Los primeros críticos de la historia de Jesús Ir a Pórtico... Un fragmento de Alfredo Fierro No es posible escribir una “vida de Jesús” propiamente tal, por muchas que haya publicadas con este título: la mayor parte de ellas, narraciones piadosas, catequísticas, también ellas, como los evangelios, edificantes para instruir y entusiasmar a los ya creyentes. La imposibilidad de bosquejar una vida de Jesús, ni siquiera en su vida adulta de predicador, apareció muy pronto con la crítica histórica y filológica de los textos bíblicos. Esta crítica comienza a finales del siglo XVII con Richard Simon, un exegeta francés nada convencional, que escribió, entre otras obras, todas ellas polémicas, una Historia crítica del texto del Nuevo Testamento (1689), otra Historia análoga de las versiones del mismo (1690) y, en fin la de los comentaristas del Nuevo Testamento desde los inicios hasta aquellos días (1693). La historiografía crítica así iniciada (por Richard Simon) solo se pone a hurgar en la persona de Jesús algún tiempo después. Pionero en ello fue Reimarus, un ilustrado hebraísta, deísta convencido, autor del primer estudio crítico acerca de Jesús: Los fines de Jesús y sus discípulos, solo publicado tras su muerte por Lessing. Este hace imprimir, entre 1774 y 1778, amplias secciones, no la obra entera, bajo el cauto título de Fragmentos de un escritor anónimo. La edición de estos “fragmentos” dio origen a encendidas polémicas. No era para menos, y no solo por la obra, que presenta a Jesús como un maquinador de engaños, de patrañas, sino también por el carácter sacrílego del intento mismo de ponerle las manos encima al intocable Cristo. Si con Simon comienza la crítica bíblica en general, con Reimarus se inicia la investigación científica independiente -a veces irreverente- del Jesús histórico. En el siglo XIX, historiadores críticos acometen todavía la tarea de escribir “vidas de Jesús”, aunque para mostrarlas condenadas al fracaso. Seguramente la más notable es la de un distinguido hegeliano, David Friedrich Staruss, La vida de Jesús críticamente examinada, de 1835, con una segunda edición muy revisada y más moderada treinta años más tarde, en 1864. Strauss, en verdad, no presenta una vida de Jesús y ni siquiera se toma la molestia de abocetar un retrato suyo. En sus acotaciones críticas, Strauss llega a afirmar que la frase de Jesús de que “quien me ve a mí ve al Padre” (Jn 14, 9) suena tan pretenciosa y despreciable como la de Luis XIV de “el Estado soy yo”. Mucho más popular, sin embargo, por el encanto literario de su escritura, ha sido la obra de Ernest Renan, intelectual e historiador francés, que la escribe en 1863 como primer volumen de una serie histórica sobre el cristianismo primitivo. Auque igualmente escéptico respecto a las leyendas evangélicas, Renan se profesa simpatizante de Jesús, admirador de su genio religioso, en absoluto hostil, antes bien, por el contrario, ferviente defensor de su doctrina y figura, solo humana, sin embargo. Para él, Jesús es el gran héroe moral de la humanidad, maestro de una religión extraordinaria y elevada, a la vez que simple y práctica. Renan, por otra parte, establece una pauta de estudio que ya no va a abandonarse: la vida de Jesús, su verdadera “historia”, no se puede disociar de la del cristianismo primitivo, al que se debe cuanto pueda saberse acerca del maestro crucificado. Para la historia suya es relevante, por eso, la historia del primitivo cristianismo. En conformidad con ello, la investigación posterior tratará de averiguar no tanto quién fue Jesús, sino cómo se gestó la fe en él como Cristo. Alfredo Fierro Después de Cristo Pág 22-23 (fragmentos) Apostilla Sobre Richard Simon (1638 – 1712) (De una carta mía a Domingo Melero, marzo 2010) Me preguntaste si Pagola citaba alguna frase de Loisy (por ejemplo, la famosa de que “ Jesús anunció el Reino y lo que vino fue la Iglesia). No sé cómo se te ocurrió hacerme esta pregunta si sabías que yo no había leído (ni entraba en mis planes) el libro de Pagola. Pero el otro día tuve ocasión de hojear el libro en su edición catalana: no tenía índice de autores citados y, si no me equivoco, en su extensa bibliografía -dividida por temas- no vi el nombre de Alfred Loisy. Loisy fue más educado con sus antepasados al recordar, en su Lettre à un Cardinal (Autour d’un petit livre), la “haute et sereine figure de l’ex- oratorien Richard Simon, le père de la critique biblique”, una persona a quien yo -a pesar de mis lecturas- desconocía. En Wikipedia (ya sabes que Wikipedia siempre es, como algunas películas, “sólo aptas para mayores con reparos”) veo que nació en 1638 y murió en 1712 y que, a pesar de su interés en publicar su obra (Histoire critique du Vieux Testament) en Francia y con el patrocinio de Luis XIV (para lo que buscó apoyos jesuíticos) la tuvo que publicar