Santiago, 7 de diciembre de 2011 Señor Jaime Mañalich Ministro Ministerio de Salud Presente De mi consideración: En representación de la organización de conservación marina OCEANA y conforme habilita el derecho de petición consagrado por el artículo 19 N°14 de la Constitución Política de la República, tengo a bien solicitar a Usted lo siguiente: Conducir un estudio de cobertura nacional sobre los niveles de mercurio y metil-mercurio en peces, algas y mariscos capturados en aguas chilenas, así como en aquellas especies importadas y venidas como alimento en los mercados nacionales. Esta petición se fundamenta en los siguientes argumentos y antecedentes: 1. El mercurio como contaminante y amenaza tóxica La contaminación por emisiones mercurio puede producir severos problemas en la salud de especies marinas y en los seres humanos que las consumen. El mercurio es tóxico, persistente y factible de ser transportado a través de largas distancias, lo que transforma sus emisiones en un problema que afecta más allá de una realidad local. Este metal pesado es una conocida neurotoxina que puede alterar el normal desarrollo cerebral de los niños y la salud cardiopulmonar de los adultos. En países como Estados Unidos y recientemente España, las agencias competentes han alertado a la población de no comer más de cierta cantidad a la semana de aquellos pescados con alta presencia de mercurio, como el atún, entre otros. El compuesto orgánico de mercurio más peligroso es el metilmercurio, el cual tiene la capacidad de acumularse en los organismos, fenómeno que se conoce como bioacumulación. Durante este proceso acumulativo las cantidades de mercurio se magnifican a medida que se asciende en la cadena alimenticia, alcanzando los niveles más peligrosos en los grandes depredadores como tiburones, atunes y peces espada. Es por esto que el consumo humano de estas especies es altamente riesgoso: se puede ampliamente superar el valor límite establecido de 1 mg/Kg. La bioacumulación de metilmercurio acarrea serios problemas especialmente en el cerebro en desarrollo de bebes en gestación, neonatos y niños pequeños, causándoles discapacidad mental y trastornos de la función motora gruesa e incluso la muerte, entre otros efectos indeseados. 1 El fenómeno de bioacumulación de metales pesados en ecosistemas marinos ha sido ampliamente estudiado. Los altos niveles de liberación antrópicas de mercurio al ambiente – tales como las emisiones provenientes de centrales termoeléctricas a carbón - han incrementado, a veces en proporciones muy significativas, la cantidad de mercurio en distintas fuentes de agua como estuarios, lagos y océanos. Bacterias presentes en los sedimentos de estas fuentes transforman el mercurio desde su forma elemental o metálica al compuesto orgánico metilmercurio, que es extremadamente peligroso para el ser humano y la fauna en general. El problema con el metilmercurio radica en sus propiedades fisicoquímicas, ya que tiene afinidad con los lípidos, lo que le permite traspasar fácilmente la barrera hemato-cefálica y la placenta, además de unirse fuertemente a los sulfuros del aminoácido cisteína, por lo que su eliminación del cuerpo es lenta, produciéndose un fenómeno de bioacumulación. Este compuesto se traspasa al plancton por filtración o consumo de bacterias, y luego asciende por la cadena trófica, al depredar los animales más grandes sobre aquellos más pequeños. Dentro de una cadena trófica los niveles de acumulación no son iguales, obteniéndose valores mayores en los depredadores tope, los que consumen animales más grandes y por tanto con mayor contenido de metales en sus tejidos. En grandes depredadores como el pez espada los valores registrados superan fácilmente los 2 mg/Kg, dependiendo del tamaño o edad del espécimen. 2. Anuncio del Ministerio de Salud de medición de niveles de mercurio en pescados y mariscos a nivel nacional. Con fecha 2 de julio de 2011 el diario La Tercera publicó una nota en que informaba que, dos días antes, la Subsecretaría de Salud Pública había instruido a los distintos Seremis del país la toma de muestras de pescados y mariscos, frescos y enlatados, para un análisis de contenido de mercurio. La nota reproducía declaraciones de la Directora del Instituto de Salud Pública en que señalaba que en cinco días estarían listos los análisis y resultados. 