Para Alumnos de Dirección Comercial LE: Hacer un Informe Grupal para entregar escrito el dí Miércoles 15 de Marzo, pudiendo el grupo sorteado al azar tener que exponerlo. TEMA I EL PAPEL DE LA DIRECCIÓN COMERCIAL EN LA ORGANIZACIONES Y EN LA SOCIEDAD 1. CONCEPTOS BÁSICOS La dirección comercial, como una de las direcciones funcionales que dependen de la dirección general, es la encargada de facilitar y llevar a cabo la actividad comercial de la empresa. Para cumplir su cometido, la dirección comercial precisa de una estructura u organización que le facilite los medios humanos y materiales necesarios. Esta organización básica constituye el departamento de marketing.(En español no existe ningún vocablo que suponga traducción exacta del término marketing, por lo que se suele utilizar en nuestro idioma de forma indistinta la palabra marketing y la frase dirección comercial e incluso, a veces, dirección de marketing). El término “marketing” viene utilizándose en España tanto en el ambiente académico como en el empresarial desde principios de siglo. La traducción al castellano de dicho término anglosajón ha sido objeto de controversia y no se ha llegado a una formalización exacta de su significado. Marketing es un vocablo inglés difícil de traducir con precisión. Esta dificultad se puede comprobar mediante su análisis semántico. El sufijo “ing” identifica la relación de un proceso, más que un hecho concluido. Añadido a “market”, la traducción literal de marketing sería «mercadeando», o sea un proceso continuo, más que una acción concreta y única, y una palabra análoga no existe en español. Las deficiencias de los vocablos en español, mediante los que se pretende traducir “marketing”, dan lugar a desviaciones del término y no alcanzan a expresar el carácter de proceso que conlleva; lo máximo que reflejan es una acción, pero nunca un proceso. Tal ocurre, por ejemplo, con el término comercialización. La palabra que más se acerca al significado de “marketing”, pero sin llegar a identificarlo, es “mercadeo” y, por el contrario, es la menos utilizada. De todas formas, 1 tampoco representa una traducción exacta, pues no recoge el significado de “marketing” como filosofía. Las traducciones realizadas especialmente en Latinoamérica, utilizan términos como “mercadología”, “mercadeo” y “mercadotecnia”, lo cual se refleja incluso en los títulos de los libros y manuales más conocidos (Stanton y Futrell, 1988; Kotler, 1989a, 1989b; Kotler y Armstrong, 1991, etc.). No obstante, en las últimas traducciones iberoamericanas también empieza a generalizarse el vocablo ‘marketing’ (Guiltinan y Paul, 1994; Hawkins, Best y Coney, 1994; Stanton, Etzel y Walker, 1994; McCarthy y Perreault, 1996). Las traducciones utilizadas no han tenido una acogida favorable en el ámbito académico de nuestro país, lo podemos comprobar por medio de dos hechos: la mayoría de los libros y trabajos publicados por profesores españoles adoptan la denominación de marketing (véase Borja y Casado, 1989; Cruz Roche, 1990; Martín Armario, 1993; Martín Dávila, 1988 y 1998; Miquel, Mollá y Bigné, 1994; Ortega, 1987; Sánchez Guzmán, 1989, 1995; Santesmases, 1991 y 1996; Serrano, 1990; Vázquez y Trespalacios, 1994 y 1998; Esteban, 1997). E incluso algunos autores manifiestan su rechazo al empleo de otros términos distintos al vocablo “marketing”. Por su parte, Berlanga (1987) rechaza de modo absoluto y tajante la expresión “mercadotecnia”, ya que lo tecnológico limita lo que quiere decirse y comprenderse. En su opinión “no cabe emplear una circunlocución y andarse con rodeos para obviar el empleo del nombre susodicho”. El término “mercadotecnia” induce a error, ya que significa “técnicas de mercado”, y, por lo tanto, hace referencia sólo a las herramientas, no al proceso, y mucho menos a la filosofía del marketing. La peor traducción quizá sea “mercadología”, que debe interpretarse como estudio de mercado y, por consiguiente, se estaría refiriendo solamente a una herramienta utilizada en el marketing. 