SALUD, NUTRICIÓN Y EDUCACIÓN Michael Moss, (premio Pulitzer 2010) periodista del New York Times desclasificó 300 documentos de grandes empresas como Kraft, Cargill, CocaCola, y la división alimentaria de Philip Morris, documentos en los que queda claro que todos ellos sabían muy bien lo que estaban haciendo y cómo manipularon los alimentos para volverlos adictivos. Existen estrechas relaciones Salud Nutrición Educación Estamos viviendo en una etapa en el que el Sistema Alimentario Industrial profundiza lo masivo de la producción, la estandarización y la especialización de los alimentos, basada principalmente en un tipo de agricultura con alta mecanización, focalizado en monocultivos, la utilización intensiva de insumos sintéticos (fertilizantes químicos/pesticidas) y buscando maximizar la producción y la renta. Y cómo nos va con todo esto? Asistimos actualmente a la desintegración del sistema alimentario campesino, especialmente en las comunidades situadas en la frontera agroexportadora; al mismo tiempo, estamos en pleno proceso de urbanización. El modelo agroexportador expulsa población campesina. Esto transforma a la población expulsada: de productores de alimentos pasan a ser meros consumidores. Se produce una transición nutricional que es un cambio dietario (esta cambiando no sólo lo que comemos sino la manera de comer) 2008/Asunci ón 1972/Cara jaó Tres cambios en la dieta Diferenciación y estratificación: comer comida típica no es barato; no está al alcance de todos. No todos los fideos son iguales. Homogeneizaci ón: pérdida de la diversidad, se concentra en determinados platos (arroz, fideos, comida chatarra) Cambio del tiempo: las exigencias horarias laborales marcan el ritmo del comer El significado de la comida es indisociable de las condiciones de su producción y preparación. Es importante examinar el entorno político, social, económico y ecológico en que se insertan las prácticas del comer. La cocina campesina, representa una forma de comer de la naturaleza sin destruirla, y de vivir del trabajo propio y/o ajeno sin explotación, una relación comensal en su sentido biológico, el de vivir de otro organismo sin dañarlo. La idea de soberanía alimentaria pone de relieve la importancia de relocalizar tanto el sistema alimentario, como la formulación de políticas que lo rijan dentro del territorio de los pueblos y no en el locus del mercado internacional y las organizaciones multilaterales. “Cuando las mujeres de las organizaciones campesinas preparan el ka’i ku’a y el chipa guazú para su campaña en contra del maíz transgénico, cargan la comida con un significado explícitamente político, volviéndola el medio y el mensaje del conflicto entre el campesinado y el agronegocio. Simbólicamente, envuelven y hierven en una chala de maíz la lucha contra la apropiación de sus tierras, la destrucción de sus comunidades, la contaminación de los arroyos, la tala del monte, la muerte de sus animales y el envenenamiento de sus familias. La lucha se convierte en alimento, significado por ellas no como mercancía, sino como fuente de la vida. Y lo que amplifica su poder simbólico es que la comida es literalmente incorporada por los y las militantes, y el medio y el mensaje se metabolizan en la sustancia y la fuerza de la lucha”