México tiene en promedio 300 días de Sol al año, por lo que recibe 5 kilowatts-hora de energía solar por metro cuadrado diariamente en la mayor parte del territorio, lo que representa una de las mejores tasas a nivel mundial. Investigadores de la UNAM buscan aprovechar esta privilegiada condición a través de la construcción de concentradores de radiación solar útiles para la generación de calor de proceso. En particular, actualmente se lleva a cabo investigación y desarrollo aplicado a la esterilización de tierras destinadas al cultivo de plantas de ornato. La iniciativa surgió por el interés de una pequeña empresa mexicana enfocada a la instalación de sistemas de calentamiento de agua. “Los dueños nos plantearon la posibilidad de que estos sistemas de calentamiento pudieran trabajar con energía solar y generar vapor, ya que éste es ampliamente utilizado para la esterilización de tierras en viveros”, comenta el doctor Oscar Jaramillo, investigador del Centro de Investigación en Energía. En esos sitios, la tierra es esterilizada para alentar el desarrollo de las “plántulas” o plantas recién nacidas, las cuales una vez que germinan, necesitan ciertas condiciones de humedad, temperatura y sobre todo la protección contra agresores biológicos como hongos, hormigas, lombrices y ácaros que dañan su crecimiento. Comúnmente los productores recurren al uso de plaguicidas con la intención de eliminarlos y aunque resultan efectivos, tienen graves consecuencias para la salud y el ambiente toda vez que contribuyen a la destrucción de la capa de ozono, arrasan con microflora o fauna útil de la tierra, además promueven el surgimiento de microorganismos resistentes a las sustancias químicas. “Uno de los químicos más utilizados como plaguicida es el Bromuro de Metilo. Tiene bajo costo y su aplicación es fácil. Sin embargo, cuando la sustancia llega a la atmósfera, se descompone y el bromo resultante es altamente destructivo para la capa de ozono, cuya función vital es protegernos de la radiación ultravioleta proveniente del Sol”, explica el investigador de la UNAM. Varios países ya erradicaron la aplicación del Bromuro de Metilo como método de esterilización de cultivos y optaron por procedimientos no químicos como la aplicación de vapor de agua, asoleamiento e irradiación entre otros, tal como lo recomienda el Protocolo de Montreal, un convenio internacional que establece acciones para salvaguardar la capa de ozono. Sin embargo, el vapor de agua tiene un inconveniente relacionado con la forma en que se obtiene, como señala el experto universitario. “Se usan calderas que requieren combustible, lo que también genera contaminación por emisiones de gases de efecto invernadero hacia la atmósfera”. Fuente de vapor El grupo de expertos de la Coordinación de Concentración Solar del Centro de Investigación en Energía de la UNAM, se dio a la tarea de construir un dispositivo de bajo costo que funcione con una energía limpia y abundante como es la solar, y sea capaz de generar vapor de agua a baja temperatura y presión. Esta tecnología será útil para inyectar vapor y pasteurizar las camas de tierra donde posteriormente crecerán las plantas de ornato cultivadas en viveros. Se trata de un canal parabólico de aluminio con un tubo de cobre pintado de negro que se encuentra situado en su línea focal. El canal capta los rayos solares y los concentra en el tubo por donde pasa agua que se transforma en vapor. El vapor generado es entonces llevado mediante otros elementos hasta las camas de tierra y se ocupa como método de esterilización. Los investigadores ya lograron un modelo del dispositivo, aunque todavía falta perfeccionarlo para su comercialización. “En México tenemos el conocimiento para generar tecnología, resalta el doctor Jaramillo, pero hacen falta empresas que tengan la visión del aprovechamiento de la energía solar. Hoy en día es una necesidad tanto para reducir la contaminación como para enfrentar la falta de petróleo en los próximos años”. La energía solar que recibe el planeta es resultado de un proceso de fusión nuclear que tiene lugar en el Astro Rey. Al llegar a la superficie terrestre, esta energía puede transformarse en electricidad o calor y su utilización implica una sana convivencia con la naturaleza debido a su bajo impacto ambiental. Cabe señalar que la energía del Sol absorbida por nuestro planeta en un año es equivalente a 20 veces la energía almacenada en todas las reservas de combustibles fósiles en el mundo.