2 Menéndez Roces (1982) señala que el término “comercialización” no es lo suficientemente amplio, puesto que sugiere “acción de colocación” del producto en el mercado, dejando fuera el marco de la investigación. En parecidos términos se expresa Cruz Roche, en el prólogo al libro de Lambin y Peeters (1981), cuando refiriéndose a las traducciones latinoamericanas señala que “ninguna de las denominaciones ha contado con la generalización conveniente en su uso”, inclinándose por el término “comercialización”. Nosotros añadimos que las traducciones mencionadas no recogen el carácter de marketing como filosofía. El uso habitual de la palabra “marketing”, tanto en el campo académico como empresarial, no se ha visto correspondido con las denominaciones utilizadas por instituciones y organismos públicos diversos. La Real Academia Española adoptó el término “mercadotecnia”, aunque en su XXI edición (1992) introduce el vocablo marketing como voz inglesa equivalente al término mercadotecnia (Miquel, Mollá y Bigné, 1994). En esta edición de la Real Academia Española se define el marketing como: “conjunto de principios y prácticas que buscan el aumento del comercio, especialmente de la demanda, y estudio de los procedimientos y recursos tendentes a este fin”. Esta definición se acerca más al significado de “comercialización” que al de “marketing”. En cualquier caso, la inclusión de marketing como vocablo aceptado por la Real Academia elimina la necesidad de traducirlo, por lo que soluciona los problemas que representaba dicha cuestión. También merece especial mención al respecto, el hecho de que el Ministerio de Educación y Ciencia creó en 1984 el Área de Conocimiento “Comercialización e Investigación de Mercados” (Real Decreto 1888/1984 de 26 de septiembre, BOE de 26 de octubre), en la que están inscritos los profesores de marketing de la universidad española. Más recientemente, las directrices básicas de los nuevos planes de estudios de la Licenciatura en Administración y Dirección de Empresas y de la Diplomatura en Ciencias Empresariales, emplean el término “dirección comercial” para referirse al cuerpo de conocimientos del marketing, mientras que en la Licenciatura en Investigación y Técnicas 3 de Mercado se utiliza “mercadotecnia”(Pleno del Consejo de Universidades del 25 de junio de 1990). Concluyendo podemos afirmar que en nuestro país no existe una denominación única para referirse a esta disciplina, siendo la denominación habitual y más aceptada la de “marketing”, mientras que las denominaciones oficiales siguen siendo “comercialización e investigación de mercados”, “dirección comercial” o incluso “mercadotecnia”. El emplear una u otra denominación puede estar sujeto a intereses y condiciones de diverso tipo, que van desde un purismo lingüístico hasta una internacionalización de la economía, y en especial de los vocablos anglosajones. En cualquier caso, y al margen de la importante discusión semántica en torno al vocablo que en castellano pueda o deba utilizarse para referirnos al marketing, la cuestión fundamental es la correcta comprensión del conjunto de conocimientos que se engloban dentro de la disciplina. Cuadro 1.1. Acontecimientos históricos relevantes ligados al marketing, fase previa AÑO 1704 1841 1850 1870 1876 1880 ACONTECIMIENTO 1898 1900 1901 Primeros indicios de publicidad en los periódicos de Estados Unidos Primera agencia de publicidad, con el nombre de “Volney Palmer”, en EEUU Primeras agencias de publicidad en Alemania La empresa “Singer” instaura los establecimientos de venta franquiciados Se registra la primera marca comercial, llamada “Averill Paint Co.” “Henkel” (Alemania) empieza a utilizar sus primeras marcas comerciales “Lever” (Reino Unido) introduce el envase de cartón para el jabón como forma de identificación de la marca y como imagen y protección del producto. “Velhagen y Klasing” realizan los primeros intentos de segmentación, de acuerdo con variables demográficas Se imparte el primer curso universitario sobre comercialización en Alemania Post”, fabricante de los cereales “Grape Nuts” crea cupones de rebaja como instrumento de promoción de ventas Aparecen las marcas de los