LA ÉPICA (s. VIII-VII a.C.) Por poesía épica se entiende un tipo de poesía narrativa (<<=palabra) que canta las hazañas de unos héroes pertenecientes a un pasado más o menos legendario y cuyo comportamiento glorioso acaba convirtiéndose en modelo de virtudes varoniles (valor, fidelidad, nobleza, entrega). Es poesía cantada por cantores profesionales, en versos largos todos iguales, con acompañamiento musical, ante un público eminentemente popular. Es poesía objetiva, pues el poeta actúa como simple narrador de unos hechos ajenos a él y en los que para nada interviene. En casi todas las culturas la poesía épica tuvo una primera etapa oral, en la que el cantor se limita a repetir, con pequeñas variaciones, una serie de cantos de héroes y personajes míticos que él a su vez ha aprendido de otros cantores, sin que intervenga la escritura. A esta etapa sucede otra en la que el cantor, utilizando la escritura, crea sus propios poemas a partir de una serie de temas y motivos legados por la tradición. Ésta es la etapa a la que pertenece Homero. HOMERO: La literatura griega y, por extensión, toda la literatura occidental, comienza con los dos poemas épicos de Homero, la Ilíada y la Odisea. Son grandes poemas que su autor escribió o dictó en un momento en que los griegos volvieron a conocer la escritura (conocida ya antes en la cultura micénica, en textos escritos en el silabario lineal B, y desaparecida hasta el siglo VIII a. C.), pues no es verosímil que poemas con una estructura como la de la Ilíada se hayan transmitido sin que desde el comienzo mismo interviniera la escritura (ej. Referencias anticipadas…) Utilizando la escritura, pues, Homero condensó en sus poemas todo un bagaje de leyendas, mitos y héroes que los aedos griegos (aedo<= cantor, término derivado del verbo =cantar) habían cantado durante siglos. Ya los antiguos griegos creían en la existencia de otros poetas anteriores a Homero y el propio Aristóteles en su Poética nos dice: “de los predecesores de Homero no conocemos ningún poema, pero es verosímil que hayan debido de existir y en gran número”. Así Homero, que también era un aedo, se sitúa en realidad al final de una larga tradición de poesía épica creadora y cantada por los aedos y en el tránsito a la poesía épica 1reproductora y recitada por los rapsodos (< =zurcir, aludiendo al empalme sucesivo de cantares de gesta); el rapsodo ya no canta, recita y lleva consigo un bastón propio de un caminante, con el cual golpea el suelo para marcar el ritmo de los versos. Según Platón, en su diálogo “Ión”, un rapsodo es un verdadero virtuoso de la recitación, auténtico prodigio de memoria, capaz de explicar además al auditorio los pasajes que recitaba. Naturalmente un rapsodo dependía de un texto aprendido de memoria, lo que supone una fijación por escrito de los poemas que recitaba, aunque introdujese interpolaciones, hiciese cambios o supresiones de acuerdo con su propio gusto o para mejor agradar al público. La cuestión de la Ilíada, pues, que formaba parte del repertorio de los rapsodos y que existe como texto escrito desde la Antigüedad, ha de ser estudiada dentro de esta historia de dos grandes fases de la épica griega: la oral y creadora de los aedos y la escrita y reproductora de los rapsodos. Que Homero tiene detrás toda una tradición de poesía oral se puede confirmar por varios hechos: El propio Homero nos presenta a los aedos que cantan sus poemas acompañándose de un instrumento musical de tres o cuatro cuerdas, la forminge. El conocimiento de la guerra de Troya (c.1250 a.C.) ), y de la cultura micénica en la que tuvo lugar, sólo pudieron llegarle por tradición oral pues pertenecen a un pasado ya lejano para él. Además, el conocimiento que tenemos del mundo micénico, gracias a la arqueología y al desciframiento del lineal b, nos permite confirmar las coincidencias entre la organización política y social que reflejan los poemas y la del mundo micénico, así como en el nombre de ciertos dioses y héroes y en algunas otras palabras que ya aparecen en las tablillas micénicas. Esos mismos hechos debían ser conocidos por su público pues introduce los personajes sin necesidad de presentarlos previamente. La propia lengua homérica, artificial y llena de arcaísmos, constituida básicamente a partir del jonio, pero con elementos de otros dialectos, como el eolio o el arcado-chipriota, con formas que en su época ya se habían perdido. El uso de un lenguaje formulario –conjunto de frases hechas y expresiones fijas que se repiten continuamente y en lugares fijos-, propio de toda poesía oral y fruto de una larga tradición en la que los poetas orales, combinando estos elementos fijos, eran capaces de componer largos poemas de miles de versos y recordarlos fácilmente. Uso de ciertos recursos estilísticos: comparaciones, catálogos, invocaciones a las Musas, digresiones (relatos que se alejan de la acción principal), escenas típicas que se repiten siempre en los mismos contextos y sin apenas variación. Todos estos rasgos se encuentran en poemas épicos de otras culturas (el Ramayana y el Mahabharata de la India, el Poema de Gilgamesh de los sumerios, los Nibelungos de la cultura germánica o el propio Poema del Cid castellano), porque la épica griega deriva de la que debieron tener los indoeuropeos, y, además, por los posibles influjos recibidos de las culturas mesopotámicas. Pero Homero también añadió rasgos propios a su obra: Creó unos poemas mucho más largos que los cantos de los aedos, organizados alrededor de las peripecias de un héroe principal con las que se entrecruzan las de muchos otros personajes