Gentile_Verdad y adecuación empírica

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Verdad y adecuación empírica
Nélida Gentile
Universidad de Buenos Aires
nellygentile@gmail.com
Artículo publicado en Melogno, P. y Pelegrin, D. (comps.). Realismo, verdad y significado.
FIC, Universidad de la República, Montevideo, 2015.
1. Introducción
En el ya clásico libro The Scientific Image, van Fraassen presenta su conocida
postura (stance), el empirismo constructivo, como una alternativa al realismo científico.
Esta última doctrina, en palabras del autor, concibe la ciencia como una empresa que
“tiende a darnos, en sus teorías, un relato literalmente verdadero de cómo es el mundo;
y la aceptación de una teoría científica conlleva la creencia de que ella es verdadera”
(van Fraassen 1980: 8). En contra de esta posición, van Fraassen formula su propuesta
antirrealista: “La ciencia tiende a ofrecernos teorías que son empíricamente adecuadas;
y la aceptación de una teoría involucra solamente la creencia de que ella es
empíricamente adecuada” (van Fraassen 1980: 12). El empirista constructivo entiende
que la ciencia no requiere ningún compromiso ontológico que vaya más allá de los
fenómenos observables, de manera que la aceptación de una teoría no equivale a creer
que la teoría es verdadera sino sólo que es empíricamente adecuada, esto es, que lo que
dice acerca de las cosas y sucesos observables en el mundo es verdadero, que “salva los
fenómenos”. En la medida en que rechaza las creencias que van más allá de lo que es
posible confrontar con la experiencia, van Fraassen pretende brindar una visión de la
ciencia depurada de todo componente metafísico, actitud que queda plasmada en el
slogan con el que titula la sección de cierre de otro de sus libros: “Good-bye to
metaphysics” (van Fraassen 1991: 480).
De una manera más técnica y en el marco de la concepción semántica de las
teorías, van Fraassen sostiene que una teoría es empíricamente adecuada si “tiene al
menos un modelo en el cual todos los fenómenos reales encajan” (van Fraassen 1980:
12). Cabe notar que la expresión “todos los fenómenos” no alude solamente a aquellos
realmente observados, ni siquiera a los observados en algún momento, ya sea presente,
pasado o futuro: la adecuación empírica está más allá de lo que podemos conocer en un
momento dado, pues no todos los resultados de las mediciones están incorporados y
nunca podrán estarlo ya que no podemos medir todo lo que puede ser medido (van
Fraassen 1980: 69). Aun así, van Fraassen enfatiza que la afirmación de la adecuación
empírica es mucho más débil que la afirmación de la verdad, y restringirnos a la
aceptación nos libra de la metafísica (van Fraassen 1980).
El requisito de adecuación empírica como único criterio de aceptación no implica,
por cierto, que van Fraassen descarte que las teorías puedan tener valor de verdad 1; las
teorías pueden ser verdaderas o falsas. Pero el reconocimiento del sentido literal de las
teorías científicas no lo conduce a asumir que aceptar una teoría equivale a
comprometerse con su verdad en lo que atañe a las porciones inobservables del mundo.
En otras palabras, tomar el vocabulario de la ciencia en sentido literal no implica asumir
el realismo científico.
En la medida en que van Fraassen sigue haciendo uso de la noción de verdad,
muchos autores han discutido cuál es la concepción de la verdad que subyace al
empirismo constructivo. Algunos consideran que pese a su repudio por los
compromisos metafísicos ligados al realismo científico, el empirismo requiere de una
explicación sustantiva de la verdad (Asay 2009). Otros consideran que van Fraassen se
ha desplazado desde una noción robusta, correspondentista, a una concepción
deflacionaria de la verdad (Rosenhagen 2006). Este trabajo es un intento de elucidación
del significado y el rol que van Fraassen otorga a la noción de verdad. En contra de la
lectura de Rosenhagen, se ofrece una interpretación que articula de manera coherente la
noción de verdad entendida como tácitamente indexical a nuestro lenguaje y la
concepción correspondentista de la verdad.