distribuidores Crowell presente el “Report of the Industrial Commision on the Distribution of Farm Products”, que constituye uno de los primeros trabajos escritos desde un enfoque que posteriormente se denominará Marketing Fuente: Jones y Monieson (1990a y 1990b) 4 Cuadro 1.2. Acontecimientos históricos relevantes ligados al marketing, fase inicial AÑO ACONTECIMIENTO 1902 Primer curso de Distribución en la Universidad de Michigan por E. D. Jones; utilización por primera vez del término “Marketing” en el folleto descriptivo del curso. En la Universidad de Pennsylvania se ofrece por primera vez un curso con el título “The Marketing of Products” por el profesor W. E. Freusi. AEG Electrical Co. Contrata a Behrens para trabajar en el diseño de productos utilizando la forma, el color y la textura para mejorar la imagen. Curso de “Métodos de Marketing” por el profesor Butler en la Universidad de Wisconsin, publicando en el mismo año seis artículos con el mismo nombre. Surgen en Estados Unidos los primeros centros de investigación de mercados: “Business Bourse” y “Curtis Publishing Co.”. Weld D. H. imparte el curso “Marketing de productos agrícolas” en la Universidad de Wisconsin. White P. en su obra “Maket Analysis: Its Principles and Methods” abre nuevas posibilidades científicas, por medio de cuestionarios y entrevistas para valorar los mercados y tratar de prever sus tendencias. Se funda la “Phsychologicar Corporation”, donde se comienzan a realizar los llamados “Barómetros de marcas comerciales”, una de las más antiguas encuestas permanentes de Estados Unidos sobre los hábitos de compra de los consumidores. Clark F. E., profesor de la Universidad de Northwestern, publica una obra en la que se recopilan 87 ensayos sobre la investigación comercial de los productos, especialmente de los de tipo agrícola. Nystrom P. H. en su obre “Economics of Fashion” analiza la relación entre la moda y el ciclo de vida de los productos. White P. publica “Sales Quotas” que, centrándose en la previsión y control de ventas, supuso una valiosa contribución a la planificación de las empresas distributivas. Reilly W. J., profesor de la Universidad de Texas, en su publicación “Marketing Investigations” analiza el uso de los cuestionarios, del trabajo de campo y de la técnica de campo. Brown L. O. Contribuyó a precisar el concepto y la metodología de las investigaciones de mercado en su obra “Maket Research and Analysis”. A. C. Nielsen crea y desarrolla los “Índices de detallistas de alimentación”. Aparición de las obras de Robinson J. “Economics of imperfect competition” y de Chamberlin E. H. “The Theory of Monopolistic Competition”, en las que se establece la diferenciación de productos según la política comercial de la empresa. Gallup G. inició sus famosas encuestas de opinión pública. Aparece la revista “American Marketing Journal” que a partir de 1936 adoptó el título definitivo de “Journal of Marketing”. 1905 1907 1910 1911 1913 1921 1925 1928 1929 1930 1933 1934 Fuente: elaboración propia con información de Yagüe (1997) en Barlés (1998). 5 Cuadro 1.3. Síntesis de aportaciones del periodo 1935-1959 AÑO 1937 ACONTECIMIENTO 1945-50 1950-60 Se crea la “American Marketing Association” fruto de la fusión de la “American Marketing Society” con la “National Association of Marketing Teachers”. Duddy E. A. y Rezvan D. A. publican en 1947 la obra “Marketing and Institutional Approach” donde consideran al marketing como “un todo orgánico, compuesto de partes interrelacionadas, sujeto a crecimiento y cambios y funcionando en un proceso de distribución coordinado por fuerzas económicas y sociales”. La investigación operativa comienza a aplicarse a la toma de decisiones sobre precios. Surge la “investigación motivacional” que, impulsada principalmente por Dichter E., incorpora los métodos y técnicas de las ciencias sociales al campo de la investigación de mercados. Se acentúa el carácter dinámico de la investigación de mercados, convirtiéndose en un instrumento de gestión empresarial orientado hacia el consumidor y las necesidades previsibles del consumo a