menores. Introdujo más intensidad y dramatismo en la acción. Realizó una selección consciente del material llegado oralmente, eliminando lo que le parecía escandaloso. Humanizó a sus héroes, que tienen gran fuerza pero no monstruosa ni poderes sobrenaturales, y los dotó de virtudes como la amistad, el patriotismo, la fidelidad, etc. Tras largas discusiones sobre si Homero existió o no, o si los dos poemas tenían una organización unitaria o no–cuestión homérica-, hoy se piensa que los dos poemas, la Ilíada y la Odisea, fueron obra del mismo poeta, Homero, posiblemente nacido en el litoral de Asia Menor o en una isla cercana: en Esmirna o Quíos, por ejemplo, y que vivió hacia el siglo VIII-VII a.C. El mundo de la época de Homero es el de la época arcaica, cuando los griegos redescubren la escritura, exploran y colonizan el Mediterráneo, entablan contactos con los pueblos orientales, crean la cultura de las ciudades que surgen tras la desmembración de los reinos micénicos, ciudades regidas en su fase antigua por la aristocracia. A esta aristocracia, que se consideraba descendiente de los antiguos héroes, es a la que van dirigidos los poemas, que presentan el elogio de aquellos héroes y, al tiempo, modelos de acción y sentimiento para la nueva sociedad que nace. Una sociedad que va a conocer muy en breve el nacimiento de la lírica literaria, de la estatuaria, de la nueva cerámica, etc. Fueron sobre todo los rapsodos los que extendieron el conocimiento de Homero por medio de sus actuaciones que, según Platón, constituían el pasatiempo favorito de los viejos en Atenas. Además desde el s. VI a.C. los poemas homéricos fueron el libro escolar de niños y jóvenes pues, al enaltecer las hazañas del pasado, convertía a los héroes que las llevaban a cabo en un ideal digno de imitación; lo mismo que al mostrar las tristes consecuencias de sus errores incitaba a reflexionar sobre las pautas del comportamiento humano. Muchas personas podían recitarlos de memoria (Alejandro Magno, por ejemplo, que se consideraba émulo y sucesor de Aquiles). Con razón afirma Platón que Homero ha sido el educador de Grecia. LA ILÍADA Consta de 24 cantos (división hecha por los filólogos alejandrinos) y alrededor de 15.000 versos, todos ellos hexámetros dactílicos, es decir, versos con 6 pies que siguen la siguiente estructura: _ _ _ _ _ ///// Narra la cólera de Aquiles y los combates en torno a Troya durante solamente cuatro días, dentro de una guerra que durará diez años. La Ilíada nos narra un drama humano, el de Aquiles. El más valeroso de los aqueos es humillado por el poderoso Agamenón, jefe de los griegos aliados (aqueos) contra Troya. Aquiles le insulta en la Asamblea, pero renuncia a matarle y, en cambio, se retira a su campamento, con los Mirmidones, sus guerreros. Su madre Tetis, diosa marina, logra de Zeus la promesa de que los aqueos van a ser puestos en peligro de derrota por los troyanos, en forma tal que requerirán la ayuda de Aquiles y habrán de devolverle su honor. Así sucede, pero Aquiles se niega todavía a regresar, pese a las promesas de la embajada que se le envía. Accede, tan sólo, a que su amigo Patroclo vaya, con su propia armadura, a defender a los aqueos. Pero Patroclo, desoyendo los consejos de Aquiles, no se va a limitar a defender, sino que, borracho de victoria, intenta atacar a la propia Troya. Y es entonces cuando es muerto por Héctor, que se queda con la armadura de Aquiles. Éste llora a su amigo, jura vengarle y, con una nueva armadura –cuya maravillosa descripción encontramos en este poema-, fabricada por el dios herrero Hefesto, a petición de Tetis, vuelve a la lucha y mata a Héctor. Lo hace pese a saber que con ello sella su destino. Y, tras la victoria, viene la escena humana de la devolución a Príamo del cadáver de Héctor. La Ilíada, por tanto, no es la narración de la guerra de Troya. Tanto es así que poemas épicos posteriores narrarán su comienzo y su final. Su comienzo es narrado en Los Cantos Chipriotas, que cuentan cómo Zeus, ante el problema que supone el exceso de población, le procura alivio con una gran guerra; seguidamente se relata la prehistoria de los padres de Aquiles, el juicio de Paris, el rapto de Helena, el comienzo de la expedición y las historias relativas al período bélico que precede a La Ilíada. Otro poema épico, La Etiópida, narra las últimas hazañas de Aquiles, su triunfo sobre la amazona Pentesilea y el jefe de los etíopes Memnón, su muerte a manos de Paris y de Apolo y sus funerales, así como la disputa por sus armas entre Ayax y Ulises. El final de la guerra con la toma de la ciudad, así como el suceso de Laocoonte, la muerte de Príamo y el encuentro de Helena y Menelao, es narrado en La Destrucción de Troya. También estaban Los Nostoi o regresos, que narraban el regreso a la patria de los principales caudillos griegos, sobre todo el de Agamenón. Todos ellos son poemas posteriores a La Ilíada, del s. VII a.C.. Pero sus temas eran conocidos por Homero, pues hace alusiones a ellos. En la Ilíada quedo reflejado todo un código de valores heroicos: el objetivo vital era la consecución de la areté (la excelencia en todos los terrenos, que implicaba la superioridad sobre los demás: “ser siempre el mejor y estar por encima de los demás”, según palabras del propio Néstor”), y se concedía la máxima importancia a la doxa (la opinión social). Se trata de una ética de carácter esencialmente aristocrático que se demuestra en el combate- prefiriendo la muerte a la deshonra de la derrota- y en las competiciones deportivas. La cultura material de la Ilíada es la del Bronce del Egeo de los siglos