Panorama de la calidad educativa en América Latina 13 SEP 2014 'No podemos depender de las pruebas internacionales de educación' Expertos dicen que el fracaso del modelo de aprendizaje en Latinoamérica se relaciona con la privatización de las instituciones que favorece el lucro y olvida la formación. Por: Estefanía Avella Bermúdez La mexicana Mayra Castañeda es la directora general del IV Congreso Iberoamericano de Calidad Educativa que se realizará en octubre en Medellín. Próximos a evaluar el cumplimiento de los Objetivos del Milenio 2015 de las Naciones Unidas, la Comisión Iberoamericana de Calidad Educativa se ha enfocado en revisar la calidad de la educación en la región y proponer nuevos enfoques para la elaboración de los nuevos Objetivos proyectados a 2024. En octubre se realizará el IV Congreso de Calidad Educativa en la ciudad de Medellín. Los organizadores esperan contar con la presencia de más de 6.000 académicos, políticos y estudiantes de 23 países del continente. Este espacio, estará enfocado a debatir los retos de la agenda mundial educativa pos 2015. Para la directora general del evento, Mayra Castañeda, es necesario reinventar la escuela, pues países como los latinoamericanos le han apostado a la ampliación de la cobertura en educación a costa de sacrificar la calidad. Según la experta el continente se debe volcar a pensar mejores estrategias que permitan asegurar un modelo de aprendizaje más efectivo y que responda a las necesidades de los individuos y de la población en el próximo decenio. ¿Cuál es su balance frente a la calidad de la educación en la región? Lo positivo es que hay varios países interesados en ver la calidad como una obligación. Sin embargo, el problema es que el discurso se está quedando en eso y no se ven las acciones. No vemos un cambio real de política ni de actitud frente a necesidades sustanciales de infraestructura en las instituciones ni en condiciones laborales de los docentes. - ¿Cómo debe pensarse la labor docente para que tenga efectos positivos en la calidad? Existen estudios que demuestran que el docente es la clave en la transformación de los procesos de enseñanza. Cuando cierra la puerta del aula tiene la posibilidad de cambiarle la vida a los jóvenes que están en ella. Pero requiere de una creencia en su labor y de las herramientas, circunstancias y estructuras adecuadas para lograrlo. - ¿América Latina tiene que reformar el perfil de sus docentes? Debemos replantearnos no sólo el perfil sino las labores del docente. En este momento en el que toda la información está a un click es evidente que ya los profesores no son los poseedores absolutos del conocimiento. Somos facilitadores, formadores, guías y modelos a seguir. Eso implica pensar en proyectos mucho más ambiciosos y con una preparación diferente. Antes se podían conformar con la presentación de los contenidos, pero ahora deben estar más preparados y tener las competencias investigativas, críticas y creativas para enfrentarnos día a día en el aula. - ¿Qué tanto se reconoce el trabajo de los profesores en América Latina? Existe el problema del desprestigio de esta labor. Se considera que los docentes son los culpables del gran fracaso educativo, pero ellos no son los únicos. La política pública referente a la pertinencia del modelo de aprendizaje la elaboran políticos que realmente no conocen el contexto. Esto ha llevado a la privatización de la educación y a pensar que cualquiera puede hacer de ella un negocio con la intención de lucrarse. - El modelo de evaluación de los docentes en Colombia ha sido duramente criticado por el gremio de maestros, pues no están de acuerdo con que los midan sólo con exámenes de conocimientos, ¿son válidas estas críticas? La evaluación es un aspecto fundamental, pero cuando el motivo sustancial de la educación se vuelve la evaluación y hacemos que de ésta dependa el futuro de una persona, perdemos el rumbo. Si realmente se quiere una visión integral sobre la pertinencia de la enseñanza, tenemos que empezar a implementar una evaluación cualitativa individualizada que tenga en cuenta el contexto de los docentes y del estudiante. La evaluación no puede ser la meta; es sólo una forma de saber hacia dónde estamos caminando. - En este contexto, ¿qué tanta pertinencia tienen las pruebas internacionales que escalonan el nivel de educación de los países? Son pruebas estandarizadas que sólo miden la memoria y no logran calcular el impacto de modelos que buscan potencializar talentos en niños y jóvenes; por ello no podemos depender de estas evaluaciones. Cuando se obtienen malos resultados nos hacen creer que no tenemos la capacidad de crecer. Pero si analizamos la intencionalidad e intereses que hay detrás de las pruebas, nos damos cuenta que seguramente allí están grandes potencias que quieren seguir teniendo pueblos dominados, como los latinoamericanos. Quienes quedan en los primeros lugares se muestran como sistemas educativas excelente, pero a quienes tenemos el último lugar no nos muestran los secretos para alcanzarlos. - ¿Y cuál considera usted que es ese secreto? Son factores culturales y un reconocimiento social a la labor docente. Sin embargo, también es cierto que se nos ocultan los problemas que tienen estos países. Según las pruebas Pisa Finlandia tiene el mejor sistema educativo, pero también es el país con la mayor tasa de suicidios en el mundo. Eso demuestras que se basan en un modelo de ser humano que sólo sirve para trabajar y consumir, y olvidan otros aspectos propios de la vida y que marcan una diferencia.