Discurso del Presidente del BNDES Guido Mantega Presidente del BNDES Vicepresidente de ALIDE Es una gran satisfacción inaugurar la 35 Asamblea de ALIDE en el BNDES, en un momento tan importante para los países de América Latina y para los Bancos de Desarrollo. Esta Asamblea se realiza justamente cuando América Latina deja atrás un periodo agitado y de bajo crecimiento económico e ingresa a un nuevo ciclo de desarrollo. Para que esa posibilidad histórica se concretice, es preciso que superemos muchos obstáculos y venzamos muchos desafíos. Nuestra tarea en esta Asamblea es identificar esos obstáculos y encontrar los caminos para superar esos desafíos. El desarrollo de nuestros países depende de una mayor coordinación entre el gobierno y el mercado. Los bancos de desarrollo son uno de los principales instrumentos para alcanzar ese objetivo. Para tener éxito, las políticas de desarrollo no pueden prescindir de los recursos y del expertise de los bancos de desarrollo. Ello coloca una gran responsabilidad sobre nuestros hombros, la de acreditar que tenemos, los bancos de desarrollo, la capacidad necesaria para atender a tal demanda y que debemos asumir un papel más activo en la estrategia de implementación de la política económica de nuestros países. El desarrollo económico no ocurre por generación espontánea y nuestros países no pueden prescindir de la actuación del Estado para promover el aumento del bienestar de la sociedad. Los bancos de desarrollo fueron creados con base en la visión de que ciertos sectores y actividades, estratégicas para la economía, dependen del apoyo del gobierno para fortalecerse y contribuir con impuestos, empleo y renta, para la reducción y hasta la eliminación de las desigualdades en nuestros países. Eso era verdad en el pasado y continua siéndolo ahora. Obviamente, las necesidades de la economía y las formas de actuación de los bancos de desarrollo cambian a lo largo del tiempo y debemos adaptarnos a la realidad de hoy. Me gustaría aprovechar esta oportunidad para destacar tres puntos: - La necesidad de un papel más activo del Estado en el actual proceso de desarrollo económico y social de América Latina. - La importancia de los Bancos de Desarrollo para el financiamiento del crecimiento económico. - El papel central de BNDES en las políticas de desarrollo en el Brasil. Las últimas décadas de políticas liberales y de reducción del papel del Estado en la economía dejan un saldo insatisfactorio en la mayoría de los países que las adoptaron. En el caso brasileño, el crecimiento de la economía fue más lento en el periodo de reformas neoliberales que en el período de reformas desarrollistas; la distribución de la renta varió poco entre esos dos períodos; y, más importantes, en lugar de promover la estabilidad económica, dichas reformas generaban bolas especulativas y graves crisis financieras. Quedó probada la necesidad de que se adopte una nueva estrategia. Enfatizo el término “nueva” pues no se trata de retornar al pasado, a las políticas del Estado desarrollista. Hoy, el Estado precisa actuar más en la coordinación y en el incentivo a las decisiones del mercado, antes que en la intervención directa en la economía. No se trata de volver al período en que el desarrollo económico era capitaneado por las empresas estatales. Se trata de desarrollar nuevas formas de actuación del Estado para promover el progreso tecnológico y social de la economía, de modo consistente con la estabilidad fiscal y monetaria, y en un contexto de mayor apertura comercial y financiera. El debate actual de política económica tiende a confundir las cosas y me gustaría esclarecer dos puntos cruciales para nuestra actuación. Primero, existen varias formas de actuación del Estado en la economía compatibles con la estabilidad macroeconómica. Inflación baja y finanzas públicas equilibradas no son monopolio de la agenda neoliberal. Segundo, la apertura de la economía es un papel más destacado para el sector privado, pero no significa eliminación del Estado. Las condiciones cambian, más la actuación del Estado continua siendo importante para el desarrollo económico. Diría incluso que la actuación del Estado se torna más importante en el actual contexto de globalización productiva y financiera, debido a los desafíos impuestos a nuestras empresas por la mayor competencia internacional. En este momento algunos deben estarse preguntando: pero al final de cuentas, ¿por qué la actuación del Estado es importante? Yo respondo: porque algunas fallas del mercado pueden ser tan o más graves que las fallas del Estado. Podría ofrecer una larga lista de argumentos técnicos a favor de una postura más activa del Estado en el desarrollo de la economía, más no quiero ocuparlos con cuestiones teóricas. Quiero concentrarme en el caso específico de los bancos de desarrollo y de por qué estas instituciones tienen un papel fundamental en nuestros países. Sobre todo ahora que nuestros gobiernos enfrentan restricciones fiscales y no pueden aumentar la inversión pública a un monto deseable y necesario para el desarrollo de