ÉTICA PARA SER INCORPORADA EN LA PRÁCTICA DOCENTE Mtro Fernando Lozano La ética inicia reconociendo que no estamos solos en el centro del universo y que nosotros debemos tratar con otros. La ética tiene que ver con las reglas que seleccionamos para vivir. La idea es tomar mi libertad y formar mi historia. ¿cuál es la historia que me organiza a mi? Cultura, familia, trabajo, ambiciones, pasiones… Cuando no hemos sido formados en el campo de la filosofía podemos pensar que no estamos capacitados para abordar temas de ética y valores, sin embargo no es así; en el presente artículo se proponen ideas generales sobre la ética con el fin de que se puedan analizar dilemas éticos y que se pueda ser promotor de la ética y valores dentro del aula. Fundamentos Teóricos La palabra "ética" significa algo muy parecido a "moral". Sin embargo, podemos señalar la siguiente diferencia: "moral" se refiere al conjunto de los principios de conducta que hemos adquirido por asimilación de las costumbres y valores de nuestro ambiente; es decir, la familia, la escuela, la iglesia, el vecindario en que se desarrolla nuestra infancia. También se refiere a las normas que se nos imponen en esos ambientes, con base en la autoridad; no desde luego la autoridad legal, sino precisamente moral: los imperativos de nuestros padres, sacerdotes o maestros, que recibimos pasivamente y sin cuestionamiento antes de adquirir el "uso de razón". "Ética" se refiere a algo diferente: el intento de llevar esas normas de conducta y esos principios de comportamiento a una aceptación consciente, basada en el ejercicio de nuestra razón. (Gutiérrez, 1997) Por ética nos referimos a la parte de la filosofía que tiene que ver con la reflexión acerca de lo moral. La ética es normativa ya que prescribe las acciones de los seres humanas. La moral también nos orienta para la acción, propone acciones concretas para casos concretos; la ética reflexiona sobre las distintas morales y sobre diferentes formas de justificar racionalmente la vida moral de tal manera que su orientación es indirecta, puede por ejemplo iniciar la concepción moral desde la cual se está haciendo algún juicio. (Cortina y Martínez) Vamos a suponer que alguien nos cuestiona acerca del aborto, de la huelga, de la guerra, o sobre cualquier otra cuestión moral de las que están en discusión en nuestra sociedad; para empezar, tendríamos que aclarar que en realidad se nos está pidiendo un juicio moral, es decir, una opinión suficientemente meditada acerca de la bondad o malicia de las intenciones, actos y consecuencias que están implicados en cada uno de esos problemas. A continuación, deberíamos aclarar que un juicio moral se hace a partir de alguna concepción moral determinada, y una vez que hayamos anunciado cuál de ellas consideramos válida, podemos proceder a formular, desde ella, el juicio moral que nos reclamaban. Para hacer un juicio moral correcto acerca de los asuntos morales cotidianos no es preciso ser experto en filosofía moral. Basta con tener cierta habilidad de raciocinio, conocer los principios básicos de la doctrina moral que consideramos válida, y estar informados de los pormenores del asunto en cuestión. Sin embargo, el juicio ético propiamente dicho sería el que nos condujo a aceptar como válida aquella 1 concepción moral que nos sirvió de referencia para nuestro juicio moral anterior... (Cortina y Martínez, 2001) Muy a menudo escuchamos o utilizamos la palabra moral, pero, ¿a qué nos referimos exactamente? Cortina y Martínez (2001) mencionan que la palabra moral puede ser utilizada como sustantivo y como adjetivo. Moral como sustantivo se refiere al conjunto de “principios, preceptos, mandatos, prohibiciones, permisos, patrones de conducta, valores e ideales de vida buena...” (página14) La moral es un determinado sistema de contenidos que refleja una forma de vida. “Un determinado modelo ideal de buena conducta socialmente establecida”. (p.14). Moral como adjetivo significa que la conducta de un ser humano ha sido aprobada o reprobada, “...aquí se está utilizando el término moral e inmoral como sinónimo de moralmente correcto e incorrecto.” (p.18) También sería utilizado el término moral como adjetivo como opuesto a amoral. Se dice que los animales son amorales ya que no es posible que se juzguen sus acciones ya que no son responsables de sus actos. El campo de la ética, también llamado filosofía moral