Construcción Sustentable Redacción: Diego Hernán Garavaglia Se dice que para el año 2050 va a haber un crecimiento cercano a las diez mil millones de personas (un 1 con 10 ceros detrás), es decir casi el doble de la población actual en tan sólo 39 años… o sea que vamos a necesitar el doble de recursos para abastecer nuestras necesidades básicas como la energía, agua, comida, materiales, etc., que en muchos lados escasean. No se si sabían, pero en la industria de la construcción se utiliza aproximadamente el 50% de los recursos mundiales, lo que la convierte en una de las actividades menos sostenibles del planeta perjudicando a las generaciones futuras. Además absorbe el 30% del consumo energético. Por eso el uso de los combustibles fósiles para la: calefacción, iluminación y ventilación de los edificios es responsable casi del 50% del calentamiento global. Creación de edificios que sean eficientes en cuanto al consumo de energía, saludable, cómodo, flexible en el uso y pensados para tener una larga vida útil (construcción sustentable). Vivimos rodeados de cemento, hormigón, asfalto, etc., lo que reduce considerablemente el porcentaje de absorción del suelo cuando llueve en la ciudad. Por ejemplo en Capital Federal, donde vivo, solamente el 2% es considerado terreno absorbente y el 98% restante formado por una capa impermeable recubriendo casi todo el suelo. Esto se ve claramente reflejado en los días de grandes precipitaciones en donde se inunda la ciudad y se genera un colapso en nuestro sistema de desagüe. Por lo que no estaría nada mal la incorporación de los llamados “techos verdes” que muestran grandes beneficios económicos, pues con vegetación autóctona del lugar se puede aprovechar el agua de lluvia para absorber el agua disminuyendo las posibilidades de inundación y en cuanto a la vivienda: el uso de agua para riego, es fundamental para la purificación del aire, clave como aislante térmico, enfrían en verano, calientan en invierno, prolongan la vida útil del techo y no sólo eso sino también que sirve para filtrar dicha agua para poder aprovecharla para el uso sanitario (no apta para beberla) pero sí para su utilización en artefactos sanitarios reduciendo una gran parte del uso del agua potable. ¡Es una picardía utilizar el agua potable para eliminar nuestros desechos! Por eso pienso que debemos tomar consciencia y generar un cambio de prioridades ambientales hacia un nuevo norte. Un norte que aprovecha la energía del sol, recurso renovable que convierte la radiación solar en calor y también en electricidad. A nivel nacional, en la patagonia, hay una cantidad enorme de energía eólica con suficiente potencial como para autoabastecernos como país y hasta poder llegar a exportarla a otros países limítrofes. En vez de seguir gastando plata en importar gas y petróleo que por cierto son combustibles fósiles y que contaminan una bocha. No podemos a esta altura seguir consumiendo energía proveniente de combustibles fósiles con la capacidad que hay de renovables. La idea de crecimiento y bienestar social debe contrapesarse con la conservación de los recursos medioambientales por parte de la generación actual, en beneficio de las generaciones futuras (desarrollo sostenible), por lo que no perjudica al medio ambiente. Es fundamental tener en cuenta el uso de materiales naturales o sino en lo posible materiales en la que se certifique de alguna manera un control ambiental sobre la extracción de los mismos. Materiales que su producción sea libre de contaminación, sin usos de tóxicos de manera que cuiden y preserven el ambiente, antes que le den prioridad a ganar plata sin importar los niveles desmedidos de extracción, producción, distribución, consumo y contaminación. Materiales que sean de medio local o medianamente cercano para no producir un gran consumo energético en forma de distribución, transporte. Materiales pensados para su reutilización y posterior reciclado como el caso del hierro, acero. Debemos de analizar los ciclos de vida de cada material y poder diseñar con la idea de que para una posible demolición, dichos materiales se puedan volver a usar valorizando a su vez la estructura. Por que no el uso de materiales naturales (paja, tierra, madera, piedra, caña) que nos permite generar tecnologías de bioconstrucción. La mitad de la población mundial vive en casas de tierra! Desde los tiempos más remotos las personas construyen su hábitat con los materiales que brinda la naturaleza. Son culturas constructivas milenarias que nos han dejado un patrimonio intangible del saber hacer del hombre del campo. Habría que tratar de construir con materiales y productos de construcción saludables, duraderos, eficiente en cuanto al consumo de recursos y fabricados minimizando el impacto ambiental y maximizando el reciclaje (materiales sostenibles). Quiero terminar diciendo que por tener paneles solares no significa que sea la vivienda sustentable, sino que eso es sólo un aporte para poder lograr una construcción más sustentable sin perjudicar al medio ambiente.