CCAYAC: el sustento analítico de la protección contra riesgos sanitarios M. en C. Elvira Espinosa Gutiérrez Comisionada de Control Analítico y Ampliación de Cobertura La Comisión de Control Analítico y Ampliación de Cobertura (CCAYAC) es una de las cinco Comisiones de la COFEPRIS, y es una institución de servicio porque es la responsable de aplicar las pruebas analíticas a los productos y procesos que se encuentran asociados a riesgos. Su misión es proporcionar resultados analíticos confiables y oportunos de calidad para que las decisiones que se tomen, estén fundamentadas en datos científicos reproducibles. Como parte del PROSA, en el ámbito del desarrollo tecnológico, se establecieron dos objetivos estratégicos para esta Comisión: el primero, fortalecer al Laboratorio Nacional de Referencia y el segundo, ampliar su cobertura, a través de la Red Nacional de Laboratorios Estatales de Salud Pública y de la Red de Laboratorios Privados Autorizados. Laboratorio Nacional de Referencia El corazón de la CCAYAC es el Laboratorio Nacional de Referencia, fundado en 1929 e instalado en el antiguo edificio de Lieja, sobre lo que hoy es el auditorio Bustamante; años después, se instaló en Tlalpan, donde el próximo año cumplirá 50 años de vida. El Laboratorio Nacional se fue desarrollando para dar un servicio analítico a toda la República. Sus instalaciones están diseñadas para procesar gran cantidad de muestras. A mediados de los setenta, se propuso un nuevo concepto que consistió en una red nacional de laboratorios que dio paso a la instalación de laboratorios prototipo en León y Acapulco, además de otros, que permitió que estatal y regionalmente se contara con el respaldo analítico necesario para las acciones de vigilancia epidemiológica y sanitaria, de esta manera, el laboratorio adquirió nuevas responsabilidades. Cambio de paradigma para el laboratorio de referencia Este cambio significó ir a la cabeza de las metodologías más adecuadas por precisión y tiempo de respuesta; identificar y cuantificar los riesgos que cualquiera de los productos y procesos que se usan y consumen, puedan presentar bajo la sospecha de riesgos; determinar la presencia de agentes contaminantes, químicos o biológicos, que puedan afectar la salud; establecer los posibles riesgos de los componentes de nuevos productos y verificar, analíticamente, la inocuidad y eficacia de los medicamentos y biológicos que se utilizan en nuestro país. Fortalezas del Laboratorio Nacional Consisten en contar y aplicar con metodologías analíticas variadas, rápidas, precisas, con alto grado de eficacia, reproducibilidad, y sobre todo, oportunas, para que se tomen las decisiones necesarias y evitar los daños a la salud. Transferir estas metodologías a los laboratorios de la red, al mismo tiempo que supervisar el desempeño de éstos, asegura que los resultados que se entregan en cualquier parte de la República, cumplen con los requisitos de calidad y oportunidad requeridos por el Sistema Federal Sanitario. Modernización del Laboratorio Nacional Las instalaciones del Laboratorio Nacional requirieron de una transformación de fondo. El desarrollo del proyecto en su concepto de diseño, planos arquitectónicos e ingeniería de detalle, se llevó año y medio y estuvo a cargo de dos firmas internacionales expertas en la construcción de laboratorios de alta especialidad. En el año 2003, se inició el proyecto de remodelación y reorganización que tuvo implicaciones en todos los ámbitos. Se rediseñaron las instalaciones de las redes de servicios básicos como energía eléctrica, agua, manejo de desechos, alimentación de vapor y otros. Las primeras obras comenzaron en la Dirección de Innovación y en la Subdirección de Diseño Logístico, que entonces se encontraban distribuidas en varios edificios de dimensiones reducidas que dificultaban la comunicación y el trabajo coordinado con el resto de las áreas a las que daban o recibían servicios. La construcción de la Recepción de Muestras y Atención al Público, así como el edificio de Referencia, que albergó a las gerencias analíticas, se realizó por módulos En general, se vigiló que las áreas de trabajo cumplieran con las especificaciones internacionales vigentes. Se