Alimentos fortificados

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Fuente: www.alimentosargentinos.gov.ar
Alimentos fortificados y enriquecidos
Los cambios registrados en los últimos años en el perfil de los consumidores y en sus
hábitos alimenticios brindaron importantes oportunidades de negocios a la industria
alimentaria. Y también impulsaron la elaboración de productos fortificados y
enriquecidos, destinados a satisfacer necesidades específicas de personas sanas, que
tienen efectos benéficos sobre el organismo y evitan posibles enfermedades.
Los nuevos consumidores se caracterizan por algunas actitudes que los diferencian
marcadamente de las generaciones anteriores.
 Tienen más desarrollado el concepto de la responsabilidad individual en el
cuidado de la salud.
 Están dispuestos a hacer valer sus derechos, reclaman información y
especificaciones claras, aprecian la honestidad y la responsabilidad comercial.
 Valorizan los alimentos considerados "sanos" que ganan posición de
mercado frente a los tradicionales: Los horneados avanzan sobre los fritos, los
jugos sobre las gaseosas, y el agua mineral alcanza un lugar de prestigio
frente al alcohol. Algunos segmentos de consumidores sustituyen la carne roja
por carnes blancas y pescados y demandan panes, galletas, fideos, snacks y
corn flakes, elaborados con harinas integrales. Las dietas que incluyen
bróccoli, tomate y zanahoria se encuentran en plena expansión, por su
reputación de vegetales que previenen enfermedades.
 La demanda de aguas creció casi en forma exponencial en los últimos años.
Los nuevos consumidores recuperaron la conciencia de que el agua es un
elemento esencial para la vida y lo conciben como un elemento terapéutico y
cosmético.
 Se difunde el concepto de alimentos funcionales. Los consumidores
occidentales, como lo hicieran los orientales hace siglos, están descubriendo
los beneficios de ciertos alimentos que mejoran las funciones del organismo o
evitan enfermedades.
Los fortificados y los enriquecidos
Los productos así denominados han sido modificados en su composición original
mediante la adición de nutrientes esenciales a fin de satisfacer necesidades
particulares de alimentación de determinados grupos de la población.
El Código Alimentario Argentino los incluye como "alimentos dietéticos o para
regímenes especiales". Y define a estos últimos, como productos especialmente
modificados en su composición original y/o en sus características físicas, químicas,
biológicas o de otra índole, resultantes de un proceso de fabricación o de la adición,
sustracción o sustitución de determinadas substancias componentes.
Los alimentos dietéticos se clasifican en:
A – Los destinados a satisfacer necesidades alimentarias específicas de grupos de
personas sanas. Este grupo incluye los productos para lactantes y niños de corta
edad, los alimentos fortificados, los que proporcionan -por adición- nutrientes
esenciales, y aquellos en los que se han restaurado nutrientes perdidos en el proceso
de elaboración.
B – Los destinados a satisfacer necesidades alimentarias de personas que presentan
estados fisiológicos particulares.
C – Los alimentos enriquecidos.
D – Los suplementos dietarios.
Alimentos fortificados
Según el Artículo 1363 del mencionado Código, los alimentos fortificados son
productos suplementados en forma significativa en su contenido natural de nutrientes
esenciales. Deben aportar entre el 20% y el 100% de los requerimientos diarios
recomendados para adultos y niños de más de 4 años de edad (tienen que indicarse
en el rótulo del envase).
Las empresas utilizan la fortificación como una estrategia de diferenciación para
elaborar alimentos que puedan ser percibidos como productos de mayor valor. Por
esta razón, generalmente se fortifican alimentos a los que se puede agregar valor con
poco costo adicional, como los panificados, cereales para desayunos, lácteos,
galletitas y pastas.
El Código Alimentario no autoriza la fortificación de productos cárneos y derivados,
helados, alimentos azucarados, bebidas fermentadas, bebidas analcohólicas o polvos
para prepararlas (excepto las bebidas referidas que contengan jugo en su
composición), aguas, aguas carbonatadas y aguas minerales, con o sin gas.
