KARL FRIEDRICH SCHINKEL El nombre de Karl Friedrich Schinkel (1781-1841) está estrechamente ligado a la arquitectura de Berlín del mismo modo que el de von Klenze lo está a la de Munich. Como director del Departamento de Obras Públicas y arquitecto del Estado Schinkel fue el principal artífice de la imagen arquitectónica de la nueva Germania en el período de tiempo comprendido entre la caída de Napoleón y l871 año de la fundación del Imperio. Pero la figura de Schinkel es quizá más compleja, pues se inició como pintor y escenógrafo dentro de una tendencia romántica y espectacular Como arquitecto pueden apreciarse en él dos estilos muy diferenciados: uno, de clara estirpe neoclásica, aplicado primordialmente a sus obras públicas; otro, de carácter mucho más ecléctico y creativo, relacionado a la vez con el eclecticismo germánico del siglo XIX y con el pintoresquismo inglés. Este último estilo lo utilizó preferentemente con posterioridad, pero, al igual que tantos otros arquitectos de la época, hizo un uso libre de una u otra manera según la naturaleza del encargo. Años de formación La formación de Schinkel debió mucho a la influencia de su maestro David Gilly (1748- 1808) y, sobre todo, a la del hijo de éste, Friedrich (177l-l800), con quien mantuvo una fructífera relación. El viejo Gilly formó parte, con K G. Langhans (1733-1808), autor de proyectos tan representativos como la puerta de Brandemburgo de Berlín (1789-l793) o el teatro de Postdam (1795), de la primera generación de arquitectos neoclásicos alemanes, pronto superada por la generación de Friedrich Gilly y de Schinkel. Gilly el joven era sólo diez años mayor que Schinkel, pero su influencia fue decisiva en la formación de éste. La obra de Gilly puede parangonarse por su grandiosidad y magnificencia con la de los arquitectos revolucionarios franceses Boullée y Ledoux. Gilly estuvo en París en l797, y aunque nunca visitó Italia, hay que suponer que conocía las antigüedades romanas, como tantos otros artistas centroeuropeos, a través de los dibujos de Piranesi. El atrevimiento en la utilización de elementos clásicos como base de sorprendentes estructuras abstractas recuerda los procedimientos de Ledoux en sus primeras Barrieres, pero lo más sorprendente es que algunos de estos proyectos fueron realizados antes de visitar París; por ejemplo, el del monumento a Federico el Grande, realizado antes de su viaje, representa un vasto recinto coronado por un templo de columnas dóricas, aunque lo más elaborado es el arco triunfal de acceso, inscrito en una forma cúbica y atravesado por dos bóvedas dispuestas en ángulo recto sobre columnas dóricas, siguiendo un proceso de evolución paralelo al de los arquitectos franceses. A su regreso de París, Gilly proyectó un Teatro Nacional para Berlín, cuya libertad compositiva recuerda la obra del mismísimo Soane. El estilo de Gilly quien murió prematuramente a los veintiocho años de edad, fue una fuente de inspiración para Schinkel, según él mismo reconoció en sus escritos. Schinkel realizó un importante viaje a Italia en 1803, del que se tiene noticia por sus cartas, citadas por A. Grisebach, y de las cuales se desprende que su espíritu inquieto se sentía tan atraído por las ruinas romanas como por las de la Edad Media, quizá más por estas últimas, ya que el mundo griego y romano formaban parte de la formación de todos los arquitectos de su época, mientras que en general existía un gran desconocimiento sobre el Medievo. Esta actitud estaba de acuerdo con el espíritu romántico del sturm und Drang, movimiento irracionalista y melancólico, para el que el arte antiguo reivindicado por su "trágica inmovilidad"- era compatible con el entusiasmo por el arte gótico, ensalzado por su grandiosidad y su misterio, y ejemplarizado por el apasionado descubrimiento que hizo Goethe de la catedral de Estrasburgo. Algunos de los dibujos conservados del viaje de Schinkel a Italia, particularmente los de la catedral de Milán, concebidos desde un punto de vista indiscutiblemente romántico, demuestran hasta qué punto el joven arquitecto estaba próximo a esta ideología. A su vuelta de Italia, y tras una estancia en París, la depresión económica que sufría el Estado prusiano dificultó a Schinkel su entrega al ejercicio de la arquitectura, por lo que se dedicó con éxito a la escenografía y la pintura. Un conocido dibujo suyo, fechado en l8l1, Atardecer, ilustra el pensamiento estético del artista en ese momento; utilizando un violento contraste lumínico, reproduce un edificio gótico situado en un claro del bosque, composición que ofrece muchas afinidades con los paisajes imaginarios del gran pintor romántico alemán Caspar David Friedrich l 1 774- 1 840), contemporáneo de Schinkel, aunque, en su composición, sigue esquemas simétricos o relacionados con el clasicismo.Pero Schinkel fue abandonando poco a poco la pintura de paisaje para especializarse en un género que se adaptaba plenamente a los gustos y modas de la época, la confección de "panoramas", pequeñas versiones escenificadas de los paisajes románticos, en las que se mostraban monumentos o paisajes exóticos en un elaborado juego lumínico. Schinkel cultivó este género entre 1800 y 1815, tratando específicamente temas italianos, como la catedral de Milán, las grutas de Sorrento, diversas vistas de Palermo o la plaza de San Marcos de Venecia. El período neoclásico A partir de 1816, Schinkel abandonó progresivamente la pintura y la escenografía al recibir sus primeros encargos como arquitecto. Su estilo inicial se relacionaba mantuvieron las vastas dimensiones y el rigor geométrico del edificio. En