TU ROSTRO EN CADA ESQUINA Señor, que vea… …que vea tu rostro en cada esquina. Que vea reír al desheredado, con risa alegre y renacida Que vea encenderse la ilusión en los ojos apagados de quien un día olvidó soñar y creer. Que vea los brazos que, ocultos, pero infatigables, construyen milagros de amor, de paz, de futuro. Que en otro vea a mi hermano, y en mi interior te vislumbre Porque no quiero andar ciego, perdido de tu presencia, distraído por la nada… Señor, que vea… … que vea tu rostro en cada esquina. Terminamos rezando el Padrenuestro y pidiendo que venga a nosotros su Reino de justicia, de amor, de paz, de igualdad... “ABRID LAS PUERTAS A CRISTO” Este es uno de los gritos más hermosos que se han lanzado en los últimos tiempos. Un grito lanzado por el Papa Juan Pablo II a los jóvenes de todo el mundo en uno de sus múltiples encuentros con ellos. ¡Es un grito no sólo para los jóvenes, sino para todo tipo de persona! ¿Estamos dispuestos a escucharlo? Nos resultará más comprensible si caemos en la cuenta de que es el mismo Jesús el que está llamando a tu puerta, a tu corazón. Él mismo lo dice con estas preciosas palabras: Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo (Ap 3,20). Vamos a orar con estas palabras de Jesús, dejándolas que suenen en nuestro oído y en nuestro corazón. También leemos este soneto en silencio y tratamos de ver en cuántas ocasiones llama Jesús a nuestra puerta y la respuesta que le damos. ¿QUÉ TENGO YO? ¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras? ¿Qué interés se te sigue, Jesús mío, que a mi puerta, cubierto de rocío, pasas las noches del invierno oscuras? UNA LLAMADA AL AMOR Amaos unos a otros como yo os he amado (Jn 13,14) Del amor se ha dicho todo, o... casi todo. Palabra atractiva y fascinante, donde las haya. Pero, también, palabra peligrosa, difícil de definir y... de vivir. Deja que resuene en tu corazón esta palabra de Jesús mientras vas haciendo presentes los gestos de amor de Jesús hacia gentes concretas de su tiempo... Y cae en la cuenta de que lo que hizo entonces, lo quiere hacer ahora contigo: recuerda algún acto de compasión, de perdón... Un leproso se acerca a Jesús y se postra ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme! Él extendió la mano, lo tocó y dijo: ¡Quiero, queda limpio! (Recordemos cómo se acercaba Jesús a la gente que lo necesitaba. Vamos a detenernos en el gesto de Jesús que más nos guste y aprendamos esa forma de tratar a los demás para también hacerla nosotros) Canto: SI ME FALTA EL AMOR Aunque yo dominara las lenguas arcanas y el lenguaje del cielo supiera expresar, solamente seria una hueca campana si me falta el amor. Si me falta el amor, no me sirve de nada. Si me falta el amor, nada soy./ (bis) JESÚS TE LLAMA Nos estamos acostumbrando a vivir un cristianismo “a la carta”, donde cada uno picotea aquí y allá, escogiendo aquello que en un momento dado nos apetece o queda bien. O un cristianismo hecho sólo de rezos, de costumbres, de jaculatorias, de devociones, etc. que no tocan auténticamente el corazón, ni nos cambian por dentro. O un estilo de vida de buena gente, pero que no se diferencia en nada de las personas que no tienen fe: metidos a tope en la sociedad de consumo, viviendo de apariencias ante los demás, llevando una vida cómoda, ignorando a los que sufren a nuestro lado... Pero ser cristiano , es algo más... ¡Es escuchar a Jesús y seguirlo! Deja que resuenen en ti estas palabras de Jesús llamando a sus discípulos: Caminando por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y a su hermano Andrés, echando la red en el mar, pues eran pescadores, y les dice: ‘Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres’. Y ellos, al instante, dejando las redes, lo siguieron (Mc 1,16-18). Conversa con Jesús y pídele la gracia de poder experimentar qué es eso de que él te llama a seguirlo y si estás dispuesto a