P83919 ACUERDO En la ciudad de La Plata, a 12 de julio de 2006, habiéndose establecido, de conformidad con lo dispuesto en el Acuerdo 2078, que deberá observarse el siguiente orden de votación: doctores Genoud, Roncoroni, de Lázzari, Kogan, Pettigiani, se reúnen los señores jueces de la Suprema Corte de Justicia en acuerdo ordinario para pronunciar sentencia definitiva en la causa P. 83.919, "C. , M. A. . Recurso de casación". ANTECEDENTES La Sala III del Tribunal de Casación Penal de la Provincia de Buenos Aires rechazó por inadmisible, con costas, el recurso de casación articulado por el señor Defensor Oficial del imputado M. A. C. contra la sentencia del Tribunal en lo Criminal nº 3 del Departamento Judicial de Mar del Plata que lo condenara a la pena de siete años de prisión, accesorias legales y costas, por resultar autor penalmente responsable del delito de abuso deshonesto agravado continuado. El imputado con el patrocinio letrado del señor Defensor Oficial ante ese Tribunal, interpuso recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley (fs. 51/58 vta.), el cual fue concedido por esta Corte (fs. 61/61 vta.). Oído el señor Subprocurador General, dictada la providencia de autos, presentada por la defensa la memoria que autoriza el art. 487 del Código de Procedimiento Penal y hallándose la causa en estado de pronunciar sentencia, la Suprema Corte decidió plantear y votar la siguiente CUESTION ¿Es fundado el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley? VOTACION A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Genoud dijo: Contrariamente a lo sostenido por el señor Subprocurador General, considero que el recurso debe prosperar. 1. La Sala III del Tribunal de Casación Penal de la Provincia de Buenos Aires declaró formalmente inadmisible el recurso impetrado, por haber sido interpuesto extemporáneamente (fs. 37 vta./38 voto del doctor Borinsky y adhesión simple del doctor Mahiques). 2. Frente a lo así decidido el impugnante denunció la conculcación de "[sus] derechos constitucionales al debido proceso, la defensa en juicio, a la revisión del pronunciamiento condenatorio por un tribunal superior al de mérito" (arts. 18 y 75 inc. 22 de la Constitución nacional, 8 inc. 2º letras ‘d’ y ‘e’ del Pacto de San José de Costa Rica, 14 inc. 3 letra ‘d’ del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y 11 y 15 de la Constitución provincial) (fs. 52 vta.). Señaló que "no ha obtenido la revisión de [su] sentencia, por cuestiones totalmente ajenas a [su] responsabilidad procesal y principalmente atribuibles al abandono de la defensa técnica durante la etapa recursiva por [su] entonces defensor particular". Añade que se ha encontrado en una situación de indefensión (fs. cit.). Agregó que el Tribunal de Casación tomó como fecha de notificación la del letrado particular que lo asistiera "a pesar [de] que al momento de notificar[se] de lo resuelto manifest[ó] [su] intención de recurrir el pronunciamiento, el letrado de confianza que [lo] venía asistiendo [...], no hizo reserva de recurrir en casación ni fundo recurso alguno en [su] favor" (fs. 52 vta./53). 3. El Tribunal Oral en lo Criminal nº 3 de Mar del Plata el día 8 de febrero de 2001 procedió a notificar a las partes el veredicto y la sentencia dictada ese mismo día v. fs. 18 del presente y 277 de la causa principal. En el acto de la notificación el hoy recurrente al lado de su firma puso la palabra ‘apelo’. A foja siguiente v. fs. 19 del presente y 278 de la causa principal, un mes después, se practica cómputo de pena que se notifica al letrado particular por cédula que se fija en la puerta, dejando el oficial notificador constancia de la imposibilidad de conseguir testigos, v. fs. 20 vta. del presente y 282 vta. de la causa principal y al imputado, quien vuelve a atestar al lado de su firma la palabra ‘apelo’ v. fs. 21 y 22 del presente y 283 y 284 de la causa principal. El día 15 de marzo el incusado comparece ante el Secretario del Tribunal para ser interrogado "en atención a haber puesto la palabra ‘apelo’" en las notificaciones, manifestado C. que "está en disconformidad con la sentencia dictada, no consiente el cómputo por no consentir el fallo, que desde que se dictó sentencia no tuvo más contacto con su abogado particular pese a que sus familiares trataron de ubicarlo a fin de evacuar una serie de consultas que tiene; que en este acto le revoca el poder conferido [...], solicitando ser asistido por el Defensor Oficial" (v. fs. 23 del presente legajo y 285 de la causa principal). Así, tomó intervención el Defensor Oficial quien formuló reserva de recurrir en casación la que tuvo presente el Tribunal, interponiendo el recurso respectivo (v. fs. 25/31 vta. del presente y 297/297 vta.). 