Paula Cueto Noguerol Comentario a la Metafísica de Aristóteles Crítica a la teoría de las ideas de Platón “Es pronunciar frases sin sentido y recurrir a metáforas poéticas”1 En estos términos se refiere Aristóteles a la teoría platónica en su Metafísica. A los ojos del biólogo y naturalista el idealismo de Platón se queda en un cuento poco fundamentado. Su crítica se centra, coherentemente con el método al que nos tiene acostumbrados, en una búsqueda exhaustiva de las causas y los primeros principios. Precisamente causa son para Platón las ideas de las cosas sensibles. Las primeras se yerguen como modelo del que participan los entes de este mundo. Sin embargo Aristóteles no entiende la necesidad de buscar esta causa, esta esencia de las cosas, separada de las cosas mismas. Considera importante que sea posible una demostración para una afirmación tan radical como la de que las esencias de las cosas se encuentran en un mundo superior donde todo tiene un homónimo, lo que no niega que se pueda dar en este caso. El texto a comentar podríamos estructurarlo en función de una introducción a la doctrina platónica y luego su crítica, que comienza preguntándose por la utilidad de las Ideas en una primera parte y en la segunda entra en una discusión acerca de las dificultades que plantea la teoría platónica al identificar Ideas y cosas sensibles con los números. Al principio de su crítica Aristóteles literalmente dice: “Además, ninguno de los procedimientos por los que demostramos que existen ideas logra su objetivo”2. En algunos casos no se llega a ninguna conclusión sino a una contradicción y en otros casos incluso encontramos que hay ideas de cosas de las que no es posible que las haya, como de las negaciones o de cosas corrompidas. 1 2 Aristóteles; Metafísica, libro I cap. IX, 991a 22-23 Ibíd. 990b, 8-9 La dificultad más grande ante la que se haya Platón según Aristóteles es cuál es la utilidad de las ideas, tanto de las cosas eternas como a las pertenecientes al mundo sensible. ¿Qué aporta la existencia de éstas Ideas? ¿Son acaso causa del movimiento, del cambio? No, son inmutables y en ningún caso causa de la generación y corrupción. ¿Contribuyen al conocimiento de las cosas de este mundo? No, pues si fueran la esencia de las cosas estarían en ellas. ¿Hacen posible la existencia de las cosas? No, las Ideas no son inherentes a las cosas que participan de ellas, pues que una Idea exista ni implica que tenga necesariamente que existir su homónimo sensible. Por ejemplo, el Bien supremo existe como Idea cúspide y no encontramos un Bien absoluto en el mundo sensible. Además Aristóteles continúa su crítica con los siguientes tres argumentos: En primer lugar algo puede llegar a ser parecido a X sin que se haya formado como copia de él, sino que por otras vías que le lleven a tener las características de X acabe siendo semejante. En segundo lugar, si la teoría de las Ideas tuviera correlato con la realidad, habría muchas ideas de una misma cosa, lo que nos lleva a una contradicción en la misma. Se supone que existe una idea modelo para cada cosa-copia en el mundo sensible, pero si nos ponemos a buscar ejemplos vemos que no es así. Él pone el de “hombre”, ente sensible que participaría de la Idea “hombre en sí”, pero también de la Idea “animal” o de la Idea “bípedo”. Otro ejemplo podría ser el de un oso, que participaría tanto de la idea “oso” como de la de “animal”, “carnívoro”, etc. En tercer lugar, otra contradicción que encuentra el lógico en la argumentación platónica es la de que si las ideas son modelos de las cosas sensibles también tendrían que serlo de las Ideas mismas, con lo que una misma Ideas sería a la vez paradigma y copia. En esta búsqueda casi enfermiza de de las causas de todo buen naturalista de la que hablábamos antes, Aristóteles se pregunta cuál es la causa de que las cosas participen de las Ideas, pues no tiene sentido que sean las propias Especies. Dice que no tiene sentido porque existen muchas cosas que admitimos que tienen su causa en algo perteneciente al mundo sensible, como las cosas fabricadas (una mesa, una fuente…). Por tanto no puede ser que algunas cosas encuentren su causa en un mundo supra terrenal y otras no. 2 Entramos así en la segunda parte de la crítica, acerca de la identificación de cosas e ideas con los números. En la que dice que si realmente las Ideas son números, habría un número también para cada cosa del mundo de aquí, del mundo sensible. De esta forma, ¿qué numero designaría a Sócrates o qué otro número a Atenas? Otra dificultad en este sentido es que es fácil decir que de muchos números se puede originar un único número, por ejemplo sumándolos, pero ¿cómo de muchas formas se puede llegar a una única? El método por el que los platónicos pretendían reducir todas las cosas a una unidad se llama “exposición” (éctesis) y se basaba en la teoría de que las Ideas eran números. El procedimiento sería el siguiente: los hombres son hombres por participación del Hombre en sí, como el perro es perro por participación del Perro en sí. De la misma forma hombre y perro participan del Animal en sí. Hombre, perro y planta participan del Ser Vivo en sí, etc. y así hasta llegar a que las sustancias y las cualidades existen por participación del Uno en sí, de la unidad3. Sin embargo a Aristóteles no le convence semejante explicación porque no se prueba con ella la existencia de esa unidad suprema, como mucho existiría si se considerase el universal un género, lo que en algunos casos es imposible. Por tanto, vemos en este capítulo de la Metafísica las diferencias de Aristóteles con Platón, que él presenta como fundamentales pero que a mí personalmente no me parecen tanto. Es decir, es verdad que supone un cambio de perspectiva y que Aristóteles encaja más con la perspectiva de las cosas que tenemos actualmente en cuanto que busca la fundamentación de las cosas en las mismas cosas. Es en esto precisamente en lo que más hincapié hace (“Además, parece imposible que la substancia estuviera separada de lo que es substancia. ¿Cómo las Ideas podrían ser substancia de las cosas existiendo separadas de ellas?”4), pero en básicamente la teoría aristotélica es una aplicación de lo platónico más coherente con una realidad natural tal y como la entendemos ahora mismo. Tal vez se vea mejor lo que quiero decir con un ejemplo: una carencia que ve Aristóteles en la teoría de Platón es la de la explicación del movimiento de las cosas sensibles si las Ideas como tales son inmutables. ¿Cuál es entonces la causa del devenir? Platón en el Fedón dice que las mismas Esencias, lo que a Aristóteles le parece una total incoherencia. Él busca causa en el mismo mundo sensible, pero sin embargo una vez que lleva su propuesta al extremo no le queda más que 3 4 Cfr. De la anotación al pie de la edición de Gredos de la Metafísica de Aristóteles por Valentín García Yebra Ibíd. 991ª, 34-35/ 991b, 1 3 introducir un “motor inmóvil” que mueva sin ser movido. ¿No es en realidad esto una forma de adaptar la explicación idealista a un mundo de causas y efectos inmediatos como nos dice la experiencia que es el nuestro? Siendo así, en lo que concierne a la crítica a la teoría de las ideas, encuentro a Aristóteles un puente muy bien construido, con su lenguaje antipoético, académico, para que las ideas platónicas no muriesen sino que pudieran ser reconducidas, reincorporadas a un mundo al que los mitos y las metáforas le suenan menos ciertos. Paula Cueto Noguerol 29/05/09 4