COMPETENCIA PARA APRENDER A APRENDER Realizado por: Andrés Martínez, Javier Nicolás y Sara Quintana 18/11/2011 INTRODUCCIÓN Aprender a aprender que implica el desarrollo de habilidades para iniciarse en el aprendizaje, o bien ser capaz de continuar aprendiendo de manera significativa y con autonomía, por parte del individuo o de los grupos humanos, de acuerdo con los objetivos que estos persigan o bien con las necesidades de aprender. Una vez realizado un acercamiento conceptual a la misma, hablaremos sobre el carácter transversal de la competencia de aprender a aprender, en cuanto que subyace al resto de competencias básicas, por tanto juega un papel fundamental para el desarrollo de las mismas. Nos preguntaremos sobre las claves para aprender a aprender y trataremos los elementos. Las preguntas que nos haremos para poder entender este trabajo se basan en las siguientes: ¿En qué consisten las competencias en general, es decir, ¿qué son? ¿De qué hablamos?, ¿Se puede enseñar? Y ¿Se puede evaluar?. COMPETENCIA APRENDER PARA APRENDER A ¿De qué hablamos? ¿Se puede enseñar? ¿Se puede evaluar? ¿QUÉ ES COMPETENCIA? Entendemos por competencia un tipo de dominio, de saber, orientado a la acción eficaz, fundamentado en una integración dinámica de conocimientos y valores que se materializará en resolución de tareas; éstas supondrán una adaptación ajustada y constructiva a diferentes situaciones en distintos contextos. ¿Cuáles son las claves para que la gente aprenda por sí misma? Indudablemente, todo tiene que partir de un deseo, deseamos aprender por un motivo. Por tanto, la premisa inicial está en el deseo de aprender, y aprender aquello que se quiere o se necesita aprender. Es necesario que exista una necesidad o bien un deseo que surge de la necesidad. ¿DE QUÉ HABLAMOS? Las definiciones de aprender a aprender, son múltiples, pero podemos quedarnos con la que nos dejó un autor finlandés en 2002: “la habilidad y la disposición para adaptarse a nuevas tareas, mediante la actividad del compromiso para pensar y una perspectiva de esperanza a través del mantenimiento de la autorregulación cognitiva y afectiva y de la actividad de aprender” La LOE recoge las propuestas de la Unión Europea y propone entre las ocho competencias básicas la de aprender a aprender, que en cierto sentido subyace a todas las demás, por lo que se la denomina transversal. La Comisión Europea define esta competencia como “la capacidad para proseguir y persistir en el aprendizaje, organizar el propio aprendizaje, lo que conlleva realizar un control eficaz del tiempo y la información, individual y grupalmente. En definitiva, Aprender a aprender significa que los estudiantes se comprometan a construir su conocimiento a partir de sus aprendizajes y experiencias vitales anteriores con el fin reutilizar y aplicar el conocimiento y las habilidades en una variedad de contextos: en casa, en el trabajo, en la educación y la instrucción. En la competencia de la persona son cruciales la motivación y la confianza.” Podríamos resumirlo en “Aprender a aprender supone iniciarse en el aprendizaje y ser capaz de continuarlo de manera autónoma Las Dimensiones que abarcan son: Elementos cognitivos, afectivos y sociales. Además existen otras variables desde el punto de vista del maestro: conocimiento de la persona, tareas que se proponen, aunque sobre todos estos está la motivación del alumno para aprender. Hay tres puntos fundamentales: ANALÍTICO comparar, contrastar, analizar, evaluar, criticar, explicar motivos. CREATIVO elaborar, imaginar, inventar, diseñar, suponer... PRÁCTICO aplicar, utilizar, poner en funcionamiento, demostrar, hacer... CONTENIDOS DE APRENDER A APRENDER 1.-Estrategias de apoyo: de sensibilización, afectivas, motivacionales, de actitudes, de autoestima. 2. Estrategias de (meta)atención: global y selectiva. Implica el conocimiento de los mecanismos mentales para la atención. 3. Estrategias de adquisición. Implican codificación, comprensión, retención y reproducción 4. Estrategias de personalización y control: control de la impulsividad, actitud crítica y razonada, precisión en la información. 5. Estrategias de recuperación (metamemoria). Implica consciencia de los problemas, selección de otras estrategias, puesta en práctica y evaluación. 6. Transferencia: elementos idénticos, principios, relaciones, analogías, habilidades compartidas. 7. Evaluación: coevaluación y autoevaluación. ¿SE PUEDE ENSEÑAR? El objetivo primordial de todo profesional de la enseñanza debe consistir en el desarrollo de la capacidad de aprender de forma autónoma. Para el desarrollo de esta competencia, en los alumnos, debemos tener en cuenta una serie de requisitos que podrían plasmarse en principios Metodológicos, especialmente relevantes para este fin. Con carácter general, estos principios no se aplicarán de manera aislada, sino en el marco del desarrollo cotidiano del currículo. Entre otras cosas, porque el propio currículo está diseñado para favorecer esta competencia. Hay que lograr que en las conversaciones del aula, exista un espacio Reservado para tratar qué hacemos, pensamos y sentimos al aprender. Llevando la atención del docente y del alumno hacia la diana: el proceso de aprendizaje. Pero estas conversaciones, como siempre, vinculadas al trabajo de las áreas y no descontextualizadas. Por ejemplo, al resolver un