sistematiza, defiende y recomienda conceptos del comportamiento bueno y malo. Ética viene del griego ethos que originalmente significaba costumbre y después llegó a significar carácter; moral procede del latín mor, moris que significaba costumbre pero después llegó a significar también carácter. Debido a estas coincidencias etimológicas los términos “moral” y “ética” aparecen intercambiables en muchos contextos cotidianos. (Cortina y Martínez, 2001) Tabla 1. Modos de entender la moralidad. Modos principales Conceptos centrales Lo moral como búsqueda de la vida buena Felicidad como autorrealización Felicidad como placer (Hedonistas) Deber, justicia Lo moral como cumplimiento del deber La moral como aptitud para la solución pacífica de los conflictos La moral como ajustamiento a la tradición de la propia comunidad Lo moral como desarrollo que culmina en principios universalistas Teorías éticas Cada teoría ética ofrece una determinada visión del fenómeno de la moralidad y lo analiza desde una perspectiva diferente. Aristóteles, Tomás de Aquino, Zubiri, Personalismo Epicuro, Utilitarismo Estoicismo, Kant Reconocimiento reciproco, justicia, no violencia Éticas dialógicas: Apel, Habermas; Rawls, etc. Virtud, comunidad, tradición Corriente ética comunitarista Desarrollo moral, justicia, procedimientos Kohlberg, Rawls, Habermas, Apel (Cortina y Martínez, 2001, 39) 2 Una de las formas de dividir a la ética es: ética normativa y ética aplicada. Ética Normativa La Ética Normativa tiene que ver con algo práctico: el criterio de moral que regula lo que está bien y lo que está mal. ¿Puedo tomar el carro de mi amiga sin pedírselo prestado?, ¿Puedo llegar tarde a trabajar sin avisar? La ética normativa trata de llegar a estándares morales que regulan la conducta humana como buena o mala. La regla de oro es un ejemplo clásico de principio normativo: nosotros deberíamos hacer a otros lo que nosotros quisiéramos que otros hicieran a nosotros. Como yo no quiero que mi vecino me robe mi carro, entonces está mal que yo le robe su carro. A través del tiempo cientos de teorías se han ofrecido como la última guía que sirva de criterio de conducta moral. Desafortunadamente, los filósofos no se ponen de acuerdo acerca de cuál debe ser el criterio que lo regule. A pesar de una gran cantidad de teorías normativas disponibles para consideración, muchos teóricos involucran estrategias comunes que podemos clasificar: teoría de las virtudes, teorías consecuencialistas y teorías deontológicas. Teoría de las virtudes. Enfatiza la importancia del desarrollo de buenos hábitos del carácter, tal como la benevolencia. Una vez, que he adquirido la benevolencia, por ejemplo, entonces habitualmente actuaré de manera benevolente. Históricamente, la teoría de las virtudes es la tradición normativa más antigua en la filosofía occidental, teniendo sus raíces en la civilización griega. Platón enfatizó 4 virtudes en particular, las cuales fueron llamadas más tarde virtudes cardinales: prudencia, fortaleza, templanza y justicia. Aristóteles ve a las virtudes como buenos hábitos que adquirimos, los cuales regulan nuestras acciones. Después de Aristóteles los teólogos medievales suplantaron las teorías griegas por las virtudes teologales: fe, esperanza y caridad. La prudencia es una virtud que se ocupa de poner los medios para lograr el fin. La prudencia tiene tres partes: la información, la evaluación de la información y la acción. Una persona es prudente en la medida que se pregunta por las cosas. Por ejemplo, cuando una persona se entera de un conflicto que ha ocurrido entre sus hijos, o entre sus alumnos, o entre compañeros de trabajo lo más prudente es primero recabar información acerca de lo sucedido. Ya que se está enterado de cuál es el problema se evalúa, se hace un juicio sobre la situación, y se toma una acción. El problema de la enseñanza de las virtudes es que no es tan importante saberlas sino vivirlas. (Pollo, 2006) La justicia es una fuerza que va a ayudar a la Voluntad. Justicia es dar a cada quien lo suyo, lo que le corresponde. Podemos hablar de justicia distributiva la que va de arriba a abajo como es el caso de padres a hijos, de jefe a subordinado; la justicia de abajo hacia arriba se denomina justicia legal; y la justicia entre iguales se denomina conmutativa. (Bollo, 2006) 3 La templanza (autodominio), es una fuerza orientada para manejar, para controlar