la misma línea se sitúa una obra algo posterior, la Schauspielhaus de Berlín, una sala de conciertos dominada por el estilo jónico y en la que destaca, por su racionalismo, la disposición de los ventanales, largos y estrechos, y separados por parteluces sin ornamentación alguna. Pero, sin duda, el edificio que culminó el estilo neoclásico de Schinkel es el Altes Museum l823-1828, una de las grandes composiciones museísticas del siglo XIX. Su disposición interior la domina una gran cúpula central artesonada que nos remite a los procedimientos de Durand: marco idóneo para la exposición de esculturas, esta cúpula no se aprecia desde el exterior, ya que el deseo de ofrecer formas puras llevó a Schinkel a integrarla en una forma cúbica que sobresale ligeramente de la fachada principal. La gran novedad, sin embargo, es el exterior del edificio, que contribuyó a crear una nueva tipología para la arquitectura de museos. Schinkel abandonó el templo períptero griego para presentar una fachada de columnas seguidas en forma de estola, de la que simplemente sobresale el volumen cúbico que encubre la cúpula. Éste fue el esquema compositivo en el que se inspiraría Smirke veinte años más tarde para realizar el Museo Británico de Londres, aunque el edificio de Schinkel llega mucho más lejos en su estricto rigorismo. Sin embargo, algunos elementos del museo, sobre todo la magnífica escalera de acceso que divide magistralmente un espacio integrado por unas monumentales columnas jónicas, parece que anuncian ya el giro que adoptó la arquitectura de Schinkel a partir de la década de 1830. Este "gran estilo" de Schinkel, que era ya el arquitecto con más renombre de Prusia, no tuvo la incidencia urbanística alcanzada por la obra de Von Klenze en Munich. Ello se debió probablemente a que la propia estructura de la ciudad de Berlín, de profunda tradición barroca y rococó, impidió que el Neoclasicismo afectara abiertamente la trama de la ciudad. Schinkel estableció, en cambio, una nueva tipología edilicia, un nuevo sistema de proyectar; gracias a su obra y a la de sus seguidores, entre ellos Gottfried Semper (l803-1879), se desarrolló en Berlín una arquitectura plenamente urbana. Hacia el eclecticismo En 1826, Schinkel realizó un viaje a Gran Bretaña que habría de tener una doble influencia sobre su trayectoria posterior Por un lado, el contacto con la arquitectura de lo "pintoresco" lo alejó del clasicismo y lo empujó a retomar, desde otro punto de vista, la actitud visual de sus primeros años, cuando ejercía como pintor y diseñador de panoramas. Por otro lado, el conocimiento de los nuevos avances técnicos introducidos en Gran Bretaña, la visita a algunos edificios industriales de ladrillo y el valor que allí se concedía a las artes industriales, hicieron que Schinkel se interesase por nuevas tipologías constructivas y por el diseño de muebles u otros objetos de uso cotidiano. Antes que de "otro estilo", podemos hablar de un creativo eclecticismo, fundado en la total libertad en la elección de modelos, compuestos según las reglas del racionalismo y haciendo uso de todos los avances técnicos que tenía a su alcance. La influencia directa del pintoresquismo británico sobre su estilo clásico se manifestó en dos ambiciosos proyectos realizados entre 1830 y 1840, uno para Otón de Grecia y otro para la emperatriz de Rusia, El primero era un palacio que debía edificarse sobre la Acrópolis de Atenas; el segundo, en Orianda, Crimea. Los modelos seguidos por Schinkel no eran ya los templos griegos, sino las viviendas romanas, mucho más elaboradas y tratadas a partir de una rica policromía en la que se mezclan también influencias procedentes de otras culturas. En esa época elaboró así mismo una nueva tipología de edificios que tuvo enorme fortuna en los años siguientes: una serie de edificaciones para Charlotenhof, en el Parque Real de Postdam. Allí Schinkel reinterpretó el modelo pintoresco del cottage inglés desde una perspectiva clásica e italianizante. Posiblemente el mejor modelo sea la conocida como casa del jardinero, un edificio inspirado remotamente en las villas palladianas, de composición asimétrica; el conjunto está dominado por una alta torre dispuesta lateralmente y se halla integrado por entero al jardín, al igual que sucede con un edificio próximo inspirado en las termas romanas. La libertad compositiva desde la que operó Schinkel en esos años se evidencia, por ejemplo, en un templo levantado en el centro de Berlín, la Werdesche Kirche, para la que realizó cuatro proyectos, dos en estilo gótico y dos en estilo clásico, siempre desde una estricta aplicación de criterios tipológicos. El proyecto escogido fue el gótico, y está realizado en ladrillo visto siguiendo con un racionalismo constructivo que hasta entonces sólo se aplicaba a construcciones industriales. La mejor muestra del alcance del espíritu progresivo de Schinkel se halla en sus edificios más utilitarios, la Escuela de Arquitectura de Berlín, realizada entre 183l y 1835, y el proyecto para unos almacenes, la Kaufhaus. Se trata de sencillas obras de mampostería, en las que, de acuerdo con sus propias palabras, todo era "construcción y función", pero, con objeto de dotarlas de los contenidos básicos de poesía y belleza, recurrió a referencias históricas, aunque no desde un método analítico o racional, sino a partir de la intuición y el sentimiento. En ello reside el verdadero genio de Schinkel: la voluntad de sintetizar contenidos aparentemente antagónicos, razón y pasión, o dicho con otras palabras, lo clásico y lo romántico. Era, en realidad, el gran debate del siglo XIX.