Las ventajas de la fortificación de alimentos son:
 Su alto potencial de agregado de valor, que permite aumentar la
rentabilidad de la empresa
 Su propiedad de equilibrar las dietas
 Que permiten desarrollar una estrategia de diferenciación de muy bajo
costo.
Sus desventajas se resumen en la posible toxicidad por exceso de micronutrientes o
por reacciones entre ingredientes.
Además de los fortificados existen otras alternativas de adición de nutrientes
esenciales para personas sanas, que son utilizadas por las empresas para agregar
valor y diferenciar productos:
A - Para restaurar los nutrientes perdidos en el proceso de elaboración como sucede,
por ejemplo, con los productos farináceos adicionados con hierro. Si bien este es el
objetivo de la adición de vitaminas A y D en la leche, el Código Alimentario permite,
excepcionalmente, la utilización del adjetivo "fortificado" en los rótulos de estos
productos, determinando el nivel máximo de vitaminas que pueden contener por litro a
consumir.
B - Para adicionar nutrientes esenciales que permitan mejorar la calidad nutricional
global de la dieta; por ejemplo, los farináceos con calcio y vitaminas.
En Estados Unidos, está tomando mucho auge la demanda de alimentos adicionados,
con el objetivo de prevenir enfermedades, acercándose al concepto de alimentos
funcionales. Así, en el mercado se encuentran barras de cereales destinadas a
mujeres de mediana edad, suplementadas con calcio (para prevenir la osteoporosis);
con proteína de soja (para reducir el riesgo de cáncer de mama); y con ácido fólico
(para un corazón más sano). Otros snacks, destinados a prevenir enfermedades
cardíacas se encuentran adicionados con 9 vitaminas y minerales esenciales.
Los panecillos energizantes son un verdadero suceso. Contienen gingko biloba,
lecitina, ginseng, guaraná y ácido fólico. Las galletitas se encuentran adicionadas con
proteínas, zinc y antioxidantes.
Lo mismo ocurre en Europa, donde los rótulos de los productos señalan: "valor
aumentado": En Alemania se comercializan golosinas adicionadas con coenzima Q10
y vitamina E; en Italia las góndolas de los supermercados ofrecen yogures con omega
3 y vitaminas, y en Francia se puede adquirir azúcar adicionada con fructooligosacáridos, que fomenta el desarrollo de la flora benéfica intestinal.
Otro tipo de adición de los alimentos enriquecidos responden a la implementación de
políticas de salud pública, ya que constituyen el vehículo que transporta más
eficientemente el elemento requerido para resarcir la carencia de una población.
Mientras que los alimentos fortificados responden a estrategias empresariales donde
el micronutriente es el factor elegido para diferenciar el producto.
En muchos países, la dieta tradicional de la población no llega a cubrir las
necesidades básicas de ciertos elementos esenciales para el crecimiento y el
desarrollo del ser humano, generando así deficiencias clínicas o subclínicas. La más
difundida -llamada anemia ferropriva- está causada por ingestas deficitarias de hierro
y afecta el desarrollo físico y mental de la población.
Hace más de 5 décadas que la adición de hierro es el método más usado como
medida de salud pública para prevenir anemias. Actualmente, muchos alimentos son
enriquecidos de acuerdo a normas y principios definidos por los organismos
establecidos.
Alimentos enriquecidos
El Artículo 1369 define a los alimentos enriquecidos como aquéllos a los que se han
adicionado nutrientes esenciales con el objeto de resolver deficiencias de la
alimentación que se traducen en fenómenos de carencia colectiva. La
elaboración y expendio de estos alimentos será permitida cuando:
a) La autoridad sanitaria competente determine las adiciones necesarias y sus
concentraciones, los tipos de alimentos sobre los que se podrán efectuar, las
exigencias de rotulación, las características del expendio y el alcance del mismo.
b) Se haya probado que las deficiencias de alimentación no pueden ser corregidas en
forma económica con alimentos normales o corrientes.
c) Las carencias deberán ser establecidas por la comunidad científica, que
identificará el problema, los grupos poblacionales afectados y la magnitud del alcance
(regional, multirregional o nacional).
