OPINIÓN PÚBLICA, AGRICULTURA Y SOCIEDAD RURAL ¿Es posible un nuevo contrato social? Cristóbal Gómez-Benito Carmen Lozano-Cabedo UNED A) Presentación de la cuestión y contextualización de la investigación La importancia de los fondos públicos de la PAC y otros fondos europeos destinados al desarrollo rural, las transformaciones del mundo rural, la reducción de la agricultura en el conjunto de la economía rural, la mayor diversificación de ésta, la cuestión ambiental, la integración y la cohesión europea, la liberalización del comercio mundial agroalimentario, entre otros factores, han puesto sobre la mesa la legitimidad de la transferencia de esos importantes recursos financieros a los agricultores y la sociedad rural. Esa legitimidad social subyace a los planteamientos de un nuevo contrato social entre el sector agrario y el conjunto de la sociedad que se expresa en términos de multifuncionalidad, en el caso de la actividad agraria, y de cohesión social, en cuanto al desarrollo de las zonas rurales. Este contrato social no está escrito en ninguna parte, es un acuerdo implícito. Su invocación y formulación es obra de los mediadores sociales (los políticos, la Administración y los expertos), para justificar la asignación de fondos públicos a las políticas agrarias y de desarrollo rural y como mecanismo de legitimación de las mismas. Para establecer esa legitimidad, se requiere del conocimiento de la opinión pública sobre la razón y condiciones de la transferencia de los recursos públicos a esos sectores. Es por ello que, desde la UE se han realizado diversas encuestas para conocer la opinión de los ciudadanos europeos acerca de la actividad agraria, la Política Agrícola Común y la sociedad rural. B) Exposición de la pregunta de investigación y principales hipótesis ¿Entre la opinión pública europea se dan las condiciones para ratificar ese nuevo contrato social en la sociedad rural y el sector agrario invocado por políticos, funcionarios y expertos? Esta comunicación tiene como objetivo analizar la opinión pública relacionada con la agricultura, la sociedad rural y la PAC para ver las condiciones de un nuevo pacto social en la agricultura y el medio rural. En concreto, se estudiarán las opiniones y actitudes de la población europea, y en concreto española, hacia la actividad agraria y la sociedad rural, el grado de conocimiento de su situación, la valoración de las políticas agrarias y rurales, y de los recursos empleados en ellas, la percepción de su utilidad y sus beneficiarios, etc. Consideramos que esta información es relevante no sólo para el diseño de nuevas políticas, sino también para la evaluación de sus efectos y resultados, para el establecimiento de prioridades, y para conocer el grado de consenso social hacia las mismas. C) Fuentes de datos y metodología utilizadas Este estudio se sustenta en el análisis de las diversas preguntas realizadas en los Eurobarómetros Estándar (EBS), realizados por la DG de Prensa y Comunicación de la Comisión Europea, y sobre todo a través de los Eurobarómetros Especiales sobre la política agraria común (EBEA). D) Principales hallazgos ¿Cómo valoran los europeos las zonas rurales? Para que exista un contrato social real entre la agricultura y la sociedad rural y la sociedad en su conjunto es necesario que la población valore positivamente las funciones de la agricultura y considere importante el mantenimiento vivo de las zonas rurales. Esa condición parece darse en la opinión pública europea pues el 90% de los europeos considera que la agricultura y las zonas rurales son temas importantes para el futuro de la Unión. Esta opinión es similar en todos los Estados miembros, aunque la opinión de los españoles se sitúa ligeramente por encima de la media (92%). En esta opinión influyen poco los factores sociodemográficos, excepto la edad y la profesión. Los menores de 25 años son los que menos consideran la agricultura y las zonas rurales como un tema “muy importante” (33 %), frente al 53% de las personas de más de 55 años. Y son los estudiantes los que también conceden menos importancia a la agricultura (34 %). Estos datos apuntan a que a que las nuevas generaciones parecen no valorar tanto como las anteriores la importancia ecológica, económica, social