo, estamos totalmente dominados. Las culturas respetabilísimas de los
pueblos indígenas están desapareciendo.
Uno tiene que preguntarse en este país qué queda de la cultura guambiana, de la
paez...son culturas vergonzantes y qué va quedando de la cultura mestiza, la nuestra.
Estamos esperando cuando nos vamos de vacaciones a Miami y cómo hacemos para
arraigarnos lo más posible, no amamos la simbólica nuestra. No amamos nuestra música,
nuestro folclor, a nuestra lengua la maltratamos de una forma vergonzosa. Si vamos por
las calles los restaurantes tienen nombres gringos, de las casas de moda...Y la persona
sale de nuestro plantel en una alienación cultural total, sin simbólica de pertenencia, de
relación con los demás, no pertenece a un pueblo, es un apártida.
El tercer interés es el interés crítico o de emancipación.
Entiéndase por interés crítico o de emancipación el interés que existe en el conocimiento
humano por hacer que la técnica y la moral procuren a la humanidad mediante una crítica
inmanente un desarrollo emancipativo de la misma. Aquí en América Latina inventamos
un nombre que nos gusta más liberación. Nosotros no sólo estamos en la naturaleza o
estamos con los demás para comunicarnos sino que muchas veces estando con los
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demás, uno se acaballa sobre el otro, quiere dominar al otro, quiere explotarlo
económicamente, quiere instrumentalizar al otro. El hombre es recto pero cuando se le
presenta la ocasión se le tuerce el corazón, la mirada y entonces desde la mañana de la
creación Caín mata a Abel, el que cultiva la tierra se hace enemigo del que trabaja el
metal; desde la mañana de la creación no opera una armonía sino un conflicto social. La
aspiración a la paz, que la tierra sea el reino de la armonía, eso lo dejamos para la
escatología final, aquí siempre tendremos el conflicto, siempre se darán sociedades y
conglomerados conflictivos. Lo que toca precisamente es crear estructuras de convivencia
fraterna que puedan asegurar que no se dé una descarada explotación del otro, que no
haya una dominación política del otro, que no haya subyugación cultural del otro; crear
estructuras de convivencia justas que es lo que puede garantizar la fraternidad y la paz.
El interés de emancipación es el que da lugar a las Ciencias Sociales que algunos
llaman también ciencias políticas. Hablamos de la economía política, del derecho, de toda
la rama de la jurisprudencia, de todas las ramas de la auténtica política hoy tan
desprestigiada. En este esquema nosotros comprendemos las trascendencia que tienen
las ciencias políticas, las ciencias sociales y económicas, las ciencias de la crítica social y
el cultivar las vocaciones de personas que quieren hacer el trabajo de una liberación
social, de una emancipación social como creación y mantenimiento de estructuras
políticas, jurídicas, económicas, gubernamentales, administrativas, de convivencia justa.
Me da asco sus celebraciones porque la religión que yo quiero, dice el Señor, es
que se practique el derecho, que se abran las cárceles injustas, que se tenga compasión
del prójimo y especialmente del oprimido, del huérfano, de la viuda, del extranjero, del
rengo, del manco, del que no puede, esa es la religión que yo quiero. “Bajaba un hombre
de Jerusalén a Jericó y lo atacaron...” es la parábola del Buen Samaritano (Lc 10,29-37).
Solamente el samaritano que recoge al hermano y hace justicia con él, hace justicia en el
sentido que paga por él lo que hay que pagar, se acerca a él, le cura la enfermedad.
¿Quién es mi prójimo?. Las personas que se dedican a esta actividad emancipatoria, a las
ciencias sociales y políticas, que tienen esa vocación y que orientan a los demás en la
creación de estructuras de convivencia ciudadana, de justicia, de orden, de derecho,
están cumpliendo el Plan formidable de Dios. La religión que yo quiero es la que practica
del derecho. ¿Cómo es posible que sigamos llenando Iglesias y haciendo Semanas
Santas en medio de semejante carencia de estructuras de convivencia ciudadana, en
medio de semejante violencia, en medio de tanto espectáculo de corrupción social de los
gobernantes?
Con las Ciencias Sociales estamos formando la conciencia ciudadana y política,
La formación religiosa no le toca únicamente a la religión sino que le toca a toda persona
que tenga por misión transmitir las Ciencias Sociales: La cívica, la geografía social, la
constitución, la democracia. Entonces me parece que la Pastoral Educativa incidiría en
todo el currículo, en cada asignatura; tendría que ver con toda la Comunidad Educativa.