XIII-XII a.C., inmediatamente anterior a la invasión de los dorios, que aún no aparecen en el poema. Pero el mundo micénico, con su rudeza y vigor heroico, aparece reflejado en el poema como un eco lejano de los sucesos colonizadores de Asia Menor por los griegos del continente (s.IX-VIII a.C.). LA ODISEA Narra, en alrededor de 12.000 versos y en hexámetros dactílicos, las aventuras de Odiseo o Ulises, rey de Ítaca, a su regreso de Troya. Hacía ya 7 años que Ulises estaba retenido por la ninfa Calipso, cuando los dioses deciden que parta. Mientras, en Ítaca, Penélope, su mujer, trata de deshacerse de los pretendientes que, aprovechándose del patrimonio real, esperan a que se decida a casarse con uno de ellos. Telémaco, el hijo de Ulises y Penélope, animado por Atenea, emprende un viaje a Pilos y a Esparta, en busca de noticias sobre su padre. Ulises, mientras, deja la isla de Calipso y llega al país de los feacios. Allí en la corte del rey Alcínoo y de su hija Nausícaa, cuenta sus aventuras desde que salió de Troya: el episodio de Polifemo, los lestrigones, la maga Circe, su viaje hasta los Infiernos, las sirenas y su llegada a la isla de Calipso. Los feacios lo acercan a Ítaca, donde con su hijo Telémaco organiza un plan para acabar con los pretendientes de Penélope. Cuando ésta manifiesta que se casará con quien mejor maneje el arco de Ulises, sólo éste, disfrazado de mendigo, será capaz de tensarlo. Al final se deshace de los pretendientes y restablece su poder en Ítaca. Si la Ilíada es una epopeya de resonantes y feroces combates, una típica composición épica arcaica de batallas y muertes en torno a una ciudad asediada, la Odisea tiene ya un tono novelesco, con sus aventuras, sus variados escenarios y su final feliz. No es ya la guerra heroica, sino las aventuras y los prodigios vividos en un mar misterioso, lo que da un nuevo atractivo y colorido a las andanzas del astuto Ulises. Recordemos que en esa época los griegos colonizaban con sus navíos el Mediterráneo con ánimos de exploración y afán comercial. Odiseo es un tipo de héroe más moderno que Aquiles, y representa, seguramente el espíritu de una nueva época: va superando las dificultades con astucia, paciencia y entereza, demostrando además una enorme confianza en sus posibilidades. A Homero se le atribuyen, además de la Ilíada y la Odisea, unos himnos dedicados a diversas divinidades, llamados “Himnos homéricos”; un poema épico-burlesco, que trata de un combate entre ranas y ratones, “La Batracomiomaquia”, y un poema cómico “el Margites”(=loco)-hoy perdido- en el que se nos contaba la historia del bobo que todo lo hace al revés e, incluso, debe ser inducido por su joven esposa con grandes esfuerzos a hacer uso de sus derechos conyugales, constituyendo la antítesis de los héroes épicos. CARACTERÍSTICAS DEL HÉROE HOMÉRICO La sociedad homérica refleja el estilo aristocrático de vida, basada en el ethos de un grupo de guerreros. Este estilo aristocrático nunca desapareció del todo de la sociedad griega, ni de su moralidad que siempre puso mucho énfasis en la competición y en el hecho de sobresalir. Características: - Los héroes representan a la nobleza arcarica (competición y sobresalir) - Enorme fuerza, valor y destreza que no posee un hombre cualquiera ἀρετή (areté) - Búsqueda de gloria κλέος (kléos) y fama δόξα (doxa), como reconocimiento de su valor. - Sentido del honor τιμή (timée) - Materialización del honor era la géras (γέρας) o porción del botín que los caudillos se asignaban antes del reparto general, según la categoría. - Sentimientos de amistad (Patroclo), amor conyugal (Héctor y Andrómaca), familia, adhesión a su tribu (Aquiles y los mirmidones)… - Camadería en el banquete: el noble afianzaba su poder estableciendo relaciones en actos festivos, en los que cantaban poemas épicos, como los de Homero. - Sujetos a lazos de obligación mútua o deberes de hospitalidad (Glauco y Diomedes) ARGUMENTO DE LA ILÍADA (Cantos I, VI, XVI, XXII) CANTO I Comienza con el conflicto entre Agamenón y Aquiles, situando el motivo central ( ). Agamenón provoca la ira de Apolo por negarse a devolver a Criseida a su padre Crises, sacerdote de Apolo, que con sus flechas diezman el campamento. La cólera de Aquiles, el de los pies ligeros, es provocada porque Agamenón le despoja de su prisionera Briseida para quedársela él, tras devolver a Criseida por consejo del adivino Calcante. Aquiles le pide a su madre Tetis que consiga de Zeus la derrota de los griegos (aqueos) a manos de los troyanos (dánaos). CANTO VI Los dioses abandonan el apoyo a ambos bandos, aqueos y troyanos. Hay escenas de guerra en las que se desarrollan los éxitos de tres héroes: Ayax, Diomedes y Euríalo, y siete griegos matan a siete troyanos, demostrando la superioridad griega. Héctor se retira del combate para dar instrucciones en Troya, dando paso a la intensa escena de Héctor y Andrómaca 8394-502). Mientras hay un encuentro famoso entre Diomedes y Glauco, que cuenta la historia de Belerofonte y un lejano recuerdo de la escritura. Héctor, al llegar a Troya se encuentra con una mujeres, con su madre Hécuba, con su cuñada Helena, causa de la penosa guerra, y, por último, con Andrómaca. Se nos ofrece el contraste ente Héctor, héroe que va a sacrificar su vida por Troya, y Paris, culpable y egoísta, comparándolo a “un caballo galopando por la llanura”. CANTO XVI Este canto, llamado “Patroclia”, es decir, la entrada de Patroclo en la escena del campo de batalla, iniciado en el canto XI junto a las naves. Patroclo va a la tienda de Aquiles para convencerle de luchar, consejo y deseo de Néstor. Sólo