la tendencia que todos tenemos al placer. Es el cuidado de las proporciones. Una persona templada es una persona que tiene autodominio. (López, 2006) La virtud de la fortaleza, es una fuerza que nos va a ayudar la tendencia que tenemos a evitar lo difícil. Es poder enfrentarnos a los obstáculos que nos va presentando la vida. La fe, la confianza en sí mismo. Si tenemos confianza en nosotros mismos vamos podremos tener confianza en los demás, y confianza en Dios. La esperanza, no es cruzarme de brazos y esperar a ver “que cae del cielo”, la esperanza es activa. El que espera en el fin pone los medios, y tienen que ser medios adecuados y medios proporcionados para lograr el fin. Lo que queremos es lo que nosotros decidimos, no lo que los otros esperan de nosotros. (Bollo, 2006) La caridad (el amor), es la fuerza más importante que podemos tener. Es importante amar lo que hacemos. Si nosotros queremos cambiar tenemos que amarnos, amar las personas que están junto a nosotros, amar nuestro trabajo, esto se va convirtiendo en una disposición estable. El que aprende a amar se pone en una disposición que cualquier otra cosa la va aprendiendo a amar. Existe una diferencia entre querer y desear, el que desea anhela el fin y el que quiere anhela el fin pero pone los medios adecuados para lograrlo. (Bollo, 2006) Si nos planteamos el cultivo y la práctica de las virtudes, si tomamos en cuenta los factores físicos, emocionales, espirituales, nosotros podemos tener un crecimiento armónico. Si tenemos un problema tenemos que atacar lo físico, familiar, social y espiritual. Gran parte de los fracasos ocurren porque omitimos uno de estos factores. (Bollo, 2006) Teorías consecuencialistas. ¿Cuándo es buena la conducta x? La primera manera de responder a la pregunta es la siguiente: La conducta x es buena cuando, hechos las investigaciones correspondientes, resulta que es la que produce la mayor felicidad para el mayor número de personas. Esta teoría justifica la conducta con base en las consecuencias que ella tiene. Como esta teoría tiende a maximizar la utilidad lograda por el conjunto de la sociedad, suele llamársela utilitarismo. Fue propuesta por el filósofo inglés de los siglos XVIII y XIX Jeremy Bentham, y defendida de manera brillante por otro británico del siglo pasado, John Stuart Mill. Para fijarla en nuestra memoria recordemos que estos filósofos insisten en la evaluación de las consecuencias como criterio para decidir sobre el valor moral de una acción. Por eso también se ha llamado a esta clase de teoría consecuencialismo. No puede negarse que en la mayor parte de los casos esta teoría contribuye a aclarar cualquier problema ético. La teoría sugiere las siguientes preguntas, todas esclarecedoras: ¿A quién o quiénes afectará esta acción? ¿En qué medida afectará a cada uno? ¿Qué efectos favorables y desfavorables tendrá para cada parte? ¿Cuál será el balance de bien y mal entre todos los afectados? 4 Se ha señalado como un defecto esencial de esta teoría la dificultad inherente del cálculo de consecuencias, que puede ser demasiado complicado e incluso imposible de concluir en el tiempo de que disponemos para decidir. Además, en algunos casos la aplicación de esta teoría por sí sola puede llevarnos a posiciones moralmente inaceptables. Baste como ejemplo considerar la siguiente situación, que corresponde de cerca a gran cantidad de casos reales que han reportado los periódicos este mismo año: en un país relativamente aislado conviven una mayoría muy homogénea, que se encuentra en el poder, y una minoría, también homogénea, de otra cultura. La teoría utilitarista justificaría el sacrificio de la minoría en favor de la mayoría, de conformidad con el cálculo de unidades de felicidad, lo que repugna al sentido humanista. Por ejemplo, la mayoría podría decretar la prohibición del uso del idioma de la minoría o la práctica de su religión, por ejemplo. Así pues, la teoría consecuencialista no puede usarse como la única arma para decidir nuestros problemas morales. (Gutiérrez, 2010) Consecuencialismo: una acción es moralmente buena si las consecuencias de esa acción son más favorables que desfavorables. Lo más atractivo del consecuencialismo es que apela a las consecuencias observables de una acción. Método de análisis ético que se fija exclusivamente en las intenciones del que actúa y en las consecuencias de su actuación, desechando la