Al no existir una dieta única a nivel mundial, las necesidades varían de país en país y
de región en región. Los organismos de Salud Pública son, generalmente, las que
evalúan cuál es la dieta promedio de una población, si existen o no carencias de
micronutrientes y cuál es el alimento más consumido que sirva de transporte del
elemento deficitario.
Su adición no tiene que alterar las características organolépticas del alimento, debe
ser estable y no reaccionar con los otros ingredientes. Es importante que el
compuesto a adicionar sea económico -dado su carácter de obligatorio- para que los
alimentos enriquecidos no resulten más caros que los comunes.
El proceso tiene que ser de fácil realización y control; y este último debe llevarse a
cabo en forma estricta, para defender los derechos del consumidor y el criterio de
lealtad comercial.
Entre los alimentos empleados como vehículos, los más importantes son los cereales,
las fórmulas para lactantes (constituyen el grupo crítico en cuanto a deficiencia de
hierro), los lácteos, las margarinas, la sal, el azúcar, las bebidas y el agua.
La harina de trigo es el vehículo más utilizado, debido a que en muchos países y
sectores poblacionales constituye casi la mitad de la ingesta calórica diaria. En su
estado natural, el grano de trigo contiene una buena fuente de vitamina B1 y B2,
niacina, B6, E, hierro y zinc. Sin embargo, más de la mitad de estos nutrientes se
pierde en el proceso de molienda.
La fortificación de la harina de trigo con hierro y vitaminas del complejo B es un
proceso simple y económico: el costo total para enriquecer la harina en los Estados
Unidos, agregando los nutrientes obligatorios, es inferior a un dólar por tonelada.
Es obligatorio el enriquecimiento de la harina de trigo con vitaminas B1, B2, Niacina e
Hierro en Bolivia, Colombia, Ecuador, Costa Rica, Chile, El Salvador, Guatemala,
Honduras, Panamá, R. Dominicana, Venezuela, Nigeria, Arabia Saudita, Canadá,
Estados Unidos y Reino Unido.
Además, en Bolivia, Canadá, Colombia, Ecuador, y Guatemala es también obligatorio
el enriquecimiento con ácido fólico. Sin embargo, los niveles de nutrientes agregados
a la harina de trigo varían según el país debido a las características nutricionales de
cada uno de ellos.
En Guatemala, a solicitud del Ministerio de Educación, el Instituto de Nutrición para
Centroamérica y Panamá desarrolló una galleta que contiene los nutrientes claves
para el desarrollo corporal y mental de los niños. Luego transfirió la receta a los
panificadores, quienes la fabrican, entregándolas -desde 1993- a niños del sistema
escolar oficial del país, como complemento de su dieta diaria, junto a un vaso de
avena y leche.
En Argentina, el Artículo 1272 del Código Alimentario, establece la obligatoriedad de
enriquecer la sal con yodo.
Según la Resolución Conjunta 26/2000 y 162/2000 del Código Alimentario Argentino,
se aprueba la utilización de olestra en la elaboración de snacks saborizados de
contenido reducido en lípidos, a condición que se adicionen ciertas cantidades de
vitaminas A, D, E y K. La ley prohibe que estos productos sean considerados
alimentos fortificados, ya que se trata de alimentos destinados a satisfacer
necesidades de personas que presentan estados fisiológicos particulares.
Ing. Agr. Andrea Pantanelli
Fuentes :
Revista Target
Código Alimentario Argentino
Actas del III Simposio Argentino de Vitaminas, Minerales Micronutrientes en Medicina
Nutrición y Salud
Revista Nutriview
Información cedida por Laboratorios Roche
Revista Prepared Foods.
Alimentos fortificados
Según el Artículo 1363 del mencionado Código, los alimentos fortificados son
productos suplementados en forma significativa en su contenido natural de nutrientes
esenciales. Deben aportar entre el 20% y el 100% de los requerimientos diarios
recomendados para adultos y niños de más de 4 años de edad (tienen que indicarse
en el rótulo del envase).
Las empresas utilizan la fortificación como una estrategia de diferenciación para
elaborar alimentos que puedan ser percibidos como productos de mayor valor. Por
esta razón, generalmente se fortifican alimentos a los que se puede agregar valor con
poco costo adicional, como los panificados, cereales para desayunos, lácteos,
galletitas y pastas.