consigue que Aquiles dé permiso a sus mirmidones de entrar en combate. Patroclo con las armas de Aquiles, consigue hacer retroceder a los troyanos, matando a Sarpedón, hijo de Apolo. Héctor, ayudado por Apolo, mata a Patroclo, punto culminante del argumento de la Ilíada. CANTO XXII: MUERTE DE HÉCTOR En el canto anterio Apolo, protector de los troyanos, engaña a Aquiles para que lo persiga, provocando que los troyanos se refugien tras las murallas de Troya. Comienza el canto, después de la huída de los troyanos, “despavoridos como cervatos”. A modo de planos cinematográficos aparece Héctor ante las puertas de la ciudad reflexionando sobre el combate o el trato con Aquiles. Otro plano, Apolo preguntando a Aquiles por qué lo persigue. Héctor, domador de caballos huye. Aquiles lo persigue alrededor de las murallas durante tres vueltas. Zeus, apiadándose de Héctor, usa la balanza de oro en donde pesa más la muerte de Héctor. Atenea, que protege a Aquiles, se hace pasar por Deífobo, hermano de Héctor, y le aconseja dejar la huída y plantar cara. Aquiles atraviesa con la lanza la garganta de Héctor, que tenía las armas de Patroclo cuando lo había matado. Una vez muerto Héctor fue arrastrado vergonzosamente y expuesto a los perros. La mujer de Héctor se lamenta por ella y por su hijo Astianacte. LA LÍRICA (s. VII-VI-V a.C.) Cuando la épica decae surge con fuerza la lírica, en los siglos VII y VI a.C. Se trata de la época arcaica, una época de grandes transformaciones: .Crisis de crecimiento de la polis, agrupación urbana autónoma y autárquica .La economía se basa en la agricultura y en la ganadería, pero también en la industria y en el comercio como nuevas fuentes de riqueza. .Introducción de la moneda, que los griegos “aprendieron” de los lidios .Aumento demográfico. .Las colonizaciones hacia el Mediterráneo (Magna Grecia, Iberia…) y hacia las costas del Mar Negro. .Las nuevas fuentes de riqueza crean inestabilidad sociopolítica: la burguesía reclama cambios sociales ante la nobleza aristocrática .Aparecen las primeras leyes escritas para acabar con la arbitrariedad aristocrática (Dracón, Solón, Licurgo…) .Aparece la figura del tirano que gobierna para el pueblo pero sin el pueblo, y que servirá de paso para el acceso a la democracia (Pisístrato) .Aparece la primera estatuaria. .Aparecen los primeros templos dóricos y la nueva cerámica. .Auge de las religiones mistéricas. .Comienzos de la especulación filosófica. Este mundo en constante transformación, creador de nuevas formas, va a crear también la lírica literaria, cuyo florecimiento durará un siglo y medio (c. 650-500 a.C.). Se trata de una poesía rica y variada que se caracteriza por no ser anónima y por expresar sentimientos individuales. El poeta griego comienza a expresarse en primera persona y a hablar sobre el presente, analizándolo para influir en su destinatario. El legado de la lírica griega antigua es breve en extensión, si lo comparamos con la épica, y además nos llegó en estado bastante fragmentario, pero aporta gran información. Así sabemos que se acompañaba normalmente por un instrumento musical-lira, cítara, doble flauta…- y que podía ser: - - lírica monódica: poesía cantada por un solista. Atendiendo al contenido, tipo de verso y dialecto que utiliza, distinguimos la elegía (< :canto de duelo), de temática diversa (marcial, erótica, política, simposíaca, conmemorativa…) y en la que destacan los poetas Calino, Tirteo, Mimnermo, Solón y Teognis; y el yambo, de contenido burlesco y satírico, propicia la expresión de sentimientos más violentos y agresivos en un tono más coloquial y cercano, y en el que destacan Arquíloco, Semónides y Hiponacte. lírica coral: poesía cantada por un grupo o coro, interpreta himnos, normalmente a dioses, así como odas o cantos dedicados a los atletas vencedores en las competiciones olímpicas, y cantos de guerra. En ella destacan Píndaro, Alcmán, Íbico y Baquílides. Pero la que más se acomoda a lo que hoy entendemos por lírica es la que los antiguos llamaron poesía mélica, que utiliza distintos tipos de versos en dialecto, casi siempre, eolio y que se acompaña generalmente de la lira. Este tipo de poesía canta sobre todo al amor, al vino y a las mujeres, y en él destacan Safo, Alceo y Anacreonte. ARQUÍLOCO : El principal representante de la poesía yámbica fue Arquíloco. Natural de la isla de Paros, vivió hacia el año 650 a.C. Además de poeta, fue mercenario y parece que tuvo un serio conflicto con un noble local, llamado Licambes, por negarse éste a cederle la mano de su hija Neóbula. Murió en lucha con los habitantes de Naxos. Son muchos los temas de su poesía: La guerra (cf. poemas 2, 6, 13, 38, 56 y 57). Somete a discusión el modelo heroico del hombre y los valores del poder y la riqueza Como soldado mercenario, obligado a combatir para ganarse el sustento, nos transmite una imagen realista del combate, lejos de cualquier tipo de exaltación patriótica. Reconoce haber arrojado el escudo para huir y salvar así su vida, atribuye a la pobreza la razón para luchar y cree que son los dioses los que dan la victoria. El odio (cf poemas 28, 35, 47, 52, 59, 62, 66, 76 y 78). Que expresó tanto contra amigos como contra enemigos. Especialmente duro y satírico se mostró contra Licambes y su hija Neóbula, que, según la tradición, acabaron suicidándose. El vino y el amor (cf. poemas 5, 10, 23, 24, 25, 26, 68, 74, 75, 82 y 83). Eran temas tradicionales de la lírica griega, aunque en Arquíloco poseen el sello de la experiencia directa y personal. En el amor se alternan las expresiones más tiernas dirigidas a Neóbula, junto con