corto, medio y largo plazo. El marketing se introduce en el campo de los bienes industriales, abordándose importantes aspectos mercadológicos de estos tipos de productos. Drucher P., en su obra “The Practice of Management” considera que el marketing debe estar presente en todas las áreas de la empresa. Se consolida la orientación al consumidor con el artículo de Levitt T., “Marketing Myopia”. Se publica la obra “Basic Marketing. A Managerial Approach” en la que McCarthy E. J. desarrolla las conocidas “cuatro p’s”. Fuente: elaboración propia con información de Yagüe(1997) en Barlés (1998) Desde los años 60 hasta nuestros dias los acontecimientos más relevantes en marketinig los podemos resumir en: -La definición de marketing publicada por la AMA. -La aparición del marketing social. -La orientación estratégica del marketing. -La orientación al mercado. 6 -El marketing de relaciones La dirección comercial debe de llevar a cabo las cinco actividades fundamentales de toda tarea directiva: Análisis Planificación Organización Ejecución Control El análisis en la dirección comercial supone el estudio de la situación, tanto externa como interna. El análisis externo consiste en: 1) Investigar las necesidades del consumidor, considerando los aspectos específicos de los distintos segmentos del mercado 2) Conocer y analizar las oportunidades y amenazas existentes en el mercado. 3) Conocer la competencia y sus actuaciones y reacciones. 4) Estudiar los cambios del entorno que influyen en el comportamiento del mercado. Análisis interno: 1) Estudiar la propia empresa, su organización tecnológica, financiación, cultura, etc. 2) Recursos y capacidades de que dispone. 3) Fortalezas y debilidades. Planificación La planificación en la dirección comercial supone: 1. Determinar los mercados específicos a los que se va a dirigir, o lo que es lo mismo, elegir el mercado meta. 2. Fijar los objetivos que se quieren alcanzar. 3. Diseñar acciones tanto estratégicas como tácticas que han de desarrollarse para conseguir tales objetivos. Para ello, la dirección comercial dispone de cuatro instrumentos: Producto Distribución Comunicación Precio 4. Elaborar un plan de marketing 7 Organización La organización implica desarrollar la estructura interna, con medios humanos y materiales, de modo que se puedan dirigir y coordinar las actividades de marketing. Ejecución La ejecución de las actividades comerciales dependerá de la medida en que el diseño organizativo permita una efectiva comunicación y motivación del personal integrado en el departamento de marketing. Control Supone establecer mecanismos de información y evaluación de los resultados obtenidos, que faciliten la supervisión del grado de cumplimiento de los objetivos previstos, para establecer, en su caso, las acciones correctoras correspondientes. 2. LA FUNCIÓN COMERCIAL COMERCIAL COMO ESTRATEGIA Y FILOSOFÍA Gran parte de los mercados en los que han de operar las empresas han dejado de ser estables para pasar a caracterizarse por mayores niveles de complejidad, incertidumbre, dinamismo y competitividad. La globalización de la economía y la fragmentación de los mercados, como tendencias básicas de la presente década, han llevado a un incremento extraordinario de la competencia en todos los órdenes. Todo ello está suponiendo transformaciones en la organización, forma de competir y gestión de las empresas que, como sistemas abiertos que son, deben interactuar con ese nuevo entorno. Si los mercados finales y las empresas que los sirven cambian, también han de hacerlo las organizaciones que los tiene por clientes, de manera que toda la cadena de valor de la industria se verá afectada. La calidad, el precio y el servicio se han convertido en los tres ejes fundamentales de actuación de las empresas. La existencia de mercados más exigentes, fragmentados e internacionalizados, el incremento de la competencia, la revolución de las tecnologías de información, la formulación de acuerdos de cooperación a largo plazo o el incremento de los costes de la fuerza de ventas, junto con otros factores, necesariamente