2. El puzzle del debate
2.1. De la verdad por correspondencia a la verdad deflacionaria
En su contribución al volumen Bas C. van Fraassen. The Fortunes of Empiricism
(2006), Raja Rosenhagen atribuye a van Fraassen haber utilizado el concepto de verdad
en dos versiones bien diferenciadas: en los primeros trabajos, en un sentido
1
van Fraassen rechaza tanto el instrumentalismo como el antirrealismo reduccionista, y sostiene que el
lenguaje de la ciencia puede interpretarse de manera literal. Recordemos que, según el instrumentalismo,
el vocabulario teórico carece de un correlato objetivo en el mundo, los términos teóricos no tienen
denotado; las teorías son simplemente instrumentos de predicción. Y el reduccionismo, por su parte, en la
medida en que sostiene que los términos teóricos pueden ser definidos en términos de un lenguaje que
refiera exclusivamente a objetos físicos del sentido común niega, de igual modo, toda capacidad
denotativa al vocabulario teórico restringiendo esta propiedad al vocabulario observacional.
correspondentista; y de manera deflacionaria en sus últimos escritos. Rosenhagen
considera que ambas concepciones de la noción de verdad resultan decididamente
incompatibles y sostiene, además, que si se toma en serio la posición suscripta en los
textos más tardíos el empirismo constructivo se transforma en idealismo o pragmatismo
(Rosenberg 2006: 82).
Comencemos por el primero de aquellos sentidos. Rosenberg apoya su
interpretación en algunas afirmaciones de The Scientific Image (1980) que expresan, a
su juicio, el compromiso de van Fraassen con la visión correspondentista:
In the introduction of The Scientific Image 'being true' is equated with
"one relation a theory may have to the world" (SI, p. 3) and van
Fraassen asserts that a theory stands in that relation to the world if it
gives "a true account of the facts" (SI, p. 3) [Rosenhagen 2006: 83]
Si bien admite que el autor no profundiza acerca del significado de los términos
“mundo” y “hechos”, da por sentado que en el uso ordinario –el uso que van Fraassen
parece adoptar en The Scientic Image- estas palabras denotan algo causal y
conceptualmente independiente de nosotros:
When van Fraassen ponders just what scientific realism is, a true
theory is characterized as giving a picture of the world which is
"faithful in its details, and [thus, if the theory is true,] the entities
postulated in science really exist" (SI, p. 7). A scientific theory is "a
story about what there really is" (SI, p. 7). What makes that story true
or false "is sometlllng external -that is to say, it is not (in general) our
sense data, actual or potential, or the structure of our minds, or our
language, etc." (SI, p. 8). This last quotation is particularly interesting,
as it more precisely states what the status of the entities in the world
is, the 'truth-makers', if you wish. They are 'something external' and
emphatically not dependent on our language or on the structure of our
minds (Rosenhagen 2006: 83-84).
Rosenhagen hace notar, asimismo, que la situación es análoga si en lugar de
ubicarnos en la concepción sintáctica de las teorías tomamos en consideración el
enfoque semántico que van Fraassen decide abrazar:
"I would still identify truth of a theory with the condition that there is
an exact correspondence between reality and one of its [i.e. the
theory's] models." (SI, p. 197) (Rosenhagen 2006: 85).
De este modo, Rosenhagen concluye que en su presentación del empirismo
constructivo como una alternativa al realismo científico van Fraassen comparte el
mismo concepto de verdad que el realista. La única diferencia reside en qué parte de las
teorías toman en consideración a la hora de proponer el objetivo de la ciencia: el realista
pone el acento en la verdad de la teoría completa, el empirista constructivo sólo en la
adecuación empírica, esto es, en la verdad de aquellos enunciados (o modelos) referidos
a las cosas y sucesos observables del mundo.
Sin embargo, como hemos adelantado, Rosenhagen considera que en los escritos
más recientes van Fraassen abandona la visión correspondentista y pasa a concebir la
verdad como tácitamente indexical a nuestro propio lenguaje. ¿Qué significa esto?
Rosenhagen toma al pie de la letra las expresiones de van Fraassen cuando afirma:
it [i.e.the notion 'true'] is indexical -tacitly indexical. The tacit
indexical reference is to our language. The criteria for understanding
of our own language express themselves in pragmatic tautologies (SP,
pp. 520f) (Rosenhagen 2006: 87).