expresiones crueles cuando se vio defraudado por el padre de ella. Además es también el primer poeta que utiliza la sexualidad como tema de modo consciente y deliberado. Los dioses (cf. poemas 7, 8, 53, 54, 65, 71, 72, 77, 79). Mantiene su creencia en un cierto poder divino que reparte éxitos y desventuras entre los hombres, ante lo que sólo cabe la resignación. Se considera servidor de Ares y Apolo y compuso himnos a Dioniso y Deméter. Es el primer poeta griego que va a expresar de modo claro sus pensamientos y emociones, sin ocultar ni exagerar nada. A pesar de su deuda con el pasado (Homero y Hesíodo), fue un poeta bastante original y modelo para la poesía posterior. SAFO: Considerada la décima musa por Platón, Safo nació en Lesbos a finales del siglo VII a.C., en el seno de una familia aristocrática, y tuvo tres hermanos. Todavía joven marchó al exilio a Sicilia, parece que por disturbios políticos en Lesbos. Regresó poco después para pasar el resto de su vida en Mitilene. Se casó y tuvo una hija, llamada Cleide como la madre de Safo. Según un relato famoso, tal vez originario de una comedia griega, se suicidó tirándose de un acantilado de la isla de Léucade a causa de un desengaño amoroso. Se desconoce la fecha de su muerte. La poesía de Safo, casi enteramente monódica, está escrita en dialecto lesbio. Su temática parece reducirse a su mundo personal de familia y amistades femeninas. Safo era, en apariencia, la principal personalidad dentro del círculo de mujeres y muchachas que deben haber constituido su audiencia. Que ella fuera en cierto aspecto formal su maestra o mentora permanece sin aclarar, pero parece poco probable que estuvieran unidas en un culto común a Afrodita y las Musas, como se ha sugerido. Escribía con gran sencillez, pero apasionada intensidad, acerca de su amor, y ocasionalmente de su odio, por las personas. Creó una lírica subjetiva personal nunca igualada en el mundo antiguo por su inmediatez e intensidad. De sus poemas destacamos tres: en primer lugar, el himno a Afrodita (cf. poema 1) -único de sus poemas que está con seguridad completo-, en el que invoca a la diosa en un estilo con reminiscencias de canto cultual y pide ser librada de un amor no correspondido por una muchacha; en segundo lugar, un poema (cf. poema 4) que empieza diciendo Me parece igual a los dioses, y que es una declaración de amor por una muchacha, de quien la mera visión conmueve a Safo intensamente, mientras un joven sentado a su lado le parece semejante a un dios en su indiferencia (Catulo tradujo al latín este poema); y en tercer lugar un poema (cf. poema 5) que empieza Dicen que un tropel de jinetes, en el que arroja por la ventana todos los mitos masculinos de la guerra, poniendo por encima de huestes de jinetes, infantes o flotas aquello de lo que uno se ha enamorado. Además dedicó algunos poemas a su hija Cleide (cf. poemas 30, 31 y 32), así como a su hermano (cf. poema 3) y a las muchachas de su círculo (cf. poemas 6 y 7). Escribió también epitalamios –cantos de boda-, en un tono más formal y menos personal. Lo que no encontramos en Safo es prácticamente nada sobre política, a diferencia de lo que puede hallarse en su paisano y contemporáneo Alceo y en otros poetas líricos arcaicos. Pero esta ausencia no resulta muy sorprendente, ya que la política era estrictamente cosa de hombres. En cambio el tema del amor ha sido tratado en su totalidad, todos los tópicos han sido recogidos: la plegaria, la espera amorosa, la presencia, la lejanía, el regreso, la infidelidad y los celos con un lenguaje sentido y sensual, de una belleza incomparable. Pese a que no hay referencias explícitas a relaciones físicas en los fragmentos que nos han llegado, el poeta Anacreonte, una generación posterior, parece apuntar maliciosamente que el nombre de la isla connota homosexualidad femenina. ALCEO: Nacio en Mitilene alrededor del año 630 a.C. Contemporáneo de Safo a quien conoció (alude a ella llamándola “santa Safo”), pertenecía también a la aristocracia lesbia. Su vivir es el de un noble que fracasó en intentos políticos de hacerse con el poder, que conoció al menos por dos veces la hiel del exilio y que no pareció resignarse a contemplar desde la barrera cómo la aristocracia tradicional iniciaba su declive para ser sustituida por un tipo de gobierno que abría nuevos horizontes para el pueblo. Pese a que su familia se opuso a los tiranos que gobernaron Mitilene entre el 612 y 580 a.C., Alceo peleó, bajo el mando del tirano Pítaco, contra los atenienses por la posesión de Sigeo (c. 606 a.C.), plaza fuerte de estratégica situación en el Helesponto. Atenas se apoderó de Sigeo, y Alceo se describe a sí mismo en el momento de abandonar el escudo en su huida, como ya antes que él hizo el poeta Arquíloco (cf. poema 6 de Arq. y ) Se desconoce la fecha de su muerte. Su poesía se compone principalmente de monodias, muchas de las cuales fueron adaptadas más tarde por el poeta latino Horacio. Gran parte de sus versos se refieren a las circunstancias políticas del momento, en las que se vio íntimamente envuelto (cf. poemas 1 y 2, en los que emplea, quizá por primera vez, la imagen de la nave del estado sacudida por la tormenta, utilizada para describir la lucha política; también 9, 10, 11). Compuso también poemas amorosos, eróticos y de banquete(cf. poemas 8, 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 31 “in vino veritas”, “carpe diem”), himnos a los dioses y héroes (cf. poemas 12, 13, 14, 15, 16, 17), sobre el hombre (cf. poema 29) todos escritos con sencilla franqueza y pocas imágenes. Su lengua es eólica, la lengua vernácula