PROYECTOS TECNOLÓGICOS: DISEÑAR, ELABORAR Y EVALUAR (Fragmento) Posibles fases en los proyectos tecnológicos No suponemos la existencia de cartabones fijos en la realización de la investigación tecnológica. Sin embargo, entendemos que ciertos procesos son muy propios de ella, y podremos seguramente encontrarlos en su desarrollo. No, por cierto, como pasos claramente separados y seguidos en firme secuencia, sino como grandes tipos de actividades que a menudo se solapan o se cumplen volviendo a veces de las últimas a las primeras en un vaivén de rectificación o en una espiral de desarrollo. Las fases que podemos distinguir son: Determinación de lo que se necesita . En la escuela, a veces la producción tecnológica se hará para «practicar» o como un «juego» tecnológico. Pero en la vida real, y también en la vida escolar en algunas ocasiones, la producción tecnológica obedece a alguna necesidad que se tiene que satisfacer: alimentación, cobijo, recreación... Aunque la necesidad puede ser más o menos obvia, a menudo no es fácil precisar qué logro tecnológico se requiere para satisfacerla. Parte de la ingeniosidad del tecnólogo consiste precisamente en dar en el clavo con el producto o el proceso que hace falta, en el momento oportuno. En la escuela, esto implicará el esfuerzo de delimitar qué producto o proceso se quiere elaborar y para qué. Información de base . Se recopila la información necesaria para el trabajo. Se consultan diseños y/u objetos elaborados por otros. Se realizan discusiones, intercambios de ideas en el equipo o entre compañeros que están trabajando individualmente. Diseño . Se perfilan las características generales del proceso o producto a desarrollar. Se hacen luego planes de trabajo, indicando actividades necesarias, recursos requeridos y tiempo estimado, entre otros posibles señalamientos. Se culmina con esbozos, croquis, esquemas que orienten la próxima fase. En ocasiones, esta fase puede implicar cálculos de costos, cuando no se va a trabajar sólo con material de desecho. Para productos sencillos a cargo de niños pequeños, puede obviarse la tarea de realización de esbozos, pues en la propia acción con los materiales los niños irán armando mentalmente lo que quieren hacer. Esto lo sugerimos al objeto de no hacerles demasiado difícil el trabajo, por prematura-mente abstracto y formalizado. Otra posibilidad es que los estudiantes hagan modelos con recortes de papel. Autores con experiencia en proyectos tecnológicos escolares, recomiendan que al principio de esta fase los niños traten de generar varias opciones o, posibilidades antes de decantarse por una de ellas. De esta manera, es más 4 probable elegir una satisfactoria. Además, si a medida que avanza el trabajo la opción elegida no llena las expectativas, siempre se puede consultar la colección de ideas que se había producido al principio (Dunn y Larson, 1990). Elaboración . Se procede a la construcción en sí del producto deseado o al desarrollo del proceso previsto, previo acopio de los materiales y herramientas necesarios para el trabajo. En algunos casos, si bien no es posible la fabricación a escala real sí está al alcance la producción de modelos o prototipos a pequeña escala. En otras oportunidades, el trabajo puede consistir en la reformulación o remodelación de algo ya existente. Puesta a prueba y eventual reformulación . Terminado el producto o proceso se somete a prueba para comprobar su efectividad, resistencia, rendimiento y otras características de importancia. Con los resultados de la prueba, se formulan juicios acerca de la calidad de lo producido. Y se llega a decisiones sobre posibles cambios en el diseño que mejoren los resultados. A partir de aquí puede iniciarse un nuevo ciclo tecnológico. En niños más mayorcitos, esta fase puede hacerse más compleja, sistematizando los aspectos a evaluar e incluso ponderándolos. Cuando la investigación tecnológica se centra precisamente en la evaluación de algo producido por otros, esta fase, como es obvio, gana en extensión y complejidad. Comunicación . Se presenta el trabajo realizado a otros (clase, escuela, comunidad..., según el caso). Puede incluirse a veces una memoria de la investigación realizada, señalando fases cumplidas, actividades en cada fase y resultados. Comparando su trabajo con el de otros equipos o compañeros, las niñas y niños podrán darse cuenta de que en la investigación tecnológica no hay una única solución a los problemas, sino que generalmente son posibles varias opciones, que diferirán en costo, dificultades de elaboración y aplicación, eficacia, e incluso en otros aspectos como calidad estética. Este último, a lo largo de la historia de la humanidad, ha sido un valor apreciado en muchos diseños tecnológicos. Lo deseable es llegar a la mejor solución posible dadas las circunstancias y condiciones de los involucrados. Como indicamos, es usual que los niños y niñas enfrascados en un proyecto tecnológico, a semejanza del verdadero tecnólogo, no sigan estas fases de modo lineal, sino que regresen a etapas anteriores conforme la marcha de la investigación les vaya indicando la necesidad de corregir fallas, añadir componentes o mejorar ciertos aspectos de su diseño. 5 Algunos criterios para la evaluación de tecnologías Efectividad: ¿funciona? Confiabilidad: ¿funciona siempre? Durabilidad: ¿resiste el uso? Seguridad: ¿hay riesgos en su elaboración o en su uso? Costo: ¿es razonable el costo en materiales y esfuerzo humano implicados? Relación con el medio ambiente: ¿evita el consumo innecesario de energía o recursos y la contaminación? Beneficio social: ¿cómo afecta a las personas, a corto y a más largo plazo? Tomado con modificaciones de Science. Program for Elementary School. Mimeo. Province of Alberta , Canada . Edmonton , 1996. La Cueva, Aurora, 2000, Ciencia y Tecnología en la escuela . Editorial Popular, Madrid, pp. 85-88. 6