Distribusicón de la renta

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LA DISTRIBUCIÓN DE LA RENTA
1. El estudio de la distribución de la renta.
A mayor PIB, más renta se puede distribuir entre las familias que ocupan un determinado territorio.
En los países menos desarrollados, la mayor parte de la población vive en pobreza y la riqueza se concentra en
manos de unos pocos. También en los países más desarrollados se pueden encontrar miles de personas con
una renta insuficiente.
Entre amabas situaciones existe una diferencia importante: mientras que en los países menos desarrollados la
situación de pobreza es generalizada y afecta a la mayoría de la población, en los países más desarrollados
existe una amplia clase media que participa del alto nivel de bienestar y los pobres representan un porcentaje
muy inferior. Además del tamaño de la riqueza, importa cómo se realiza su reparto.
La distribución de la renta puede hacer referencia a múltiples aspectos:
• Distribución funcional de la renta. Analiza cómo se distribuye la renta entre los factores trabajo y
capital.
• Distribución personal de la renta. Tiene lugar entre los individuos y las familias, independientemente
del origen de los ingresos.
• Distribución territorial o espacial de la renta. Estudia cómo se distribuye la renta en el espacio o en el
territorio. Por ejemplo, hay diferencias importantes entre la Comunidad de Madrid, la Comunidad
Valenciana o Andalucía.
De todas estas perspectivas, las que más han considerado los economistas son la distribución funcional y la
personal, que constituyen el núcleo de las teorías de la distribución.
2. La distribución funcional de la renta.
La distribución funcional de la renta se ocupa del estudio de la distribución del producto obtenido entre los
factores trabajo y capital.
Su objetivo consiste en analizar cómo se distribuye el valor añadido bruto entre los trabajadores.
La primera aproximación a la distribución funcional de la renta se realiza a partir de una de las vías de
estimación del PIB: la vía de la renta. El PIB se obtiene como suma de:
• La remuneración de asalariados (RA). Es la masa salarial correspondiente a la totalidad de los
asalariados e incluye los sueldos y salarios brutos y las cotizaciones a cargo de los empleadores.
• Excedente bruto de explotación (EBE). Incluye conceptos muy heterogéneos. El EBE engloba las
rentas de la propiedad y de la empresa, los beneficios no distribuidos, los impuestos directos y las
rentas mixtas.
No todas las rentas de trabajo están incluidas en la RA, ni todas las que incluye el EBE son rentas de capital.
2.1. La dinámica de la distribución funcional de la renta.
La ratio RA / PIB es el producto del coste laboral unitario (CLU) por la tasa de asalarización.
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• El coste laboral unitario (CLU) pone en relación el coste de la fuerza de trabajo y la renta generada
por cada trabajador, la productividad. De este modo se dispone de una medida del coste de la mano de
obra por unidad de output. Un incremento del CLU se interpreta como un encarecimiento de la mano
de obra.
• La tasa de asalarización (TA) representa la proporción o el peso de los trabajadores por cuenta ajena
(asalariados) en el empleo total. Esta proporción se ha incrementado a lo largo de las últimas décadas
en casi todos los países desarrollados debido a los efectos del descenso del empleo agrario. En la
agricultura todavía hoy predomina el empleo no asalariado, pues el trabajo de la familia campesina
constituye la mayor parte del trabajo agrario. En España, casi 2/3 del empleo agrario corresponden a
los titulares de la explotaciones. Se debe recordar que el nivel y la evolución de la tasa de
asalarización están estrechamente relacionados con el peso del sector agrario, a su vez relacionado
con el nivel de desarrollo.
No obstante, todavía a finales de los años 90 la tasa de asalarización de nuestra economía se situaba por
debajo de la media europea.
2.2. Las diferencias salariales.
Existen diversas hipótesis explicativas de la determinación de las rentas del trabajo. El hecho de que en unas
ocupaciones los salarios superen a los pagados en otras, puede obedecer a la relación existente entre las
ofertas de trabajo y las demandas del trabajo. Es decir, cuanto más escasos, en términos relativos, sean los
trabajadores con unas determinadas características, mayor será su remuneración. No obstante, las diferencias
salariales, al margen de las demandas y de las ofertas de trabajo relativas a cada ocupación, pueden estar
originadas por las existentes en cuanto al nivel de organización del sector y en cuanto a la fuerza de los
sindicatos.
