Hacia la construcción de ciudades digitales (Editorial de la revista Política Digital, edición abril-mayo del 2009) Cuando preparábamos esta edición, surgió la pregunta sobre cómo definir el término de ciudad digital. No contesté entonces ni quiero contestar ahora porque sospecho que con las Ciudades Digitales pasará lo que desde hace unos cuantos años ocurre con la muy llevada y traída transparencia gubernamental. ¿Una moda glamorosa? Sí, una glamorosa moda, pero buena y necesaria para el país. No hay político ni gobernante que no presuma la transparencia de la organización que preside. Nuestra clase política entendió que debía estar allí, porque ser transparente era taquillero. Sin embargo, el pregón de la transparencia que difundía la autoridad política nunca se acompañó con una práctica que le fue y sigue siendo esquiva. La transparencia, en muchos casos –demasiados, diría yo– se practica a regañadientes. Muchas autoridades se resisten a ella y ponen trabas para que la ciudadanía acceda a la información gubernamental a la que tiene derecho. Sin embargo, con todo y estos bemoles, la transparencia gubernamental es cada vez más profunda y camina en la dirección que nuestra democracia necesita. Estoy seguro que con las ciudades digitales pasará algo parecido. Muy pronto, si no es que ya, los alcaldes incluirán este tema en lugares privilegiados de sus campañas y agendas políticas. El asunto se transformará en moda, en glamour político, y en el centro de muchos discursos. ¡Qué bueno que así sea! Si la construcción de ciudades digitales se vuelve una moda y está en boca de alcaldes, gobernantes y demás, eso significaría que en nuestro país se ha desatado un boom de conectividad de banda ancha. ¿Que se tratará de un proceso desordenado y costoso para el erario público? ¿Qué nuestros gobernantes fingirán ostentación de que las ciudades que gobiernan son inteligentes? ¿Que harán de las ciudades digitales motivo para la demagogia, la simulación y el populismo? Posiblemente así será, pero fue así como se construyó la transparencia que hoy tenemos en el país. Bienvenidos sean entonces el desorden, la demagogia y la simulación en la construcción de ciudades digitales, siempre y cuando traigan consigo más banda ancha, y más aplicaciones que conduzcan a mejorar la calidad de vida de la gente. Quizá llegue a convertirse en un proceso caro y plagado de mentiras, sí, pero también fortalecerá la calidad de la gestión pública, la equidad entre los mexicanos, y la competitividad de las regiones del país. Aclaro que no estoy promoviendo el desorden. Muy por el contrario, me asiste la convicción de que junto con este esperado boom de la banda ancha aparezcan iniciativas que exhiban públicamente la calidad de estas ciudades digitales, a efecto de acotar el desorden, exhibir a los demagogos y a los simuladores, e incentivar a nuestros gobernantes para que hagan las cosas bien, porque desde acá estaremos observando –con lupa– lo que estén haciendo. Y eso es, precisamente, lo que realizaremos en nuestro Taller Nacional “Modelos de Conectividad de Banda Ancha: Hacia la construcción de Ciudades Digitales”, que realizaremos el próximo martes 26 de mayo en la Ciudad de México: vamos a construir herramientas y una metodología para medir la calidad de las ciudades digitales que empiezan a florecer como hongos por todo el país. Para mayor información y para apartar tu lugar en este Taller, visita http://conectividad2009.politicadigital.com.mx/ ¡Hasta entonces!