4. Ahora bien, considero que le asiste razón al recurrente. Como el mismo Tribunal lo señala "el plazo para la interposición del recurso de casación corre a partir del día siguiente de notificada la resolución en crisis, siendo común para el imputado y su defensor" (arts. 138, 139, 424 y 451 del C.P.P.). Pero en el sub lite, a la luz de las contingencias señaladas y cómo el propio impugnante lo señala, la actuación [rectius: inactuación] del letrado particular lo llevó durante la etapa recursiva a verdadero estado de indefensión, de modo que la no interposición en término del recurso de casación no resulta imputable al procesado detenido, ni puede ello ser utilizado en su perjuicio sin una clara afrenta a su derecho de defensa en juicio así como al debido proceso adjetivo, más aún cuando expresamente había manifestado su voluntad de recurrir la condena v. esp. p. 3 (art. 18, C.N.) Conforme lo expuesto, entiendo que al no haberse computado el plazo para la presentación del recurso de casación a partir de la intervención del Defensor Oficial, se generó, en el caso, un supuesto de violación al derecho de defensa del procesado con clara mengua del debido proceso (arts. 18, C.N. y 10, C. prov.). Como lo dijo la Corte Suprema de Justicia de la Nación en "G. C. H. ", 320:1824, "Los reclamos de quienes se encuentran privados de su libertad, más allá de los reparos formales que pudieren merecer, deben ser considerados como una manifestación de voluntad de interponer los recursos de ley... y es de equidad, y aún de justicia, apartarse del rigor del derecho (improrrogabilidad del plazo) para reparar los efectos de la ignorancia de las leyes por parte del acusado o del descuido [o abandono] de su defensor". 5. En virtud de lo dicho, propongo al Acuerdo hacer lugar al recurso de inaplicabilidad de ley intentado por el recurrente y en consecuencia dejar sin efecto la resolución del Tribunal de Casación obrante a fs. 37/38 vta. y devolver las actuaciones a dicho Tribunal a fin de que dicte un nuevo fallo ajustado a derecho (art. 496, C.P.P.). Las circunstancias reseñadas importan la violación del art. 91 del Código Procesal Penal, y ameritan que, oportunamente, el Tribunal proceda conforme el art. 98 del texto citado. Voto por la afirmativa. A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Roncoroni dijo: Adhiero al voto del doctor Genoud. Esta Corte ya se ha pronunciado sobre la admisibilidad del recurso de inaplicabilidad de ley deducido a fs. 61/vta. En lo que hace a su procedencia, ha resuelto la Suprema Corte de Justicia de la Nación que los reclamos de quienes se encuentran privados de su libertad, más allá de los reparos formales que pudieran merecer, deben ser considerados como una manifestación de voluntad de interponer los recursos de ley, y que es obligación de los tribunales suministrar la debida asistencia letrada que permita ejercer la defensa sustancial que corresponda ("Fallos", 308:1386; 310:492; 311:2502; 324:3545, consid. 4º; causa "N. " cit., cons. 8º). En tal orden de ideas, la indiferencia que lo resuelto por el Tribunal de Casación implica frente a la evidente carencia de asistencia técnica de C. ante la inactividad del abogado particular, pese a la clara y expresa voluntad recursiva de éste respecto a lo resuelto por el tribunal de mérito, agravó ese estado de indefensión al denegar el acceso a la instancia revisora con fundamento en la extemporaneidad del recurso. Se hace evidente que no se han cumplido las exigencias de un auténtico patrocinio letrado exigido por la garantía consagrada en el art. 18 de la Constitución nacional. Tal proceder descalifica el pronunciamiento impugnado como acto jurisdiccional válido, debiendo volver los autos a la instancia de origen para que dicte un nuevo fallo ajustado a derecho (art. 496, C.P.P. cit.). Voto por la afirmativa. Los señores jueces doctores de Lázzari y Kogan, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor Roncoroni, votaron la cuestión planteada también por la afirmativa. A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Pettigiani dijo: En mi parecer, el recurso también debe prosperar. 