supervisaron las áreas de atención al público, la renovación e instalación de equipos, la capacitación y entrenamiento al personal, a fin de incrementar la calidad en el servicio, ampliar el marco analítico por medio de la explotación máxima de los equipos y capacidades actuales y futuras. Reconstrucción del sistema de gestión de calidad En la reconstrucción del sistema de gestión de calidad que operaba hasta entonces, se buscó la simplificación, pero también el fortalecimiento de una respuesta organizada, trazable y reproducible que asegurara la validez de los resultados. En las áreas analíticas, las gerencias se conformaron por tipo de prueba, no por productos como anteriormente se encontraban distribuidos los departamentos, lo que permitió aplicar toda la capacidad analítica a cualquier tipo de producto, optimizar el uso de los equipos existentes y hacer más versátil la capacidad de respuesta. Las implicaciones van desde la distribución física de equipos y personas, hasta la capacitación especializada del personal, que obedeció a las tendencias técnicas actuales, sin olvidar los conceptos básicos y los aspectos humanos como los valores o el trabajo en equipo. Plan Maestro Desde el año 2003, la CCAYAC se ha sometido a tres auditorías internacionales llevadas a cabo por autoridades sanitarias de la FDA y UE, en cumplimiento a la normatividad especializada en el campo de productos de la pesca y moluscos bivalvos, así como para productos biológicos. En octubre pasado se realizó la más reciente auditoría por la OMS, cuyos resultados permitieron la exportación de esos productos y el reconocimiento de la COFEPRIS. Se otorgaron casi 450 cursos a los laboratorios estatales de salud pública y empresas privadas. La inversión total para el cumplimiento del Plan Maestro fue de más de 300 millones de pesos en los últimos dos años. Esta incluye: obra pública, equipamiento de la red eléctrica, hidráulica y de servicios, manejo de desechos, potabilización y destilación del agua para el uso en el área analítica. Red Nacional de Laboratorios Estatales de Salud Pública La Red Nacional de Laboratorios Estatales de Salud Pública (RNLESP), integrada por 30 unidades, excepto Baja California Norte y el Distrito Federal que carecen de laboratorio estatal, es heterogénea por la diferencia de desarrollo que presentan. Cuenta con instalaciones propias y apropiadas para el fin, hay laboratorios que se encuentran insertos en hospitales o edificios de oficinas que se han adaptado para las actividades analíticas, sólo unos cuantos tienen el equipo para el desarrollo de pruebas analíticas complejas, como la determinación de metales pesados y plaguicidas, pero todos tienen capacidad amplia en el desarrollo de pruebas microbiológicas. La mayoría de los laboratorios se encuentran ubicados dentro de la estructura de la Secretaría de Salud Estatal, sólo un número reducido de ellos tiene dificultad de operación y limitantes presupuestales. En el 2003, menos de media docena de ellos contaba con sistemas de gestión de calidad que rigieran su operación y varios se encontraban trabajando para conformarlos y lograr la autorización, acreditación o certificación de su organización. Proyecto de fortalecimiento generalizado Se estableció una estrategia de fortalecimiento generalizado fundamentada en las necesidades analíticas de los proyectos prioritarios del Sistema Federal Sanitario. Los objetivos de este proyecto fueron: ampliar el marco analítico, implantar y consolidar sistemas de gestión de calidad para su operación, lograr la autorización de los 30 laboratorios y desarrollar esquemas de cooperación regional para el desarrollo y aplicación de pruebas analíticas. A la fecha se tienen 10 laboratorios autorizados, 16 más se encuentran en proceso. Es importante destacar que cuando se inició el proyecto se contaban con 3 autorizaciones estatales. El proyecto regionalizado de operación de la red cuenta hoy con un marco analítico en cada una de las regiones, al menos tiene un laboratorio estatal autorizado, un esquema de cobro como parte de la cooperación regional, así como programas de capacitación realizados localmente dentro de las regiones. En los dos últimos años se invirtieron más de 27 