Del Salmo 70 Oración de Intercesión A ti, Señor, me acojo: no quede yo derrotado para siempre; tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo, inclina tu oído, y sálvame. Jesucristo, tú vienes a transfigurarnos para renovarnos a imagen de Dios: ilumina nuestras tinieblas. Sé tú mi roca de refugio, el alcázar donde me salve, porque mi peña y mi alcázar eres tú. Jesucristo, luz del corazón, tú conoces nuestra sed: condúcenos hacia la fuente de tu Evangelio. Jesucristo, luz del mundo, tú iluminas a cada ser humano: haz que discernamos tu presencia en los demás. Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza y mi confianza, Señor, desde mi juventud. En el vientre materno ya me apoyaba en ti, en el seno tú me sostenías, siempre he confiado en ti. Jesucristo, amigo de los pobres: abre en nosotros las puertas de la sencillez para acogerte. Muchos me miraban como a un milagro, porque tú eres mi fuerte refugio. Llena estaba mi boca de tu alabanza y de tu gloria, todo el día. No me rechaces ahora en la vejez, me van faltando las fuerzas, no me abandones. Jesucristo, tú haces posible que la Iglesia prepare tu camino en el mundo: abre para todos las puertas de tu Reino. Lectura Cristo Jesús, sin haberte visto te amamos. Sin verte todavía te damos nuestra confianza. Bendícenos, a nosotros que descansamos en tu paz. Así dice el Señor: Bien me sé los pensamientos que tengo sobre vosotros, pensamientos de paz, y no de desgracia, de daros un porvenir de esperanza. Me invocaréis y vendréis a rogarme, y yo os escucharé. Me buscaréis y me encontraréis cuando me solicitéis de todo corazón. Jeremías 29, 11-13 Jesucristo, manso y humilde de corazón: renueva en nosotros el espíritu de infancia. Padrenuestro Oración