consideración de la acción misma. Según este método de análisis, el fin justifica los medios: si el fin que se pretende es bueno y las consecuencias no son negativas, es válida cualquier acción que conduzca a ese fin. Han surgido tres divisiones del consecuencialismo: Egoísmo Ético: una acción es moralmente buena si las consecuencias de tal acción son más favorables que desfavorables solamente al agente que prepara la acción. Altruismo Ético: una acción es moralmente correcta si las consecuencias de tal acción son más favorables que desfavorables para todos excepto la persona que presenta la acción. Utilitarismo: una acción es moralmente buena si las consecuencias de tal acción son más favorables que desfavorables para todos. Teoría deontológica. (deontológico: deontos = deber u obligación) ¡Haz tu deber! Diversas teorías éticas ofrecen diferentes recetas para la vida moral. Algunas dicen que la felicidad o ser virtuoso es lo único que importa. Otros dicen que lo que dicte la naturaleza es lo mejor, y otros dicen que la ética tiene que ver con la auto preservación. Aquí presento otra receta para la vida moral llamada teoría deontológica. Muchos de nosotros sentimos que hay obligaciones claras que tenemos como seres humanos, tal como cuidar a los niños, y no cometer asesinatos. Las teorías deontológicas basan la moral en principios fundamentales específicos de obligación. La teoría basada en el deber de Kant sustenta lo siguiente: Los “deberes” son obligaciones absolutas que debes seguir sin importar tus sentimientos personales o inclinaciones. Kant sostiene que algunos deberes son condicionados y otros son absolutos. Los condicionados son los que necesitamos hacer para obtener ciertos resultados. Ej. Si quieres graduarte de maestría, entonces, tienes que estudiar. El imperativo categórico se refiere a 5 deberes absolutos: es una obligación moral que es impuesta a nosotros sin importar las circunstancias o nuestros deseos personales; provienen al usar nuestra capacidad de la razón. Dice Kant: Actúa de tal forma que aquello que hagas pueda llegar a ser ley universal. Kant piensa que lo que es bueno para uno es bueno para todos. Ej. Suponte que puedes subirte a un camión por la puerta de atrás sin pagar. ¿Qué pasaría si todo mundo lo hiciera? En nuestro sano juicio podríamos decir que es algo que no nos conviene. El imperativo categórico de Kant Este filósofo dice que tenemos obligaciones morales para uno mismo y para los otros, tal como el desarrollo de los talentos y cumplir nuestras promesas a los demás. Sin embargo, Kant argumentó que hay un principio del deber que envuelve a nuestras obligaciones. Es un principio de razón al que llama “imperativo categórico”. Immanuel Kant da por lo menos cuatro versiones del imperativo categórico, pero uno es especialmente directo: Trata a la gente como un fin y nunca como un medio para lograr un fin. Esto es, debemos tratar a la gente con dignidad, y nunca utilizarlos como instrumentos. Kant piensa que la moralidad de todas las acciones puede ser determinada al apelar a este principio de obligación. Kant resalta la razón y no a Dios para decir que tenemos deberes absolutos. Esto es debido a que Kant quiere que los deberes sean universales y que apliquen para todos, crean o no en Dios. Tiene una manera elaborada de trabajar lo que son los deberes pero para decirlos en forma sencilla, entre nuestros deberes básicos están: decir siempre la verdad, cumplir siempre tus promesas y nunca cometer suicidio. Cualquier acto que hagas es una expresión de tu deseo, por lo cual tienes que tomar responsabilidades por eso. No es suficiente que hagas lo correcto… tu tienes que hacer lo correcto por las razones correctas. TIPO DE NORMAS FUENTE DE LAS NORMAS CARACTERES DE LA OBLIGACIÓN DESTINATARIOS DE LAS NORMAS Legales o jurídicas El Estado (gobernantes, jueces, etc.) - Externa, - Violentamente coactiva Sociales o de trato social, cortesía o urbanidad Tradiciones, costumbres, hábitos heredados - Externa, - Moderadamente coactiva Todos los que defina el sistema legal como ciudadanos o como sometidos ala jurisdicción estatal Todos los miembros de la sociedad en cuestión Morales A partir de diversas fuentes, un código determinado de principios, normas y valores, - Interna, en consciencia - No coactiva - Ultimidad (referencia última para orientar la propia conducta) 6 Cada persona se considera a sí misma destinataria