Cada ciencia tiene su propia función. En la modernidad sucedió algo que influyó en
los currículos, en la vida. Cada uno se convirtió en un especialista: matemático, químico,
etc. Muy competentes en su propia ciencia pero incapaces de una poesía, entendían poco
de literatura, del folclor, del arte, de música, de un rito religioso...¿Qué tipo de hombre y
de mujer son? Espantoso, O saben mucho de comunicación, de ciencias humanas pero
no tienen idea de los asuntos políticos y sociales, de los asuntos de la justicia y de la paz,
son personas recortadas. Por eso la crítica que la posmodernidad le hace a la
modernidad es que buscó sobre todo la razón funcionalista.
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La posmodernidad se abre con la teoría de la Acción Comunicativa, lo que
los distintos actores tenemos que hacer y poner en el “mundo de la vida” para construir,
entre todos, el mundo de la vida. El horizonte en el cual nos movemos todos es el mundo
de la vida y yo desde mi propia función sea como biólogo, como matemático, como
ingeniero, como educador, como religiosa, como cultivador de distintas artes o disciplinas
¿qué es lo que tengo que poner responsablemente en el mundo de la vida? ¿cuál es mi
compromiso histórico con el mundo de la vida?. Cuando esto se descubra entonces sí
digo para qué sirve el sacramento de la Confirmación cristiana. Muchachos y muchachas
estarán listos si tienen claridad de cuál es su misión en el mundo de la vida y que el
obispo les imponga las manos y los envíe a trabajar por el mundo de la vida sea como
médico, como ingeniero, como mamá, como papá, como portero, esa es mi contribución
al mundo de la vida. Esta es la acción comunicativa.
Y ¿qué es lo que hay que hacer en el mundo de la vida?. Lo que hay que hacer
es la liberación. Liberación de la naturaleza para que no sea enemiga sino amiga,
productiva (en las Ciencias del a Naturaleza); liberación del hombre y de la mujer para
que sean personas de talla humana, de dimensión completa que se comunican, que
cultivan el arte, lña poesía, la fe, libres del yugo del sinrazón, del sinsentido, de la
fatalidad, y del destino ciego (en las Ciencias Hermenéuticas); y liberación de la sociedad
porque la sociedad tiende a ser injusta, a excluir, a oprimir, libres del empobrecimiento, de
las condiciones inhumanas de vida (en las Ciencias Sociales). Lo que tenemos que hacer
entre todos es ese trabajo de la liberación integral. Es posible que en la Teología de la
Liberación de las décadas pasadas nos hayamos equivocado porque pusimos el énfasis
de la liberación en las cuestiones del billete para los pobres, y el pobre a veces sin todo
ese bagaje, terminó por hacer el mismo camino de los capitalistas. (Parra narró aquí la
experiencia de 10 años de trabajo para formar una comunidad en el Barrio Bosque
Calderón de Bogotá).
No quiero dogmatizar este esquema, lo que quiero mostrarles es dónde ocurre la
Pastoral de la Ciencia, la evangelización del saber, la unión entre fe y cultura, entre fe y
ciencia social, entre fe y política, entre fe y profesión, entre fe y maternidad, entre fe y ser
esposo, entre fe y ser ingeniero...El ingeniero no es católico porque simplemente va a
misa, eso no puede seguir funcionando así.
El planteo está aquí: o el saber se transforma o seguimos exactamente en
donde estamos porque la religión no influye donde debería influir, el evangelio con toda
su fuerza no es un evangelio capaz de transformar la realidad nacional y no es capaz
porque tal vez nuestras manos no son capaces, porque yo como educador, como
educadora no doy la talla que me exige esta misión tan sumamente complicada de la
educación de los jóvenes de hoy. Recoger la leche derramada ya no lo podemos hacer,
pero yo si puedo hacer en mi aula de clase un planteo educativo para que la leche no se
siga derramando, que no se siga derramando la sangre de mi país. Yo puedo hacer la
Pastoral Educativa sin que a mi me de vergüenza de la pastoral educativa. Hacer
pastoral educativa es construir la naturaleza, construir al hombre, construir la
sociedad.
Si algo ha tenido la Iglesia Católica es una terrible responsabilidad histórica.
