DISCURSO DEL MINISTRO DE TRABAJO, EMPLEO Y SEGURIDAD SOCIAL DR. CARLOS A. TOMADA EN FORO DE LA OIT SOBRE TRABAJO DECENTE PARA UNA GLOBALIZACIÓN JUSTA LISBOA/PORTUGAL- OCTUBRE 2007 Estamos convocados por la OIT al debate y al intercambio de experiencias con sectores que exceden largamente al tripartismo. No olvidemos que el objetivo del Foro es reforzar el dialogo para promover la coherencia de las políticas y establecer asociaciones en pro del Trabajo Decente. Porque el trabajo es un aspecto central en la vida de las personas y la creación de puestos de trabajo es la “prueba de fuego” del éxito o fracaso de cualquier política. En la noción de Trabajo Decente están las aspiraciones de nuestros pueblos. Por ello debe convertirse en un objetivo global. Esto sienta una premisa: es necesario reformar las normas y `principios de la economía mundial, que aparecían inmutables, para que sean integradoras, inclusivas y equitativas. De esto hablamos cuando hablamos de políticas de protección social. Hablamos de mejor distribución de ingresos. Es el momento de impulsar un cambio de paradigma, basado en la necesidad y posibilidad real de crecer con empleo e inclusión. Debemos revertir el desequilibrio (hoy a favor del mercado) entre Estado, mercado y sociedad. En lo últimos años se han desarrollado teorías que ponen en duda la capacidad de las economías para generar puestos de trabajo 1 suficientes para el conjunto de la población. Esto nos plantea por lo menos dos cuestiones: 1) En general no se puso en duda la eficiencia del sistema económico tal como se diseñó durante los 80 y los 90 basado básicamente en el puro mercado, la especulación y la renta financiera. A pocos se les ocurrió pensar que tal vez era el modelo económico vigente y su escaso impacto en la creación de empleos donde debía buscarse el origen de la crisis del empleo y todas sus consecuencias devastadoras a nivel social. Cabe entonces retomar la discusión sobre la viabilidad de la generación de empleo como objetivo básico de la política económica y por lo tanto como articulador esencial entre lo económico y lo social. ¿Es posible otorgarle al empleo una nueva centralidad que reconozca los cambios extraordinarios o rupturas que se fueron concretando durante los últimos 30 años? ¿Es posible recomponer desde nuevas formas productivas y organizacionales, nuevas solidaridades? 2) El segundo aspecto es que la cobertura de los trabajadores que tienen una carrera laboral en términos tradicionales, sigue estando garantizada con las herramientas de la seguridad social basada en aportes sobre la nómina salarial. No hay dudas que se requieren cambios de fondo para captar a los trabajadores atípicos, también llamados “nuevos independientes”, que no son asalariados pero prestan servicios a una sola empresa o también “pseudosindependientes” que se refiere a quienes tratan de eludir las obligaciones sociales. El problema pendiente entonces es también remediar estas situaciones de exclusión mediante la protección que posibilite otorgar ingresos a las personas que encuentran grandes dificultades para encontrar trabajo y requieren esfuerzos para su reintegración social, utilizando estrategias que superen los planeamientos tradicionales de la asistencia social. 2 Ahora bien, cualquiera sea el sistema o la visión que se adopte para afrontar estas nuevas interpelaciones no hay duda que la protección social tiene relación directa con la política por su implicancia para los ciudadanos y por su peso financiero en las economías. Volvemos a lo que decíamos al comienzo, el fondo de la cuestión se relaciona con la definición de la sociedad que se aspira desarrollar y por lo tanto la porción de los recursos que se dedican a la protección social. Queremos sociedades integradas y cohesionadas? Que estamos dispuestos a invertir? Creemos que es preciso consolidar un piso de protección social por debajo del cual ningún ciudadano debería caer de acuerdo con las posibilidades de cada país? Este piso social requiere la conjunción de políticas económicas e inversiones para la creación de empresas, trabajo y políticas sociales activas vía inversión social. Se trata de una postura ética, de una necesidad política, y de fomento de la sustentabilidad social de los países. Pensamos que contar con un piso de bienestar social y mejores condiciones laborales se percibirá cada vez más como una inversión rentable. Los mercados consideran con creciente frecuencia que la capacidad competitiva de los países no pasa únicamente por criterios de eficiencia económica, sino también por la calidad del trabajo incorporado a bienes y servicios. Sin embargo, invertir en la seguridad social todavía no ha logrado convertirse en una estrategia de desarrollo ampliamente aceptada. Lamentablemente, el debate político internacional sobre la protección social se ha convertido en un debate exclusivo sobre viabilidad fiscal y económica. Los costos se consideran desde un punto de vista económico y los beneficios sólo desde un punto de vista social. Queda así una visión parcial de la seguridad social como un costo para la sociedad en lugar de una posible ventaja, de una inversión en las economías y las personas. Esta Mesa y este Foro deberían dejar definitivamente asentado que la promoción de transferencias de ingresos y la protección social 3 consiguiente son buenas para el desarrollo económico, son una inversión y por lo tanto, tienen rentabilidad económica. Mas aún, la protección social y los recursos que a ella se destinan, desempeñan una función esencial en el mantenimiento de la demanda efectiva en la economía, ayudando así a las empresas a orientar su inversión, su funcionamiento y su horizonte. EJEMPLOS DE LA ARGENTINA: - PLAN JEFES - MINIMO JUBILATORIOS - SALARIO MINÍMO VITAL Y MOVIL Agradezco y recomiendo el documento temático de la Oficina porque nos ayuda a la relativización de ciertos mitos sobre la inversión en seguridad social, nos sugiere temas para esta discusión y propone una campaña para promover la ampliación de la cobertura de la Seguridad Social. También creo que debemos instar a la OIT a revisar sus instrumentos jurídicos para renovar los compromisos globales en esta materia. Quisiera finalizar, señalando que frente a la pérdida de legitimidad política de los modelos del pasado, no podemos permanecer quietos. Este Foro es una oportunidad. Debemos reactivar el proceso de diálogo que abrió la Comisión Mundial sobre la Dimensión Social en la Globalización. Hay una sociedad pretendida por nuestros pueblos. Es la sociedad del trabajo con protección social. Tal vez requiere la construcción de un nuevo contrato social, de un entorno político ideológico que vuelva a colocar a la economía al servicio del hombre y la voluntad política de todos quienes tenemos responsabilidades frente a los ciudadanos y ciudadanas del mundo. Profundicemos el debate, sigamos trabajando y construyendo sociedades con más inclusión social. Estoy ansioso por escuchar a los expositores invitados. Muchas Gracias. 4