Cómo funciona una sociedad en la que una cuarta parte de la población está desempleada? Sobre comunismo familiar, drenaje de cerebros y la copia del modelo exportador alemán. Armando Fernández Steinko es profesor de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid La entrevista fue realizada por Johannes Schulten. Las cifras del desempleo en España acaban de alcanzar un nuevo récord de casi cinco millones de personas, eso son casi el 22% de la población activa. Cómo puede funcionar una sociedad en la que casi una cuarta parte está en el desempleo? Para empezar: no es un récord tan nuevo. Es la tercera vez que la cifra del desempleo sobrepasa en España el 22%. La primera vez fue en 1985/86, la segunda en 1992/93. No se trata, por tanto de un problema coyuntural sino de razones estructurales que anidan en la economía española aún cuando haya que tener en cuenta naturalmente la crisis financiera. ¿Cómo es posible vivir en un país en el que en 25 años se han sobrepasado por tres veces estos porcentajes? En mi opinión hay dos explicaciones importantes. En primer lugar el comunismo familiar….. ¿Podría explicar esto mejor? En España, la familia es una institución solidaria de primer orden. Funciona al margen del mercado y relativamente bien. Varias generaciones consiguen convivir juntas sin demasiados conflictos. Esto no ha sido siempre así pues en los últimos años de la dictadura de Franco y en los años de la transición se produjeron rupturas generacionales muy importantes en el seno de las familias españolas. Pero desde los años 1980 se ha ido implantando en las familia una especie de armonía funcional. A pesar de los conflictos latentes que siempre se dan entre generaciones, la situación social presiona para que la cosa funcione razonablemente bien. Hoy hay dos millones de familias en España en las que ningún miembro tiene un trabajo estable y en casi un millón y medio de ellas todos sus miembros están en el desempleo. Los ingresos derivados de los ingresos temporales y ocasionales –tanto los generados en la economía sumergida como en la economía no sumergida- se meten en un bote y luego se reparten dependiendo de las necesidades de cada uno. ¿Y el segundo motivo? El altísimo porcentaje de hogares propietarios de la casa que habitan. Son los porcentajes más altos del mundo junto con los de Nueva Zelanda: casi el 90% de todos los hogares en la actualidad, el 70% de los pisos ya totalmente pagadas aunque con tendencia a la caída debido a los desahucios. Esto es el resultado paradójico de las políticas sociales del franquismo que no disponía de margen de maniobra económico, es decir, fiscal para hacer políticas de bienestar comparables a las de los otros países de Europa. Eso llevó al Régimen a desarrollar una política basada en la creación de propietarios con el fin de proporcionarles un mínimo bienestar y de paso afianzar los valores conservadores. Esto ha llegado a ser tan importante que incluso en las crisis de las décadas de los años 1980 y 1990 siguió aumentando el porcentaje de propietarios en España. El mercado de trabajo es rabiosamente precario, la única estabilidad de la que disponemos es la que proporciona la propiedad de los bienes inmuebles. Es un elemento central en la estrategia de vida de muchas familias. ¿Es este el motivo por el cual la protesta social sigue ausente en grandes segmentos de la sociedad? Parece como que la gente se arregla y que va saliendo del paso… ¿De que no se haya producido una especie de estallido revolucionario? Hay grandes problemas sociales pero de aquí no se derivan automáticamente reacciones políticas. España es una sociedad de clases, no una sociedad de familias. Los hijos de los ambientes profesionales urbanos tienen o están en vías de obtener un diploma universitario pero incluso ellos tienen que vivir con sus padres después de cumplir 30 años. No encuentran trabajo y si lo encuentran este no guardan relación con el nivel de conocimientos que han alcanzado en la universidad. Esto es una experiencia nueva para una generación que ha sido educada con un mensaje meritocrático: estudia duro, trabaja duro y prosperarás en la vida. Nada de eso parece que puede llegar a darse y la tijera entre cualificaciones y ocupaciones va en aumento. Es una tijera políticamente muy explosiva que, por cierto, también se da en los ambientes urbanos contestatarios de las grandes ciudades del norte de África donde se encubaron las primaveras árabes. El movimiento de los indignados se ha alimentado sobre todo de jóvenes que sufren los efectos de esta tijera que no por casualidad están profundamente decepcionados del sistema político y económico. En otros ambientes la solidaridad familiar contribuye a frenar la protesta, aunque no a evitarla del todo. Las clases populares desarrollan hoy por hoy reacciones más conservadoras frente a la crisis. Los hijos de los autónomos vinculados a las clases populares, por ejemplo, que siempre han cuidado estos espacios de solidaridad porque es imposible llevar un bar o un pequeño negocio sin recurrir de forma permanente a ayuda familiar. De hecho, el porcentaje de personas casada en estos ambientes de los trabajadores autónomos es el más elevado del país. También ahí reina el comunismo familiar, pero hoy por hoy se trata de un comunismo mayoritariamente conservador. Muchos emigran. Al menos Berlín está lleno de jóvenes españoles entre 20 y 30 años. Son los que pueden emigrar, los más cualificados., los jóvenes que sufren esta tijera en España o que no han encontrado ningún trabajo. Es una ola emigratoria comparable a la emigración a Europa de las clases medias latinoamericanas tras la crisis de los años 1980 y 1990 en sus países de origen provocada, por cierto, por