Artículos y trabajos Título: La locura, la alienación es cosa de todos Autor: Josep Clusa, psiquiatra y psicoanalista SEP-IPA Fecha: Octubre 2011 LA LOCURA, LA ALIENACIÓN ES COSA DE TODOS Reflexionando en el Día Mundial de la Salud Mental Efectivamente lo que se ha entendido comúnmente como locura, que correspondería a lo que más atinadamente podría describirse a mi entender como la alienación, o en otros términos el estar fuera de sí o la enajenación, es en mayor o menor grado cosa de todos. Es en este sentido que habría de reconocerse una humanidad en la locura por cuanto ésta correspondería a un desequilibrio, a un convertir a una persona en “desequilibrada” por trastornos, conflictos o problemáticas humanas básicas: en la intensidad de sus manifestaciones o en la oportunidad en el tiempo de su presentación (confusión, terrores, duelos, grandes traumatismos, etc.). Razón de más para comprender que, coincidiendo con el Día Mundial de la Salud Mental, las asociaciones de usuarios y familiares hayan redoblado este año sus mensajes dirigidos a luchar contra el estigma históricamente sufrido por las personas diagnosticadas o percibidas como afectadas de un trastorno mental. Y es que a pesar de esta mayor o menor, íntima o diagnosticada presencia o potencialidad de locura manifiesta o latente en cada uno de nosotros, sorprendería sin embargo desde una mirada ingenua la persistencia y contumacia con la que la mantenemos socialmente marginada y denostada. ¿No será que, como frente a todo aquello a lo que se teme y contra lo que se ha tenido que porfiar para superar o mantener a distancia, se tiende a proyectarlo fuera o en los demás, y a través de la burla, del ataque o de la cosificación mantenerlo marginado en el extrarradio de la ciudadanía hasta hace pocas décadas? El término alienación ha caído en desuso. Su conceptualización había formado parte importante en una época de grandes convulsiones sociales y perturbaciones personales, del discurso de la modernidad a través del marxismo y del psicoanálisis cuando ambas corrientes de pensamiento y actuación intentaron alcanzar comprensión acerca de los desequilibrios sociales y personales, hacerlos menos ajenos y alienados de las consciencias individuales y colectivas. “La verdad nos hará libres” fue una de las consignas revolucionarias de la época o también “la curación se alcanzará a través de llevar a la consciencia los contenidos traumáticos inconscientes reprimidos”, según las primeras formulaciones psicoanalíticas. No es la ocasión ni corresponde a mi propósito analizar y describir las circunstancias, pero es el caso que la cualificación de alienación, ya sea en su referencia a lo mental o a lo económico social, ha caído en desuso. Cuando a mi entender permitía un acceso más cabal a lo que acontecía en algunas de las más características experiencias psiquiátricas graves, las denominadas esquizofrenias, o en los convulsos avatares sociales. Pues la definición de alienación remitía a un contexto relacional, a una relación, si se quiere “extrañada” con uno Artículos y trabajos Título: La locura, la alienación es cosa de todos Autor: Josep Clusa, psiquiatra y psicoanalista SEP-IPA Fecha: Octubre 2011 mismo o bien a una pérdida, a otro nivel, de la inteligibilidad por parte de los grupos sociales de lo que les acontece o bien de lo que les motiva y les condiciona su visión del mundo. Centrándonos en el tema de la locura y en lo que en el campo técnico profesional se designa trastorno psicótico, es considerada sintomática la descrita como “no consciencia reconocida de enfermedad” por parte de la persona afectada, la cual se considera ajena (enajenada o alienada) respecto a las muy trastornadoras experiencias vividas. Estas experiencias (delirantes o alucinatorias) son vividas como no teniendo nada que ver con el afectado, que las interpreta a menudo y especialmente en la fase más aguda del trastorno, causadas por los otros o bien proceden de otro lugar o nivel que no correspondería al sí mismo consciente. En este sentido la experiencia de la alienación o “enajenamiento” refiere como aludíamos a una especie de estigmatización operada en una mente asaltada por vivencias muy difíciles de reconocer o asumir como propias. Y sin embargo, decía al principio, la locura en mayor o menor grado, nocturna y transitoria o establecida y vigil, diagnosticada o latente, es cosa de todos por mucho que la temamos y repudiemos. De ahí el acierto y conveniencia de campañas y otros actos como los organizados por la Federación catalana de asociaciones de familiares y personas afectadas de un trastorno mental (FECAFAMM) y por la Asociación de usuarios de salud mental de Cataluña (ADEMM) dirigidos a concienciar a la opinión pública y a las instancias de gobierno acerca de la necesidad de facilitar los recursos materiales, asistenciales y socioculturales que permitan “salir del armario” a las personas afectadas por una problemática psiquiátrica, así como a asumir que, en contra de recortes presupuestarios indiscriminados como padecemos, “no puede haber salud sin salud mental” (Pacto europeo por la Salud Mental y el Bienestar. Agosto 2011). Y que en consecuencia, de acuerdo con el lema propuesto por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el año 2011, hacer efectiva “La gran apuesta: invertir en salud mental”. Josep Clusa Psiquiatra y psicoanalista SEP-IPA Octubre 2011