Aportaciones de la investigacion social a la gestion de los conflictos de conservacion: el caso de la moratoria de pesca de la anguila en las marismas del Guadalquivir Ruiz Ruiz, Jorge - IESA-CSIC Garrido Fernández, Fernando E. - IESA- CSIC Lafuente Fernández, Regina - IESA- CSIC José Antonio Cerrillo Vidal - Universidad de Córdoba Palabras clave: Conflicto de conservación, políticas de medio ambiente, gestión de conflictos. Resumen Los conflictos de conservación en el ámbito del medio ambiente son cada vez más frecuentes. Aunque pueden tener distinto origen y naturaleza, todos ellos tienen en común una situación de desencuentro de diferentes actores sobre los principios o los objetivos de la conservación, o bien un enfrentamiento entre distintos colectivos que ven afectados sus intereses por una política o medida de conservación del medio ambiente concreta. En numerosas ocasiones, en la práctica se trata de la oposición o rechazo de la población local, o de una parte o sector de la misma, hacia las políticas o medidas de protección del medio ambiente que le afectan. En esta comunicación se defiende la utilidad de la investigación social como un instrumento para el conocimiento y la gestión de los conflictos de conservación y, como tal, para propiciar soluciones negociadas en las que todas las partes puedan ver satisfechas sus demandas, al menos parcialmente. Como ejemplo de esta utilidad, se exponen los resultados de una reciente investigación en torno al rechazo u oposición en las localidades afectadas por la moratoria de pesca de la anguila en las marismas del Guadalquivir, decretada por la Junta de Andalucía en 2010. Además, se incluyen algunas consideraciones sobre el uso de estos resultados en la gestión posterior del conflicto y en la búsqueda de soluciones negociadas o intermedias al mismo. Planteamiento Los conflictos de conservación (conservation conflicts) son un tipo de conflicto ambiental que se produce cuando dos o más colectivos, generalmente con implantación local y con opiniones e intereses diferentes respecto del uso de los recursos naturales, se enfrentan por los objetivos o las políticas de conservación. Se trata por tanto de un conflicto entre colectivos humanos, más que de las actividades humanas con la naturaleza. En ocasiones, se trata de una oposición o rechazo de la población autóctona a una política de conservación del medio ambiente establecida y definida por la Administración desde “fuera” de la comunidad local. El conflicto surge en la medida en que se percibe que la actuación supone un perjuicio, ya que se considera que limita o reduce las posibilidades de explotación de los recursos naturales de su entorno. Así, mientras en los conflictos ambientales tradicionales parece que las comunidades locales se alinean o posicionan del lado de la conservación del medio ambiente frente a lo que se percibe como agresiones “externas”, en muchos de estos conflictos de conservación las comunidades locales, o una parte importante de ellas, se oponen o rechazan las políticas medioambientales que pretenden su defensa o conservación. En esta comunicación se plantea la utilidad de investigación social para el manejo o gestión de los conflictos de conservación, esto es, para propiciar los procesos que permiten llegar a soluciones negociadas de los mismos. Para ello se exponen los resultados de una investigación realizada por el IESA-CSIC por encargo de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, sobre “La percepción social y las actitudes de la población frente a la moratoria de pesca de la anguila en las marismas del Guadalquivir”. Además, se discute la aplicación de los resultados de esta investigación como un modo de alcanzar una solución intermedia, ante la dificultad de establecer un proceso de negociación entre las partes. Para ello se recurre al esquema teórico propuesto por Redpath y otros (2013) para el análisis de estos conflictos de conservación, tanto en su configuración como en su gestión. En este esquema adquiere un papel fundamental la investigación social, en la medida en que nos puede proporcionar un conocimiento relevante acerca de distintas cuestiones centrales del conflicto: la identificación de los actores implicados, los valores, actitudes y posiciones de los mismos o la consideración del contexto socio-político más amplio. Por otro lado, este esquema nos permite comprender los conflictos de conservación dentro de una dimensión temporal, esto es, en su vertiente cambiante y dinámica más que como una situación estática. Desde una determinada configuración del conflicto, éste puede derivar bien a gestión del conflicto, hacia una reproducción