hablada en Lesbos en aquella época, con algunos homerismos. Fragmentos ásperos, fuertes y broncos, con amenazas de tormenta, violencia y muerte, se mezclan junto a otros intimistas y delicados, con loas al vino, la fiesta y la amistad. Se ha dicho que mientras Safo encarna el exponente de lo femenino en la poesía monódica, Alceo lo es de lo masculino por antonomasia y que ambas figuras deben estudiarse en conjunto. Alceo es un poeta excelente desde el punto de vista técnico. Su poesía impresiona, pero no emociona, como la de Safo. EL TEATRO (VI-V-IV a.C.) El tercero de los géneros poéticos creados por los griegos es el teatro. En Grecia todo el teatro está escrito en verso y sus autores reciben precisamente el nombre de “poetas”, como los de la épica y la lírica. La cronología de los tres géneros poéticos de los griegos revela una sucesión de los mismos, aunque siempre hay una coincidencia temporal entre el final de un género y el comienzo del siguiente: en el s. VII a.C. nace la lírica literaria y sigue componiéndose, al mismo tiempo, la épica posthomérica; a finales del s. VI a.C. nace en Atenas el teatro, pero continúa componiéndose lírica hasta mediados del s. V a.C.; el teatro seguirá vivo hasta comienzos del s. III a.C. En época helenística (s. III-II-I a.C.), épica, lírica y teatro cobran nueva vida aunque con formas e intenciones diferentes. El teatro nace en Atenas a finales del s. VI a.C. En el año 534 el poeta Tespis opone al coro un recitador, dando lugar a las primeras formas de teatro. Presenta tres géneros: la tragedia, el drama satírico y la comedia. El teatro, y sobre todo la tragedia, presenta elementos épicos: los temas de la tragedia están tomados casi siempre del mito heroico, bien de Homero, bien de la épica posterior (del “ciclo épico”); y el lenguaje de la tragedia en general está influido por el de Homero. Pero el teatro griego también tiene elementos líricos: continúa la lírica coral con la intervención de un coro; y se representa en certámenes musicales. El teatro es, pues, lírica pero referida a un tema épico y representada miméticamente. No es obra de mera diversión, es un espejo de la vida, que presenta la conducta y el destino de los héroes y de las ciudades y comunidades en los momentos de crisis. Hace ver las consecuencias de la hybris o desmesura de aquel que se enfrenta a las leyes religiosas o pone su interés por delante del de la comunidad o abusa de una manera o de otra. Siempre fracasa o muere, por grandes que hayan sido sus méritos. REPRESENTACIÓN Las representaciones dramáticas tenían lugar en los teatros. Los más primitivos eran estructuras de madera que se montaban para cada representación. Los teatros estables de piedra sólo se hicieron a partir del siglo IV, destacando el de Epidauro, el mejor conservado de todos. Se construían en las laderas de una colina y tenían una acústica excelente (cf. dibujo). Las representaciones teatrales se realizaban en Atenas ante todo el pueblo y en el teatro de Dioniso, con motivo de las dos fiestas dionisíacas, las grandes Dionisias y las Leneas. Se trata de fiestas nacionales atenienses, organizadas por el Estado, que anualmente elegía a aquellos ciudadanos ricos (coregos) que, además de seleccionar a los actores y al coro, debían costear las representaciones. El Estado también pagaba la entrada a los ciudadanos pobres. En estas fiestas los poetas competían entre sí con tragedias, dramas satíricos o comedias, y la ciudad otorgaba un premio a los vencedores (una corona de hiedra, y fama y honor ante los ciudadanos). Se representaba en la orquestra –semicírculo central del teatro-, en cuyo centro solía haber un altar, tumba, etc., al menos en la tragedia. Actuaban sólo tres actores que, gracias al uso de las máscaras, se repartían todos los personajes. Las mujeres no podían actuar. Los actores trágicos, cuando representaban a héroes, utilizaban un calzado muy elevado, llamado coturno. No había telón, sino unos paneles de fondo que se podían cambiar haciéndolos girar sobre un eje. El coro, elemento esencial en el teatro griego, era un personaje colectivo y anónimo, cuya función básica era la de comentar líricamente los acontecimientos que tienen lugar sobre el escenario. Estaba compuesto por entre doce y quince coreutas en la tragedia, 24 en la comedia, e intervenía cantando y moviéndose al son de la música. Los actores aprovechaban estas intervenciones para cambiar de máscara. Coro y actores se mezclaban cuando era preciso. El jefe del coro era el corifeo, que se convertía en portavoz del coro cuando dialogaba con los actores. A medida que fue aumentando el número de actores –de uno a tres-, el coro fue perdiendo importancia, hasta acabar convirtiéndose en la comedia en una especie de intermedio musical. Un teatro griego estaba constituido por: 1Graderío (era el lugar destinado a los espectadores, se trataba de gradas de piedra situadas en las faldas de una colina. La primera fila estaba reservada a funcionarios y sacerdotes. Algunos teatros podían dar cabida a más de 30.000 espectadores. 2Orquestra ) era un espacio circular entre la primera fila de espectadores y la escena, reservado para el coro, que además de cantar danzaba, lo cual explica la amplitud de este espacio. A ella se accedía por unas puertas laterales y en medio había un altar para Dioniso. 3Proscenio era una plataforma de piedra de unos cuatro metros de alto y tres de ancho, situada en la parte delantera de la escena y que estaba reservada a los actores. Tenía una pequeña escalera por la que se bajaba a la orquestra. 