1. Los antecedentes han sido detallados por el doctor Genoud a los que remito por razones de brevedad. Sin embargo, serán de referencia en cuanto resulten pertinentes al parecer que expondré. 2. El recurrente alegó que la decisión del Tribunal de Casación Penal conculcó sus "derechos constitucionales al debido proceso, la defensa en juicio, y la revisión del pronunciamiento condenatorio por un tribunal superior al de mérito" (fs. 52 vta.). Adujo que su defendido se encontró a lo largo de la etapa recursiva "en una situación de indefensión" (fs. cit.). Asimismo, adujo que la declaración de inadmisibilidad decretada por el aludido tribunal del recurso casatorio desconoció la extensión de la garantía de la doble instancia y violó la Constitución nacional y local; que aplicó un exceso ritual manifiesto e infringió de esa manera el debido proceso legal (fs. 56). Citó en apoyo de su pretensión precedentes de esta Corte, como también profusa cita de la Corte de la Nación. Como lo anticipara el recurso debe prosperar. 3. He tenido oportunidad de destacar que la interpretación de las normas de procedimiento no puede ser realizada de manera inconexa con los preceptos constitucionales, sino en sentido que aquéllas se integren a éstos, pues el derecho procesal no es más que derecho constitucional aplicado (Ac. 86.403, del 1III2006). En autos se advierte, como lo señala el peticionante, una situación de indefensión durante un lapso de la etapa recursiva. Ello es así, si se tiene en cuenta que frente al temperamento adoptado por la defensa particular y en especial la intervención de la oficial dispuesta por el tribunal de mérito, no podía el órgano casatorio actuar sin más al amparo de que esas circunstancias de evidente connotación sustancial en el devenir del proceso "no pone ni quita rey" (fs. 38), pues eso no permite la prórroga de un plazo improrrogable. Es que, no se trata de establecer si en el sub lite el término procesal se puede o no prorrogar visto desde el andarivel de una hermenéutica puramente literal sino de salvaguardar la aplicación de una garantía constitucional, como es la revisión de la sentencia condenatoria por un tribunal superior (art. 18, C.N.). 4. Coadyuva a lo antedicho que el requerimiento de la doble instancia en materia penal con aptitud de cuestión federal (art. 14, ley 48) por su esencia constitucional tiene ahora un baremo que la distingue del resto de las cuestiones procesales y que asegura al justiciable precisamente la revisión del fallo condenatorio por otro tribunal, como se dijo, superior (art. 8.2, ap. H, CADH). Y que, la creación del Tribunal de Casación Penal (ley 11.982) y su consecuente incorporación dentro de la estructura del Poder Judicial, tuvo y tiene por objetivo cardinal satisfacer precisamente, entre otros aspectos, la aludida garantía constitucional de doble instancia. Y si bien es cierto que esta prerrogativa que posee el imputado de recurrir ante un órgano jurisdiccional superior no implica ni debe traducirse en forma invariable en la declaración de admisión de los recursos intentados, no lo es menos que dicha apreciación, ésta es la vinculada con la admisibilidad, no puede quedar atrapada por una interpretación tal que frustre la garantía en comento. Por consiguiente, corresponde hacer lugar al recurso impetrado y reenviar al Tribunal de Casación para que dicte una decisión ajustada a derecho (art. 496, C.P.P. -ley Voto Con 11.922 y por lo que terminó sus modif.-). la el acuerdo, afirmativa. dictándose la siguiente SENTENCIA Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, oído el señor Subprocurador General, se resuelve hacer lugar al recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley interpuesto y, en consecuencia, revocar la sentencia del Tribunal de Casación obrante a fs. 37/38 vta. (art. 496, C.P.P.). Vuelvan los autos a dicho tribunal, para que dicte un fallo ajustado a derecho. Regístrese y notifíquese.