1 ARTE NEOCLÁSICO ARTE NEOCLÁSICO 1.- Características generales del Neoclasicismo. Las Academias. 2.- Arquitectura: Juan de Villanueva. Escultura: Cánova. Pintura: David. 3.- Francisco de Goya. Explicar este tema como una vuelta a los ideales clásicos tras el cansancio y agotamiento de las fórmulas barrocas, haciendo notar al alumno el flujo y reflujo que han tenido los grandes ciclos y ritmos de la Historia del Arte entre lo clásico y lo barroco. Dentro de las consideraciones generales del Neoclasicismo y utilizando a Francia como epicentro, señalar la función social del nuevo movimiento estético, puesto al servicio de las clases medias y populares que, tras la Revolución y la caída del Antiguo Régimen, ven en él la derrota de la aristocracia y del gusto barroco. Exponer la influencia de la cultura de la Ilustración en las artes y el control de la enseñanza de las mismas por las Academias. Plantear los caracteres de la arquitectura neoclásica en torno a la obra de Juan de Villanueva. Caracteres de la escultura neoclásica y reseña artística de Antonio Canova. Jacques-Louis David, por su vida de compromiso político y por las propuestas formales y morales que desarrolla en su pintura, viene a ser el mejor representante de los pintores del Neoclasicismo. La vida y la obra de Goya condensan con categoría genial los sentimientos artísticos y los aportes plásticos de la generación que vivió los difíciles decenios del paso de siglo. EXTENSIÓN TEMPORAL.- Segunda mitad del XVIII y primera mitad del XIX. UBICACIÓN ESPACIAL.- Nace en Nápoles, durante el reinado de Carlos III y el descubrimiento de Pompeya y Herculano y se extiende de la mano de las Academias e impulsado por las revoluciones burguesas y el imperialismo de Napoleón (estilo Imperio). PECULIARIDADES CULTURALES.- Presenta una reacción brutal hacia el Barroco y una vuelta hacia la antigüedad clásica. El Neoclásico es el arte genuino de la burguesía triunfante en su fase de revolución. Es una visión que “se impone”, bien por la revolución, o bien por los déspotas. Corresponde al arma ideológica contra el Antiguo Régimen y, por tanto, tiene conexión directa con la Ilustración. Opone la medida “académica” a los extremismos individuales. Es el arte racional burgués, frío, por calculado; repetitivo, por académico; rico, por capitalista; y escueto, por ahorrativo. ARQUITECTURA.- Toma como modelo lo romano y desea imitar lo griego. El Renacimiento usaba el corintio y el toscano; el Neoclásico, el jónico y el dórico. Llenará el mundo de partenones y panteones. El tema es un edificio público. El material preferido, el mármol blanco. 2 FRANCIA: La severidad clásica del Barroco francés da fácil paso con Luis XVI a los grandes pórticos griegos y romanos obra de Gabriel. Habrá una vuelta a la simetría, a las normas y temas decorativos clásicos y renacentistas –en realidad el Neoclásico es como un segundo “Renacimiento”, pero más frío-, prefiriendo los temas geométricos tales como los tableros rectangulares y los medallones elípticos y, en vegetales, aquellos más lisos como la palmeta , el laurel y la roseta. Con Napoleón se desarrolla el estilo Imperio, con profusión de arcos de triunfo, columnas conmemorativas, águilas imperiales y decoración pompeyana: sobre fondo rojo y liso, se dibujan en blanco o negro temas vegetales, animales o humanos en riguroso perfil. ESPAÑA: En España domina el Antiguo Régimen, por lo que será impuesto por el despotismo ilustrado de Carlos III y la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando que era quien daba el permiso de obras a las edificaciones oficiales. Buena parte de los arquitectos son italianos que habían colaborado con Carlos III en su etapa de gobierno en Nápoles como Sabatini, director de las reformas de Madrid: Puerta de Alcalá, Ministerio de Hacienda, etc. Villanueva será el definitivo arquitecto neoclásico que desechará los lastres barrocos ya que hasta él, por el peso de la tradición y de los poderes fácticos, el Neoclásico había quedado relegado a las fachadas pero no a los interiores, que seguían siendo barrocos. El Museo del Prado y el Observatorio astronómico figuran entre sus mejores obras. ESCULTURA.