circunstancias financieras comparales. Son los que disponen de saberes, de conocimientos, de algo con lo que negociar en el mercado de trabajo, los que emigran a otros países. La señora Merkel está buscando ingenieros españoles Alemania se ahorra el dinero que nuestro Estado del bienestar, es decir, nuestro trabajo y nuestro endeudamiento, han destinado a formar a todas esas personas que ahora se pasean por Berlín. Sus conocimientos son ahora utilizados productivamente por las empresas alemanas, no por las españolas que no los demandan porque producen cosas de baja calidad. Si hacemos caso a los medios de comunicación alemanes, los españoles que pierden su trabajo son arropados por una red social relativamente segura. ¿Como funciona la protección por desempleo en España? No hay mucha protección sobre todo si se compra con los estándares centroeuropos. Las familias sin ningún ingreso pueden solicitar una renta mínima de inserción de 400 euros mensuales. El no tener que pagar alquiler reduce efectivamente los gastos de las familias, también de las familias más pobres. La cantidad percibida por desempleo representa el 70% del salario regular. Una familia media con dos hijos percibe un mínimo de 660 euros y un máximo de 1.400 euros, aunque por un período limitado de un mínimo de 4 y un máximo de 24 meses en los casos en los que el trabajador tenía un contrato fijo. Por cada año trabajado se reciben cuatro meses de paro. Los socialistas han salido del gobierno. Aún cuando no hicieron cambios estructurales han intentado en los últimos ocho años mantener cierto equilibro social. Desde el 21 de diciembre gobierna el partido conservador de Mariano Rajoy que ha anunciado programas de recorte. ¿Cuantos recortes puede aguantar la sociedad española? Hoy por hoy, nadie sabe con exactitud dónde están los limites de las politicas de recorte, tampoco lo saben ni los griegos ni los portugueses. Los socialistas intentaron repartir socialmente las carga de la crisis. Cuando las agencias de calificación degradaron la calificación de la deuda soberana española se produjo una situación de pánico. El resto lo hizo la presión de la Señora Merkel: ese fue el principio del final de la era Zapatero. Las políticas de reparto equilibrado de los costes de la crisis llegaron a su fin y en ese sentido no es de esperar que las políticas del Partido Popular cambien a mejor. El Partido Popular sabe muy bien que la lucha contra el desempleo tiene una prioridad absoluta si quiere mantener el poder. El Ministro de Economía ha dicho últimamente que no hay Estado del bienestar sin trabajo. Tienen razón. Los socialistas no han relacionado lo suficientemente ambas cosas entre sí: se han cocentrado en desarrollar argumentos redistributivos sin perder mucho tiempo en hablar sobre cómo producir exactamente lo que pretende ser distribuido. Esta es una visión idealista de la realidad que al Partido Popular no le ha costado mucho rebatir. No hay estado del bienestar sin una sociedad del trabajo mínimamente saneada ¿Pero dónde se pueden crear puestos de trabajo? La locomotora de la construcción está parada… Este es un gran misterio. El gobierno apuesta por la recuperación de los mercados exteriores para crear empleo, es decir, por copiar el modelo alemán. Con esta política, los alemanes –desde luego con la colaboración activa de las élites españolas- han hecho trizas la industria española y eso es lo que parece que quiere Rajoy que haga España con otros países. El Ministerio de Economía está dirigiendo hoy las futuras relaciones exteriores concentrándolas en la exploración de nuevos mercados en América Latina, Asia y China para los productos esañoles. Confía en que todos estos países sigan creciendo y pretende enganchar la economía española a dicho crecimiento. Luego está la posibilidad de seguir destruyendo: destruyendo la salud humana y la tasa de natalidad encareciendo aún más las condiciones de trabajo y destruyendo el patrimonio natural recalificando más zonas hasta ahora no urbanizables. Pero España no dispone de un sector exterior competitivo, no es posible improvisar uno sin más. Para ello haría falta endeudarse y bajar los salarios…. El endeudamiento está prohibido ahora en Europa. ¿Qué puede exportar España? Telecomunicaciones, hay varias grandes empresas, automoción, construcción naval, maquinaria mecánica y algunas cosas más, muchas menos que hace 15 o 20 años.. El modelo de exportación alemán ha convertido a España en un importador de mercancías alemanas y justamente ahora que tenemos que intentar cambiar las cosa en este sentido, poner en marcha una reconversión profunda de nuestra estructura productiva, de nuestro modelo energético, urbano y de transportes, viene la Señora Merkel para impedirlo. Otra vez con la complicidad de nuestras élites políticas. En mi opinión, la elevada cualificación de la población activa y las dimensiones de nuestro mercado nacional hace posible la reconstrucción de un sector productivo propio. Lo que hace falta es inversión y eso es justamente lo que ahora nos prohibe la señora Merkel: Alemania quiere ser el único país productos y condenar al resto a su condición de consumidores o a vender su patrimonio natural y cultural cuando ya no podemos seguir endeudándonos para comprar sus BMW y Audis. La posición de Alemania realmente no huele bien. En el sur de Europa tenemos la impresión de que quiere ver al resto de Europa convertida en un campo de cenizas en el que sólo florece la propia producción alemana y la de sus satélites exportadores (Austria, Finlandia y los Países Bajos). El resto estamos condenados a no tener nunca una base productiva sostenible, a transformarnos en países de segunda e irreversiblemente dependientes.