De acuerdo con van Fraassen las teorías no son sobre el mundo sino que son
sobre el mundo tal como es descripto por nosotros, y tales descripciones nada dicen
sobre la estructura real del mundo porque no hay nada en el mundo que garantice dicha
atribución.
Rosenhagen infiere a partir de aquí que -según van Fraassen- cuando
afirmamos, por ejemplo, que “La nieve es blanca”, ello no implica creer que hay una
entidad externa (independiente) como la nieve que tiene la propiedad (independiente de
la mente) de ser blanca. En nuestro lenguaje la nieve es algo que tiene la propiedad de
ser blanca y –tomando nuevamente de manera literal las propias palabras de van
Fraassen- Rosenhagen declara que “no tenemos otra elección más que conceder una
confianza indispensable sobre la comprensión de nuestro propio lenguaje (ES, p. 132)”
(Rosenhagen 2006: 87).
El mismo razonamiento se aplica ahora según Rosenhagen a la caracterización
de la adecuación empírica que van Fraassen ofrece en The Scientific Image en términos
de la concepción semántica: "the theory is empirically adequate if it has some model
such that all appearances are isomorphic to empirical substructures of that model" (SI,
p. 64). Rosenhagen interpreta que de acuerdo a van Fraassen las teorías que son
empíricamente adecuadas son verdaderas en un sentido tácitamente indexical, y en su
apoyo cita una vez más alguna de las contundentes afirmaciones de van Fraassen:
[We must not think that] "there is in the things classified some real
basis for demarcation [….] [and that this] basis must be [....]
properties, attributes, Universals, Relations -in short, real structure
present in the things" (LE, p. 347) (Rosenhagen 2006: 86).
La lectura que Rosenhagen hace de este pasaje lo lleva a concluir que para el
empirismo constructivo los fenómenos observables están presentes ante nosotros sólo
como apariencias, a través de nuestros juicios de observación y nuestras descripciones,
y que si bien en estas descripciones atribuimos estructura al mundo ello no implica que
en el mundo haya una base real que garantice nuestra atribución estructural. Las teorías
científicas que son empíricamente adecuadas y por lo tanto verdaderas respecto de los
fenómenos observables de ninguna manera están necesariamente relacionadas al mundo.
Decir que una teoría es verdadera equivale a decir que sus hipótesis son innegables para
nosotros (no podemos consistentemente negarlas usando nuestro propio lenguaje); pero
ninguna inferencia puede hacerse respecto de la estructura del mundo mismo
(Rosenhagen 206: 87-88).
La conclusión más general de Rosenhagen es que, conforme a su empirismo
antimetafisico y sus recientes inclinaciones deflacionistas, van Fraassen debería
abandonar los resabios realistas de sus trabajos más tempranos para alinearse
definitivamente en las filas del idealismo/pragmatismo (Rosenhagen 206: 91).
2.2. Verdad indexical sin idealismo
Pasemos ahora a la segunda parte de esta historia. En “Replies to the papers”, el
ensayo final del volumen Bas C. van Fraassen. The Fortunes of Empiricism, van
Fraassen expone su defensa frente a las atribuciones de Rosenhagen respecto de a)
haber abandonado la idea de verdad por correspondencia en favor de una concepción
deflacionaria de la verdad y, b) consecuentemente, haber virado su posición hacia el
idealismo o el pragmatismo. Admite que en la The Scientific Image se expresó en
términos de la verdad por correspondencia sin presentar reparos ni comentarios
adicionales a este uso “descaradamente” realista de la noción: "I would still identify
truth of a theory with the condition that there is an exact correspondence between reality
and one of its [i.e. tile theory's] models." (van Fraassen 2006: 153). Ahora van Fraassen
explica que lo que tenía en mente cuando usó el concepto de verdad en la The Scientific
Image es la idea desarrollada con más detalle en "The only necessity is verbal necessity"
(1977) y "Meaning Relations and Modalities'' (1969). En estos trabajos subraya que
todo concepto semántico tiene, implícitamente, una contraparte pragmática. Así el
enunciado “S es verdadero” debe entenderse como una abstracción en el nivel
semántico de “S es verdadero en la situación contextual ß” (una situación posible en el
contexto de uso). Dicho de otro modo,
aun si la oración no tiene indexicales o
demostrativos explícitos es, siempre, tácitamente indexical.