implican que las empresas industriales deberán reconocer y, en muchos casos, descubrir los principios y herramientas del marketing. El papel que juega el marketing dentro de la empresa consiste en permitir que ésta alcance sus objetivos mediante la satisfacción a largo plazo del cliente y de forma más eficaz y eficiente que la competencia. Pese a que las actividades de marketing están presentes en la totalidad de las empresas, las responsabilidades conferidas a esta función pueden diferir notoriamente de una a otra como consecuencia de que es también distinto el nivel al que se toman estas decisiones. Actualmente, la postura defendida por un número cada vez más amplio de investigadores descansa en el hecho de que el marketing ha de tener una presencia relevante dentro de la dirección y planificación estratégica de la empresa y no tomarse como una función subordinada. Es necesario que exista una adecuada coordinación entre el marketing y la dirección estratégica a fin de mantener a la empresa orientada hacia el mercado. En otro caso es posible que se definan y desarrollen estrategias o capacidades 8 distintivas contrarias a la satisfacción de los clientes, colocando a la empresa en una posición de vulnerabilidad competitiva. La dirección de marketing, además, está relacionada con las restantes funciones de la organización, existiendo una gran interdependencia entre ellas. Sin embargo, no es sólo una función más de la misma, sino también un modo de concebir en conjunto la naturaleza y fines de la propia entidad. El marketing contempla a la empresa o institución, en su relación con el mercado, como «un proceso organizado y destinado a crear y conservar un cliente». El marketing es, por consiguiente, tanto una filosofía como una técnica. Como filosofía, es una postura mental, una actitud, una forma de concebir la relación de intercambio, por parte de la empresa o entidad que ofrece sus productos al mercado. Esta concepción parte de las necesidades y deseos del consumidor y tiene como fin su satisfacción del modo más beneficioso, tanto para el comprador o consumidor como para el vendedor. Como técnica, el marketing es el modo específico de ejecutar o llevar a cabo la relación de intercambio, que consiste en identificar, crear, desarrollar y servir a la demanda. 3. ORIENTACIÓN AL MERCADO El concepto orientación al mercado es utilizado con diferentes significados e interpretaciones. No obstante, se puede considerar que una empresa está orientada al mercado cuando cumple cuatro requisitos: tener una clara orientación hacia el cliente y hacia la competencia; que esta orientación esté integrada en el proceso de planificación estratégica; que disponga de herramientas, recursos, capacidades y personal adecuados para desarrollar políticas de marketing; y que los resultados sean medibles en función de variables de mercado. En definitiva, se puede entender la orientación al mercado como la impregnación de la filosofía de marketing en toda la empresa, coordinando las diversas funciones organizativas con el objetivo de obtener un nivel satisfactorio de beneficios proporcionando valor a los clientes. El marketing como filosofía salta las barreras de su departamento y se convierte en la cultura de la empresa, en un modo de dirigirla. No se puede confundir la orientación al marketing, que hace un énfasis especial en las técnicas de marketing concediendo un mayor protagonismo al departamento de marketing frente a las demás unidades funcionales, con la orientación al mercado, donde la filosofía de marketing es demandada y difundida por toda la empresa. La orientación al mercado es un objetivo de toda la organización, superando con ello un enfoque exclusivamente funcional, vinculado exclusivamente al departamento de marketing, y adquiriendo una dimensión estratégica. Si bien sus fundamentos teóricos se asientan en teorías de marketing, también se apoyan en otras teorías como la de recursos y capacidades, creación de una cultura organizativa y un ambiente de empresa y en teorías relacionadas con el aprendizaje organizativo. En consecuencia, la orientación al mercado de la empresa conlleva el desarrollo de las siguientes actividades: 9 1. Recogida de información en el mercado que permita comprender mejor las necesidades y deseos de los clientes, la situación de los competidores y las amenazas y oportunidades del entorno, la sensibilidad a los cambios del mercado como clave para el éxito de la empresa y la existencia de una predisposición a estar pendiente de todo lo que acontece en el exterior de la empresa, detectando cambios y reaccionando en consecuencia. 