- Habrá una generalización del empleo del mármol blanco y del bronce. Es muy uniforme y academicista, con poco brío y nula personalidad. Será de los estilos más internacionales y de los que menos aporten. Sobresale el italiano Antonio Canova. En España desaparece la madera policromada y se reducen las representaciones religiosas. Se desarrollan la mitología, el retrato, el monumento funerario y la obra pública. Los clientes son entidades oficiales que organizan concursos para erigir monumentos como las fuentes madrileñas de Cibeles, de Apolo y de Neptuno, diseñadas por Ventura Rodríguez. PINTURA.- FRANCIA: seguimos hablando de una manifestación fría y academicista con centro en Paris. Al carecer de restos clásicos y antecedentes suficientes, se basarán en la escultura, concretamente en el relieve. Es un arte de gabinete, de interiores, lineal, que desprecia el color y el paisaje. Potencia el dibujo y las influencias históricas. David, coetáneo de Goya, político activo, miembro de la Asamblea Nacional que condenó a muerte a Luis XVI, es el pintor de la revolución de 1789. Cultiva el género heroico, histórico, alegórico. Ingres se inspira en el mundo griego y no romano sin el carácter 3 heroico y republicano que le imprimía David sino como coartada para expresar la belleza del desnudo femenino. También trata temas orientales o medievales. ESPAÑA: Está marcada por la figura de Goya, rodeado de segundones académicos que no supieron entender las enseñanzas del maestro y cultivaron el género histórico grandilocuente, tipo escena de Guzmán el Bueno. Francisco de Goya y Lucientes, nacido en Fuendetodos (Zaragoza), neoclásico por vocación ilustrada, por su naturaleza genial transciende el momento histórico y supone una ruptura y una avanzadilla de todo lo que será la pintura contemporánea. Se desarrolla su existencia entre la segunda mitad del siglo XVIII y principios del XIX. Pintor de cámara de Carlos III, Carlos IV y Fernando VII, ocupó un cargo distinguido en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Con Carlos IV disfrutó de holgura económica y es su época de alegres composiciones de cartones para tapices con temas populares y retratos de damas de la corte. En 1790 la sordera le aísla del exterior y se concentra en si mismo, descubriendo lo grotesco (expresionismo creativo) en la serie de grabados al aguafuerte de Los Caprichos. La invasión napoleónica lo defrauda y le hace ver los horrores (lienzos de El 2 de mayo y los Fusilamientos de la Moncloa del 3 de mayo y la serie de grabados Desastres de la guerra). Con Fernando VII y bajo su absolutismo, ejecuta la serie de grabados de la Tauromaquia y las geniales pinturas murales al óleo, conocidas como Pinturas Negras de la Quinta del Sordo, de imaginación exaltada, pesimista con la España analfabeta y atrasada de su época. Pintor colorista desoye las normas del Neoclásico y evoluciona del Rococó. Progresa continuamente. Retoma los avances de Leonardo, Miguel Angel, Tiziano y Velázquez y avanza por el camino de la luz, el color y el expresionismo creativo, a veces preimpresionista y, a veces, casi abstracto. Es un digno precedente de Picasso. Los cartones para tapices son sus obras iniciales, las más académicas y alegres, realistas, dibujadas y decoradas con colores alegres y luminosos. La composición es simple y sabia. Abandona la “técnica terminada “de su suegro, el neoclásico Mengs y se entrega a la “factura suelta” de tradición barroca (Velázquez) cada vez más desenfadada y sumaria, de rapidez ejecutiva. En el siglo XIX el negro se impone en las composiciones de la Quinta del Sordo. Con solera realista, extraordinaria vida interior e imaginación, deforma la realidad y cae en el expresionismo monstruoso y fantástico, digno epígono del Bosco, el impresionismo del Parchezazo (pincelada gruesa, suelta y veloz) y hasta una inicial abstracción. De la realidad más brutal (naturalismo) pasa a la fantasía más extraordinaria. Poseyó una riqueza temática sin precedentes: historia, retratos, grabados, 4 sociología, religión, etc. En los cartones para tapices cultivó temas populares, alegres, verbeneros o de romería, castizos y majas de colores claros. Como retratista poseía una sinceridad sorprendente, a veces despiadada, con penetración admirable, deja ver el interés o indeferencia que siente por el modelo aunque sea de la casa real. Lo femenino y la infancia son tratados con particular atractivo