y cultural de la agricultura y el medio rural. ¿Qué conocen los europeos de la agricultura y de las políticas agrarias? Otra condición previa para la existencia real de un contrato social es que los ciudadanos tengan algún conocimiento de la situación de la agricultura y de las características de la política agraria. Paradójicamente con la respuesta anterior, los ciudadanos europeos tienen un mínimo conocimiento de lo que es la agricultura y las políticas agrarias y de desarrollo rural. Solo el 13% de los encuestados afirma tener una idea clara de lo que es realmente esta política, mientras que el 41% ha oído hablar o ha leído algo sobre la misma. En España, sólo el 32% han oído hablar o han leído algo sobre la misma y el desarrollo rural en la UE. Hay pues, una disociación entre la importancia concedida a la agricultura y el conocimiento de la principal política específica que la regula. En este caso, los factores sociodemográficos tienen algo más de influencia en el conocimiento acerca de la PAC y de las políticas de desarrollo rural. ¿Cómo valoran los europeos las prioridades de la PAC? Otra forma de abordar las condiciones para un contrato social es la identificación de las prioridades de la PAC. Los europeos piensan que ésta debería garantizar que los productos agrarios sean de calidad, sanos y no peligrosos (59 %), asegurar precios razonables para los productos alimentarios (49 %), proteger el medio ambiente y asegurar un nivel de vida correcto a los agricultores (41 % en ambos casos); desarrollar las zonas rurales para preservar el campo (32 %) y garantizar el aprovisionamiento alimentario en la UE (25 %). España se sitúa por debajo de la media europea (49%) en el objetivo de garantizar que los productos agrarios sean de calidad, sanos y no peligrosos, mientras que está por encima en el objetivo de garantizar precios razonables para los productos alimentarios (54 %). Las diferencias entre países muestran que los del norte tienden a dar prioridad a las cuestiones ambientales, sanitarias y de seguridad, en tanto que los del sur tienden a dar prioridad a los precios de los productos alimentarios. Además, algunos países del este ponen el acento en el nivel de vida adecuado de los agricultores y en el desarrollo de las zonas rurales. Estas opiniones parecen justificar la orientación de la PAC y de las políticas de desarrollo rural, así como los argumentos de los expertos y demás mediadores. Parecen estar a favor de un nuevo contrato social en el que se da prioridad a las cuestiones de la calidad y de la conservación del medio ambiente, en detrimento den la cantidad y de los precios. ¿Cómo valoran los europeos la eficacia de la PAC respecto a esas prioridades? Pero estas opiniones deben contrastarse con las referidas a la valoración de la eficacia de la PAC respecto a estas prioridades. Y la eficacia de la PAC se evalúa unas veces positiva y otras negativamente.1 Sólo tres de los ocho objetivos son evaluados positivamente. La PAC cumple muy bien su papel de: 1) garantizar el aprovisionamiento alimentario en la UE (59% de respuestas positivas entre europeos, 60% entre españoles), con un saldo positivo de +39; 2) asegurar la calidad, salubridad y no peligrosidad de los productos agrarios (52% de respuestas positivas entre europeos, 60% entre españoles), con un balance positivo de +21; 3) favorecer los métodos de agricultura biológica (41 % de respuestas positivas entre europeos, 42% entre españoles), pero a mucha distancia de los dos anteriores: el saldo se reduce a +8 y teniendo en cuenta que un 26 % no tienen respuesta para esta cuestión. 1 Los resultados se miden por el diferencial entre los que evalúan positiva o negativamente la eficacia en relación a cada objetivo. Por el contrario, los resultados de esta política son negativos cuando se trata de: 4) proteger a las explotaciones familiares (29% de respuesta positivas entre los europeos, 30% entre españoles) y un saldo de -18; 5) asegurar un nivel de vida adecuado a los agricultores (32 % de afirmaciones muy positivas entre europeos, 31 % entre españoles) y un saldo de -15. Los resultados negativos superan a los positivos en cuanto a: 6) la eficacia de la PAC para garantizar unos precios razonables a los consumidores (39% de afirmaciones muy positivas entre europeos, 33% entre españoles) y un saldo de -6; 7) proteger el medio ambiente y combatir el cambio climático (38 % de afirmaciones muy positivas entre europeos y españoles) y un saldo de -5; 8) garantizar el desarrollo de las zonas rurales y la preservación de las mismas´(37% de afirmaciones muy positivas entre europeos y españoles) y un saldo de -3. Vemos, por tanto, que eficacia y prioridad no coinciden. La eficacia es menor en los objetivos estructurales y mayor en los que tienen que ver con los mercados o la regulación alimentaria. Y hay cierta contradicción entre objetivos prioritarios, como el de maximizar la calidad y seguridad a la vez que los precios. Aspectos que habría que tener en cuenta a la hora de reformar la PAC si se quieren ajustar a opiniones de los ciudadanos. ¿Cuál es el papel de los agricultores en la sociedad? Según estos estudios, las principales responsabilidad de los agricultores son: ofrecer a la población una alimentación sana y sin peligro (56% europeos, 50% españoles), proteger el medio ambiente (25% europeos, 34% españoles), ofrecer a la población una diversidad de productos de calidad (24% europeos, 20% españoles), mantener la actividad económica y el empleo en las zonas rurales (21% europeos, 30 % españoles), asegurar el bienestar de los animales de explotación (ganadería) (21% europeos, 10% españoles). España se sitúa por encima de la media europea en proteger el medio ambiente, mantener la actividad económica y el empleo en las zonas rurales y favorecer y mejorar la vida en las zonas rurales. ¿Cuáles son las principales razones para mantener la agricultura en toda la UE? La mayoría de los entrevistados (84 %) coincide en que los agricultores deberían ser animados a producir más productos biológicos (en España el 90%); el 83 % en que se debería animar a los agricultores a contribuir a la producción de energía renovable (en España el 90%) y el 77% a sacar provecho de las biotecnologías (en España el 84%). Las variables sociodemográficas (edad, educación y profesión) parecen tener cierta influencia en estas repuestas. Los partidarios de estos nuevos métodos son sobre todo los más jóvenes, los que tienen estudios más altos y tienen trabajos cualificados. Unas opiniones que están en línea con el nuevo contrato social impulsado por los expertos. ¿Se debe seguir subvencionando a la agricultura? Forma parte del contrato social el que los agricultores continúen recibiendo ayudas económicas a cambio de prestar esas funciones. El 83 % de los encuestados (en España el 89 %) es favorable a que la UE continúe con estas subvenciones al sector agrario. E) Implicaciones para políticas públicas. Los resultados nos muestran que los europeos todavía están poco informados sobre la agricultura y la PAC. A pesar de éste débil conocimiento, la inmensa mayoría de los entrevistados considera que la agricultura y las zonas rurales son importantes para nuestro futuro. Los europeos tienen también una idea clara de cuáles deberían ser las responsabilidades de los agricultores, de las razones para preservar la agricultura en toda la UE, así como las prioridades de las PAC: las dos principales características más señaladas son la producción de alimentos seguros y sin riesgos así como la protección del medio ambiente. Se anima a la UE a apoyar a los agricultores para que produzcan de forma preferente productos biológicos, para que contribuyan a la producción de energías renovables y a aprovechar las innovaciones biotecnológicas. Además de asegurar que los productos agrarios sean de buena calidad, sanos y sin riesgos, los entrevistados mencionan otras prioridades cuando son preguntados sobre los objetivos principales de la PAC: asegurar precios razonables de los alimentos, asegurar un nivel de vida correcto a los agricultores, proteger el medio ambiente y ocuparse del cambio climático. Además de estos objetivos, los europeos reconocen la necesidad de reequilibrar los objetivos económicos y los sociales y ambientales. Los nuevos objetivos de la PAC son, por consiguiente, bien considerados: un 80% anima a la PAC a conservar el medio rural, ayudar a los agricultores a encarar el cambio climático y desarrollar la economía de las zonas rurales.