El Código Alimentario no autoriza la fortificación de productos cárneos y derivados,
helados, alimentos azucarados, bebidas fermentadas, bebidas analcohólicas o polvos
para prepararlas (excepto las bebidas referidas que contengan jugo en su
composición), aguas, aguas carbonatadas y aguas minerales, con o sin gas.
Las ventajas de la fortificación de alimentos son:
 Su alto potencial de agregado de valor, que permite aumentar la rentabilidad de
la empresa
 Su propiedad de equilibrar las dietas
 Que permiten desarrollar una estrategia de diferenciación de muy bajo costo.
Sus desventajas se resumen en la posible toxicidad por exceso de micronutrientes o
por reacciones entre ingredientes.
Además de los fortificados existen otras alternativas de adición de nutrientes
esenciales para personas sanas, que son utilizadas por las empresas para agregar
valor y diferenciar productos:
A - Para restaurar los nutrientes perdidos en el proceso de elaboración como sucede,
por ejemplo, con los productos farináceos adicionados con hierro. Si bien este es el
objetivo de la adición de vitaminas A y D en la leche, el Código Alimentario permite,
excepcionalmente, la utilización del adjetivo "fortificado" en los rótulos de estos
productos, determinando el nivel máximo de vitaminas que pueden contener por litro a
consumir.
B - Para adicionar nutrientes esenciales que permitan mejorar la calidad nutricional
global de la dieta; por ejemplo, los farináceos con calcio y vitaminas.
En Estados Unidos, está tomando mucho auge la demanda de alimentos adicionados,
con el objetivo de prevenir enfermedades, acercándose al concepto de alimentos
funcionales. Así, en el mercado se encuentran barras de cereales destinadas a
mujeres de mediana edad, suplementadas con calcio (para prevenir la osteoporosis);
con proteína de soja (para reducir el riesgo de cáncer de mama); y con ácido fólico
(para un corazón más sano). Otros snacks, destinados a prevenir enfermedades
cardíacas se encuentran adicionados con 9 vitaminas y minerales esenciales.
Los panecillos energizantes son un verdadero suceso. Contienen gingko biloba,
lecitina, ginseng, guaraná y ácido fólico. Las galletitas se encuentran adicionadas con
proteínas, zinc y antioxidantes.
Lo mismo ocurre en Europa, donde los rótulos de los productos señalan: "valor
aumentado": En Alemania se comercializan golosinas adicionadas con coenzima Q10
y vitamina E; en Italia las góndolas de los supermercados ofrecen yogures con omega
3 y vitaminas, y en Francia se puede adquirir azúcar adicionada con fructooligosacáridos, que fomenta el desarrollo de la flora benéfica intestinal.
Otro tipo de adición de los alimentos enriquecidos responden a la implementación de
políticas de salud pública, ya que constituyen el vehículo que transporta más
eficientemente el elemento requerido para resarcir la carencia de una población.
Mientras que los alimentos fortificados responden a estrategias empresariales donde el
micronutriente es el factor elegido para diferenciar el producto.
En muchos países, la dieta tradicional de la población no llega a cubrir las necesidades
básicas de ciertos elementos esenciales para el crecimiento y el desarrollo del ser
humano, generando así deficiencias clínicas o subclínicas. La más difundida -llamada
anemia ferropriva- está causada por ingestas deficitarias de hierro y afecta el
desarrollo físico y mental de la población.
Hace más de 5 décadas que la adición de hierro es el método más usado como
medida de salud pública para prevenir anemias. Actualmente, muchos alimentos son
enriquecidos de acuerdo a normas y principios definidos por los organismos
establecidos.
