Ahogamiento húmedo en agua salada. El agua salada tiene el efecto opuesto al del agua dulce, pero ocurren los mismos resultados. A medida que el agua salada entra en los pulmones, liquido es retirado desde la sangre hacia los alvéolos por presión osmótica, incrementando el volumen de fluidos en los pulmones. Esto a su vez, aumenta la viscosidad de la sangres, provocando enlentecimiento de la circulación, lo cual frena la frecuencia cardiaca eventualmente, al punto del paro cardiaco. El paro puede ocurrir hasta 12 minutos tras el recate. Ahogamiento seco Una persona hundiéndose en el agua, inconscientemente trata de seguir respirando. El agua fluye a través de la faringe y activa el reflejo que gatilla el cierre epiglótico. Con al traquea protegida, el agua es derivada hacia el estomago. En la mayoría de los casos, se halla que menos de un litro de agua ha entrado a lo s pulmones en un ahogado, comparado con los varios litros tragados. La información en relación a los ahogamientos no es sistemáticamente recolectada en todos los piases, ni se usan las mismas definiciones en todos lados. Los datos de muertes por ahogamientos de la base de datos de mortalidad de la OMS, no distinguen en general, los accidentes relacionados con los balnearios y el agua de uso (WHO, 1996). Las estadísticas de ahogamientos, típicamente incluyen suicidios, ahogamientos domésticos (por ej. en bañeras, tanto en niños como adultos), tanto como ahogamiento por inmersión en actividades recreativas. Clásicamente, el ahogamiento representa un pequeño porcentaje de las muertes accidentales ( 2% in Dinamarca, Steensberg, 1998), y la incidencia total de muerte por ahogamiento ha sido estimado por varios autores en 6 per 100 000 (Plueckhahn, 1979; Quan et al., 1989). En Europa, el ahogamiento produjo menos del 10% de las 280.000 muertes accidentales en 1995. WHO, 1996).