A pesar de reconocer los cargos formulados –“Mea culpa! Rosenhagen is entirely
right about this, and clearly documents the painful truth” (van Fraassen 2006: 153)- van
Fraassen declara que atendiendo a estas consideraciones lo que expresó en The
Scientific Image no difiere mucho de la formulación ofrecida en sus últimos trabajos. En
la primera oración de la sesión titulada ¿“Qué pienso ahora acerca de la verdad?, van
Fraassen responde: “…does not go much beyond the above, it seems to me” (van
Fraassen 2006: 156). Y continúa afirmando que la verdad, la referencia y otras nociones
semánticas tienen siempre su contrapartida en términos de uso, usuarios y contexto:
A theory is true if it corresponds to reality. Indeed, but that is merely
an abstract way of speaking, which has as cash value the instances of
form "The statement that there are electrons is true precisely if there
are electrons" and the like (van Fraassen 2006: 158).
Van Fraassen aclara que la circunstancia de que la verdad y la referencia sean
tácitamente indexicales no significa caer en idealismo. Sólo refuta la idea de que no
pueda atribuirse verdad a una oración como “La manzana es roja” a menos que haya
cosas abstractas como la rojez además de las manzanas. Describir el mundo, decir que
las cosas son de tal o cual manera es naturalmente atribuirle una estructura; pero ello no
significa crear la estructura, es simplemente describirla. Conocer algo acerca de la
estructura real del mundo de ninguna manera significa reificar aquellas cosas y
propiedades que se atribuyen al mundo (van Fraassen 2006: 157).
3. ¿Cuál es la verdad del empirismo constructivo?
De acuerdo con las consideraciones precedentes y a pesar de su explícita
expresión de Mea culpa! pareciera que en el fondo van Fraassen no admite haber
asumido un compromiso fuerte con la noción correspondentista de la verdad, al menos
si por ello se entiende la relación con un mundo independiente de la mente y del
lenguaje, una relación tal como la que Putnam atribuyó al denominado “realismo
metafísico” 2. Como contrapartida del rechazo de esta noción correspondentista, van
Fraassen declara abrazar, como también lo hace Putnam 3, las ideas de Tarski respecto
de la verdad.
En “The Semantic Conception of Truth and the Foundations of Semantics”
(1944), Tarski ofrece un criterio, la convención (T), que debe cumplir cualquier teoría
de la verdad:
(T): X es verdadera si y sólo si p
donde “p” es una oración del lenguaje a la que se aplica el predicado “verdadero” y “X”
es el nombre de esa oración. Así, pues:
“La nieva es blanca” es verdadero si y sólo si la nieve es blanca
Y Tarski responde explícitamente a la polémica observación de que al decir que la
oración “la nieve es blanca” es verdadera si y si sólo si la nieve es blanca, la concepción
2
Putnam caracteriza el realismo metafísico a través de la conjunción de las siguientes tres tesis: i) El
modo de ser del mundo es independiente de la mente y el lenguaje; ii) este mundo independiente puede
ser, en principio, descrito por una representación absolutamente verdadera y iii) la verdad es una noción
no epistémica, por ejemplo, correspondencia entre items lingüísticos (afirmaciones, creencias o teorías) y
los objetos y/o estados de hechos que existen en el mundo independientemente del lenguaje y de la mente
(Putnam 1981: 49).
3
En Meaning and the Moral Sciences Putnam afirma: “That one could have a theory of truth which is
neutral with respect to epistemological questions, and even with respect to the great metaphycal issue of
realism versus idealism, would have seemed preposterous to a nineteenth-century philosopher. Yet that is
just what the most prestigious theory of truth, Tarski´s theory, claims to be (Putnam 1978: 9). Pero la
interpretación putnamiana de la concepción de Tarski no otorga plena justicia a las ideas de su autor.