4Escena ) estaba situada detrás del proscenio, cerrándolo por detrás y por los lados. En los primitivos teatros de madera la escena no fue más que una barraca de tela y madera donde los actores se cambiaban. En los de piedra era una construcción de varios pisos que representaba la fachada de un palacio o de un templo. GÉNEROS Tres son los géneros teatrales griegos: la tragedia, la comedia y el drama satírico. TRAGEDIA: ponía en escena los grandes problemas del hombre (destino, libertad, muerte, amor, papel de los dioses) lejos de las cuestiones de la vida cotidiana, a través de personajes que solían ser héroes y dioses, y cuyos temas procedían del mito. Solía plantearse una situación dolorosa que, normalmente, sólo se superaba por medio del horror, la desgracia y la muerte. Todo en ella era elevado, majestuoso y solemne, incluida la lengua utilizada. Según Aristóteles, en su obra La Poética, la tragedia deriva del ditirambo, canto en honor de Dioniso. La palabra “tragedia” vendría de ”macho cabrío” +”canto”) que significa “canto del macho cabrío”, suponiéndose que el coro que cantaba el ditirambo debía estar formado por sátiros disfrazados de machos cabríos. Obviamente en algún momento algún miembro del coro, coreuta, debió pasar a recitar y no sólo a cantar, adoptando el papel de actor. A partir de ese momento comienza su andadura el teatro griego. COMEDIA: ponía en escena situaciones directamente relacionadas con la vida cotidiana, siendo sus personajes muchas veces arquetipos de una clase social o seres procedentes de la vida real. En la obra se solía plantear una situación problemática a la que el héroe cómico daba solución por medios muchas veces fantásticos, por lo que el final siempre es feliz. Se dan a menudo en ella la risa y la burla. Su estilo y lengua son poco elevados, dándose cabida incluso a expresiones y términos de la lengua popular. Según Aristóteles, en su obra La Poética, la comedia deriva de los cantos fálicos, cantos entonados durante unas procesiones en honor también de Dioniso en que se portaba un falo, símbolo de fecundidad, en medio de cantos y danzas. La palabra “comedia” vendría de ”cortejo” +”canto”) que significa “canto del cortejo”. DRAMA SATÍRICO: era también de tema legendario y heroico, como el de la tragedia, sólo que al ser interpretado por un coro de sátiros, seres con apariencia de animal, producía un efecto cómico. Su relación con la tragedia era tal que no constituía un género teatral independiente y sus autores eran los mismos que los de ésta. Los puntos comunes entre tragedia y comedia eran: -relación con el culto al dios Dioniso. -representación en el teatro de Dioniso -estaban escritas en verso -incluían música y danza -intervenían entre dos y tres actores y un coro dirigido por un corifeo -emplean máscaras y un vestuario especial -máximo esplendor de ambos en el s. V y IV a.C. vinculado con los avatares por los que pasó la democracia ateniense. AUTORES DE TRAGEDIA Tres son los grandes autores trágicos griegos: Esquilo, Sófocles y Eurípides. -SÓFOCLES: vivió durante el siglo V a.C. Coincidió, pues, con la época de esplendor de Atenas, pero también con la guerra del Peloponeso, que supuso el fin de la hegemonía ateniense sobre Grecia, al perder ante Esparta. Participó activamente en la vida pública de Atenas y, a su muerte, fue venerado como héroe. Aunque se conocen unas 123 obras suyas, sólo nos han llegado completas siete, entre las que destaca “Edipo Rey” y “Antígona”. La temática principal de sus obras conservadas tiene que ver con el mito de Edipo. Entre los rasgos principales de su teatro tenemos: *Aumentó el número de actores a tres, dotando así a sus obras de un mayor dinamismo. *Aumentó el número de coreutas de doce a quince, a la vez que disminuía la importancia del coro. *Desechó la trilogía y potenció la tragedia como obra aislada. *Creó personajes con una personalidad claramente delimitada, no son seres rígidos e inamovibles como los de Esquilo. Son también seres ideales, lejos del realismo de Eurípides. *Por primera vez en el teatro griego la mujer alcanza la misma dignidad humana que el hombre. *Sus personajes son seres víctimas de un dolor intenso, cuyas causas el poeta no se plantea y que sus personajes aceptan resignados. La única liberación ante el dolor es la muerte. *Abandonó la suntuosidad lingüística de Esquilo, haciendo la lengua más natural y sencilla. Los alejandrinos dividieron la comedia en Comedia Antigua, esencialmente crítica con la situación política derivada de la guerra del Peloponeso y cuya figura principal fue Aristófanes; y Comedia Nueva, perteneciente a la última parte del s. IV a.C., a comienzos de la época helenística, fue una comedia de evasión, cuyo tema fundamental era el amor y tenía como autor principal a Menandro. OBRA: Edipo Rey (Sófocles): tragedia considerada por muchos como la obra maestra de Sófocles, trata de la parte de la historia de Edipo en la que es rey de Tebas y esposo de Yocasta. Edipo se entera, por el oráculo de Delfos, de que la plaga que ha caído sobre la ciudad se debe a la presencia allí del asesino del rey Layo. Llama a su presencia a todos cuantos tengan algún conocimiento sobre el asunto para poder resolverlo. Tiresias, el adivino ciego, requerido en primer lugar, sabe la verdad pero rehúsa al principio revelarla. Entonces Edipo le acusa de conspirar con Creonte, el hermano de Yocasta, contra él, y es cuando Tiresias dice toda la verdad. Pero a oídos de Edipo resulta imposible, y se vuelve contra Creonte, a quien acusa de intentar desalojarle del trono. Queda profundamente turbado cuando oye la descripción que le hace Yocasta de la