Alimentos enriquecidos
El Artículo 1369 define a los alimentos enriquecidos como aquéllos a los que se han
adicionado nutrientes esenciales con el objeto de resolver deficiencias de la
alimentación que se traducen en fenómenos de carencia colectiva. La elaboración
y expendio de estos alimentos será permitida cuando:
a) La autoridad sanitaria competente determine las adiciones necesarias y sus
concentraciones, los tipos de alimentos sobre los que se podrán efectuar, las
exigencias de rotulación, las características del expendio y el alcance del mismo.
b) Se haya probado que las deficiencias de alimentación no pueden ser corregidas en
forma económica con alimentos normales o corrientes.
c) Las carencias deberán ser establecidas por la comunidad científica, que
identificará el problema, los grupos poblacionales afectados y la magnitud del alcance
(regional, multirregional o nacional).
Al no existir una dieta única a nivel mundial, las necesidades varían de país en país y
de región en región. Los organismos de Salud Pública son, generalmente, las que
evalúan cuál es la dieta promedio de una población, si existen o no carencias de
micronutrientes y cuál es el alimento más consumido que sirva de transporte del
elemento deficitario.
Su adición no tiene que alterar las características organolépticas del alimento, debe
ser estable y no reaccionar con los otros ingredientes. Es importante que el compuesto
a adicionar sea económico -dado su carácter de obligatorio- para que los alimentos
enriquecidos no resulten más caros que los comunes.
El proceso tiene que ser de fácil realización y control; y este último debe llevarse a
cabo en forma estricta, para defender los derechos del consumidor y el criterio de
lealtad comercial.
Entre los alimentos empleados como vehículos, los más importantes son los cereales,
las fórmulas para lactantes (constituyen el grupo crítico en cuanto a deficiencia de
hierro), los lácteos, las margarinas, la sal, el azúcar, las bebidas y el agua.
La harina de trigo es el vehículo más utilizado, debido a que en muchos países y
sectores poblacionales constituye casi la mitad de la ingesta calórica diaria. En su
estado natural, el grano de trigo contiene una buena fuente de vitamina B1 y B2,
niacina, B6, E, hierro y zinc. Sin embargo, más de la mitad de estos nutrientes se
pierde en el proceso de molienda.
La fortificación de la harina de trigo con hierro y vitaminas del complejo B es un
proceso simple y económico: el costo total para enriquecer la harina en los Estados
Unidos, agregando los nutrientes obligatorios, es inferior a un dólar por tonelada.
Es obligatorio el enriquecimiento de la harina de trigo con vitaminas B1, B2, Niacina e
Hierro en Bolivia, Colombia, Ecuador, Costa Rica, Chile, El Salvador, Guatemala,
Honduras, Panamá, R. Dominicana, Venezuela, Nigeria, Arabia Saudita, Canadá,
Estados Unidos y Reino Unido.
Además, en Bolivia, Canadá, Colombia, Ecuador, y Guatemala es también obligatorio
el enriquecimiento con ácido fólico. Sin embargo, los niveles de nutrientes agregados a
la harina de trigo varían según el país debido a las características nutricionales de
cada uno de ellos.
En Guatemala, a solicitud del Ministerio de Educación, el Instituto de Nutrición para
Centroamérica y Panamá desarrolló una galleta que contiene los nutrientes claves
para el desarrollo corporal y mental de los niños. Luego transfirió la receta a los
panificadores, quienes la fabrican, entregándolas -desde 1993- a niños del sistema
escolar oficial del país, como complemento de su dieta diaria, junto a un vaso de
avena y leche.
En Argentina, el Artículo 1272 del Código Alimentario, establece la obligatoriedad de
enriquecer la sal con yodo.
Según la Resolución Conjunta 26/2000 y 162/2000 del Código Alimentario Argentino,
se aprueba la utilización de olestra en la elaboración de snacks saborizados de
contenido reducido en lípidos, a condición que se adicionen ciertas cantidades de
vitaminas A, D, E y K. La ley prohibe que estos productos sean considerados
alimentos fortificados, ya que se trata de alimentos destinados a satisfacer
necesidades de personas que presentan estados fisiológicos particulares.
Ing. Agr. Andrea Pantanelli
Fuentes :
Revista Target
Código Alimentario Argentino
Actas del III Simposio Argentino de Vitaminas, Minerales Micronutrientes en Medicina
Nutrición y Salud
Revista Nutriview
Información cedida por Laboratorios Roche
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