Entre otras cosas, Putnam le atribuye una posición eliminativista (disquotational view). En efecto, en el
marco del realismo interno que propugna, Putnam sostiene que “The disquotational view is at home in a
larger view on which our understanding of our first language comes about through the internalization of
assertibility conditions and not through the learning of truth conditions in the realist sense” (Putnam
1983: xiv). Sin embargo, Tarski refuta explícitamente la lectura eliminativista que se ha hecho de la
concepción semántica de la verdad (Tarski 1944: 358).
semántica de la verdad se ve envuelta en un realismo acrítico (Tarski 1944: 361). La
concepción tarskiana de la verdad es absolutamente neutral respecto de cualquier
compromiso gnoseológico o metafísico:
Thus, we may accept the semantic conception of truth without giving
up any epistemological attitude we may have had; we may remain
naive
realists,
critical
realists
or
idealists,
empiricists
or
metaphysicians-whatever we were before. The semantic conception is
completely neutral toward all these issues (Tarski 1944: 362).
Y es este sentido tarskiano, epistémica y metafísicamente neutral, al que van
Fraassen alude en su respuesta a Rosenhagen:
[But] what is it to make a true assertion? Here Sellars (whose views
on semantics are cited as source in both articles) insisted on our
providing 'cash value' for such generalities in essentially Tarskian
tems: if the sentence S is a sentence in our language, we must
'disquote' it to spell this out. For example, X makes a true assertion by
use of "Snow is white" if and only if snow is white. This will only
work well if the context of X's use is the same as the context of use of
this long sentence itself of course (van Fraassen 2006: 154-155).
Ahora bien, ¿cuál es exactamente el sentido que van Fraassen asigna a las
nociones de “verdad” y “verdadero”? ¿Cómo interpretar su adhesión a la teoría
tarskiana de la verdad? Analicemos esta cuestión en el marco de su rechazo del realismo
científico.
Ya es bien conocida la caracterización que van Fraassen ofrece su rival y que
hemos adelantado al comienzo del trabajo: [El realista científico sostiene que] “la
ciencia tiende a darnos, en sus teorías, un relato literalmente verdadero de cómo es el
mundo; y la aceptación de una teoría científica conlleva la creencia de que ella es
verdadera”. No hay duda alguna respecto de cómo entiende la noción de verdad el
realista científico: como una relación de correspondencia entre la teoría y el mundo; la
teoría es verdadera si acuerda o se corresponde con la realidad, en caso contrario es
falsa. Observemos, por otra parte, que afirmar que la verdad es correspondencia con la
realidad es un modo diferente de expresar el antiguo dictum de la Metafísica de
Aristóteles: “Decir de lo que es que no es, o de lo que no es que es, es falso, mientras
que decir de lo que es que es, o de lo que no es que no es, es verdadero”.
El empirismo constructivo, por su parte, atribuye a la ciencia la búsqueda de la
verdad de aquellos enunciados que refieren a lo observable; en el nivel de lo que es
observable adecuación empírica y verdad coinciden: “It says that the aim of science is
not truth as such but only empirical adequacy, that is, truth with respect to the
observable phenomena (van Fraassen 1989: 192). Y en varias ocasiones van Fraassen
alude a esta coincidencia. Así, en On McMullin’s Appreciation of Realism Concerning
the Sciences (2003) expresa: In the case of what McMullin calls O-theories, acceptance
does involve belief that the theory is true, because for an O-theory truth and empirical
adequacy coincide, by definition (van Fraassen 2003: 480).
Los párrafos precedentes resultan suficientemente indicativos de que van Fraassen
comparte la misma idea de verdad que subyace a la posición de su oponente, a saber,
una visión correspondentista de la verdad. Pero permítasenos citar, si quedara alguna
duda, el siguiente pasaje donde van Fraassen refiere explícitamente a esta cuestión:
With the realist I take it that a theory is the sort of thing that can be
true or false, that can describe reality correctly or incorrectly, and that
we may believe or disbelieve […] It says that the aim of science is not
truth as such but only empirical adequacy, that is, truth with respect to
the observable phenomena. Acceptance of a theory involves as belief
only that the theory is empirically adequate […]. To put it yet another
way: acceptance is acceptance as successful, and involves the opinion
that the theory is successful —but the criterion of success is not truth
in every respect, but only truth with respect to what is actual and
observable (van Fraassen 1989: 192-193). [La negrita es mía)
Observemos que en su confrontación con el realista científico, van Fraassen
expresa que el criterio de éxito “no es la verdad en cualquier respecto sino la verdad con
respecto a lo que es real y observable”. Dicho en otros términos, mientras el realista
predica verdad de la teoría total, tanto de la parte que refiere a los fenómenos como de
la que alude a los aspectos inobservables del mundo, el empirista constructivo restringe
la predicación de verdad a aquellos enunciados que refieren a lo que es observable: If it
is possible to distinguish between the observable and the non-observable, then it is
possible to distinguish between empirical adequacy and truth (van Fraassen 2001: 166).