¿Quién ha sido la educadora de occidente? No se puede hacer el evangelio sin crear
universidad, escuela, cultura, por eso inmediatamente lo que surge del evangelio es:
escuela, maestros, catedrales, universidades, música, pintura, estética. La evangelización
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es sinónimo de humanismo real. Nuestra nación no está evangelizada de casualidad, de
ahí la cuestión de la Nueva Evangelización que es hacer lo que no hemos hecho. Los
griegos distinguen muy bien neos y kairos. Neo es hacer otra vez lo mismo de antes y
kairos es hacer las cosas nuevas: una educación nueva, una catequesis nueva, un
anuncio del evangelio que es mostrar cómo ocurre Dios en la historia, cómo se encuentra
Dios en el corazón del a historia, de la ciencia, del pensamiento, de la estética...
¿Cómo sucede Dios en los tugurios del Bosque Calderón, en lo que está pasando hoy en
Colombia? Como nunca más debe suceder eso en el nombre del evangelio y crear
hombres y mujeres que hayan entendido y se comprometan con estas cosas y que tengan
una visión diferente sobre sus profesiones, oficios, sobre la religión. Se trata de rescatar la
profanidad pues Dios sucede en la profanidad, en el corazón el mundo.
Si lográramos conversar entre nosotros en las jornadas que tenemos para
reflexionar, para recrear los currículos, para recrear las responsabilidades, las
asignaturas, para comunicarnos esto como primera filosofía desde donde se construyen
los currículos, las asignaturas, los horarios...¿Para dónde vamos, qué pretendemos,
desde dónde opera el evangelio, por qué es un colegio católico, qué pretenden las
Hermanas Salesianas?
Antes de empezar el año lectivo por qué o hacemos unas buenas jornadas,
tranquilas, de una profunda reflexión sobre nuestra filosofía educativa, nuestra teología
educativa, el perfil del maestro y del estudiante y convenimos a unos empeños comunes.
(Aquí termina la conferencia, después siguieron las preguntas).
LO TEOLÓGICO-PASTORAL EN ESTA CONCEPCIÓN DE LAS CIENCIAS
La estructuración de la ciencia en cuanto campos o niveles del conocimiento
transformador el hombre y de su mundo, permite establecer la esfera de praxis y la esfera
de conocimiento en la que es preciso situar lo teológico-pastoral, sus intereses,
finalidades, métodos y realidades con las que trabaja como interpretación creyente y
transformadora de la historia.
Comencemos por decir que la Revelación y la Fe (principio primero, peculiar e
irrenunciable de la teología) escapan en cuanto tales de los simples niveles de lo científico
y de los reductos más o menos estrechos de una disciplina y de una academia. En este
sentido hay que afirmar que la teología es apenas tematización de un misterio de buena
voluntad de Dios en Jesucristo. Y que el teologizar, por tanto, tiene fundamentos o puntos
de partida del todo peculiares (la gratuita revelación de Dios en la historia), métodos
pedagógicos y didácticos muy suyos (la oración, la catequesis, la predicación, la iniciación
en la experiencia cristiana) y una finalidad del todo trascendente que constituyen el
teologizar en apenas un símbolo manifestativo de un misterio, de una gracia, de una
presencia y de una acción irreductibles al simple esfuerzo del espíritu humano.
Desde este punto de vista el teologizar desborda la esfera del o disciplinar, de lo
formalmente científico y de lo puramente filosófico.
Pero en cuanto reflexión creyente sobre la histórica comunicación de Dios en la
historia de salvación, y sobre las praxis humanas históricas en el horizonte dela revelación
y de la fe, la teología se comprende dentro de las ciencias humanas, ciencias del espíritu
o ciencias hermenéuticas.
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La teología pretende hacer realizable y comprensible la historia humana como
historia de revelación y salvación, y las praxis humanas como acción histórica que es
signo e instrumento (sacramento) del Dios con el hombre y del hombre con Dios.
Entonces la teología, a partir siempre de las praxis históricas (nunca sin ellas ni
con prescindencia de ellas), instaura la reflexión creyente sobre esas mismas praxis y
sobre el acopio de sus manifestaciones: signos, símbolos, monumentos históricos y de
tradición, situaciones sociales, coyunturas históricas, grandezas y miserias.