2. Coordinación, procesamiento y distribución de toda esta información a las diferentes áreas funcionales, de tal modo que permita la definición, consensuada por los diferentes componentes de la organización, de las líneas de actuación empresarial, con una clara orientación a satisfacer necesidades y proporcionar valor a los clientes de un modo eficiente. 3. Ejecución de la estrategia de manera coordinada y con un compromiso mutuo por las diferentes áreas funcionales y niveles de la empresa. La integración y coordinación de funciones no aparece de forma natural en toda empresa que se orienta a sus clientes, sino que requiere un esfuerzo adicional por parte de la misma. Este esfuerzo ha de ir dirigido a integrar todos sus recursos, materiales y humanos, tangibles e intangibles, y a coordinar su funcionamiento global con el objetivo de proporcionar más valor para los clientes de forma continuada (Llonch, 1996). 4. Establecimiento de relaciones duraderas y alianzas con los diferentes agentes con quienes se relaciona la empresa con el ánimo de generar mayor valor para el cliente. 5. Medición de los resultados en función de variables de mercado, con una visión a largo plazo de actuaciones que persigan el logro de beneficios proporcionando valor a los clientes. En general, existe una relación positiva (directa o indirecta) entre orientación al mercado y resultados de la empresa. Existe diversidad de estudios respecto a la influencia de la orientación al mercado en los resultados de la empresa; de la revisión de los mismos podemos concluir de forma esquemática en que, con una adecuada orientación al mercado, la empresa consigue: 1) Mayor efectividad en las acciones de marketing. 2) Mayor calidad relativa del producto. 3) Éxito en el lanzamiento de nuevos productos. 4) Retención de clientes. 5) Mayor cuota de mercado. 6) Mayor tasa de crecimiento en las ventas. 7) Mayor rentabilidad de las inversiones. 8) Mayor rentabilidad de las ventas. 9) Mayor rentabilidad de los fondos propios. 4. SATISFACCIÓN DEL CLIENTE A TRAVÉS DE LA CALIDAD, EL SERVICIO Y LA ENTREGA DE VALOR. 10 Los clientes buscan maximizar su expectativa de valor con las limitaciones de accesibilidad, renta personal y coste del producto. Se crean una expectativa sobre el valor a recibir y actúan de acuerdo con ella. Posteriormente, tienen una percepción del valor recibido que afecta a su nivel de satisfacción y a la probabilidad de recompra. Los clientes compran a la empresa que les proporciona la máxima expectativa de valor. Para elaborar sus expectativas de valor, el cliente se basa en una serie de determinantes del valor añadido para el cliente (ver cuadro 1.2). Cuadro 1.4. Determinantes del valor añadido para el cliente Valor del producto Valor de los servicios Suma de valores positivos Valor del personal Valor de la imagen Valor recibido neto Precio monetario Tiempo empleado Suma de valores negativos Energía empleada Costes psíquicos El valor recibido es la diferencia entre los valores positivos y los negativos proporcionados. El total de valores positivos es el conjunto de beneficios que los clientes reciben de un producto o servicio. Explicaremos el valor recibido con un ejemplo (Kotler, 1995). Supongamos que una empresa agrícola quiere comprar un tractor. Duda entre las marcas Caterpillar o Komatsu. Los vendedores de ambas empresas le describen cuidadosamente sus ofertas. El comprador potencial valora las dos ofertas y entiende que el producto de la primera marca le proporciona un mayor valor. También percibe diferencias en cuanto a los servicios