“No ha habido un aumento de muertes por ahogamiento, solo... informa más que antes de estos casos”

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“No ha habido un aumento de muertes por ahogamiento, solo que ahora se
informa más que antes de estos casos”
- José Javier Varo, profesor de Atención primaria de la Universidad de Navarra,
anima a la población a conocer maniobras de reanimación cardiopulmonar para
poder salvar vidas
Pamplona, 27 de agosto. En lo que llevamos de año se han producido 113
muertes por ahogamiento en piscinas y playas. Una cifra que ascendió a 186 el año
pasado. “Puede parecer que se ha producido un aumento de casos porque ahora se
informa más. También el azar juega un papel importante”. Así explica el doctor José
Javier Varo, especialista en medicina de familia, el alto índice de víctimas por
ahogamiento en los meses de verano.
Varo es profesor de Atención Primaria en la Facultad de Medicina de la
Universidad de Navarra y director del Servicio de Urgencias de la Clínica Universidad
de Navarra. Desde su punto de vista, se podrían salvar vidas si la población tuviera
conocimiento de maniobras de reanimación cardiopulmonar. “Cada minuto en parada
cardiorespiratoria disminuye un 10% la supervivencia, es decir, si la maniobra se
empieza en el minuto uno, tenemos un 90% más de posibilidades de que la víctima
sobreviva que si empezamos en el minuto cinco. Esos momentos son vitales mientras
llega la ambulancia”.
Sobre las causas de ahogamiento apunta que las más frecuentes son: la falta
de supervisión en niños, -lejos de lo que se pueda pensar, el mayor índice de muertes
por esta causa se producen en las bañeras de casa-; el exceso de confianza en
adolescentes; y la posibilidad de que algo interfiera en el fondo durante la inmersión:
un problema de salud que lo haya precipitado (crisis convulsiva, arritmia, pérdida de
consciencia, parada cardiorrespiratoria previa, etc.), quedarse atrapado en el fondo,
haber consumido alcohol o factores externos como las corrientes marinas.
Importante: no realizar ejercicio ni bañarse durante la digestión
En opinión del especialista, existe la falsa creencia de que los cortes de
digestión ocurren por bañarse. “Esto no es así, también cuando hacemos deporte u
otro tipo de esfuerzo nada más comer se puede producir la misma sintomatología
(náuseas, vómitos, desmayos…). Otra cosa es la hidrocución, es decir, la disminución
de riego generalizada causada por una inmersión brusca en agua fría”. “Eso, -recalca-,
sucede tanto si has comido como si no”.
No obstante, Varo recomienda las dos horas de margen antes de sumergirse en
el agua y evitar la inmersión brusca. “Sobre todo si es en agua fría debemos
introducirnos poco a poco, mojándonos antes pies, muñecas y nuca para que el
cuerpo se vaya adaptando a la nueva temperatura. Asimismo, anima a no realizar
esfuerzo físico justo después de comer “porque resta sangre al aparato digestivo y
dificulta el proceso de digestión”.
Prensa 27 agosto
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