o mantenimiento del conflicto, o hacia una solución impuesta. El punto crucial para entrar en un proceso de gestión del conflicto sería la disposición de los actores implicados o interesados para dialogar con los demás y para negociar con los demás sus posiciones, siguiendo un determinado procedimiento. Caso de entrar en un proceso de gestión del conflicto, este puede derivar en una solución negociada (solución ganador-ganador) o fracasar en alguno de sus fases. En el caso de que se adopte una solución impuesta, esta puede ser del tipo ganador- perdedor (cuando una de las partes es relegada o silenciada) o perdedorperdedor (cuando ninguna de las partes es relegada), con lo cual ninguna de las partes ve satisfechas sus posiciones. Una tercera posible derivación de esta solución impuesta que no satisface a nadie sería, lógicamente, el fracaso de la propia solución adoptada y el consiguiente mantenimiento del conflicto El contexto de la moratoria En 2010, la Junta de Andalucía adopta una moratoria de pesca de la anguila, esto es, “la prohibición de captura de la anguila europea (Anguila anguilla) en cualquiera de sus fases de desarrollo, en las aguas marítimas interiores y continentales de Andalucía durante un periodo de diez años” (Decreto 396/2010 de 2 de noviembre), dentro de un conjunto de medidas para su recuperación integradas en un Plan de Gestión de la Anguila en Andalucía. La sobrepesca se apunta desde un primer momento como una de las principales causas de la merma de las poblaciones de anguila y de su difícil situación. Sin duda no es la única causa, pero sí una de las más importantes. Junto a la sobrepesca encontramos otras causas igualmente importantes como la contaminación de las aguas fluviales, la reducción de los espacios en los que pueden desovar por la presencia de barreras físicas y, muy especialmente, la incidencia de distintas enfermedades que afectan a la especie de manera virulenta (Fernández, 2010). No obstante, hay un amplio acuerdo en que la sobrepesca es uno de los factores más perjudiciales para la supervivencia de la especie. Hay que tener en cuenta que si bien se trata de una práctica tradicional, la pesca de la anguila sufrió importantes cambios a partir de la década de los años 70 del siglo pasado, cuando el aumento de la demanda desde Japón supuso, además de un aumento en el precio, un incremento significativo y paulatino de las capturas. Por otro lado, las artes de pesca se hacen más intensivas, con el uso de mallas de pequeño tamaño, que suponen un mayor coste ecológico al afectar a las crías de las especies que se reproducen en el río. En este sentido, es relevante que la pesca en el Guadalquivir ha adolecido históricamente de una escasa regulación, tanto de las artes de pesca utilizadas, como de las embarcaciones o de los procedimientos de comercialización. La Junta de Andalucía con la adopción de la moratoria parece adoptar una solución impuesta del tipo “ganador- perdedor” ante las dificultades que presentaba la apertura de un proceso de negociación entre las partes. Por un lado, las medidas a adoptar requerían de una cierta urgencia, dada la delicada situación de la especie a proteger y los requerimientos en este sentido e la UE. Por otro lado, las partes mantenían posiciones muy enconadas y enfrentadas, con enfrentamientos casi personales que hacían muy complicado e infructuoso el diálogo. Además, la negociación debería girar en torno a una regulación de la actividad que se antojaba muy compleja, al referirse a múltiples aspectos (embarcaciones, comercialización, control sanitario, etcétera) e implicar requisitos que ponían en peligro la propia viabilidad económica de la pesca. Por último, al afectar a una pesca tradicional que se integraba en la economía sumergida, la Administración se encontraba con dificultades para aceptar como interlocutor a los pescadores, en la medida en que habría supuesto un reconocimiento implícito de la legitimidad de sus intereses. Podemos decir, siguiendo el esquema propuesto por Redpath y otros (op. cit.), que la Administración adopta una solución impuesta, ante la perspectiva de no lograr alcanzar una solución negociada entre las partes y las dificultades que el mismo proceso de negociación planteaba. Sin embargo, esta medida no logró acabar con la pesca de la anguila, ya que se siguió practicando de manera furtiva. Además, provocó el malestar y las protestas de los pescadores afectados de los municipios de Trebujena, Isla Mayor y Lebrija, a las que se suman o respaldan otros colectivos (restauradores, distribuidores, familiares…), así como las autoridades locales de estos municipios. Así, esta solución no sólo no