en Rotterdam (Holanda) en 1685, aunque en 1678 ya había empezado a publicar algunos capítulos en París. Un ejemplo que hubiera podido seguir -sin ir tan lejosPagola y se hubiera evitado disgustos, pero también propaganda gratuita y lectores. Sobre Hermann Samuel Reimarus (1694 – 1768) De mis notas Profesor de lenguas orientales en Hamburgo Deja al morir unos manuscritos inéditos que en 1778 serán publicados por G.E.Lessing El último de estos manuscritos se titula “La intención de Jesús y sus discípulos” El Jesús que existió realmente en Nazaret y el Cristo que predican los evangelios no son lo mismo El Jesús de Nazaret fue un mesías político que fracasó El resto lo hicieron sus discípulos en una especie de venganza: transformaron este fracaso y a su maestro. A partir de aquí empieza la investigación sobre la vida de Jesús Influido por el prejuicio racionalista contra lo sobrenatural S.G.F. Brandon (Jesús et les zélotes, 1975) …un libro que puede ser considerado como el primer estudio crítico de la vida de Jesús ha subrayado con valentía el aspecto político de su mesianismo. En su libro Von dem Zwecke Jesu und seiner Jünger, Hermann Samuel Reimarus interpretó las palabras de Jesús sobre la venida del Reino de Dios como una incitación a la rebelión contra el gobierno de Roma. (pág. 36) Georges Morel (Jesús dans la théorie chrétienne, 1978) En el siglo XVIII, el fundador de los estudios críticos sobre Jesús, Samuel Reimarus, lo convertía en un agitador social (pág. 7). G. Minette de Tillesse (Le sécret méssianique dans l’évangile de Marc, 1967) No será hasta principios del siglo XIX cuando la exegesis racionalista se lanza viento en popa. Ridiculiza los hechos sobrenaturales referidos por los evangelios y pretende explicarlos de forma natural: fábulas, alucinaciones, espejismos, etc. Es la edad de oro de las “Vidas de Jesús”. Cristo es considerado como un mesías político cuyyos sueños han fracasado y que ha muerto lamentablemente. Los apóstoles son unos falsificadores que han creado desde cero los evangelios y el cristianismo para camuflar su fracaso (pág. 10). Sobre David Friedrich Strauss (1808 – 1874) De mis notas Era creyente Discípulo de Hegel (1770 – 1831) y de Ferdinand Christian Baur (1792 – 1860), principal representante de la escuela de Tübingen Uno de los representantes más puros de la “irrelevancia de Jesús de Nazaret para la cristología” y uno de los críticos más demoledores de la historia de Jesús En el universo hegeliano, aquello que existe verdaderamente no es la multiplicidad aparente de las cosas sino el Uno Absoluto, la Idea (denominada “Espíritu” por Hegel) Este Absoluto se concibe como histórico, sometido a un proceso de “absolutización” (de posesión de sí mismo y de autoconciencia) Toda la historia que se da es ya historia del Absoluto y, por tanto, no puede vincularse el Absoluto a un solo punto de la historia Hegel ve en el cristianismo el momento cumbre en la evolución del Espíritu, el momento en que el Espíritu toma conciencia de sí en los particulares, cuando la Humanidad descubre su condición absoluta La única manera de salvar el cristianismo es eliminar la vinculación a una persona concreta: la Idea no puede encarnarse en un hecho particular,sino en la totalidad de la historia. La encarnación será algo transindividual. Hegel oscila toda su vida entre dos extremos: dar relieve a Jesús o evaporarlo en una idea Strauss opta claramente por la segunda alternativa Lo que importa ya no es investigar hasta qué punto la idea de la encarnación se realizó en Jesús, sino el hecho de que con Jesús ha entrado en la conciencia de los suyos y de la humanidad la idea de la unidad de Dios y el hombre El cristianismo se convierte en religión de la autoconciencia, de la razón y de la humanidad en general. No necesita ya de la historia Jesús pasa a ser un mero símbolo, una ejemplificación de la conciencia del espíritu humano Publica en 1835 Das Leben Jesu kritisch bearbeitet La tradición dogmática anterior presuponía que la vida de Jesús había roto el orden natural del mundo; Strauss preende mostrar que se mantiene dentro del campo de la historia. Lo sobrenatural hay que buscarlo en otra dimensión, a partir de la fe que interpreta a Jesús. Imposibilidad de escribir una vida de Jesús: los evangelios no consideran a Jesús como un elemento de la historia y nos ofrecen tan solo una seria de fragmentos inconexos. G. Minette de Tillesse (Le sécret méssianique dans l’évangile de Marc, 1967) Muchos años antes un hombre joven de 27 años se había comprometido en esta nueva dirección. D. F. Strauss publicaba en 1835 una “Vida de Jesús” que ha marcado una etapa decisiva en la crítica de los evangelios sinópticos y ha influenciado hasta los días de hoy sabios como R. Bultmann. Por primera vez una distinción clara es establecida entre los acontecimientos “históricos” y la “leyenda” que la iglesia primitiva fue progresivamente tejiendo acerca de Jesús. Para encontrar el Jesús histórico es necesario separalo de todo este halo “mítico” que ha aureolado el rostro del Salvador (desmitificar). Y Strauss intenta torpemente la primera crítica textual de los sinópticos para liberar el elemento primitivo de los añadidos posteriores (pág. 11) Sobre Ernest Renan (1823 – 1892) Del “Petit Larousse”. Escritor francés nacido en Tréguier. Renunció a su vocación eclesiástica para consagrarse a la historia de las lenguas y de las religiones. Sus trabajos de exégesis confirmaron su fe en la ciencia y sus convicciones racionalistas, que él manifestó en Avenir de la science, pensées de 1848 (publicado en 1890), Histoire des origines du christianisme (1863-1881), Histoire du peuple de Israel (1887-1893). Sus Souvenirs d’enfance et de jeunesse explican las circunstancias de su pérdida de fe. De otra fuente: (http://es.wikipedia.org/wiki/Ernest_Renan) Desde el racionalismo, siguió la corriente de la Escuela Liberal y contribuyó a la búsqueda del Jesús histórico con su obra Vie de Jésus (1863). Esta publicación le valió ser expulsado del Collège de France y el epíteto de “blasfemos europeo” por parte del papa Pío IX. Renan se atrevió a tildar a Jesús de Nazaret de “anarquista”. De Ramón Roquer, en el prólogo de la edición castellana de Vie de Jésus por la editorial AHR (1967). Cuando Loisy escribía en el prólogo de La religión de Israel las siguientes palabras: “Repudio toda solidaridad con aquellos según los cuales sería preciso ver en el advenimiento del cristianismo una lamentable alteración que hizo se desviase el mundo mediterráneo del camino real abierto ente él por la ciencia helénica”, aludía incuestionablemente a Renan, el autor de la Vida de Jesús más famosa en toda la historia de las biografías del Maestro. Renan había llegado a una fase de su pensamiento en que intentaba conciliar el idealismo romántico de Alemania con el racionalismo científico del positivismo francés, renovado y ampliado. De Ernest Renan Su Vie de Jésús, publicada en 1863, es el primer tomo de Histoire des origines du christianisme (1863-1881), Una historia de los “Orígenes del cristianismo” debería abarcar todo el período oscuro y, y si me atrevo a decirlo, subterráneo, que se extiende desde los primeros comienzos de esta religión hasta el momento en que su existencia llega a ser un hecho público, notorio, evidente a los ojos de todos. Esta historia se compondría de cuatro tomos. El primero, que yo presento hoy al público, trata del mismo hecho que ha servido de punto de partida al nuevo culto, está dedicado totalmente a la persona sublime del fundador. Une histoire des «Origines du Christianisme» devrait embrasser toute la période obscure, et, si j'ose le dire, souterraine, qui s'étend depuis les premiers commencements de cette religion jusqu'au moment où son existence deviene un fait public, notoire, évident aux yeux de tous. Une telle histoire se composerait de quatre livres. Le premier, que je présente aujourd'hui au public, traite du fait même qui a servi de point de départ au culte nouveau; il est rempli tout entier par la personne sublime du fondateur. Extraido de: https://www.scribd.com/book/187423613/Vie-de-Jesus-Histoire-des-origines-duchristianisme-1 Como un ejemplo presento este párrafo de E. Renan: Apenas amaneció el domingo, las galileas se dirigieron al sepulcro; la primera que llegó fue María de Magdala. Mas la losa había sido retirada de la abertura y el cuerpo no estaba ya en el sitio en que lo habían dejado. Los más extraños rumores circularon al mismo tiempo entre la comunidad cristiana. El grito de “¡Ha resucitado!” corrió con la rapidez del rayo entre los discípulos, y gracias al amor, semejante creencia halló fácil acogida. ¿Qué había tenido lugar en el sepulcro de Jesús? Al tratar de la historia de los apóstoles examinaremos este punto e investigaremos el origen de las leyes relativas a la resurrección. Para el historiador, la vida de Jesús concluye con su último suspiro. Pero tan profunda era la huella que había dejado en el corazón de sus discípulos, y de algunas amigas adictas, que por espacio de algunas semanas Jesús permaneció vivo, siendo el consolador de aquellas almas. ¿Fue arrebatado su cuerpo del sepulcro, o fue el entusiasmo, siempre crédulo, el que produjo mucho después el conjunto de relatos por medio de los cuales se pretendió establecer la fe en la resurrección? He aquí lo que siempre ignoraremos, por la falta absoluta de documentos contradictorios. Digamos, sin embargo, que en aquella circunstancia la exaltada imaginación de María de Magdala desempeñó un papel de primer orden. ¡Poder divino del amor! ¡Sagrados momentos aquellos en que la pasión de una alucinada dio al mundo un Dios resucitado! Vie de Jésus Pág 352