El ángulo formal de la interpretación será siempre el horizonte del Evangelio y lo
siempre creído y vivido en la Iglesia, no sin arreglo normativo a las instancias ultimadse
enseñanza de la misma Iglesia (magisterio).
Tales son los principios propios e irrenunciables de la teología, intransferible a otro
tipo de ciencia, sobre los que se funda su quehacer. La praxis de los/as cristianos/as,
normada sobre la praxis de Jesús e informada por su Espíritu, es el lugar primero,
fundante y principal de la teología.
El método de la teología es hermenéutico en cuanto interpretativo del gran Texto
del revelación histórica de Dios. Texto mayor en el que se comprenden, tanto las praxis
históricas por las que atraviesa la presencia y la acción histórica de Dios, como las
Escrituras cristianas normadas por el testimonio apostólico acerca del acontecimiento
salvador y revelador de Dios en Jesucristo, vividas y proclamadas por la Iglesia.
El interés y la finalidad de la teología es la dinámica de la interpretación de la
historia como posibilidad de ser hecha por los hombres y las mujeres de aquí y ahora en
el horizonte de lo revelado y salvífico. Pero puesto que lo salvífico trascendente pasa por
la historia de las liberaciones humanas y por sus praxis y saberes, es casi obvio que la
teología deba presentar un entronque radical con los contextos, praxis y saberes
liberadores de las ciencias y junto con ellas propender por la gran empresa de la
liberación humana en el orden natural humanístico y social.
La realidad con la que trabaja la teología es con la historia real de los hombres y
mujeres, vivida antes que escrita, en cuanto es manifestativa de la presencia y de la
acción salvadora y reveladora de Dios, leída siempre a la luz del Evangelio.
El producto final de la teología no es ella misma. El punto terminal de la reflexión crítica
sobre la praxis histórica de los/as cristianos/as en la línea de la liberación presente y
trascendente no es un saber sino un hacer. El saber de la teología tendrá que verificarse y
comprobarse en las concreciones históricas del amor de Dios en el hambriento socorrido,
en el desnudo vestido, en el oprimido liberado, en el triste consolado, en el pobre hecho
heredero del Reino, poseedor de la tierra e hijo de Dios.
Y es que en la tarde de la historia no seremos juzgados sobre el saber de la teología sino
sobre el amor.
La identidad de la teología deriva de todo lo anterior. Por eso la teología no es mi
ciencia natural ni ciencia social. Su estatuto como disciplina a partir de una praxis
encuadrada más convenientemente dentro de las ciencias humanas, históricas o
hermenéuticas, pero en íntima relación y radical entronque con la praxis y saberes
liberadores propios de las ciencias naturales, de las ciencias sociales y de las mismas
ciencias humanas.
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INTERACCIÓN TEOLOGÍA-CIENCIAS EN EL MUNDO COMÚN DE LA VIDA
Con relación a las ciencias naturales, la teología nunca podrá menos de apoyar
todo descubrimiento y avance científico que, establecido por la metodología propia de las
ciencias y regulado por la moral, signifique el entronque con el mandato divino de someter
la tierra para que el hombre y la mujer sean señores y no esclavos de la naturaleza.
Jamás el señorío humano podrá ser percibido como alentatorio contra el señorío de Dios.
Desde este ángulo, no existe razón para que las ciencias naturales (físicas,
químicas, matemáticas, ingenierías, biológicas, prácticas y saberes artesanales e
industriales) puedan sustraerse al interés único y fundamental de liberar al ser humano y
a su sociedad en el primordial campo de adaptación de la naturaleza para casa el hombre
sobre la tierra. De aprovechamiento y preservación inteligente de los recursos. De
construcción de la civilización y de la técnica para el crecimiento y señorío que se le
encomendó al ser humano en la mañana primordial de la creación.
No es razonable el exclusivizar en las áreas estrictamente éticas y religiosas la
formación de la conciencia y de la religiosidad, de la liberación y de la solidaridad, del
servicio y de la propia e indelegable misión y ministerio que corresponde a los científicos
naturales en el campo común de la vida.
Las mismas ciencias naturales al interactuar con la teología, deben coadyuvar
dialogalmente para que las praxis instrumentales de utilidad técnica no ejerzan una
totalización indebida, que arroje como resultado la supremacía de la máquina sobre el
hombre; de la técnica sobre la sabiduría; del consumo sobre la socialización justa de los
bienes; del universo físico sobre la totalidad de los valores humanos; de las leyes físicas
demostrables sobre las razones del corazón y del sentimiento humano.
