Pensamiento judío europeo moderno: Cohen, Levinas y más allá Jorge Isaac Zeballo Hacer investigación sobre el pensamiento judío europeo del siglo XX es siempre un espacio fascinante. A diferencia de otras líneas en la historia de las ideas, examinar la reflexión judeo-europea significa reconocer la conjugación de tres campos: La filosofía europea; la moderna experiencia judía y la conexión de ambas en contextos europeos, como el francés o alemán o, en contextos ultra continentales como América del Norte, Israel o América Latina. Una investigación relevante Dentro y fuera del campo de los estudios judíos, se aprecia cada vez más interés en el diseño textual de las tradiciones judías, en las biografías de sus intelectuales, como asimismo de los movimientos religiosos, éticos y políticos que le han dado vida. Al mismo tiempo, los estudios judíos reconocen hoy el valor de examinar los fenómenos intelectuales judíos dentro de su contexto nacional o culturale, como por ejemplo, insertando la investigación como parte de la fenomenología de Edmund Husserl, la radical hermenéutica de Martin Heidegger o alguna perspectiva estructuralista. Este reconocimiento mutuo de poner en relieve la búsqueda de una perspectiva judía contemporánea en política y ética, se ejecuta mediante la presentación de revisiones críticas de los textos de los principales pensadores judíos continentales. Se entiende que el estudio de estos pensadores tradicionales y modernos ayuda a explorar el enlace actual entre la reflexión sobre la moralidad social y la practica de la experiencia política. Si tuviésemos que identificar sobre que columnas se sostiene este edificio que es le pensamiento judío europeo contemporáneo, hay consenso entre la numerosa y entusiasta pléyade de investigadores, que las cuestiones exploradas por Emmanuel Levinas y Hermann Cohen sobre filosofía y ética, pueden ser consideradas las más principales y veneras. Y es que para un siglo que se pronostica de gran movilidad migratoria y con nuevas asimetrías, Cohen, hijo de la emancipación judía, heredero de la haskalá y la Alemania Guillermina, es de particular interés. Entre otras cosas, es clave su idea sobre el “amor de vecino” (Ahavat ha Re’a). Se trata de un viejo hebraísmo que fue expuesto por primera vez<!--[if gte vml 1]> <![endif]--><!--[if !vml]--><!--[endif]--> al mundo judío, bajo una perspectiva ética, en el libro ( נתיבות עולםNetivot Olam) del celebérrimo rabino Yehuda Loew (1512-1609). Es significativo que Cohen, educado en el periodo más riguroso y apólogo del racionalismo del Wissenschaft des Judentum (La ciencia del judaísmo) no acuda a una figura retórica cualquiera, se trata de Loew, más conocido como el Maharal de Praga y por ser el mítico creador del Golem de aquella ciudad. El líder de la escuela de Marburgo, desarrolla una nueva dimensión para el amor del vecino pues lo hace comparecer como imperativo ético, o mandato religioso, para toda la humanidad. En pleno auge del nacionalismo y la xenofobia moderna. En efecto, en la Introducción de Buber a la selección de textos de Hermann Cohen, Der Nächste. [El vecino] Vier Abhandlungen über das Verhalten von Mensch zu Mensch nach der Lehre des Judentums (Berlín, Schocken Verlag 1935), se anota que el neokantiano se refiere al Avahat ha Re’a como “el mayor problema de la ética” y también como la “más difícil tarea de la religión.” Dos desafíos para la filosofía continental a los cuales se avocó Emmanuel Levinas, y que trazan una afinidad cómoda y expedita con la idea leviniana expuesta en Totalidad e Infinito sobre la transmutación “de l’autre en Autruí”. Afinidad que ya vino en reconocer Derrida en su primer ensayo sobre Levinas, L’Ecriture et la Différence (París, Ed. Du Seil 1967). Un ‘Otro’ que Levinas recoge de la Ilustración alemana: el ‘Autrui’ hegeliano -y que supera- y que es tributario de la popular idea ilustrada que indica que “Tu libertad termina donde comienza la de los demás”, iluminista modo de entender la libertad como tensión o “mantenerse contra el Otro, a pesar de la relación con el Otro” como indica Lévinas en Emmanuel (1977, p. 69). Como sabemos el precio de la experiencia de la modernidad en su versión totalitaria fue y prosigue siendo demasiado alta. Los dilemas que esperan a la filosofía judía europea Pero la investigación sobre pensamiento europeo judío también está trayendo nuevos enfoques al trabajo de Jacques Derrida, Franz Rosenzweig, Zigmund Bauman, Walter Benjamín o Louis Althusser, como también a las ideas de Jean-Paul Sartre, Jürgen Habermas o Roland Barthes sobre identidad cultural y la esfera social ora como fenomenología, teoría critica o estructuralismo respectivamente. Traigo a colación estas ocho fuertes personalidades, que en apariencia imbuidos en sus propias disciplinas tienen en común ser una guía para quienes indaguen como los marcos filosóficos de la experiencia judía contemporánea ayudan a enfrentar los dilemas políticos contingentes y críticos, a saber; soberanía, territorialidad, licuefacción de las relaciones laborales, secularización, mass-media, los limites de la coexistencia o la cuestión del fundamentalismo. En este panorama falta eso sí, el proyecto enciclopédico o investigador que realice la gran reunión o síntesis comprensiva de todo ese esfuerzo judío europeo contemporáneo, hasta el momento, descrito y examinado en acopios de papers, compilaciones disciplinarias y encuentros académicos. Por poner un sólo ejemplo, fue recién en 1996 la publicación -en inglés- de las exposiciones de la primera conferencia dedicada la filosofía de la religión de Herman Cohen, organizado por los centros de estudios judeoalemanes asociados a las universidades de Zurich, Postdam y Hebrea de Jerusalén y realizado en esta ultima ciudad. Acumulación de memoriales, congregación de conversaciones y, acopio textos, es un estado de los estudios judíos que no supera aún la situación de retrato o descripción de investigaciones plurívocas. Se trata de una epistéme en conformación. No estoy pidiendo su realización inmediata. Se puede argumentar que ha pasado bastante tiempo desde que el filosofo argentino Enrique Dussel trajera al Cono Sur a Levinas mediante el carril de la filosofía y la teología de la liberación en Liberación Latinoamericana y Emmanuel Levinas (Buenos Aires, Bonum, 1975), y la identificación de “América Latina como el ‘otro’ oprimido”, mientras da cuenta que “en castellano no tenemos ese término, el del Otro como persona”. El tiempo de El Proceso no fue el tiempo propicio para desarrollos fenomenológicos críticos; en efecto, Dussel amenazado toma la ruta del exilio y sus textos recién hoy son recogidos por parte de la investigación social latinoamericana. Estoy cierto que no se trata de una tarea fácil, Levinas, Cohen, como sus retoños y renovales, deben ser explorados en correlación con decenas -sino cientos- de arranques académicos y aunque el material acumulado y la heurística conexa impresiona, se percibe que se está recién descorriendo el velo de un continente en exploración. Cuándo eso ocurra, y tengo la percepción que esto ocurrirá en algún momento de este siglo, se podrá inaugurar un nuevo piso del milenario edificio del judaísmo europeo y la babélica civilización judía.