ARQUITECTURA ECOLOGICA EN WESTMINSTER Por Carlos Miranda Londres, Inglaterra. Tuvieron que pasar 11 años desde el primer boceto hasta la terminación del nuevo edificio del parlamento Británico “the portcullis house”. El edificio se encuentra en uno de los lugares mas importantes y codiciados del mundo, en el centro del poder Británico: en Westminster a un lado de las casas del parlamento y del celebre Big Ben. El proyecto que comprende las oficinas de los parlamentarios y la estación de metro de la renovada linea jubile es obra del Arquitecto Ingles Michael Hopkins y su equipo de trabajo con Ove Arup and Partners como Ingenieros y consultores. Considerado uno de los edificios mas controversiales desde el proyecto de ampliación de la Galería Nacional, tanto por su costo, superior a los 385 millones de dolares -casi 2 millones por cada parlamentario-, como por su estética, considerada un “revival” de la Arquitectura Victoriana del siglo 19. Sin embargo, el edificio -que fue recientemente nominado para el premio Stirling 2001 como el mejor edificio del año en el Reino Unido- es un excelente ejemplo de integración de diseño arquitectónico y sustentable, ademas de que cumple con los estrictos requisitos de adaptación al contexto histórico en el ritmo y utilización de elementos y materiales de fachada, ya que se encuentra en un sitio declarado patrimonio de la humanidad. Ubicado en una zona de intenso tráfico y contaminación el edificio se abre hacia el interior por medio de un patio cubierto enteramente por una sofisticada estructura de madera laminada, tensores de acero inoxidable y paneles triangulares de cristal doble. Este espacio -ventilado naturalmente- permite la entrada controlada de luz natural al interior de las oficinas y salas de juntas ademas de ofrecer un espacio de convivencia a los parlamentarios. Un túnel conecta directamente este espacio con la Camara de los Comunes en el antiguo edificio del parlamento. El programa contemplaba que el nuevo edificio del parlamento –con una expectativa de 120 años de vida- fuera un ejemplo en sustentabilidad arquitectónica, contando con recursos económicos de la Unión Europea para investigación. La forma final del edificio fue determinada por la integración de 3 principios fundamentales de eficiencia energética: Ventilación natural Iluminación natural y control solar Estabilización interna de la temperatura El sistema de ventilación natural incorpora 14 chimeneas de bronce –que ademas de hacer referencia con el antiguo edificio de Scotland Yard y los pináculos del palacio de Westminster- funcionan como terminales de un sistema de ductos que inyecta en cada piso el aire fresco capturado en la base de las chimeneas. Durante el verano, el sistema utiliza agua del subsuelo para enfriamiento, reduciendo aun mas el consumo energético. Dos pozos de 160mts de profundidad proveen agua a 12o C. la cual es posteriormente reciclada para su re-utilización en los servicios sanitarios. El aire caliente del interior es extraído por los ductos de retorno y conducido a la parte superior de las chimeneas. Un ventilador mecánico ofrece succión adicional de soporte. En el invierno las chimeneas utilizan un sistema de recuperación de calor que transfiere el calor del aire de salida al aire de ingreso reduciendo las perdidas de calor y los costos energéticos de calefacción. La entrada de iluminación natural a las oficinas y areas de trabajo fue optimizada mediante el manejo de una planta arquitectónica angosta que permite el acceso de luz por lados opuestos: el exterior y el patio. En todas las ventanas se contemplo el uso de parasoles metálicos que reducen la entrada directa de luz solar y reflejan la luz hacia las ondulantes losas de concreto prefabricado, que por su alta reflectividad distribuyen la luz natural hacia el interior. La ondulación de las losas ademas, define el espacio individual de cada oficina. La estabilidad de la temperatura interior es proporcionada por los elementos estructurales “pesados” que funcionan como almacenadores de energía térmica: columnas exteriores de sillar, losas prefabricadas expuestas y divisiones interiores de concreto evitan las variaciones internas de temperatura y reducen el consumo energético para calefacción y enfriamiento. El cristal triple de las ventanas minimiza las ganancias y perdidas de calor, ademas de aislar las oficinas del ruido exterior. Aunque con una estética cuestionable, el edificio, que alcanza de un 65 a un 75% de reducción en el consumo de energía, representa un triunfo en eficiencia energética dentro de un contexto físico e histórico restringido. El conocimiento y la aplicación de los principios y técnicas de eficiencia energética en el diseño de edificios, ademas de enriquecer y ampliar el vocabulario Arquitectónico, marcan una tendencia a seguir en la evolución de la Arquitectura contemporánea. Carlos Miranda cmiranda@mailbox.giga.com El autor es Arquitecto y consultor en ahorro de energía, actualmente cursa un programa de Doctorado en Arquitectura sustentable en la Architectural Association en Londres, Inglaterra.