acabó con el conflicto en torno a la anguila, sino que por el contrario lo radicalizó. Esto llevó a la Consejería de Medio Ambiente a abrir cauces de diálogo con los distintos sectores afectados y con las administraciones locales para buscar posibles soluciones negociadas al conflicto, sobre todo en el marco de la Comisión de Seguimiento del Plan de Gestión de la Anguila. Dentro de estas medidas se encuentra el estudio encargado al IESA-CSIC. Metodología Para la realización de este estudio se adoptó una metodología cualitativa en base a la realización de entrevistas personales a representantes de los colectivos directamente implicados, así como a otros informantes clave, además de grupos de discusión reducidos con población general de los municipios directamente afectados por la moratoria pesquera. La metodología cualitativa se consideró la más apropiada dado lo reducido del contexto local en el que se produce el conflicto, y por las posibilidades de apertura discursiva y emergencia de información que esta metodología proporciona (Rodríguez Victoriano, 2011). En concreto se realizaron 14 entrevistas en profundidad a informantes clave, entre los que se contemplaron los propios pescadores afectados por la moratoria, técnicos de piscifactorías de la zona, investigadores universitarios, ecologistas locales, profesionales del os medios de comunicación, técnicos de la Administración, pescadores profesionales de la desembocadura del Guadalquivir y agentes del SEPRONA. Además, se realizaron y 4 grupos de discusión reducidos o triangulares (Ruiz, 2012) con objeto de conocer la opinión de la población general de las localidades directamente afectadas y localidades cercanas. El trabajo de campo se realizó entre el 25 de febrero y el 10 de abril de 2013. Resultados La mayoría de las opiniones recogidas son críticas con la moratoria de la pesca de la anguila decretada por la Junta. No obstante, sólo algunos entrevistados muestran una oposición radical a la misma. Por el contrario, en la mayoría de los casos la crítica a la moratoria presenta de los casos una dimensión conciliadora, por lo que se trata de una postura en cierto sentido intermedia entre el rechazo y el apoyo a esta medida. Nos encontramos así con tres posturas típicas ante la moratoria: un rechazo total de la misma, mantenida casi exclusivamente por los directamente afectados (los riacheros); una postura favorable a la moratoria de pesca defendida desde postulados científicos y por los pescadores de la desembocadura del Guadalquivir, afectados indirectamente; y una postura intermedia con un escoramiento hacia la crítica a la moratoria adoptada, sostenida por la mayoría de los entrevistados y por la población general en los grupos triangulares realizados. Podemos decir que las posturas más extremas o radicales enfrentadas eran hasta cierto punto minoritarias en la zona de estudio. Como decimos, las posturas críticas con la moratoria pero sin caer en la radicalidad contenían un germen de acuerdo o conciliación. En definitiva, lo que planteaban es que era necesario actuar ante la gravedad de la situación de la anguila, pero expresaban dudas acerca de que la moratoria o prohibición de la pesca por un periodo de 10 años fuera la mejor opción. Según esta opinión, hasta cierto punto generalizada, la moratoria es considerada como una solución excesiva, por lo que se piensa que podría haberse al menos intentado una regulación de la actividad pesquera, por muy estricta que esta regulación hubiera sido. Basándonos en estos resultados, formulamos tres recomendaciones para mejorar la percepción y aceptación social de lo moratoria de la pesca de la anguila en el Guadalquivir, recomendaciones que de una manera más o menos directa se formularon por los informantes entrevistados: 1) ofrecer una mayor información y una mejor explicación de las medidas de protección de la anguila; 2) consultar con los colectivos implicados las posibilidades de una futura regulación de la pesca de la anguila en el Guadalquivir; y 3) explorar posibles compensaciones a los colectivos afectados y, en particular, salidas laborales a los pescadores vinculadas a la conservación del entorno natural. Discusión En junio de 2015, algo más de dos años después de la entrega del informe de este estudio, hicimos un seguimiento de la evolución y situación del conflicto, así como de las medidas adoptadas por la Administración para gestionarlo. En primer lugar, se ha constatado en el último año una disminución de las capturas de angulas pescada de forma ilegal y de los decomisos realizados, así como una práctica desaparición de las protestas de los pescadores. La situación es mucho más