de las normas que reconoce en consciencia TRIBUNAL ÚLTIMO ANTE EL QUE RESPONDES El Estado La sociedad circundante (vecinos, compañeros, clientes, etc.) La propia consciencia personal Religiosas personalmente asumido La fe de la persona en que determinadas enseñanzas son de origen divino - Interna, en consciencia, - No coactiva, - Ultimidad Los creyentes La divinidad correspondiente (Cortina y Martínez, 2001, 49) Figura 1. Diferentes tipos de normatividad. Ética Aplicada “Somos lo que somos gracias a nuestra relación con los demás” George Mead Una función de la razón humana es llegar a conocer todo lo necesario para la convivencia humana. En la infancia aprendemos la ética en casa y en la escuela, la interiorizamos en la consciencia, se asume como verdades universales acerca del comportamiento. Si pertenecemos a alguna religión generalmente nos enseñan verdades universales como no matar, no robar, etc. Ya que estas conductas no nos convienen, no nos llevan a algo bueno. La sociedad, por su parte, promulga valores básicos de la ética cívica como la libertad, igualdad, solidaridad, respeto y diálogo. En ocasiones escuchamos: “un buen amigo es…”, “buen compañero es…”, “buen ciudadano es…”, “buen profesionista es…”, mensajes que reflejan juicios de valor que son opiniones de ética ciudadana. En el momento en que las personas se dedican a una profesión, es decir una actividad social que presta un servicio único y específico a la sociedad de modo institucional, se espera un comportamiento determinado con valores específicos a la profesión que se desempeñe. A continuación me voy a referir al docente como un ejemplo de lo que conviene que cada profesor haga del curso que imparte. Un ingeniero, administrador, abogado, licenciado, etc. también debe enlistar lo que la sociedad espera de su profesión. 1. Dedicarse al trabajo docente con plena consciencia del servicio que se presta a la sociedad. 2. Promover su desarrollo profesional con actividades de formación permanente y de innovación e investigación educativa, teniendo en cuenta que esta cuestión constituye un deber y un derecho del educador. No sólo en su actividad individual sino también en su proyección hacia los demás formando claustro o equipo. 3. Contribuir a la dignificación social de la profesión docente y asumir de forma correcta las responsabilidades y competencias propias de la profesión. 4. Defender y hacer respetar los derechos inherentes a la profesión educativa (consideración social, económica, etc.). 5. Contribuir, en la medida de las propias posibilidades a una práctica solidaria de la profesión. 7 6. Esforzarse por adquirir y potenciar las cualidades que configuran el carácter propio y que son necesarios para el mejor cumplimiento de los deberes profesionales: autocontrol, paciencia, interés, curiosidad intelectual, etc. 7. Mantener un dominio permanente de los principios básicos de su materia o área esforzándose por incorporar a su didáctica los avances científicos, pedagógicos y didácticos oportunos. 8. Mantener una actitud crítica y reflexiva permanente hacia la propia actuación profesional, para garantizar un constante perfeccionamiento en todas sus actividades profesionales. (Siurana, Ética de la educación, 2004) Después de la reflexión que hagas de la materia que impartes correspondiente a una profesión tienes que cuestionarte ¿qué valor o valores puedo promover en el curso que imparto? Por ejemplo si se trata de un curso de investigación podrías promover valores como: ser organizado, honestidad en los hallazgos, un investigador dispuesto al diálogo, veraz en los datos, objetivo en los resultados, etc. Si quieres incorporar cuestiones de ética en un curso, por ejemplo metodología de la investigación, tendrías que cuestionarte cuáles son las obligaciones éticas que necesita tener un investigador. Puedes seleccionar un dilema cuyo tema ético sea un caso de investigación que lleve a los alumnos a tomar consciencia acerca de lo que quieres mostrar. Ayuda mucho si diseñas alguna actividad en la cual los alumnos puedan interactuar en pequeños grupos ya que en ese intercambio de ideas el alumno piensa, reflexiona, internaliza los valores que se quieren promover al través del caso. No se trata de convencer a los alumnos para hacer el bien sino de ayudarles a crear un nivel de consciencia que les ayude a enfrentar la vida con principios morales, encarnar valores como