Nueva Ley sobre los Cuidados Paliativos Lic. Fabiola Montoya Martín Del Campo Una moral pública injusta es aquella favorecida en sociedades cuya principal comprensión de desarrollo es la riqueza material, soportada en la pobreza de sentidos humanos. Este desarrollo se centra fundamentalmente en el pragmatismo, el cual solo admite como real, lo inmediato tangible y viable. En el contexto de la enfermedad, el modelo médico basado en evidencias ha sido hasta ahora fundamentalmente curativo y escenario único que se impone y no se puede trascender, Pareciera que en la comprensión científica, la muerte es teóricamente imposible. Si la cultura nos enseña a no creer en nada que no sea visto, medido y pesado cuando ¿qué hacer cuando la ciencia nos abandona porque la cura es imposible? En una sociedad tanatofóbica y consumista, espacio en donde se encuentra inmersa la práctica médica tecnificada, es evidente que se tienda a convertir el dolor con sus complejas variables humanas y la verdad absoluta de la muerte en asuntos técnicos y de fingida importancia. En la actualidad y con los avances de la tecnología, el dolor y la muerte no sólo representan problemas técnicos, son también un problema ético, social y de políticas públicas; dejar que un enfermo tenga dolor es inmoral, dejar de realizar acciones posibles para evitar que un niño sufra por dolor es, además, un acto de crueldad. Competencia técnica nunca será equivalente a práctica científica humanizada. Con las modificaciones a la Ley General de Salud en Materia de Medicina Paliativa, aprobadas el pasado 5 de enero del 2009, se ha desarrollado un instrumento político que intenta regular y cambiar condiciones hacia la protección de los enfermos, En el caso particular de los niños, en su infancia dolida por la enfermedad toda felicidad es desvanecida por el dolor y el sufrimiento, también por la cobardía de los adultos que se evade ante el rigor de la enfermedad, En el momento actual, la sociedad adulta es la primera obligada de garantizar a todos ellos, los derechos que han quedado plasmados en esta ley, Es innegable que la realidad social de la condición de enfermedad, así como sus límites, exigen evaluación, análisis y discernimiento, para que de esta manera la comprensión de esa realidad sea recreada visionando un futuro esperanzador. Nos encontramos entonces ahora en un segundo momento de desafío, el reto es lograr que nuestra ley consiga su operatividad con la complejidad que el tema exige: profundas reflexiones de contenido filosófico, sobre el valor de la vida y la dignidad humana, que soporten acciones concretas, basadas en una ciencia médica comprobada y una comunidad organizada, cancelando el argumento de falta de recursos económicos, pobreza no implica atención pobre La integración de la paliación a la Ley General de Salud, ha sido fruto de un logro ciudadano, con la posibilidad de desencadenar procesos orientadores hacia una sociedad más equitativa a partir de la cual se pueda transitar desde la pobreza moral a la construcción de una riqueza social, donde la racionalidad profunda y sustantiva de los valores humanos sea la pauta de una moral pública en donde en un nosotros todos los rostros queden incluidos. 1