añadidos, como la entrega, formación, mantenimiento, y concluye que, en cuanto a los servicios añadidos, también la marca Caterpillar ofrece mayor valor. Comparando el 11 personal de ambas empresas percibe un mayor valor en el de la marca Caterpillar. Considera que existe también una diferencia en la imagen de las dos compañías, dando un valor más alto a la primera. Suma los valores de los cuatro componentes, es decir, producto, servicios, personal e imagen, y concluye que la oferta de la marca Caterpillar presenta la máxima expectativa de valor. ¿Comprará el tractor de la marca Caterpillar? No necesariamente. Examina ahora también los valores negativos de cada oferta. Los valores negativos son algo más que el precio. Como ya señaló Adam Smith hace 200 años, “el precio real de cualquier oferta incluye la fatiga y los problemas de su adquisición”. Así pues, incluyen valores como el tiempo empleado, energía y costes psíquicos. Estos costes se valoran, se suman y se incluyen en el total de expectativas de valores negativos a recibir. El comprador debe considerar ahora si el total de valores negativos de la oferta Caterpillar es o no demasiado alto en relación con los valores positivos. Si el total valores negativos fuera demasiado grande, podría adquirir la marca Komatsu. comprador adquirirá aquella oferta que le proporcione mayores expectativas netas valor. de de El de Ciertamente, a veces los compradores actúan bajo diversas limitaciones y, en ocasiones, deciden basándose más en las motivaciones personales que en los beneficios para la compañía. Sin embargo, pensamos que la maximización de las expectativas de valor es un instrumento interpretativo útil que se aplica en muchas situaciones y que proporciona claves muy interesantes de análisis del comportamiento humano de compra. 5. Marketing relacional Podemos definir el marketing de relaciones de la siguiente forma: “El marketing de relaciones consiste en establecer, desarrollar y comercializar relaciones a largo, medio y corto plazo con clientes, proveedores, distribuidores, entidades laterales (competidores, organizaciones no lucrativas y gobierno) y ámbito interno (empleados, departamentos funcionales y unidades de negocio), tales que permitan el mayor valor ofertado al consumidor final y, a la vez, la consecución de los objetivos de todas las partes mencionadas de la forma más eficiente para cada una de ellas”. Los antecedentes conceptuales del marketing de relaciones se sitúan en los estudios desarrollados por: 1. La Escuela Nórdica en el ámbito del marketing de servicios y en el marketing industrial. Diversos trabajos de esta escuela han cuestionado la visión tradicional transaccional abogando por una relación a largo plazo (Gummesson, 1996) o continua (Grönroos, 1995). Hay que tener en cuenta las expectativas de la partes cara a futuros intercambios. 2. Las contribuciones del IMP Group (Industrial Marketing and Purchasing Group) que desde una perspectiva de redes e interacción entre éstas pretende explicar los negocios industriales, reconociendo la existencia de una competencia global entre redes y grupos de empresas. El marketing de relaciones se extiende a públicos que no son exclusivamente los clientes finales de la empresa. Como indican Morgan y Hunt (1994), hay que considerar cuatro grupos de relaciones (figura 1.3): relaciones con los suministradores (de mercancías 12 o de servicios), relaciones internas (unidades de negocio, empleados y departamentos funcionales), relaciones con los clientes (clientes finales e intermediarios) y relaciones laterales (competidores, gobierno y organizaciones no lucrativas). Las redes son ahora el punto central de la competencia y del éxito, extendiendo las relaciones a todos los niveles y direcciones. Cuadro 1.5. Dimensiones del marketing relacional Fuente: Morgan y Hunt (1994). Un aspecto interesante a investigar son las características que definen el intercambio relacional y los factores de éxito. En este sentido se han formulado varios modelos, como el modelo de comportamiento contractual y la teoría del compromiso-confianza. El