nuestras economías. Una de las cuestiones cruciales para la viabilidad del crecimiento en los países de América Latina es la existencia de un financiamiento compatible con la necesidad de expansión de las inversiones y con la necesidad de implementar los grandes proyectos de infraestructura. Sabemos que en el escenario globalizado, los variados mecanismos de financiamiento constituyen ventajas comparativas para las empresas de los países avanzados. Uno de los mayores problemas de los países en desarrollo es la falta de crédito de largo plazo y tasas de interés reducidas, sea para las empresas de menor tamaño, sea para los grandes proyectos de infraestructura. Es eso lo que determina la importancia de nuestras instituciones. Nuestros bancos tienen que ser capaces de ofrecer un fondeo adecuado para operaciones de largo plazo. Nuestros bancos tienen que habilitar y proveer financiamiento a una tasa de interés más favorable, viabilizando proyectos que, a pesar de proporcionar un alto retorno para la economía con un todo, no serían realizados solamente con base en su tasa interna de retorno. Como principales agentes públicos de financiamiento de largo plazo, nuestros bancos poseen el conocimiento y la capacidad para promover la coordinación de inversiones privadas de alta sinergia entre sí. Nos cabe ser creativos y desarrollar nuevos instrumentos para el financiamiento del desarrollo. Nos cabe, sobre todo, promover acciones comunes para resolver una serie de problemas, como, por ejemplo: - Crear condiciones y mecanismos para aumentar los financiamientos privados a cambio de la falta (o bajo nivel) de inversión pública. - Compensar la falta de inversión externa con la movilización del ahorro domestico para el desarrollo. - Desarrollar el mercado de capitales, promoviendo mecanismos baratos de capitalización, como los debentures y los fondos de inversión en derechos crediticios. - Estimular al sector privado a invertir en infraestructura. - Ofrecer “Funding” de largo plazo a tasas de interés inferiores a las actuales. - Compensar la fragilidad de las empresas latinoamericanas, por medio de la concurrencia internacional, con el aporte de capitales de largo plazo. - Desarrollar nuevas formas de reducir el riesgo de proyectos de largo plazo como fondos de aval y de garantías. - Financiar proyectos que promuevan la integración latinoamericana. Finalmente, me gustaría mencionar las principales iniciativas del BNDES para estimular el desarrollo en el Brasil. El BNDES fue creado en 1952 como parte del Estado desarrollista brasileño. Desde entonces el BNDES tuvo un papel central en la industrialización y en el desarrollo de nuestro país. El BNDES es hoy el principal agente financiador de obras de infraestructura en el Brasil. El año pasado, las inversiones en infraestructura respondieron por el 38% de las operaciones de crédito del BNDES, incluyendo proyectos en las áreas de energía, transporte y telecomunicaciones. El BNDES es también el principal agente de financiamiento para la adquisición de maquinas y equipos, beneficiando a los tres sectores de la economía – agropecuaria, industria y servicios – y estimulando el desarrollo de la producción domestica de bienes de capital. El BNDES financia también una importante parte de las exportaciones brasileñas, lo que incentiva la diversificación productiva de nuestra economía y permite a nuestras empresas tener acceso a un financiamiento, en moneda domestica, a tasas de interés competitivas en relación con otros países. El BNDES también posee varios programas de apoyo a la innovación y al desarrollo tecnológico en sectores intensivos en ciencia y tecnología que son generadores de alto valor agregado. El BNDES es el principal organismo ejecutor de la política industrial brasileña y, como tal, viene apoyando el desarrollo de los sectores de bienes de capital, productos electrónicos, software y productos farmacéuticos. Más allá de realizar operaciones de crédito, el BNDES posee una vasta cartera de acciones y títulos de deuda de empresas brasileñas. Como tal, el BNDES procura contribuir al desarrollo de los mercados de capitales del Brasil a través del lanzamiento de fondos de inversión de largo plazo, incorporados a su cartera y abierto a pequeños y grandes inversores. El BNDES posee líneas de crédito para la exportación de bienes y servicios del Brasil, que permite la inversión en hidroeléctricas, gasoductos, líneas ferroviarias, carreteras y puentes a ser construidos en otros países, de modo de crear vías de comunicación e infraestructura. Esto beneficia a la actividad económica y a la integración física, el turismo y a las acciones conjuntas entre los brasileños y sus vecinos. Ya me he extendido demasiado y para finalizar me gustaría decir que los bancos de desarrollo de nuestros países tienen un papel crucial que desempeñar en el siglo XXI. Como enfrentamos los mismos desafíos, debemos trabajar conjuntamente. Espero que este encuentro sirva como un instrumento para promover una actuación coordinada de nuestras instituciones. Sean Bienvenidos, señoras señores.