TM El Teléfono Amigo Blanca Gómez Verástegui y Rosario Ortega Ruiz* maltrato entre iguales, violencia escolar En el ámbito de la Comunidad Autónoma de Andalucía, dentro del Programa Educativo de Prevención del Maltrato entre Compañeros, se ha puesto en marcha una línea telefónica gratuita de ayuda psicológica y educativa a aquellos chicos y chicas que la solicitan. En el artículo se explica brevemente cómo funciona y cuál es la valoración que se puede hacer, un año después, del servicio. n febrero de 1997 comienza su andadura el Teléfono Amigo. Su objetivo es proporcionar ayuda y orientación a todas aquellas personas relacionadas de una u otra manera con el fenómeno de la violencia escolar. Se trata de un servicio telefónico, atendido por psicólogos especialistas en el tema, que funciona las 24 horas, bien por atención directa o mediante un contestador. Para su puesta en marcha se llevó a cabo una campaña de sensibilización dirigida a escolares, familias y profesorado. A través de diferentes materiales divulgativos, se invitaba a tomar conciencia de la existencia del fenómeno y a adoptar una postura claramente contraria a este tipo de violencia utilizando el servicio del Teléfono Amigo. Funcionamiento En el momento en que se recibe una llamada, al tiempo que se la atiende, se procede a clasificarla, según su contenido, dentro de uno de los siguientes grupos: - Llamadas de Tipo 1: informan de problemas de abuso entre escolares. Constituyen el objeto de atención de este servicio, dedicado a asesorar sobre las vías existentes, a nivel educativo, para solucionar este tipo de casos. El Teléfono Amigo no es un servicio de denuncia, por lo que solamente informará directamente a la Inspección educativa si el problema es realmente grave. - Llamadas de Tipo 2: se refieren a otros tipos de malos tratos. - Llamadas de Tipo 3: hacen referencia a otros contenidos. A las personas que realizan estos dos últimos tipos de llamadas se les informa de la función del Teléfono Amigo pero, si por el contenido de las mismas se detectan situaciones de riesgo social, se les facilitan otros teléfonos o direcciones útiles para su caso. 70 Cuadernos de Pedagogía / N.0 270 / Junio LAURA TRAFÍ. E Una vez hecho esto, se procede a la identificación de la llamada, registrando en una ficha especialmente diseñada para ello los datos imprescindibles para el inmediato asesoramiento: edad, nivel escolar, tipo de abuso que se está produciendo, protagonista, nivel de ayuda real que está recibiendo o que tendría posibilidad de recibir, tiempo durante el cual se está prolongando la situación, etc. Otros datos, referentes a la identidad personal del comunicante, sólo se registran si la persona desea darlos, ya que se respeta en todo momento el anonimato. El paso siguiente consiste en proporcionar el tipo de ayuda o asesoramiento requerido en cada R TEMA DEL MES caso. A modo de ejemplo se presentan a continuación algunas de las situaciones más frecuentes: - Llama la víctima sin haber consultado antes con ninguna otra persona: en este caso, se suele brindar apoyo emocional tranquilizando al chico o chica; apoyo psicológico, y asesoramiento educativo (se le insta a buscar ayuda en sus profesores o en sus padres). - Llama la víctima tras contar el problema a sus profesores: en esta situación, se proporciona apoyo emocional (se le recuerda a la víctima su derecho a ser escuchada y ayudada) y se insiste en la necesidad de volver a buscar una ayuda directa, a través de sus padres, para que acudan al director del centro o a los servicios de Inspección. Además, se la estimula para que vuelva a llamar si no se produce ningún cambio. Si el problema es verdaderamente urgente, el Teléfono Amigo pone el caso en conocimiento de la Inspección provincial. - Llamada de apoyo psicológico: además de problemas concretos de abuso, el escolar tiene a veces otras dificultades (soledad, angustia, inseguridad) y llama para desahogarse. Desde el teléfono se realiza una escucha terapéutica, tratando de tranquilizarlo y orientarlo sobre cómo debe actuar ante sus problemas psicológicos. - Llamadas de docentes y familias: con frecuencia, el personal docente solicita información y asesoramiento sobre cómo intervenir educativamente en el problema de la violencia escolar. Desde el Teléfono se les informa acerca del Programa Educativo de Prevención del Maltrato entre Compañeros y se les envía el material de la campaña junto con algunos recursos educativos disponibles. Las familias de los escolares que son agredidos y, con menos frecuencia, las de los agresores también suelen acudir al Teléfono Amigo, donde se les brinda apoyo psicológico e información sobre cómo ayudar tanto a víctimas como a agresores y cómo trabajar en relación directa con el profesorado y los servicios de Orientación Escolar. Algunos resultados Desde su puesta en marcha hasta el momento se han recibido cerca de 5.000 llamadas, de las cuales un 20% hacen referencia a problemas de maltrato en general. De este 20%, aproximadamente un 70% (unas 700 llamadas) se refieren a maltrato entre iguales dentro de los centros educativos. Los protagonistas de las llamadas son en su mayoría chicos y chicas (76%), aunque también se ha registrado un número considerable de llamadas por parte de los padres (15%) y el personal docente (9%). La edad de los alumnos que llaman suele oscilar entre los 10 y los 13 años y son las chicas quienes más utilizan este servicio. En cuanto al tipo de implicación de estos escolares en el problema, se trata, casi en su totalidad, de víctimas de las agresiones de sus compañeros. La mayoría de estos chicos y chicas se quejan de estar recibiendo maltrato físico, verbal o varios tipos de maltrato a la vez. Por último, respecto a la R Algunos testimonios Reproducimos a continuación dos mensajes recibidos a través del Teléfono Amigo: «Quiero dejar constancia de algo que me ocurrió hace dos o tres años en un colegio privado, cuando estaba estudiando 1o de Bachillerato y sufrí el acoso de dos o tres compañeros. No eran agresiones físicas, eran más bien psicológicas; levantaron rumores sobre mí diciendo que yo estaba aislado y era solitario. Todo eso afectó a mis notas; suspendí todas las asignaturas, sufrí estrés, comía y dormía poco, adelgacé mucho. Al final eran 40 compañeros en contra mía. Yo no entendía por qué. Los profesores no hacían nada porque como no era agresión física no se daban cuenta y yo no les decía nada. Fueron los peores años de mi vida [ ]. Ahora voy a acabar el instituto y, por un lado, tengo miedo a confiar en mis compañeros y, por otro, ésta es la última oportunidad que tengo, ya que en la universidad las relaciones son mucho más frías». (Paco, 18 años) «Mi hija está atemorizada, no quiere ir al colegio, anda descalza por la casa para ponerse enferma y lo ha conseguido; lleva dos semanas en cama. Hay un grupo de niños de su clase que están continuamente metiéndose con ella, le rompen los libros, la amenazan ; le están haciendo la vida imposible en el colegio.» (Una madre) duración de esta situación, en la mayor parte de los casos esta relación se ha establecido varios meses antes de la llamada (52%). El 40% de los protagonistas se encuentran desorientados, sin saber a quién acudir; pero hay que decir que un 45% se sienten, además, desamparados: son los que han pedido ayuda con anterioridad a alguien en su propio centro educativo y no la han obtenido. Esto último nos hace pensar que, además de a la víctima y al agresor, la sociedad tiene que ayudar a la propia familia y al centro docente para enfocar de manera adecuada este problema. w * Blanca Gómez Verástegui es asesora del Teléfono Amigo y miembro del grupo de Investigaciones Psicopedagógicas de la Universidad de Sevilla. Rosario Ortega Ruiz es profesora de Psicología de la Educación y el Desarrollo de la Universidad de Sevilla y responsable del grupo de Investigaciones Psicopedagógicas. Nota: El Programa Educativo de Prevención del Maltrato entre Compañeros pertenece a la Consejería de Educación y Ciencia de la Junta de Andalucía, que está siendo asesorada por el equipo de Investigaciones Psicopedagógicas de la Universidad de Sevilla, mediante convenio de colaboración. Junio / N.0 270 / Cuadernos de Pedagogía 71