una parte de crecer como personas. En una ocasión un alumno dice a su profesor: “Profesor…yo no voy a comer de valores”. Quizás desde un punto de vista económico los valores no permiten que compres alimento pero adquirir valores hará posible que te hagas más consciente de lo que comes, que aprecies el alimento, lo disfrutes y des gracias a Dios por tenerlo. Dilema ético: El descubrimiento de problemas en la capa de ozono Veamos un ejemplo de responsabilidad moral. El premio Nobel de química de 1995 se otorgó a los científicos Mario Molina y Sherwood Rowland por sus trabajos sobre la química en la atmósfera, particularmente por los relacionados con estudios acerca del problema de la capa de ozono. A principios de la década de los setenta tuvieron la sospecha de que los clorofluorocarburos (CFC), compuestos que se producían industrialmente y que eran muy utilizados en equipos de refrigeración, de aire acondicionado y en latas de aerosol, podrían provocar daños serios a la capa de ozono en la atmósfera terrestre. La hipótesis era que las moléculas de los CFC subirían sin reaccionar hasta la estratosfera, y ahí podrían descomponerse por la acción de los rayos ultravioletas presentes por encima de la capa de ozono, liberando el cloro que contenían. Se podría iniciar entonces una reacción en cadena, por la cual cada átomo de cloro podría destruir miles de moléculas de ozono. La conclusión era que la capa de ozono, tan importante para preservar las condiciones en el planeta que son necesarias para la vida, estaba amenazada. 8 Molina y Rowland enfrentaron el problema ético: ¿cómo era correcto actuar? Tenían que elegir entre proceder de acuerdo con los estándares metodológicos y esperar a corroborar o refutar la hipótesis, o violar algunas de las normas metodológicas aceptadas, no para dar la hipótesis por corroborada, pero sí para comunicarla públicamente más allá de la comunidad científica e intentar convencer a los industriales y a los políticos. Molina y Rowland publicaron en 1974 el artículo con su hipótesis en la prestigiosa revista Nature y al mismo tiempo iniciaron acciones tendentes a lograr la disminución y en algún momento la prohibición de la producción de los CFC. La evidencia que a juicio de la comunidad científica apoyó definitivamente la hipótesis no se dio hasta once años después, en 1985, pero ya antes se había comenzado a tomar algunas medidas preventivas. Después de 1985 se firmaron varios acuerdos internacionales para reducir la producción de los CFC, encaminados a suprimirla por completo. En 1995 Molina y Rowland recibieron el premio Nobel de química por sus estudios sobre este tema. (Siurana, Ética de la investigación y sus nuevos desafíos, 2004, p.11) Termino con una cita del Papa Juan XXIII a los estudiantes de Loyola en su última audiencia pública. “Las dos cosas más importantes que ustedes poseen son sus mentes y sus corazones, con una aprenden, con la otra aman. Les ruego que aprendan y amen a su más grande capacidad. La gente en este mundo necesita todo el amor que tu y yo podamos darles”. Nota 1: Si te interesa profundizar en aspectos de ética sugiero visites el Centro Virtual de Ética del Tecnológico de Monterrrey en la siguiente dirección: http://www.itesm.mx/va/FEV/etica/ Bibliografía Bollo, E. (2006). Factores que influyen en la integración de la persona. Espiritualidad, conocimiento, salud integral SER – primer encuentro mundial. Monterrey, México: Servicios humanísticos de asistencia espiritual y emocional, A.B.P. Cortina, A. y Martínez, E. (2001). Ética. España: Ediciones Alcal. Dickinson, D. (1998). How Technology Enhances Howard Gardner´s Eight Intelligences. Recuperado el 15 de abril del 2008, desde http://www.america-tomorrow.com/ati/nhl80402.htm Giroux, S. y Tremblay, G ( 2004) Metodología de las Ciencias Humanas. Fondo de Cultura Económica. DF. México. Gutiérrez, Carlos. (1997). Ética y moral: teorías y principios. Recuperado el 6 de octubre de 2006 en: http://www.claudiogutierrez.com/Introduccion_a_la_etica.html Siurana, J.C. (2004). Ética de la educación. Material del taller ética de las Profesiones. Jul 26 a 31, Monterrey, México: ITESM y Universidad de Valencia / Universidad de Murcia Siurana, J.C.. (2004). La ética de la investigación y sus nuevos desafíos. Material del taller ética de las Profesiones, Jul 26 a 31. Monterrey, México: ITESM y Universidad de Valencia / Universidad de Murcia 9