modelo de comportamiento contractual se basa en la teoría de los costes de transacción y asume como elemento central a los contratos, ya que se considera que éstos capturan las relaciones entre las partes, proyectando el intercambio hacia el futuro. (Nevin, 1995). Es decir, son las relaciones formalizadas a través de contratos las que permiten mantener e intensificar las transacciones, de tal manera que el contrato expande el concepto de intercambio más allá de la transacción discreta y se convierte en el eje del marketing. Será el valor futuro esperado de la relación de intercambio el que guiará la contribución de cada miembro. 13 Otro modelo, que toma como referencia el anterior pero esquematiza mucho más la naturaleza del intercambio relacional, es la teoría compromiso-confianza. Se considera que el tándem compromiso-confianza es el eje indivisible que lleva a la eficiencia, a la productividad y a la eficacia de las relaciones. A partir de esta teoría, Morgan y Hunt (1994) formulan el modelo KMV (Key Mediating Variables), según el cual hay unos precursores del compromiso, como son los costes de finalización del contrato, los beneficios de la relación y los valores compartidos, y otros precursores de confianza, que son los valores compartidos, la comunicación y el comportamiento oportunista. Como consecuencia de la influencia de estas dos variables clave hay unos resultados en la relación, que son la aceptación, la propensión a irse, la cooperación, el conflicto funcional y la incertidumbre. No cabe duda de que un ingrediente imprescindible para desarrollar relaciones a largo plazo, principalmente en mercados industriales, es conseguir crear un clima de confianza. Algunos autores (Takala y Uusitalo, 1996) están proponiendo que las empresas deberían analizar y reconsiderar las relaciones que mantienen con sus clientes desde un punto de vista ético, ya que cumplir con normas morales como la honestidad o la integridad puede llevar a que se incrementen las percepciones de juego limpio por parte de los compradores y esto aumentar el grado de satisfacción y la rentabilidad conseguida. Hawes (1994) recomienda, con vistas a lograr la confianza del comprador, varios comportamientos: demostrar que la empresa o sus vendedores merecen tal confianza (ser honestos), hacer un gran número de promesas que luego se cumplen, mostrar que se es extraordinariamente digno de confianza, explicar las ventajas y los inconvenientes del producto, proporcionar información concreta y específica y no generalidades, aportar pruebas y testimonios, proporcionar servicio gratuitamente y establecer credibilidad (puesto que la confianza es una cuestión de percepciones e impresiones, la forma de vestir o de hablar puede tener una gran importancia, el vendedor debe demostrar ser un profesional). BIBLIOGRAFÍA Grönroos, C.: “Relationship marketing: the strategy continuum”, revista Journal of the Academy of Marketing Science, vol. 23, núm. 4, pp. 252-254, 1995. Gummesson, E. “Relationship marketing and imaginary organizations: a synthesis”, rev. European Journal of Marketing, vol. 30, núm. 2, pp. 31-44, 1996 Hawes, J.: “To know me is to trust me”, rev. Industrial Marketing Management, núm. 23, pp. 215-219, 1994. Kotler, P.: “Dirección de Marketing”. Editorial: Prentice Hall, 1996. Llonch, J.: “Orientación al mercado y competitividad de la empresa”. Ed. Eada, Gestión, 1993. Morgan, R. M. y Hunt, S. D.: “The commitment-trust theory of relationship marketing”, rev. Journal of Marketing, vol. 58, julio, pp. 20-38, 1994. Nevin, J. R.: “Relationship marketing and distribution channels: exploring fundamental issues”, rev. Journal of the Academy of Marketing Science, vol. 23, núm. 4, pp. 327334, 1995. Santesmases Mestre, M.: “Marketing: concepto y estrategias”. Ed. Pirámide, 1996. 14 Takala, T. y Uusitalo, O.: “An alternative view of relationship marketing: a framework for ethical analysis”, rev. European Journal of Marketing, vol. 30, núm. 2, pp. 45-60, 1996. Vázquez Casielles, R. y otros: “Estrategias de Marketing para mercados industriales”. Ed. Civitas, 1998. 15