Comunicación Institucional Área Prensa y Contenidos María Salanova. Tel. 948 425 753 prensa@unav.es - www.unav.es/informacion/ “No ha habido un aumento de muertes por ahogamiento, solo que ahora se informa más que antes de estos casos” - José Javier Varo, profesor de Atención primaria de la Universidad de Navarra, anima a la población a conocer maniobras de reanimación cardiopulmonar para poder salvar vidas Pamplona, 27 de agosto. En lo que llevamos de año se han producido 113 muertes por ahogamiento en piscinas y playas. Una cifra que ascendió a 186 el año pasado. “Puede parecer que se ha producido un aumento de casos porque ahora se informa más. También el azar juega un papel importante”. Así explica el doctor José Javier Varo, especialista en medicina de familia, el alto índice de víctimas por ahogamiento en los meses de verano. Varo es profesor de Atención Primaria en la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra y director del Servicio de Urgencias de la Clínica Universidad de Navarra. Desde su punto de vista, se podrían salvar vidas si la población tuviera conocimiento de maniobras de reanimación cardiopulmonar. “Cada minuto en parada cardiorespiratoria disminuye un 10% la supervivencia, es decir, si la maniobra se empieza en el minuto uno, tenemos un 90% más de posibilidades de que la víctima sobreviva que si empezamos en el minuto cinco. Esos momentos son vitales mientras llega la ambulancia”. Sobre las causas de ahogamiento apunta que las más frecuentes son: la falta de supervisión en niños, -lejos de lo que se pueda pensar, el mayor índice de muertes por esta causa se producen en las bañeras de casa-; el exceso de confianza en adolescentes; y la posibilidad de que algo interfiera en el fondo durante la inmersión: un problema de salud que lo haya precipitado (crisis convulsiva, arritmia, pérdida de consciencia, parada cardiorrespiratoria previa, etc.), quedarse atrapado en el fondo, haber consumido alcohol o factores externos como las corrientes marinas. Importante: no realizar ejercicio ni bañarse durante la digestión En opinión del especialista, existe la falsa creencia de que los cortes de digestión ocurren por bañarse. “Esto no es así, también cuando hacemos deporte u otro tipo de esfuerzo nada más comer se puede producir la misma sintomatología (náuseas, vómitos, desmayos…). Otra cosa es la hidrocución, es decir, la disminución de riego generalizada causada por una inmersión brusca en agua fría”. “Eso, -recalca-, sucede tanto si has comido como si no”. No obstante, Varo recomienda las dos horas de margen antes de sumergirse en el agua y evitar la inmersión brusca. “Sobre todo si es en agua fría debemos introducirnos poco a poco, mojándonos antes pies, muñecas y nuca para que el cuerpo se vaya adaptando a la nueva temperatura. Asimismo, anima a no realizar esfuerzo físico justo después de comer “porque resta sangre al aparato digestivo y dificulta el proceso de digestión”. Prensa 27 agosto