Y esta misma y única diferencia queda plasmada, también, en el siguiente pasaje:
For it seems clear that we can discuss two separate questions: what
does the theory say the world is like? and what does the theory say the
phenomena are like? Since the phenomena are just the observable part
of the world, and since it is logically contingent whether or not there
are other parts, it follows that these questions are not the same.
Indeed, the second question is part of the first, in the sense that a
complete answer to the latter is a partial answer to the former (van
Fraassen 1989: 161).
Si el realista científico responde a la primera cuestión mientras el empirista
constructivo a la segunda, y si la respuesta a la segunda cuestión es parte de la respuesta
a la primera, entonces sólo tiene sentido pensar que ambos, el realista y el empirista
constructivo, manejan el mismo concepto de verdad. De lo contrario, ambas posturas
resultarían, para usar las palabras de Kuhn, decididamente inconmensurables.
Permítasenos citar, para finalizar, el siguiente pasaje donde van Fraassen refiere
explícitamente al significado de la noción de verdad:
Semantic properties and relations are those which concern the
theory's relation to the world, or more specifically, the facts about
which it is a theory. Here the two main properties are truth and
empirical adequacy. Hence this is the area where both realism and
constructive empiricism locate a central aim of science (van Fraassen
1980: 90) [la negrita es mía].
Ahora bien, si tanto realistas científicos como empiristas constructivos son
correspondentistas respecto de la verdad ¿En qué reside la diferencia entre unos y otros,
más allá de predicar verdad de la teoría total o sólo pretender verdad en el nivel
observacional? La cuestión radica en cómo se conciben los polos de la relación:
entre la teoría y un mundo independiente (realismo metafísico) o entre la teoría y
un mundo relativizado al lenguaje. Es cierto que, en la medida en que el realista
científico se compromete con la existencia de las entidades inobservables postuladas por
la ciencia, la verdad de la teoría lo compromete con una correspondencia fuerte, con
entidades independientes de la teoría. Pero decir que una teoría es verdadera si se
corresponde con la realidad no implica asumir la tesis del realismo metafísico acerca de
la existencia de un mundo independiente de la mente y el lenguaje. Una cosa es
concebir la verdad en términos de correspondencia, y otra muy distinta pensar que
existe una correspondencia biunívoca, una especie de teoría pictórica entre la teoría y la
realidad. Rosenhagen parece concebir la correspondencia en un único sentido, el del
realismo metafísico. De ahí que interprete la posición van fraasseana como resultado de
un viraje hacia el pragmatismo/idealismo.
A nuestro juicio, la posición de van Fraassen está, por así decirlo, a mitad de
camino entre el realismo metafísico y el más completo idealismo. Parece acercarse al
realismo interno de Putnam, a la tesis de que la mente (el lenguaje) y el mundo hacen
conjuntamente, la mente y el mundo. Así, la percepción y la descripción del mundo
depende en parte del lenguaje (teoría) y en parte de cómo es el mundo mismo. Podemos
llamar a esto “pragmatismo/idealismo”, sí, pero parece diferir sustancialmente de la
posición que con ese nombre le atribuye Rosenhagen porque, como hemos visto, no es
completamente incompatible con el correspondentismo.
En síntesis, lo que quiero subrayar es que no existe en van Fraassen nada parecido
a una concepción deflacionaria de la verdad -para usar la terminología de Rosenhagen-.
A lo largo de sus extensos escritos, van Fraassen siempre utilizó un concepto coherente
de verdad que mantiene su anclaje con la tradición correspondentista. Quizá, en sus
primeros trabajos adhirió a esa tradición sin mayores especificaciones, mientras en los
escritos más recientes espoliado por sus críticos brindó una versión más elaborada; pero
en todos los casos la adecuación empírica no es más que un modo de correspondencia
fenoménica.
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