3. Estudios realizados no satisfacen a lo comprometido públicamente. En razón de esta nota y, dado que nuestra organización ha estado durante este año preocupada de los efectos marítimos de las emisiones de mercurio de origen antrópico - como lo demuestra la copia adjunta de una petición que formuláramos hace algún tiempo a la Ministra del Medio Ambiente - es que vía solicitud de acceso a la información pública fechada el 2 de agosto solicitamos a su Ministerio conocer los resultados del estudio anunciado. En esta solicitud de acceso pedimos concretamente a su Ministerio: (a) Los resultados de las tomas de muestras tanto de pescados y mariscos, frescos como enlatados, que la Subsecretaría de Salud Pública ordenó efectuar a nivel nacional; (b) Que la información fuera proporcionada de manera desagregada por Región y localidad donde se efectuaron las muestras; (c) Que también se nos proporcionase la información relevante sobre el proceso de muestreo, incluyendo metodología de las tomas y procesos de análisis bioquímicos, e informes finales si los hubieren. La respuesta de su institución fue emitida y recibida dentro de los plazos que señala la Ley 20.285 sobre Acceso a la Información Pública. De su análisis se colige lo siguiente: a. El estudio no incluyó mariscos, a pesar del anuncio efectuado. 2 b. No tuvo un carácter nacional, muy por el contrario, sólo una muestra, de un universo de 67, fue obtenida en una Región distinta a la Metropolitana (Coquimbo). c. Ninguna muestra se obtuvo o provino de alguno de los lugares de la costa chilena que fundadamente podrían presentar altos niveles de concentración de mercurio, ya sea por presencia de termoeléctricas o de relaves provenientes de la minería: Tocopilla, Mejillones, Huasco, Ventanas, Laguna Verde, Coronel, entre otros. d. La gran mayoría de las muestras (49) corresponden a conservas de atún, presumiblemente todas provenientes del extranjero, mientras que sólo 18 son de pescado, fresco o congelado. De éstas, 10 corresponden a pescado nacional, 5 a importado y 3 de procedencia desconocida. Esto siginifica que aproximadamente sólo un 15% de lo muestreado corresponde a productos obtenidos de las costas chilenas. e. De las 10 muestras de pescado chileno, un preocupante 33% (3 muestras) sobrepasó el límite aceptable para mercurio según el Reglamento DS 977 de 1996. En efecto, mientras que éste cuerpo normativo prescribe que el límite admisible para pescados de talla grande es de 1,5 mg/kg, las tres muestras de albacora presentaron niveles de contaminación por mercurio de 1,97, 1,73 y 1,53 mg/kg, respectivamente. f. Una muestra de atún en conserva presentó un alarmante nivel de contaminación por mercurio de 2,29 mg/kg, siendo que el límite reglamentario es de 1,0 mg/kg. Cuando salió en prensa la determinación del Ministerio de Salud de medir los niveles de mercurio de pescados y mariscos en Chile Oceana celebró dicho anuncio, en el entendido que, finalmente, existía una preocupación de abordar este tipo de contaminación que por años ha permanecido con escasa atención por parte de nuestras autoridades, a pesar de los graves riesgos que conlleva para la salud humana, especialmente para el desarrollo del feto, mujeres embarazadas y niños. El anuncio fue correcto en señalar que el estudio tendría un carácter nacional, pues con esto se estaría tratando de cautelar la salud de toda la población. Lamentablemente, según la información que se nos hizo llegar, eso finalmente no ha sucedido. La información es parcial, de una sóla Región y, además, la gran mayoría de las muestras provienen de importaciones de pescados. Nada más inadecuado para conocer el estado real de la contaminación en nuestras costas que permita, consiguientemente, proponer, planificar y ejecutar políticas públicas de salud ambiental y medidas de descontaminación pertinentes. Por su parte, estimamos de suma gravedad que en el único muestro de pescado capturado en aguas nacionales que tiene un número más considerable de pruebas – la albacora – un 30% de los resultados arrojan cifras por sobre el límite reglamentario permisible. Junto con cursarse los debidos sumarios sanitarios y retirar o decomisar los productos afectados, este antecedente es suficiente en sí mismo para justificar la medida que hemos propuesto de manera que la autoridad sanitaria de Chile, cumpliendo con sus deberes constitucionales cautelares del derecho a la salud, vida e integridad física de las personas, estudie a profundidad la situación y ejecute las acciones pertinentes que los resultados de estos estudios sugieran. 3 Finalmente, Oceana desea solicitar al Sr. Ministro concedernos una entrevista para profundizar en estos temas y ofrecer toda nuestra colaboración en la planificación y coordinación de una estrategia tendiente a estudiar y atacar la contaminación por mercurio en los productos marinos chilenos. Le agradecemos de antemano su atención y quedamos a la espera de su respuesta a la presente solicitud. Su correspondencia puede dirigirse a la dirección Av. Condell 520, Providencia, Santiago, o al correo electrónico amunoz@oceana.org. Sin otro particular, saluda atentamente a Usted, Alex Muñoz Wilson Vicepresidente para Sudamérica OCEANA 4