Los hombres y mujeres de ciencias naturales deben abrirse dialogalmente a las
necesarias complementariedades que puedan provenir del espíritu en general, de la
teología en particular y del mundo científico social.
Con relación a las ciencias histórico – hermenéuticas . La teología se define
como provincia de las ciencias histórico – interpretativas. Y desde su ángulo, y en
conexión con las demás ciencias humanísticas, la teología propende por un conocimiento
cada vez más a fondo del mundo misterioso del hombre, de su conciencia, de su
interioridad, de sus símbolos, de su cultura, de su arte, de su afán de realización histórica,
de transformación y de aversión a cuanto a logrado de la historia le ha impedido su
libertad y liberación.
Es entonces cuando la teología incide y coincide con el carácter liberador de las
ciencias humanas para hacer razonable y responsable el mundo del hombre en contra de
los fatalismos, de los determinismos, de la resignación y de la pasividad, de la marioneta
humana regida por los destinos ciegos y dioses burlones.
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Es entonces cuando la teología ejerce su función crítica sobre sí misma y sobre las
demás ciencias hermenéuticas, para no permitir la totalización ideológica de ciertas
interpretaciones sobre el hombre y su historia que paralicen en su acción, que lo
esclavicen al orden establecido, que lo reduzcan a una célula de la naturaleza o a una
pieza de engranaje economicista o estatista, cientista o psicologista.
Por lo demás ciencias humanísticas o hermenéuticas (filosofía, literatura, artes
plásticas, música, artes populares) pueden hallar en la teología un elemento sumamente
válido para la autocomprensión de su génesis y realizaciones más destacadas en esta
civilización occidental, y para cerciorarse de su recorridos liberadores del hombre y de la
sociedad. Y es porque lo humanístico estuvo y está entrañablemente ligado a la praxis
humanística de los cristianos y a su saber teológico reflexivo. La ciencia cristiana
humanística es una catedral portentosa a la gloria de Dios y a la aventura liberadora del
espíritu humano.
La teología muestra a lo humanístico, desde las perspectivas de la revelación y de
la fe cuáles son los compromisos prácticos y teóricos que las ciencias históricohermenéuticas tienen que asumir de frente a la tarea de la liberación de los hombres,
especialmente de los humillados y ofendidos por humanismos elitistas y hermenéuticas
opresoras al servicio consciente o inconsciente de la dominación.
De ahí que las ciencias humanas deban formar en la conciencia inequívoca de que
sólo por medio de la cultura se accede a las legítimas liberaciones humanas, a la
superación de atávicos complejos, al crecimiento del espíritu humano, a la interrelación
humana que de opera por medio de lo simbólico.
Con relación a las ciencias sociales. No es fortuito ni obedece a simple capricho
o moda pasajera el acercamiento notable entre la praxis de los cristianos y su saber
teológico con las ciencias crítico-sociales.
Es que por su método de análisis y reflexión, la teología se percibe en el estatuto
de las ciencias histórico-hermenéuticas. Pero por su finalidad y por su interés ella es
coincidente, como saber y como praxis, con la praxis y los saberes de las ciencias
sociales emancipadoras y liberadoras.
Sería incomprensible y muy repudiable en el contexto de nuestros países una
praxis cristiana y un saber reflexivo de la teología que no procurara formas o modelos
sociales más razonables, más justos, más humanos, aunque siempre perfectibles en el
camino hacia la plena liberación del hombre.
El esfuerzo de lectura racional de la realidad económica, política y cultural para
hacer desde ahí las opciones políticas y estratégicas que el caminar liberador exige, ha
hecho indispensable el acercamiento cristiano a las ciencias sociales.
La amplitud del campo de incidencia de las ciencias sociales (economía,
sociología, derecho, politología, urbanismo, planeación y desarrollo) en la creación de
estructuras sociales justas es enorme. Y ello constituye para la teología, no sólo una
dimensión esencial del proyecto de liberación, sino un capítulo clave en la revelación del
propósito creador y salvador de Dios Padre en Cristo por su Espíritu.
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Desde sus praxis propias y desde sus teorizaciones formales, el científico social
debe adquirir conciencia de la trascendencia teologal de su labor y de lo insustituible de
su misión efectuada a conciencia desde su ciencia. (Ver Teología Xaveriana, Nº 112,
1994).
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