· Teoría del capital humano.
De acuerdo con la corriente neoclásica, los salarios reflejan los rendimientos de la inversión en formación
realizada por cada individuo. Cuanto mayor es la inversión en formación (nivel de los estudios realizados),
mayor es el capital humano, lo que supone mayores habilidades, destrezas, conocimientos que permiten
sostener a su vez niveles más altos de productividad que justificaría el pago de salarios superiores.
Sin embargo, en los mercados laborales se pueden observar con frecuencia individuos con niveles de
cualificación similares que perciben remuneraciones muy diferentes. Esto pone en entredicho la capacidad
explicativa de esta teoría.
· Teoría de la capacidad de pago.
Según esta teoría, los salarios superiores los pagan aquellas empresas con mayores beneficios. Por lo general
existe una relación positiva entre la capacidad de pago de las empresas y el grado de concentración de los
mercados. Sin embargo, en España, entre las PYMES y las multinacionales, esta teoría no se cumple.
· Salario de eficiencia.
Según este concepto, la productividad depende del salario, es decir, cuanto más elevados sean los salarios que
paguen las empresas a sus trabajadores, más eficientes serán éstos en el desempeño de su actividad. En la
medida que la calidad y la cantidad de trabajo aumenten, también lo hará la productividad.
3. La distribución personal de la renta.
Hace referencia al reparto de la renta entre los individuos o familias de un territorio.
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3.1. La medición de la desigualdad.
• La variable de medición, que se utiliza de forma habitual, es la renta personal disponible (RPD). Esta
macromagnitud hace referencia a las rentas nacionales; se trata de una magnitud neta y se han de
considerar las transferencias públicas recibidas, así como las netas del exterior, y deducir los
impuestos directos y las cotizaciones sociales.
• La unidad de análisis puede ser el individuo o también el hogar. Para ello, se utiliza una escala de
equivalencia como la que proporciona la OCDE.
Una vez elegida la variable de medición y definida la unidad de análisis, se puede proceder a la cuantificación
del grado de desigualdad de la distribución de la renta a partir de diversos índices.
• El índice de Gini, que varía entre 0 (igualdad) y 1 (máxima desigualdad).
• La curva de Lorenz, que representa las combinaciones entre los porcentajes acumulados de población
y los porcentajes acumulados de renta. Entre la curva de Lorenz y la recta de equidistribución se
encuentra el área de concentración: cuanto mayor sea esta área, mayor será la desigualdad. Es decir,
cuanto más cerca esté la curva de Lorenz de la recta de equidistribución, menos será la desigualdad.
4. La distribución territorial de la renta.
Hace referencia al modo en que la renta se reparte entre las unidades territoriales que forman una región.
En la valoración de la distribución territorial, como en la personal, también está presente el principio de
equidad. Un desarrollo económico que implique crecientes desigualdades regionales constituye un elemento
desvertebrador.
El sector público puede influir, a través de las políticas regionales, en la vertebración del territorio, lo cual
significa dotarlo de una mayor cohesión mejorando su organización y estructuras internas.
· Factores que facilitan la convergencia.
• Si los rendimientos marginales de las inversiones son decrecientes, cuanto más capitalizada esté una
economía menor será el impacto, en términos de crecimiento, de las inversiones adicionales. Por el
contrario, en economías poco dotadas de capital las inversiones tienen un impacto muy superior.
• La mayor capacidad de crecimiento de los países o regiones atrasadas respecto a las áreas más
desarrolladas, radica en que la existencia de significativos desfases entre la tecnología utilizada y la
disponible, es decir, la existencia de una brecha o retraso tecnológico permite crecer más rápidamente.
• Los movimientos migratorios también pueden permitir una mayor igualación de las rentas regionales
per cápita, puesto que los flujos tienen su origen en las regiones más pobres, dirigiéndose hacia las
más ricas.
• La reasignación intersectorial de los factores productivos también explica la existencia de mayores
tasas de crecimiento en las regiones y países atrasados. Este factor se relaciona con la pérdida del
empleo agrario y su escasa productividad. Se registra un desplazamiento del factor trabajo desde el
sector primario al resto del aparato productivo.
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