problema debemos hablar sobre los pasos que hay que dar; sobre qué pensamos a medida que lo resolvemos y sobre cómo nos hemos sentido antes, durante y después de la ejecución. Pero quizás, de forma previa, debamos explorar las concepciones que estudiantes y docentes tienen sobre el aprendizaje. En concreto, las creencias sobre la inteligencia pueden influir específicamente en el proceso de aprender a aprender a través de tres ideas concretas: qué piensan los estudiantes que significa ser inteligente, sus creencias sobre el carácter estable o modificable de la inteligencia y sus teorías sobre el origen de las diferencias individuales. Con demasiada frecuencia encontramos que los propios docentes tienen una representación demasiado simplista de lo que significa ser inteligente y aprender. Una concepción en la que el aprendizaje se entiende como una copia de la realidad y el papel del aprendiz depende de rasgos que no son fácilmente modificables. El uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación, colabora de manera decisiva a los procesos de fijación, de planificación, control y supervisión. Hay que ayudar a que los estudiantes atribuyan los resultados de su proceso de aprendizaje a causas que están bajo su control y que son modificables. Si alguien piensa que no tiene capacidad o que “se le da mal” una materia, difícilmente se va a poner a la tarea de aprender ni va a mantener el esfuerzo que ello implica. Sin embargo, si acepta que el resultado se debe al tiempo que ha estudiado o a la manera en la que lo ha hecho, el problema tiene solución; exige trabajo y disciplina, pero puede resolverse. Estos estilos atribucionales se construyen, uno no nace con ellos y los docentes tienen mucha influencia en el desarrollo de los mismos. ¿CÓMO SE EVALÚA? Se deduce de los principios metodológicos expuestos que podemos evaluar si en un aula se está propiciando el aprendizaje autónomo del alumnado. De la observación en la visita al centro y al aula, se pueden extraer conclusiones para el asesoramiento posterior. Diez preguntas que de ser contestadas de forma afirmativa, nos indicarían que se está en un proceso adecuado. Estas podrían ser: a) ¿Se propicia, mediante preguntas, que los alumnos reflexionen sobre cómo aprenden, entendiendo el aprendizaje como un proceso dinámico y complejo y qué mecanismos están utilizando para ese menester? b) ¿Los éxitos y fracasos son atribuidos, por quien los tiene, a causas internas y controlables? c) ¿Se establece un clima de respeto y seguridad en relación con los procesos de aprendizaje del alumnado?; ¿Se tienen en cuenta los deseos de los mismos? d) ¿Se valoran los logros en virtud de los esfuerzos y de las posibilidades de cada uno? e) ¿Se explicitan los objetivos a conseguir y se ayuda a planificar a los alumnos, según las metas propuestas y a supervisar el proceso? f) ¿Se propicia el trabajo cooperativo para el desarrollo de los procesos de aprendizaje? g) ¿El profesor muestra entusiasmo por su tarea? h) ¿Se proponen tareas que supongan hacer explícitos los procesos de aprendizaje, mediante verbalizaciones y procesos de escritura? i) ¿La evaluación se concibe como recogida de información para seguir mejorando? j) ¿Se propicia la autoevaluación y la evaluación compartida o coevaluación? APRENDER A APRENDER DESDE EL PUNTO DE VISTA DEL ALUMNO El estudio es un vehículo que nos ayuda a estructurar la personalidad mediante la adquisición de conocimientos, enriquecimiento de vocabulario, desarrollo de valores y destrezas. Sin embargo, una de las mayores causas del bajo rendimiento académico está determinada por la falta de principios, métodos o procedimientos para estudiar; lo cual da como resultado una pérdida de tiempo, desmotivación hacia el estudio y por ende la frustración personal y profesional (en muchos casos). El problema radica en que la mayoría de la gente asocia la palabra “estudio” con una imagen tediosa y desagradable. El método de estudio necesita de un conjunto de etapas y fases: A. Ambientación. Propiciar un medio adecuado para el aprendizaje. Antes de iniciar la sesión de estudio, se debe desocupar la mente de todo lo que sea ajeno al tema y adoptar una actitud mental de curiosidad. B. Estudio. El cual a la vez se puede subdividir en 5 etapas: 1. Visión general. 2. Planteamiento de interrogantes. 3. Lectura dinámica. 4. Resumen escrito u oral. 5. Repaso. CONCLUSIÓN En resumen, creemos que optar por una forma de aprender a aprender significa una apuesta por una concepción específica de la enseñanza y el aprendizaje y, en último término, una elección de valores. Aprender a aprender es aprender a pensar, a preguntarse el porqué de las cosas y sus consecuencias, a tomar las riendas de los procesos, aprender que el conocimiento es una empresa colectiva. Y, en último término, determinará la fuerza del ser humano en el sistema. Porque el dinamismo de los centros educativos va a depender de las personas. El aprender a pensar puede llevar al “pienso luego produzco”, necesario para sentirse útiles. En definitiva, desarrollar esta competencia, supone que el profesorado se tome en serio a los niños y adolescentes. En el sentido de que debemos tener un profundo respeto intelectual por los mismos. Creer en su capacidad para aprender por sí mismos, hasta el punto de que nos sorprenderemos por lo que son capaces de pensar y hacer.