CONCEPCIONES Y ESTRATEGIAS DE EVALUACIÒN EN EL AULA Lic. Maria Eugenia Poggio “Un curso se termina exitosamente no cuando el estudiante “ha aprendido todo lo que necesita saber”, sino cuando ha hecho un progreso significativo en aprender cómo aprender lo que quiere saber.” Carl Rogers Para comenzar es preciso explicitar algunos acuerdos teóricos acerca de que entendemos que es evaluar y para que sirve evaluar. Delia Azzerboni habla de cultura evaluativa en tanto que es preciso que la evaluación se instale en la educación, no solo como aplicación de técnicas evaluativas para la promoción y acreditación de los alumnos, sino como deseo de que tenga un lugar y forme parte natural del proyecto educativo institucional. “Formar parte de una cultura significa entender que algo está instalado e integra lo cotidiano.” (Delia Azzerboni) La autora nos propone 4 ámbitos donde la evaluación debe asentarse para que se naturalice y forme parte de la vida cotidiana de la escuela. Por eso es que la evaluación debe hablarnos de que pasa con: Los aprendizajes de los alumnos / Las practicas de los docentes / La gestión de la institución /El proyecto institucional. La misma autora propone como concepción aquella que entiende la evaluación como “el proceso por el cual se obtiene información y se proporciona y distribuye información para la toma de decisiones” 1- Obtener información: Recoger información de manera sistemática acerca de un proceso. Acá hay que pensar en que técnicas e instrumentos son mejores para obtener la información. Podemos pensar en tres grupos de técnicas más usadas en educación para obtener información : la Observación, los Exámenes o producciones en todas sus variantes y la Entrevista dialogada y sus variantes. 2- Elaborar y producir información: Implica contar con datos pertinentes acerca de la marcha de un determinado proceso que se implementa en el aula, es contar con información funcional y valida para poder construir un juicio de valor acerca del desempeño de un alumno en función de los objetivos propuestos de antemano. Acá el propósito es comprender las múltiples variables que intervienen en la situación educativa, mediante la aplicación de criterios para la valoración, es decir, analizando los datos según marcos de referencias ( objetivos, teorías del aprendizaje , etc) que orientan su “lectura”. 3- Proporcionar o distribuir información: Implica la comunicación a los actores involucrados en el proceso evaluativo o la divulgación a otros de las conclusiones elaboradas. Informe a los padres, a los directivos, a otros docentes, etc.) 4- Tomar decisiones: La información que obtenemos de la evaluación es imprescindible para juzgar alternativas de decisión. La información debe permitir tomar decisiones por ejemplo sobre la creación de nuevas propuestas didácticas, proyectos y actividades que le faciliten a los alumnos una mejor aproximación a su entorno y al conocimiento. Por lo tanto desde esta visión de cultura evaluativa: La evaluación es un proceso dinámico, abierto, flexible, sistemático y riguroso, tanto individual como colectivo, expresado mediante el lenguaje oral o el escrito. La evaluación se propone facilitar el cambio y posibilitar la mejora del proceso educativo. La evaluación, sobre todo, conlleva la intención de comprender aquello que se evalúa, las circunstancias que lo rodean y condicionan. Poner el acento en la comprensión implica proponer un cambio de actitud frente a ella. La concepción de evaluación que adoptemos debe responder y estar relacionada con el paradigma educativo al que adhieren quienes evalúan (docentes y directivos) y con la realidad socio-histórica del contexto que lo rodea. Uno de los autores que ha hecho aportes importantes del paradigma constructivista – cognoscitivo es Ausubel quien afirma : “La evaluación debe decirnos cual es la situación del que aprende o el grado de significación psicológica que el conocimiento tiene. Entendiéndose por significación psicológica al resultado de un proceso de aprendizaje significativo que surge cuando el significado potencial se convierte en un contenido cognoscitivo nuevo” Por lo tanto, además de evaluar el aprendizaje y el proceso realizado por el alumno, también en la evaluación se considera si la propuesta educativa responde a las características de un adecuado aprendizaje significativo. Hasta aquí, este abordaje teórico nos permite contestar el Para que Evaluar, ahora bien, seguidamente debemos pensar el Qué , el Cómo y el Cuándo Evaluar. Los tres están íntimamente relacionados, pero parándonos en el cuando ósea en que momento evaluar se responden los otros interrogantes. ¿Cuándo evaluar? Al comienzo de una etapa, ciclo, año, proyecto. Durante todo un proceso. Al final de un ciclo, año, etapa. De estas respuestas se derivan tres tipos de evaluación pero en realidad forman lo que se denomina evaluación “continua”, ya que no puede obviarse ninguno de los tres, forman un todo. Los tres tipos de evaluación son: INICIAL o DIAGNOSTICA: Para obtener información sobre el punto de partida del proceso de enseñanza y aprendizaje. FORMATIVA o PROCESUAL: Es la que posibilita el ajuste continuo del proceso de enseñanza y de aprendizaje; permite buscar nuevas estrategias metodológicas acordes con las dificultades que cada alumno/a plantean. SUMATIVA o FINAL: Es un registro de las competencias que el alumno ha alcanzado a través de los contenidos aprendidos durante un ciclo o año escolar. Una buena evaluación tiene que visualizar un equilibrio entre los tres tipos de evaluación antes enunciados. La Evaluación Formativa está centrada en los procesos, es decir, se tiene especial atención a los caminos que realizan los niños y niñas y a cómo los realizan, pero sin desconocer el resultado final al que se pretende arribar. Ahora bien, como se dijo antes, evaluar implica un juicio de valor y para poder emitir un juicio es preciso contar con dos elementos, a saber: Pruebas, elementos, datos que den cuenta de algo. Parámetros de cotejo o comparación. El parámetro o cotejo de comparación está explicitado en los objetivos o expectativas de logro a los que se espera que los alumnos lleguen. Es así como habrá un patrón de comparación para ver cuánto se aproximaron a esa meta. Con respecto a las pruebas o elementos que permitirán juzgar en comparación con los objetivos, es preciso pensar cuáles son los mejores modos para recoger esta información. Características de la evaluación formativa: Primero hay que tener claro que estas actividades evaluativas deben dar cuenta de dificultades y progresos en el proceso de aprendizaje. Deben mostrarnos cómo el alumno incorporó el nuevo contenido cognoscitivo que se trabaja en el aula. Por eso es importante que las pruebas de evaluación formativa registren saberes previos de los alumnos antes de abordar un tema nuevo o sea el estado de situación inicial y también registren distintos momentos del proceso en que el alumno se va apropiando del nuevo conocimiento, para ir haciendo los ajustes didácticos necesarios, para estar atentos como docentes en que circunstancia es preciso andamiar , en términos de Brunner, y darle los apoyos necesarios para que pueda ir aprendiendo a solucionar por si solo las situaciones problemáticas que se le vayan presentando. La evaluación formativa nos tiene que contar que está sucediendo en la Zona de desarrollo próximo de la que habla Vigostky. O sea ver que cosas que están alrededor del alumno que se enfrenta a un nuevo conocimiento, facilitan u obstruyen el aprendizaje. Evaluar formativamente es ver qué actividades, propuestas y contenidos resultan más significativos, que actitudes y estrategias del docente, que actitudes y relaciones con los pares, ayudan o no al alumno frente al aprendizaje de un tema nuevo.