millones de pesos en capacitación, equipo de laboratorio y cómputo, vehículos, infraestructura y muestras control para la supervisión del desempeño. De este presupuesto, poco más de 9 millones de pesos se han dirigido a infraestructura física. Se han realizado obras de mantenimiento, ampliación, remodelación y construcción de laboratorios, tal es el caso de Veracruz, Baja California Sur, Coahuila, Tabasco y Quintana Roo. En Veracruz se construyó, en coordinación con el Plan Puebla Panamá, un laboratorio de Bioseguridad nivel 3, el primero en su tipo dentro de la red de laboratorios nacionales. Faltan por consolidar los esquemas regionalizados de cooperación, lograr al menos 16 autorizaciones pendientes, los estados rezagados quizás no lo consigan, proveer los recursos y conminar a la finalización de las obras estatales que se encuentran en proceso avanzado. Terceros autorizados La figura que antecede a los terceros autorizados es la de auxiliar de la regulación. Para obtener una autorización sometían un trámite que después de una evaluación documental, les daba el derecho de por vida de realizar las pruebas analíticas requeridas para el control sanitario de los productos, esta figura se desarrolló particularmente para los medicamentos e insumos para la salud. En los últimos años, se establecieron procedimientos de evaluación de la capacidad técnica y calidad de resultados, apegada a las normas internacionales ISO para laboratorios de Prueba y Unidades de verificación, NOM 17025 y 17020 respectivamente. Son autorizados por un Comité Técnico integrado por el sector industrial involucrado en la materia que se va autorizar, instituciones académicas como la UNAM y el Politécnico, las comisiones que integran a la COFEPRIS, otras instituciones de gobierno como la PROFECO y SAGARPA, a fin de hacer transparente tanto el proceso de autorización como el de operación. Cuando la CCAYAC evalúa con expertos técnicos, a través del Comité, la Comisión de Autorizaciones expide la autorización y la Comisión de Operación Sanitaria vigila su funcionamiento. Consolidación de los terceros autorizados Durante estos dos últimos años, se ha trabajado en la consolidación del esquema de terceros autorizados al establecer comités, guías e instrumentos transparentes de evaluación y seguimiento para la autorización de organismos de tercera parte en campos analíticos de diversas ramas: protocolos clínicos, de intercambiabilidad y solubilidad, toma de muestras, verificación de procedimientos y establecimientos. Se hizo una promoción para el incremento del número de autorizados y se tuvo una respuesta favorable, especialmente en la actualización de los laboratorios auxiliares de la regulación sanitaria; de 16 invitaciones, 10 iniciaron el proceso. En los últimos tres años, el número de laboratorios de prueba para alimentos y medicamentos se incrementó de 4 en el 2002, a 48 en el 2005. Respecto a las unidades de intercambiabilidad aumentaron de 2 a 10 y de biodisponibilidad de 1 a 12. En el 2002 no había unidades analíticas para perfiles de disolución, hoy se cuenta con 6. Del 2003 a la fecha se realizaron más de 150 visitas de evaluación a candidatos a terceros; 18 reuniones del Comité Técnico de Terceros para su autorización; 10 cursos y conferencias sobre sistemas de calidad y el procedimiento de autorización, así como más de 20 visitas de promoción a universidades e instituciones académicas para la promoción del proyecto. Retos y compromisos Con sus tres objetivos estratégicos el plan es sumamente ambicioso. Sin embargo, el reto más difícil al que se enfrenta no es la construcción o rediseño de la operación de los sistemas de gestión, el manejo y explotación de la información, la armonización de la Red Nacional la capacidad y transparencia en el desempeño de los terceros autorizados, sino lograr que se cumpla la expectativa de servicio tanto en calidad como en la oportunidad de los datos que se proporcionen. Esta no puede ser una meta alcanzada y cerrada, sino una labor constante de todos los miembros del Sistema Federal Sanitario de seguir siempre mejorando, creciendo, pero sobre todo, continuar con el compromiso de servir para proteger la salud de la población mexicana.