tranquila y el conflicto se podría dar si no por resuelto, al menos sí como encauzado. En relación a la evolución de la moratoria de pesca, la Consejería pretende mantenerla hasta el año 2020, según está previsto en el Decreto por el que se aprobó. No obstante, no se cierra la posibilidad de sustituirla en el futuro por una regulación de la actividad pesquera, en función de los resultados de las medidas adoptadas. En este sentido, a finales de junio de 2015 se envió un informe a la Comunidad Europea con los resultados recogidos desde el inicio del PGI, por lo que se estaba a la espera de ver los resultados globales de la especie en un marco europeo más global y las recomendaciones que se formulen desde la UE para la gestión de la especie en los próximos años, antes de adoptar ninguna medida en este sentido. En resumen, la Consejería ha atendido en parte todas las recomendaciones que se realizaban con base en los resultados del estudio: se ha aumentado y mejorado la información sobre la moratoria y el Plan de Gestión de la Anguila, mediante folletos y en reuniones con los alcaldes de las localidades afectadas; no se cierra la posibilidad de una regulación futura de la actividad y se mantiene la pesca de manera excepcional y bajo condiciones controladas (en piscifactorías, capturas accidentales en la pesca del cangrejo rojo); y, finalmente, se han establecido medidas de compensación al colectivo de pescadores mediante su colaboración en actividades dentro del Plan de Gestión. Dentro del esquema propuesto por Redpath que veíamos antes, no se puede decir que la solución alcanzada sea negociada, en el sentido de que no ha sido producto de una gestión negociada del conflicto. Sin embargo, tampoco se trataría de una solución impuesta del tipo ganador-perdedor, esto es, en la que una o varias de las posiciones en conflicto han sido relegadas. Más bien se trataría de un intento de llegar a una solución negociada por medios distintos a los contemplados en una gestión del conflicto al uso. Así, ante la dificultad de que las partes lleguen a un acuerdo o ni siquiera accedan a dialogar, y dada la urgencia de las medidas a adoptar por la delicada situación de la especie a proteger, se optó por una solución impuesta del tipo ganador- perdedor. No obstante, esta solución inicial se ha ido progresivamente flexibilizando y moderando, de manera que se han podido introducir compensaciones a los colectivos afectados. En definitiva, la Administración ha optado por llegar a una solución intermedia por otras vías distintas de la negociación directa entre las partes, en las que la investigación social ha cumplido un papel importante al permitir formalizar las posiciones y demandas de los colectivos implicados. En cualquier caso, se trataría de una solución en la que primarían los intereses ecológicos de una especie en peligro de extinción, pero en la que los intereses de los afectados por las medidas adoptadas, especialmente los pescadores, no han sido ignorados. La investigación social puede servir para favorecer las dinámicas o los procesos de gestión negociada de los conflictos de conservación, mediante una explicitación de las posiciones en conflicto que propicie el diálogo entre las partes. Pero también puede servir en determinadas condiciones como un mecanismo alternativo para alcanzar las soluciones intermedias características de los procesos de negociación, ante la dificultad para establecer dicho procesos. La investigación cuya metodología y resultados exponemos en esta comunicación puede ser un ejemplo de este mecanismo alternativo de generación de consensos locales en condiciones difíciles, lo que puede contribuir a la mayor aceptación y el mejor funcionamiento de las políticas y programas de conservación. Referencias Fernández Delgado, C. (2010). La anguila, otra especie que se nos va. Su grado de amenaza es máximo, pero aún se pesca en el Guadalquivir. Quercus, (297), 16-23. Redpath, S. M. et al. (2013). Understanding and managing conservation conflicts. Trends in Ecology & Evolution, 28(2), 100-109. Rodríguez Victoriano, J. M. (2011). La apertura cualitativa en la investigación de los conflictos ecológico-sociales. Cronos (Natal), 2011, vol. Vol. XVII, num. 34, p. 103-128. Ruiz Ruiz, Jorge (2012) El grupo triangular: reflexiones metodológicas en torno a dos experiencias de investigación. EMPIRIA. Revista de Metodología de Ciencias Sociales núm. 24, pp. 141-162. http://revistas.uned.es/index.php/empiria/article/view/846 Walter, M. (2009). Conflictos ambientales, socioambientales, ecológico distributivos, de contenido ambiental… Reflexionando sobre enfoques y definiciones. Boletín Ecos, 6, 1-9.