muerte de Layo y de la comitiva que llevaba con él, que coincide exactamente con las circunstancias en las que Edipo mismo mató una vez a un hombre. En ese momento parece que va a recibir por fin una aclaración: un mensajero llega de Corinto para anunciarle la muerte del rey Pólibo y la elección de Edipo para sucederle, y Edipo, temiendo aún que pueda casarse con su madre involuntariamente en cumplimiento del oráculo, expresa su renuncia a regresar a Corinto. Pero el mensajero le revela entonces que no es en realidad el hijo de Pólibo; él mismo había entregado a Edipo, cuando era un bebé, al rey y a su esposa Mérope, tras recibirlo de un pastor del monte Citerón, cerca de Tebas. ¿De quién es hijo entonces? Yocasta adivina la verdad y se retira. Un viejo pastor, que había sido llamado por ser el único superviviente de los miembros de la comitiva de Layo, completa ahora la revelación. Fue él quien llevó al niño recién nacido, al hijo de Layo y de Yocasta, al Citerón, y sintiendo lástima se lo entregó al corintio. Edipo irrumpe en el interior del palacio, se encuentra con que Yocasta se ha ahorcado, y se ciega a sí mismo con los broches de ella. Creonte toma a su cargo el gobierno y Edipo, aunque suplica que le envíen lejos de la ciudad, permanece en Tebas. COMEDIA ARISTÓFANES: vivió durante el s. V y principios del IV a.C. Fue, pues, contemporáneo de Sófocles, y coincidió también con Pericles y la guerra del Peloponeso, y la crisis de Atenas tras su derrota en este conflicto. De sus obras nos han llegado completas once comedias, principalmente comedias políticas, en las cuales se critican los efectos de la guerra y a los políticos que la provocaron (ej. “Los Caballeros”, “Lisístrata”); en otras se trata el tema de las diferencias entre los viejos y la joven generación (ej. “Las avispas”); en otras se trata el tema de la poesía y se critica duramente a Eurípides (“Las ranas”); y, finalmente, en otras se anuncia ya la llegada de la Comedia Nueva, como en “La asamblea de mujeres”, donde sin abandonar del todo el elemento político, el elemento imaginario cobra más importancia. El héroe cómico, trasunto ideal del ciudadano medio ateniense, suele aparecer como un ser débil y cobarde, frente a las fuerzas a las que debe enfrentarse; sin embargo, siempre acaba venciendo por medios ingeniosos y fantásticos. En sus héroes hay una sabia mezcla de realidad y fantasía. Frente al héroe cómico está el antihéroe, responsable de la situación que se critica en la obra. El antihéroe puede ser un político como Cleón o un poeta, como Eurípides. Siempre es vencido, tras someterlo a burla y crítica. El lenguaje aristofánico es colorista e imaginativo. Su humor radica fundamentalmente en la exageración, la parodia y la sátira, dirigida contra movimientos nuevos en el pensamiento y la cultura, y contra hombres ilustres que daban pie a este trato. Ningún grupo o clase queda excluido y, en consecuencia, es muy difícil decidir qué conclusión política o moral, si es que hay alguna, quiere el autor darnos a entender en cada obra. Los personajes simpáticos están en el pueblo llano, que quiere que lo dejen en paz para disfrutar su vida de siempre sin ser molestados por guerras, políticos o intelectuales; sin embargo, ellos mismos, con frecuencia, son profundamente egoístas y no se puede establecer una decisión final sobre quién o qué causa es “la correcta”. Platón, en su “Simposio”, representa a Aristófanes como un compañero agradable y simpático que da un giro divertido a una discusión seria y ésta es, tal vez, la luz a la que se ha de examinar gran parte de su obra. OBRA: Asambleístas (Aristófanes): Unas mujeres toman la dirección de la ciudad e introducen un sistema político basado en la comunidad de bienes. Tiene algo en común con otra comedia de Aristófanes Lisístata. En ambas obras se representan a mujeres de Atenas tomando la iniciativa política y social bajo la dirección de un carácter femenino fuerte. Un rasgo destacable de la obra que anuncia el cambio del teatro del s. IV, es el reducido papel del coro, que no canta ni baila hasta el final. La similitud entre las reformas de la protagonista, Praxágora, y la propuesta de Platón para la clase legisladora en su República ideal que no debía poseer ninguna propiedad privada, ha sugerido la posibilidad de que Aristófanes esté satirizando a Platón, pero esto es improbable cronológicamente. Argumento: Como resultado de una conspiración de mujeres dirigida por Praxágora, ella y sus compañeras disfrazadas de hombres llenan la asamblea, y deciden por gran mayoría una moción que transfiere a las mujeres el control de los asuntos de estado. Praxágora, una vez que ha sido elegida el frente del nuevo gobierno, regres junto su marido, Blépiro, al que ha puesto en un gran aprieto al haberle cogido prestadas sus ropas. Explica el nuevo sistema social que se va a implantar: comunidad de bienes, comunidad de mujeres y niños, participación equitativa en las relaciones sexuales, entre viejos y jóvenes, feos y guapos, tanto hombres como mujeres. A continuación va al ágora para administrar los bienes y preparar una gran cena comunal. Un ciudadano asegura que entrega la propiedad, otro duda hasta ver resultados. En cuanto a relaciones sexuales, hay un episodio de un hombre joven que va a ver a su amada, pero tres mujeres viejas, exigen sus derechos sobre él, y, finalmente se lo lleva una de ellas. La obra finaliza con el coro preparándose para una cena comunal. PERSONAJES: Praxágora Mujeres Coro de mujeres Blépiro (marido de Praxágora) Cremes (amigo de Blépiro) Mensajera Viejas Joven Mujer joven Criada