La industria del metal acusa al Consell

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La industria del metal acusa al Consell
de fomentar la economía sumergida
Las tres patronales del sector denuncian la desregulación aplicada a
varias actividades
La Generalitat "se quita competencias para ahorrar gastos" en
perjuicio del ciudadano, afirman
El mantenimiento de las subestaciones eléctricas, como la de Patraix en Valencia que
sufrió una explosión en 2009, es una de las actividades que se desregula. / JOSÉ
JORDÁN
La potente industria valenciana del metal ha emitido este lunes un duro comunicado en
el que acusa a la Generalitat valenciana de favorecer "el intrusismo" y "la economía
sumergida", así como de poner "en tela de juicio la seguridad industrial". El origen del
nuevo malestar es la decisión del Gobierno valenciano de suprimir la regulación que
existía en determinadas actividades económicas, como la fontanería, los talleres de
reparación de automóviles, el mantenimiento de las subestaciones eléctricas y centros de
transformación de energía.
"El objetivo inicial era simplificar la puesta en funcionamiento de industrias e
instalaciones industriales", trasladando a la legislación autonómica una directiva
europea, han señalado las tres patronales provinciales del metal en un comunicado.
"Pero la solución elegida afecta gravemente a la seguridad industrial, a los
consumidores y usuarios, y a las empresas y trabajadores, ya de por sí muy perjudicadas
por la actual crisis económica", concluye.
Las patronales del sector en las provincias de Valencia (Femeval), Alicante (Fempa) y
Femecas (Castellón), consideran que el Consell "trata de quitarse de encima
competencias que suponen actividad y control para recortar gastos, pero haciendo
dejación de las funciones propias de la Administración. Y todo ello en perjuicio de los
ciudadanos".
La industria del metal anuncia que está estudiando la interposición de un recurso
contencioso administrativo contra el decreto de la Generalitat. Y reprocha al Ejecutivo
de Alberto Fabra que haya elegido esta vía cuando otras autonomías, como Madrid,
Cataluña, Murcia y Aragón han mantenido los requisitos para ejercer este tipo de
actividades.
La desregulación en el caso valenciano puede tener como consecuencia, considera el
sector, un empeoramiento de la calidad del agua en los hogares, la proliferación de
talleres ilegales —lo que redundaría en una menor seguridad vial y en la competencia
desleal frente a quienes sí cumplen las normativas— o en un menor control de las
subestaciones eléctricas y centros de transformación. "Parece mentira que estas sean las
medidas de apoyo a la industria aprobadas por el Consell", señala el comunicado, que
asegura que las patronales ya habían trasladado a la Generalitat la conveniencia de
mantener la regulación, aunque fuera adaptándola al nuevo marco legislativo procedente
de Bruselas.
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