Cada año se diagnostican 900 nuevos casos de ELA en España Esta patología no afecta nunca a la función intelectual, a los sentidos ni a los músculos oculares y de esfínteres, pero merma la movilidad de los pacientes, presentándose en brotes Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche (Alicante) ha revelado que el trasplante de células madre de médula ósea en la médula espinal del propio paciente es "un tratamiento seguro” IBIZA, 21 de junio (IMAM COMUNICACIÓN) En España cada año se diagnostican 900 nuevos casos de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), lo que se traduce en entre 2 y 3 por día, y en más de 4.000 personas afectadas por esta patología. Hoy, 21 de junio, se celebra el Día Mundial contra la ELA, una jornada que pretende el reconocimiento, el apoyo y la concienciación de una enfermedad grave poco conocida, y al que se adhiere la Policlínica Nuestra Señora del Rosario. Según las estadísticas que maneja la Fundación Española para el Fomento de la Investigación de la Esclerosis Lateral Amiotrófica, “la ELA afecta sobre todo a adultos de entre 40 y 70 años, aunque hay muchos casos entre personas más jóvenes, y se estima que la incidencia de esta enfermedad en la población española es de 1 por cada 50.000 habitantes y la prevalencia es de 1/10.000, lo que significa que cerca de 40.000 españoles desarrollarán la ELA durante su vida”, explica el doctor Alberto Castro, jefe del Servicio de Neurocirugía del Grupo Policlínica. La ELA es una enfermedad degenerativa que “afecta a las células nerviosas provocando debilidad progresiva del músculo y, finalmente, parálisis”, expone el doctor Castro. De momento su origen sigue siendo desconocido, a pesar de los esfuerzos de la comunidad científica para vislumbrar más datos sobre esta enfermedad, señala el neurocirujano. Además, el especialista agrega que “esta patología recibe diversos nombres, como la Enfermedad de Lou Gehrig en Estados Unidos, Enfermedad de Jean Martin Charcot en Francia o, genéricamente, EMN (Enfermedad de las motoneuronas)”. En el ámbito popular es conocida especialmente por ser la enfermedad que padece el físico Stephen Hawking. En la actualidad, resume el doctor Alberto Castro, “el tipo más común de ELA es el de carácter esporádico, ya que representa alrededor del 90 por ciento”. Un dato significativo para el especialista porque “esta enfermedad se produce de forma aleatoria y esporádica, sin que esté presente ningún factor de riesgo asociado, puesto que sólo entre el 5 y 10 por ciento de los afectados tienen antecedentes familiares de dicha enfermedad”. El jefe del Servicio de Neurocirugía del Grupo Policlínica apunta que las motoneuronas son las células nerviosas que se ven afectadas por esta patología. Estas llegan a los músculos desde el cerebro y la médula espinal, y hacen que se contraigan de forma voluntaria. Cuando dichas motoneuronas se degeneran y dejan de enviar mensajes a los músculos, se pierde la capacidad para iniciar y controlar el movimiento voluntario. De esta forma, los músculos, que no pueden funcionar sin este control, se contraen sin orden y se debilitan y atrofian de forma gradual. Es decir, señala el neurocirujano, “comienzan a caérseles los objetos, a tropezar, a sentir una fatiga inusual en brazos o piernas, a mostrar dificultad para hablar y a sufrir 1 calambres musculares y tics nerviosos”, indicadores de esta enfermedad, subraya. Por otra parte, el neurocirujano señala que “esta patología no afecta nunca a la función intelectual, a los sentidos ni a los músculos oculares y de esfínteres”, concluye. EL FUTURO EN LAS CÉLULAS MADRE Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche (Alicante) ha revelado que el trasplante de células madre de médula ósea en la médula espinal de enfermos de esclerosis lateral amiotrófica (ELA), es "un tratamiento seguro. La investigación, realizada en colaboración con especialistas del Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca de Murcia y publicada en la revista científica 'Stem Cells', ha demostrado que dicho tratamiento "no empeora la evolución de la enfermedad y no produce efectos secundarios importantes para el enfermo". Al respecto, el estudio señala que las células de médula ósea del propio paciente, cuando se trasplantan a la medula espinal, "envuelven a las neuronas motoras y las hacen más resistentes a la degeneración, lo que evita que se produzcan depósitos de sustancias tóxicas en su interior y, por lo tanto, la muerte de la célula". Además, los datos anatomopatológicos obtenidos de tres pacientes han demostrado que las células trasplantadas son detectables en la médula espinal hasta casi dos años después del trasplante, donde se disponen alrededor de las motoneuronas. Los investigadores trabajan ya en la segunda fase de este estudio en el que se tratará a 63 pacientes. Dr. Alberto Castro jefe del Servicio de Neurocirugía del Grupo Policlínica 2