8 DE MARZO – DIA INTERNACIONAL DE LAS MUJERES Fue en 1975 cuando la ONU institucionalizó el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer, en memoria a los hechos que sucedieron en esa fecha del año 1908, donde murieron calcinadas 146 mujeres trabajadoras de la fábrica textil Cotton de Nueva York en un incendio provocado por las bombas incendiarías que les lanzaron ante la negativa de abandonar el encierro en el que protestaban por los bajos salarios y las infames condiciones de trabajo que padecían. El objetivo de este día: luchar por la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo. La ONU quiere recordar de esta manera a las mujeres corrientes como artífices de la historia. Un día que hunde sus raíces en la lucha de las mujeres por participar en la sociedad en una situación de reciprocidad con el hombre y respeto mutuo. Con motivo de esta celebración, queremos mostrar, a modo de ejemplo congregacional, cómo viven este día tres Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor. Tres buenas samaritanas de nuestro tiempo que trabajan por mejorar la vida de aquellas mujeres que se encuentran en situación de exclusión. Ellas son Mirta Zulema Sánchez, que trabaja en Argentina; Carmen Ugarte García, que desempeña su labor en México; y Charo Bolaños, en San Bendetto del Tronto, Italia. 1. ¿Cómo vives el Día Internacional de la Mujer? Mirta Zulema Sánchez – Como una gran fiesta. Es un símbolo de las mujeres que luchan por ganar sus derechos. Un día para hacer memoria y seguir en camino. Carmen Ugarte – Lo vivo como un gran logro. Pienso en la cantidad de mujeres que se atrevieron a cambiar el rumbo de la historia, por encima de lo establecido. Mujeres valientes, también con miedos, pero decididas y llenas de esperanza por la libertad e igualdad. Supone el reconocimiento a su resistencia y convicción, porque en ellas todas salimos beneficiadas. Charo Bolaños - Es verdad que a pesar de tantos años de sensibilización no se ha entendido bien que significa la igualdad entre las personas. Por eso es bueno, que al menos una vez al año, se nos recuerde a través de una fiesta y de algunas celebraciones como ésta. 2. Desde tu experiencia trabajando con las mujeres en exclusión, ¿qué debe cambiar en nuestra sociedad para que lleguemos a la igualdad entre hombres y mujeres? Mirta – Desde mi trabajo, a pie de calle y en uno de los barrios más pobres de Rosario (Argentina), veo que lo que primero debe cambiar la sociedad es su mirada y su mentalidad. La brecha social entre ricos y pobres favorece la exclusión de las mujeres con menos recursos. Carmen - Hace falta responsabilidad personal y social, congruencia entre lo que sentimos, pensamos y hacemos. Es necesario dejar de alimentar las relaciones de dominación en todos los ámbitos y empezar a humanizarlas: “ama a tu prójimo/a como a ti mismo/a”. Charo - Yo creo que es necesario que las mujeres, en cuanto tales, hagan un esfuerzo por descubrir cuáles son las diferencias de género para afirmar los derechos tienen. Es necesario que la misma mujer, como educadora de los hijos e hijas, haga hincapié en estos dos puntos. Que sean capaces de superar el lastre de la malsana tradición que las coloca como ser inferior. 3. ¿Por qué motivo sigue existiendo esta desigualdad hoy en día? Mirta – Sin duda, el abuso de poder, que favorece esta brecha social y económica. La mala gestión de la economía mundial genera esta desigualdad. Carmen - La ambición, el poder y la dominación también son actitudes milenarias que continúan vigentes. En la medida que comprendamos que las diferencias no son sinónimo de desigualdad empezaremos a transformar, a reconocer la dignidad, y por ende todos y todas participaremos de los mismos derechos y las mismas responsabilidades. Se debe terminar la lucha de a quién pertenece lo público y lo privado. Charo - El motivo de este estado de las cosas creo que es una educación no adecuada al momento que vivimos, miedo a perder los privilegios adquiridos, no seguir la evolución de la sociedad, y no superar los mitos y las creencias establecidas a través del tiempo. 4. ¿En qué sectores o ámbitos está la mujer más desprotegida? Mirta – En los ambientes más pobres y, especialmente, en el ámbito laboral. Ahora hay avances, pero no habrá dignidad en el trabajo hasta que se elimine la brecha salarial entre hombres y mujeres. Carmen - Los sectores sin oportunidades reales son los sectores más empobrecidos y lamentablemente muchas mujeres se encuentran siempre en desventaja y sin elección, ahí son más vulnerables y propensas para la explotación. Es necesario continuar trabajando por su fortalecimiento interior, es decir, por su independencia económica y afectiva. 5. Como seguidoras de Jesús y religiosas, ¿qué importancia tiene el Evangelio en este reconocimiento del papel de la mujer? ¿Qué aporta el mensaje de Jesús al reconocimiento de la mujer? Mirta - Jesús trae a las mujeres un mensaje liberador y humanístico. En San Juan descubrimos la mirada de Jesús a la mujer. Una mirada que la dignifica, la levanta, la mira con cariño. Jesús transmite su cariño a las mujeres y es receptivo al cariño de éstas. Hoy, en nuestro siglo, hemos de reinterpretar el Evangelio en este sentido. Antonia de la Misericordia, nuestra fundadora, es un ejemplo de cómo Dios se sirve de personas que, desde el Evangelio, luchan por la dignidad de la mujer. Carmen - El Evangelio nos dice que en repetidas ocasiones Jesús recriminó la hipocresía social construida por los varones. Como en tantas sociedades, era impensable una mujer con autonomía, considerada siempre propiedad del varón, además de ser frívola, sensual, perezosa, chismosa, desordenada, y fuera del hogar no existían. Pero Jesús rompió esquemas, solo tuvo hacia las mujeres respeto, compasión y simpatía desconocidas. Sus mejores amigas fueron mujeres: Martha y María. Nos sigue llamando a cuestionar la realidad, los sistemas de poder, los pensamientos y prácticas excluyentes. Porque reivindicar los derechos de las mujeres incluidas nosotras implica compromiso, nuevos aprendizajes y nuevas prácticas. Que Dios siga contando con nosotras para su proyecto liberador, que junto con las mujeres en exclusión sigamos entretejiendo sueños y realidades nuevas. Vivo con la certeza de que Dios y ellas nos cambian el corazón para ser signos creíbles de vida y esperanza. Charo - Como mujer enamorada de Jesus, estoy convencida que el Evangelio es la única filosofía liberadora. Con Jesús todas las leyes antiguas se cambiaron en cercania amorosa hacia los pobres, y entre ellos las mujeres que se acercaron a Él y a las que defendió. Hoy como Oblatas del Santísimo Redentor seguimos sus huellas estando junto a las mujeres marginadas, prostituidas, explotadas, compradas para el placer momentaneo casi deshumano. Salimos al encuentro allí donde yacen víctimas de la violencia de muchos y la indiferencia de tantos. Personalmente es aquí donde me siento realizada siguiendo las huellas de Jesus, pero tambien las de otras muchas mujeres que a pesar de la dureza de los tiempos, vivieron como Antonia María de la Misericordia, queriendo servir a Dios. Desde el Equipo de Comunicación de Oblatas del Santísimo Redentor, agradecemos la colaboración de las tres hermanas para esta entrevista.